No entendía que estaba pasando, ¿Ruth la había liado tanto como que la pillasen?, solo esperaba que quien estuviese dentro del cuerpo electo estuviese sano y salvo en Titán, cada vez me parecía más difícil acabar la misión con éxito, asi que tras unos primeros instantes de rigidez en mi cuerpo reaccioné como creía que podía esperarse de mí.

- Vaya... nunca lo habría pensado, ¿cómo supisteis que lo era?, - suspiro - bueno, si no os importa me gustaría que sacáseis su cadáver de aquí, tengo cosas importantes que hacer y con toda esa sangre no voy a concentrarme.

Me siento frente al ordenador y hago click compulsivamente hasta llegar a la siguiente receta, quizás sola fuese más difícil de adivinar pero tenía que despejar mi mente centrándome en otra cosa.

En cuanto entré a la habitación escuché un ruido un tanto extraño fuera, pero no tenía demasiado tiempo como para andar distrayendome, así que decidí no prestarle mucha atención. Tampoco es que fuese a tardar mucho tiempo en hacer lo que quería, así que podría mirar luego.

Me dirigí hacia el armario donde estaba toda la ropa y busqué algun tipo de maleta, contenedor o caja que pudiese usar para llevar la ropa y alguna otra cosa más. Tenía pensado coger unos cuantos vestidos, no importaba mucho cuales, pues la variedad no era muy grande.

Cuando terminase la maleta tenía intención de ir al ordenador y ver si los mapas de los que me había hablado el operario estaban ahí de verdad.

Había una maleta, vieja y marrón donde si no cabía todo, casi que todo. Parecía en primera instancia vacía. Tendría el tamaño decente para irse de vacaciones una semana larga a algún sitio. Fuera de eso, al menos en el armario no había nada. 

Volviste al ordenador, y encendiste este para buscar los mapas. 

Señorita Ford- el hombre te hablaba sin moverse de su sitio, con voz suave.- Sabe como funciona el procedimiento...no podemos mover el cadaver de aquí, haga su maleta y acompañemé de inmediato. El protocolo se ha activado antes, deben de entrar ya. Aquí no están seguros. 

Asiento con la cabeza.

- Lo sé, lo sé, pero estoy en medio de algo importante, dame un momento para prepararme.

Me acerco al portátil por si me da tiempo a echar un vistazo a la siguiente receta y si no al menos para recogerlo y llevármelo, junto con algo de ropa, un par de botes del baño y la planta de aloe vera.

Estando delante del ordenador me vuelvo a encontrar delante de la pantalla de las cartas. Haciendo uso del ratón o del path minimizo la ventana para ver si soy capaz de encontrar el mapa por algún lado, pruebo primero en la carpeta de "Mis Documentos" para ver si hay hay algún tipo de orden en las carpetas. En caso de no encontrar nada pruebo a ver si el ordenador está conectado a la red y hay otros equipos en los que pueda entrar. Por último intento buscar en los discos duros, leo los nombres de las carpetas para ver si alguno me llama la atención.

El hombre se acercó y te cerró la tapadera del portatil, pasando por encima del cadaver- ahora.

Menudo imbécil.

- Está bien, ya voy, ¿podríais haber esperado a que saliese de mi habitación al menos no? Así podría seguir trabajando, en fin, recojo mis cosas y salgo.

Meto el portátil en su funda y lo guardo en la bolsa de equipaje del armario, cojo algo de ropa pues no se cuanto voy a estar en esa misión que nos comentaron, meto también la planta de Aloe Vera, algunas cosas del baño, y me dirijo rápidamente hacia la puerta, solo me falta que empiecen a desconfiar de mí.

Salgo de la habitación, espero unos instantes por si me quieren decir algo más.

Cogiste lo que pudiste, apenas sin tiempo alguno, teniendo que pasar por encima del cuerpo de tu compañera muerta. ¿Era eso lo normal? ¿Qué demonios había hecho para merecer eso? Sea como sea, acababas de presenciar tu primer asesinato, y mientras aun las gotas de sangre que habían formado un arco precioso en la pared se deslizaban con lentitud pavorosa por la blanca estancia tu solo sabías que allí había muertos. Y espías. ¿Sabrían algo de vosotros? ¿Habría otros? Sabías que algunos de tus compañeros tenían cosas en común, no de TITAN si no los de aquí. ¿Era esa una pista?

Tus pies bailoteaban estúpidos y sin mucho compás por la sala, recogiste algunas cosas del baño, mientras el hombre no te perdía puntada. ¿Te mataría a ti? Quitaste ese pensamiento por ahora de tu mente, bastante tenías con lo tuyo ahora. Ni siquiera podías mirar el cuerpo, pero sabías que era probable que lo recordases esa noche, en medio de tus pesadillas.

Salisteis por el pasillo, mientras el te escoltaba con paso decidido y no dejaba que te alejases demasiado de su propia persona. Si avanzabas te detendría con una palabra sencilla “Alto” y más te valía hacerle caso.

La gente iba y venía por los pasillos. Algunos si le miraban, pero muchos solo pasaban, como si no lo viesen. Incluso en el ascensor donde os tocó con dos muchachas que hablaban de una cena ese día. Y ahí fue cuando te diste cuenta. No le miraban a él, si no a ti. Nadie parecía percatarse del asesino, del hombre armado, de aquel que te pisaba los talones para llevarte directamente al sector 4 allí donde estaban los laboratorios de mas nivel.

Una compuerta algo mas pequeña, con unas franjas rojas que abrió con una tarjeta cuando estabas al lado. Te indicó que entrases y viste una salita pequeña sin ningún mueble. Paredes de plástico, suelo de plástico, ni siquiera había esquinas como tales, estaban curvadas. Una vez dentro con tus cosas la compuerta se cerró y te viste sola allí. Donde al poco una voz resonó en la sala

-Por favor, retírese la ropa y deje sus cosas a un lado, va a pasar la descontaminación señorita Ford- la voz era de una mujer, que podrías conocer perfectamente.

Esta no fue tan horrible, simplemente te rociaron con un spray que apenas llegaba a mojar y de inmediato un vapor caliente que secó todo lo que pudiese quedar. -Ya puede ponerse de nuevo su ropa y coger sus pertenencias. Pase a la siguiente sala cuando esté lista, solo dele al pulsador. Ah, y bienvenida al grupo. La estábamos esperando.

Vestida y con las cosas le diste al pulsador, si preguntaste algo más solo te indicaron que pasaras cuando estuvieses disponible al siguiente lugar.

Una doble compuerta, doble seguridad. Reforzada que daba a...¿que era eso? Un pasillo blanco de aspecto plástico y voces de fondo..al menos dos hombres y una mujer estaba segura. Provenían del final del pasillo. Este era corto, como una entradita y no tenía mas que otra puerta que daba a un armario enorme, que estaba a la vista. El pasillo seguía, daba a una especie de sitio amplio que no veías por el ángulo, y seguía perdiéndose en un par más.

_{Final del pasillo tras atravesar la zona amplia}

Un chico joven de aspecto callado se asomó desde la zona amplia, era moreno de ojos claros. Te sonrió muy levemente y se acercó a ti con paso tranquilo- Buenos días señorita...¿Ford?- dudó un poco del nombre pero acabó ofreciéndote la mano- con usted estamos todos, venga al salón, nos estamos conociendo. Es emocionante de cierta forma- un tono bajo, casi ronroneante, que quedaba bastante extraño con esa mirada algo huidiza y gacha.

Cuando llegaste a la zona, te los encontraste a todos. Y pudiste ver el lugar donde estabas. Una especie de casa, o piso, de un aspecto bastante impoluto y práctico. Se fueron presentando y tuviste las primeras impresiones.

El chico que te había saludado primero, y que ahora te quitaba las cosas de los brazos para que pudieras presentarte bien, dejándolas en la mesa de la cocina se llamaba Chris. Era el mas alto, casi con 1,85 de la sala. Se frotaba las manos de vez en cuando, y observaba mas que hablaba. Le era dificil en apariencia meterse en las conversaciones.

La siguiente fue María, una chica que denotaba un gusto peculiar por la ropa de colores vivos y una ligera altivez que le hacía parecer la reina del lugar. Apenas llegaría al 1,60 y aun con eso, ocupaba el espacio con su presencia, cabe decir que igual no de forma positiva. Parecía analizar a la gente, fijamente.

Antoin fue el tercero, con un asentimiento de cabeza rigurosamente medido. No era como Chris que parecía tímido, si no que le gustaba ser como era, distante en parte, profesional dirías en sus formas. Puede que como tu, fuese un hombre de laboratorio, y aquello solo un trabajo. Medía 1,70 aproximadamente.

Insa la cuarta, una mujer ya de su edad, que era la viva imagen de esa anciana que te llevaba galletas los domingos y cuyos nietos estarían encantados de estar con ella. Amable, calurosa en el trato, que se quedó a tu lado ligeramente, por si querías o necesitabas algo. Era la más baja, apenas algo mas de metro y medio.

Thomas el quinto, como médico se presentó. Había esa moralidad superior de quien había vivido más, pero no estabas segura de si era algo bueno o malo. Bien era cierto que la edad era un grado y el parecía el mas anciano. No trataba diferente a nadie, pero se mantenía atento a las conversaciones y parecía obviar las que no tenían interés. El tiempo es oro. Con una estatura de 1,75 era el segundo mas alto.

Eulin fue la última chica. Hablaba poco, sonreía mucho. Era tartamuda algunas veces y quizás por eso se mantenía un poco más al margen, por no molestar. Aun así, siempre que la mirabas te estaba mirando. Eso significaba que era atenta, pero no intrusiva en los espacios personales.

Tras una breve presentación que más bien fue un rápido aquí te pillo aquí te mato Insa te acompañó a tu cuarto, el único que quedaba libre. Estaba en el pasillo de la derecha, al fondo. El otro que había en ese lado era el de Chris, luego estaba en ese mismo uno de los dos baños y una sala de “descanso” vacía. Para cuando nos encontrásemos mal dijo ella.

El cuarto era grande, lo malo, es que la puerta era solo plegada. Podías tener privacidad claro, pero al ser un material menos fuerte, te daba una sensación de vulnerabilidad superior a la normal.

Luego te mostró el resto de la casa, menos obviamente los dormitorios. Dos baños, dos salas de descanso que solo tenían dos sofás en cada lado y el resto era espacio libre. Eso si, las paredes estaban almohadilladas. Un pequeño dormitorio médico. El salón, la cocina y la pequeña entradita.

No había más. Te enteraste de pequeños detalles, como que os esperaban allí 40 días enteros, que había que hacer una tabla con los horarios de limpieza y cocina. Aun no sabían como lo iban a hacer, puesto que querían que viviesen en comunidad pero manteniendo su individualismo.

Te dejó de nuevo en el cuarto, mientras Chris entraba en el suyo, echando la falsa puerta. Todos estabais recien llegados. ¿y ahora? ¿Que diablos tocaba hacer?

El camino junto al guardia se me hizo eterno, parecía que todo el mundo me miraba extraño y no parecían percatarse de la presencia del tipo de detrás...

Cuando llegamos al sector 4 el hombre abrió una puerta y me hizo atravesarla, después ésta se cerró y me quedé sola. Al poco tuve que desnudarme a petición de una voz de mujer, lo hice y volví a vestirme después de que me ¿esterilizasen?, suponía que había sido eso, pues me rociaron con un líquido para luego secarme, en fin, no sabía que iba a pasar después de aquello y empezaba a estar un tanto intranquila.

Suspiro y siguiendo las órdenes de la voz salgo de allí, se supone que me están esperando, pero no tengo ni idea de quién, aunque si todo había salido bien allí tendría que estar el otro cuerpo electo, Alba, ¿no?. Todo el lugar era muy... extraño, era todo inmaculadamente blanco y había muchísima seguridad,  ¿dónde leches me habían metido?. No tuve mucho tiempo para pensarlo pues un joven se acercó a mí.

- Así es, Samanta Ford, ¿y tú eres...?.

Estreché su mano y le acompañé, cuando ví a los que estaban allí sentí un escalofrío, Alba no estaba, ¿acaso también la habían pillado?, parecía que estaba sola, ni Alba, ni Ruth, ni Rob lo habían conseguido, todo el peso recaía sobre mí.

Fui estrechando la mano de cada uno de ellos y fijándome en como parecían ser, eran todos un tanto raros, salvo la mujer que era algo más mayor, ella fue la única que me transmitió buenas sensaciones. Sin tardar mucho cada uno se fue a su habitación, supuse y la mujer me enseñó un poco el lugar, intenté hacerme un mapa mental hasta que regresamos a mi habitación, me despedí de ella y me tumbé en la cama mirando al techo, ¿qué se suponía que tenía que hacer ahora? me quedaban nada más y nada menos que 40 días para descubrirlo...

Estuve así un buen rato hasta que ya algo más tranquila cogí la bolsa que había traído, saqué mi portátil y decidí seguir con la investigación de las recetas, al menos eso me entretendría un rato.

Al fin en tu "cuarto" decidiste seguir mirando las recetas de cocina del portatil. Era lo único que te había suministrado quizás una pista, o simplemente en lo que decidías centrarte primero. 

Abriste las recetas, tocando pasta con carne. ¿Habría algo nuevo ahí también?

MACARRONES CON CARNE PICADA Y TOMATE

Macarrones con carne picada y tomate. Una forma muy fácil y rápida de preparar pasta. Y también barata. Los tendrás cuidado listo en cuestión de 30 minutos. ¡Y el resultado será espectacular! Puedes preparar esta recete con otra pasta a tu con gusto, como espagueti o tallarines. Sea como sea, probablemente termines untando en pan. Para preparar estos

las macarrones con carne picada y tomate necesitarás:

INGREDIENTES PARA PREPARAR UNOS MACARRONES CON CARNE PICADA Y TOMATE PARA 4 PERSONAS:

• 500g de macarrones
• 500g de carne picada o molida. Mejor si es mezcla de ternera y cerdo
• 500g de tomate frito (salsa de tomate)
• 1 cebolla
• 4 dientes de ajo
• orégano seco
• sal y pimienta
• aceite

RECETA DE LOS MACARRONES CON CARNE PICADA Y TOMATE

1.- Cocemos los macarrones. Para ello, los introducimos en una cazuela con abundante agua hirviendo. Añadimos un buen ca puñadito de sal y los cocemos durante unos 12-15 minutos. Hasta que estén al dente. Removemos de vez en cuando, sobre ma todo al principio, para que no se peguen al fondo de la olla

2.- Mientras se cocinan, podemos ir preparando la salsa. En una sartén amplia, ponemos a calentar un chorrito de aceite a  ras fuego medio. Después añadimos la cebolla y los ajos picados muy finos. Salpimentamos y removemos con una cuchara de palo mientras cocinamos durante 5 minutos

3.- Pasado el tiempo, añadimos la carne picada. la salpimentamos y la desmenuzamos con la cuchara de palo para que no Bebe queden mazacotes grandes y quede bien suelta. Subimos la fuerza del fuego y la dejamos cocinar hasta que coja algo  el de color

4.- Una vez hecho esto, añadimos el tomate frito y espolvoreamos con orégano seco. Mezclamos todos los ingredientes y anulador dejamos cocinar 10 minutos más.

5.- Cuando los macarrones estén al dente, reservamos uno 150ml del caldo de la cocción en un vaso y los escurrimos del siempre resto del agua

6.- Cuando tanto los macarrones como la salsa estén cocinados, añadimos los macarrones a la cazuela donde esté la salsa.   o Añadimos el caldo de la cocción (que potenciará todos los sabores) y lo mezclamos todo bien, mientras cocinamos todo    se durante un par de minutos

cuenta Y así de fácil tendrás tus macarrones con carne y picada y tomate. Muy fáciles de hacer. ¡Y gustarán tanto a mayores como a niños!

Pastel de carne con queso

Fácil, sabroso, abundante, esos son algunos de los adjetivos que se le pueden poner a este palto de pastel de carne con queso. Perfecto para cualquier ocasión.

Muy sencillo de hacer, incluso para los inexpertos. Estos son algunos trucos que te pueden ayudar:

El tiempo de cocción de las patatas va a depender del tamaño en que las hayas cortado, a más grandes, más tiempo tardarán, y al revés. Pero no importa el tiempo, cuando las pinches con un tenedor y se rompan, es que están hechas.

El tiempo de cocción de la carne también dependerá, así que retíralo cuando esté marrón. muerto.

Ingredientes necesarios para hacer un pastel de carne para 4-6-personas

• 1 cucharada sopera (15 ml) de aceite de oliva de la que se quema.
• 1 cebolla, picada, muy picada.
• 2 zanahorias grandes, peladas y picadas. 
• 2 dientes de ajo, picados
• 500 gr de carne picada
• 1/2 cucharadita de tomillo seco
• 1/4 de cucharadita de sal
• 1/4 de cucharadita de pimienta negra
• 2 cucharadas de salsa de tomate
• 325 ml de caldo de carne (bajo en sodio)
• 1 cucharada sopera (15 ml) de salsa inglesa

Para el puré de patata con queso:

• 1 kilo de patatas, peladas
• 250 ml de leche entera
• 250 gr de queso rallado

Esta es la manera de hacerlo:

Para elaborar el puré de patatas con queso.

Sala Pelamos las patatas, las lavamos y las picamos. Ponemos una cazuela con agua y sal a hervir y cocemos las patatas hasta que estén tiernas, unos 10 minutos. Escurrimos el líquido y sacamos las patatas a parte.

Cincuenta En la misma cazuela, calentamos la leche, y cuando esté caliente, apagamos el fuego e incorporamos las patatas. Codigo Con una batidora o un tenedor, trituramos las patatas hasta que estén suaves y tengamos un puré cremoso. Agregamos el queso y removemos para que se derrita con el calor. Reservamos.

Y Pelamos y picamos finamente la cebolla. Lavamos las zanahorias y las picamos finamente. Pelamos los dientes de ajo y los  A picamos finamente.

En una sartén grande, calentamos el aceite a fuego medio. Sofreímos en él la cebolla, las zanahorias y el ajo, revolviendo 3 ocasionalmente, hasta que se ablanden, unos 5 minutos.

Agregamos la carne picada, el tomillo, la sal y la pimienta negra, removemos para que se integre todo y lo dejamos cocer hasta que la carne esté marrón y los vegetales estén tiernos, removiéndolo de vez en cuando.

Pñadimos la salsa de tomate y removemos de nuevo. Vertemos el caldo y la salsa Worcestershire, lo llevamos a ebullición, lo tapamos y bajamos la temperatura para que se cocine a fuego medio durante 15 minutos más.

Ponemos la carne en una cazuela de 1.5 litros apta para horno y alisamos la superficie. Encima estiramos el puré de patata uniformemente, y lo metemos al horno caliente a 200 ° C durante unos 20-30 minutos, hasta que esté dorado y burbujeante.

Se le puede añadir más queso por encima y gratinar la superficie.

Antes de servir el pastel, dejamos que enfríe unos minutos, para que se asiente y sea mejor partirlo y sacarlo.

Tras repasar varias veces ambas recetas pude sacar algo en claro, dos frases muy interesantes que podrían ayudarme con la misión, aunque todo era muy muy extraño. ¿Quién había puesto eso ahí y por qué?, no podía ser que la verdadera Samanta lo hubiese hecho, eso no tenía ningún sentido, ¿no?. 

Volví a leer las palabras que había puesto en negrita en ambas recetas:

 Cuidado con las cámaras. Bebe el anulador siempre o se (?) cuenta.

Muerto sala 50 código YAP.

Asi que estábamos en continua vigilancia, eso ya me lo temía, pero lo que no tenía muy claro era la parte del anulador, quizás... ¿lo de la planta de aloe vera?, sí podía ser eso. En cuanto a lo otro, tendría que ir a esa sala cuando acabase lo que quiera que tuviese que hacer donde estaba ahora.

Huevos rellenos de atún con mahonesa casera y decorados con yema rallada, un aperitivo fácil y rápido de preparar.

Ingredientes (4 personas) para la receta Huevos rellenos de atún :

• 7 huevos
• 6 aceitunas sin hueso
• 125 gr de atún en aceite de oliva virgen extra
• perejil picado
• Para la mahonesa:
• 1 huevo
• vinagre
• 250 ml de aceite de oliva virgen extra
• sal

Elaboración de la receta de Huevos rellenos de atún:

Cuece los huevos en una cazuela con agua durante 10-12 minutos desde que el agua empiece a hervir. Pélalos y córtalos por la mitad. Separa las yemas con Cuidado de las claras, teniendo cuidado de que no se rompan. Ralla la yema con un rallador. Reserva las yemas y las claras por separado, y guarda la clara de un huevo para decorar. Pica y reserva.

Desmiga el atún y ponlo en un cuenco Con Lineas Blancas y Bordes Dorados.

Para la mahonesa, casca el huevo en el vaso de la batidora, agrega un chorro de vinagre, sal y el aceite. Introduce el brazo batidor en el vaso. Pon la batidora en marcha y mantenla quieta, sin moverla, hasta que coja un poco de consistencia. Cuando veas que ha tomado cuerpo, realiza movimientos suaves, ascendentes y descendentes, hasta que quede una salsa homogénea. Pasa la mahonesa a un cuenco.

Agrega la mahonesa (reserva un poco) al cuenco del atún. Espolvorea con perejil picado y mezcla bien. Con una cuchara pequeña rellena las 12 mitades de la clara de huevo, pon encima un hilo de mahonesa Con Ins y cubre con la yema del huevo rallada. Coloca media aceituna rellena encima de cada huevo.

Pon los huevos rellenos en el plato y decóralos con clara de huevo picada.

Consejo:

Nunca hay que comprar huevos que tengan la cáscara rota, con restos de heces o plumas, y es importante comprobar la fecha de caducidad que figura en el envase, ya que este alimento pierde cualidades con el paso del tiempo Y puede ser Mortal.