Partida Rol por web

Dio un par de tirones de la cuerda para asegurarse de que aguantaría. El disparo no había resultado demasiado difícil y esperaba que no Moss no hubiera errado en sus apreciaciones con respecto a la dirección.

Tendremos que meternos en la canoa de uno en uno, dudo mucho que los nudos, la flecha o la canoa aguante si vamos los cuatro metidos informó al resto, no es que tuviera mucha experiencia, pero era lo que le parecía iré primera, así vemos lo que aguanta y si funciona claro que Alejo podía ser un problema debido a su corpulencia.

Aseguró sus cosas a la espalda y echó la canoa al barro y se subió en cima, comprobando primero cuando se hundía, y luego, cuanto se deslizaba agarrada a la cuerda en medio de aquella especie de “crema de barro” que amenazaba con tragarlos.

Se hundió un poco, y la velocidad con la que se movía no era mucha, pero al menos era mejor que ir medio nadando.

Avanzaré un poco más...

Dijo sin esperar respuesta, total, alguien tenía que ir delante.

-Es una mujer blanca, de mediana edad, rubia... lleva menos de 12 horas muerta... - completó la pregunta de Alejo con la descripción de la mujer que habían encontrado. No podía ser tan difícil saber quien faltaba allí ¿no? No podía haber mucha gente... 

Había tomado muestras de sangre, piel y cabello, para poder analizarlas después, pero aun tenía confianza en que pudiesen volver allí a recoger el cuerpo. No sabía si devolverlo a Titán sería viable, pero al menos merecía un entierro, aunque fuese en un mundo alienigena. 

Caminando con cuidado para no caer en el barro, siguió a Hilv a la canoa. Parecía que al fin iban a conseguir salir de aquella maldita roca.

Hilv, se montó en la canoa, tras asegurar que esta no se hundía en exceso tiró de la cuerda para que se deslizase por encima del barro. Aquello le costaba, y ya cuando Arabelle se montó con ella en el último instante la cosa se puso fea, pues por un segundo parecía que se iba a volcar. 

Por suerte, no lo hizo. Y se quedó en un susto. Lentamente visteis como las dos desaparecían a ojos normales, tras pasar los diez metros, donde se tenían que internar lentamente en el lodo, pero entre algunos árboles. 

En menos de diez minutos estabais ya en suelo firme, o medianamente firme. Seguíais hundiéndoos pero solo hasta el tobillo.

Ante vosotros una alambrada de tres metros de alto, con espinos en sus cimas. Y un poco más a la izquierda las luces que había comentado el compañero de Moss. Todo el complejo estaba a oscuras, lo cual os impedía ver como de lejos estaba o en que condiciones. 

Alejo ya se había dado cuenta cuando comenzaron a largarse, pero desistió de decir nada, porque... Pa qué, volver ya no era operativo. Habría que apañarse de alguna manera. Cubrió a las chicas, por si veía algo raro en la espesura. Cuando llegaron, si que habló.

¡Muy bien! Alcanzado el objetivo. Ahora... A ver cómo hacemos llegar la canoa de vuelta.

Si. Era un problema que se iba a presentar hicieran lo que hicieran. Para poder solventarlo, iban a tener que poner el arco en la canoa y que él volviera a tirar de la cuerda para traer la canoa y luego volverla a enganchar de un árbol... O bien...

Arabelle, vuelve tú con la canoa, Hilv es mejor tiradora que tú, y tiene que cubrirnos mientras cruzamos. Diría que luego cruce Silke y, por último, yo mismo.

Ya estamos en ello, Moss. Mientras, mira a ver si nos puedes encontrar ese código de seguridad para pasar el perímetro. De lo contrario, el sistema no nos va a reconocer. Digo yo que se podrá introducir de manera manual.

- ¿No es tu compañera? - ¿Entonces, quién narices era?. Silke sacó algunas fotografías con la esperanza de que mas tarde sirvieran para la identificación de la mujer. Después se colgó la mochila en el pecho y cambió la cámara por su arma.

Iba a decir algo antes de que Hilv y Arabelle se marcharan con la canoa, pero no fue lo suficientemente rápida. Intercambió una mirada con Alejo tras el casco y enseguida puso en evidencia lo que ella misma estaba pensando. ¿Como iban a traer de vuelta la canoa si iban por turnos?

Se mantuvo alerta mientras sus compañeras cruzaban. - Por mi bien - Respondió a la idea del soldado. - No se me ocurre otra manera, Hilv tiene el arco con las flechas. -

- Khan. Tenemos nosotros esos códigos? Donde pueden estar? - preguntó por si acaso, pero realmente conocía la respuesta.

- Están en otro módulo, verdad? - sentía el alma en los pies.

Y por fin en el otro lado.

Había sido costoso, pero habían conseguido una parte de su objetivo, que era lo importante. Se aseguró de que no había nadie en los alrededores y tuvo mucho cuidado de no tocar la valla, ya que podía estar electrificada según las palabras de la gente del campamento. Usó la visión térmica de sus gafas para poder ver mejor la parte más oscura que formaba el complejo y alrededor de las luces.

No, no hace falta que vuelva la joven detuvo esa idea desinflaremos la lancha, la pegaré con cinta adhesiva a una flecha y así la tendréis ahí el disparo sería algo más complicado debido al sobrepeso, pero aunque fallara, la canoa no se hundiría en el barro, así que era relativamente seguro, creía en sus posibilidades desde luego.

Moss, ¿alguna otra manera de entrar sin esos códigos? Siempre podemos volar un trozo, pero llamaríamos muchísimo la atención.

Si seguía electrificada estaban jodidos con saltar o romperla sin explosivos.

Echó un vistazo a los árboles cercanos, para ver si había dentro y fuera del perímetro y cruzar por ellos fuera una posibilidad, no se podía descartar nada mientras esperaba a que la canoa se desinflara. Cuando estuvo lista, la ató con la cinta y disparó. 

- Creo que no, señorita - se llevó una mano a la cabeza con desesperación. De repente se acordó de una cosa - ¡Pero están los puntos calientes! ¡Donde están las habitaciones del pánico! Seguro que teneis alguno cerca - dijo emocionado por recordar aquello. - Más que nada para que podais estar a cubierto hasta que demos con los códigos - reprimió un escalofrío al volver a recordar al humanoide

Hilv, no creo que eso sea muy buena idea... Suspiró. Pero tú sabrás lo que haces. Como se quedara la balsa en medio del barro, la cagada iba a ser de campeonato. Si fallas, aun podremos cruzar sujetos a la cuerda. Pero es que da pena mancharme las botas, añadió con tono jocoso, para quitar hierro al asunto.

Hilv mandó con un tiro preciso la canoa hasta un árbol cercano. Menuda puntería. 

Echaste un ojo alrededor, y el cadáver te seguía llamando la atención sobremanera. ¿Se habría quedado sin aire? ¿Era eso? Menuda forma de morir mas horrible. 

La cosa era...que si el grupo donde estaba Moss era pequeño y no pertenecía a ese...¿Entonces? O bien el hombre tenía muy pocas luces por la situación de estrés o algo no cuadraba desde luego. 

Negó con la cabeza- no van a poder entrar mientras...es una buena opción la que les has dicho, pero como comenté antes, no van a poder acceder a no ser que copien la señal de los que estén abajo. Ellos no están actualizados con la I.A de seguridad con sus interfaces- por lo que no podrían acceder- Puede que las alambradas no funcionen, que hagan una prueba.

Casi había acabado de decir su frasecita cuando la tienda había volado hacia la roca, en una parábola perfecta.

Hostias, dijo. Me quito el sombrero, Hilv. No he dicho na. Pero na. Tú disimula.

Una vez en el bosque, se quedó un poco a cuadros con el tema de la verja electificada. No tenía ni idea de cómo pasar eso, a no ser cavando por debajo, o empleando unos explosivos que no tenía, así que se dedicó a lo suyo: vigilar el entorno, por si había algo hambriento mirándoles.

¿Qué aspecto tienen esos puntos calientes, Moss? Aprovechó que estaba de miranda, para ver si había algo que pudiera sugerir un punto caliente de esos.

- Intentar copiar la señal de los que están abajo. También podeis comprobar si las alambradas están activadas o no. Puede que no... -

Al fin habían conseguido salir de aquella roca. Pese a que durante un momento parecía que iban a hundirse, llegaron a su objetivo sin demasiadas complicaciones. Ahora tenían que cruzar la verja. Eso podía ser más complicado... a menos que no estuviese activada. 

-La verja... - Arabelle buscó rápidamente en su mochila y sacó unas tijeras* - Supongo que en el campamento podré coger unas tijeras ¿verdad? - Se preparó para lanzar las tijeras hacia la valla. Si estaba electrificada deberían salir disparadas una vez que chocasen - Voy a lanzarlas alli - señaló un lugar, a algunos metros de ellas. 

Antes de lanzar las tijeras, desenfundó su arma, preparándose para que una nube de chispas llamase la atención de lo que fuese que se ocultaba entre las sombras. Si tenían suerte, no pasaría nada, y les indicaría que podían trepar la verja. 

Alejo se preparó, mientras, llevada por la adrenalina, una idea brillante a la par que desesperante cruzó por sus sinapsis neuronales, un poco atascadas por el cansancio...

¡El puto casco! O sea: el casco del cadáver. ¿Se habían traído el casco?

¡Moss! Mientras se agazapaba esperando que el posible chisporroteo provocado por el lanzamiento de Arabelle produjera alguna reacción en quienes, sin duda, les estaban acechando, hablaba con su invisible compañero del campamento. ¡Moss! Entrabais y salíais de modo automático, ¿verdad? O sea, vuestros trajes enviaban la señal de seguridad a algún centro de reconocimiento de datos. ¿No? Lo digo porque nuestra amiga encontrada en el barro igual puede ayudarnos después de haber caído. ¿No es posible que su casco mande la señal? Al menos si nos lo ponemos alguien de nosotros y lo activamos. Esperaba que a alguien se le hubiera ocurrido traerlo. Se veía volviendo a la roca.

Silke terminó de recoger la canoa en la oscuridad. Aun seguía dándole vueltas al asunto del cadáver. Si no era compañera de Moss, ¿de donde narices había salido?. En cuanto terminó de abrochar las correas de la bolsa, se la colgó al hombro y regresó junto a los demás. La tablet que había encontrado en la mochila de la mujer estaba destrozada, pero quizá aun fuera posible acceder a la memoria de algún modo.

- Yo tengo el casco – Respondió a la pregunta de Alejo. - Pero si ella no estaba en el equipo con Moss y los demás es posible que tampoco tuviera acceso. Podemos probar, pero si la verja sigue electrificada nuestra mejor opción son los módulos de seguridad. Si hay alguien ahí abajo deberíamos poder ver la luz de la antena con el visor térmico. - Comentó dejando a un lado la bolsa de la canoa y descolgando el casco del mosquetón del cinturón.

Decir que le daba mal rollo era quedarse corto, pero las cosas no estaban para andarse con remilgos. Venga Silke, tu puedes, no lo pienses… Cogió aire y se llevó las manos a su propio casco con la intención de cambiarlo por el de la mujer muerta. ¿Qué podría haberle pasado? ¿Se había asfixiado?