Partida Rol por web

Mierda puta

!Joder!

No pudo evitar maldecir cuando vio el estado del cuerpo rescatado. No había servido para nada, pero aún así no se arrepentía de su decisión. El diagnóstico de Arabelle sobre la muerte de aquella mujer era bastante definitivo, y Hilv suspiró antes de levantar la cabeza en dirección a Alejo, aunque el casco no dejó ver la cara de mala leche que se le acababa de poner.

Que te den...le dijo acompañando el gesto levantando el dedo corazón de su mano derecha, le fastidiaba la indiferencia que parecía tener por el cadáver, y el hecho de que ni siquiera hubiera movido un dedo para intentar ayudar... se supone que era el más fuerte... debería estar en mi puta casa jugando al ordenador o algo había recibido entrenamiento de soldado, pero estaba lejos de ser uno de ellos, por lo menos en cuanto a experiencia.

Pero aún se obligo a incorporarse a pesar de lo cansada que estaba.

Dame porfa...

Le pidió el rifle cambiando el tono de voz, a uno más suave, aunque se respiraba cierta brusquedad.

No se percató del cambio de frecuencia, y tampoco le dio mayor importancia al hecho de que a esa mujer la hubiera matado cuando ellos ya estaban allí, no veía ninguna relación lógica, claro que tampoco se esforzó en buscarla.

Puso una rodilla en la roca y volvió a mirar a su alrededor.

Mucha gente muerta... se suponía que esta misión no era especialmente peligrosa, y ahora tenemos gente que parece querer matarnos.

A las palabras de Alejo le siguió un silencio prolongado. - Si.Era una de las que estaba con nosotros. Se la llevó esa cosa... - se notaba tristeza y quizás algo más. ¿culpa?

- Entonces como lo veis para venir aquí? No hay gran cosa pero podreis descansar y estar a cubierto -

Contó mentalmente hasta diez, para no ponerse a maldecir y a decir idioteces sobre una puta roca en medio del barro, con enemigos ocultos por ahí.

Rifle. Señaló dónde lo había dejado, sin perder de vista el sector que había elegido para peinar. Estoy entre las doce y las seis, te toca entre las seis y las doce, Hilv.

Mochila. Mirad la mochila, a ver si lleva cuerda.

Luego habló a Moss. Se notaba que hablaba a Moss porque, tontamente, sin darse cuenta, alzaba la voz. Como estaba lejos...

Tenemos el problema del barro, Moss, y de que nos ataquen mientras andamos chapoteando. Vamos a revisar el equipo de tu compañera, a ver si se nos ocurre algo más.

Silke suspiró frustrada. -Mierda...-  Todo ese esfuerzo había sido inutil. Quien quiera que fuese la soldado, daba la impresión de llevar muerta algún tiempo. Le sorprendió, no obstante, no encontrar traumatismos evidentes o heridas. La escena era totalmente diferente a la que habían encontrado en la zona muerta, pero por algún motivo, no pudo evitar pensar en los restos momificados. Apenas llevaban un día en el planeta y el recuento de cadáveres no dejaba de crecer.

- ¿Alguna idea de como ha muerto? - Preguntó a la doctora, tratando de reconducir su propia frustración hacia un hilo de pensamiento más productivo que la autocompasión. Tenían que salir de ese sitio y no lo harían lloriqueando o dejándose dominar por el miedo. - Si conseguimos dar con la causa, tal vez encontremos la manera de enfrentarnos a esas criaturas. - Y al menos la muerte de la chica no habría sido del todo en vano. - En el campamento tienes equipo de laboratorio, coge unas muestras. -Sugirió - Cuanto antes averigüemos qué es lo que está pasando, antes podremos volver a casa. - Terminó volviéndose también hacia Hilv. No había que ser especialmente perceptivo para darse cuenta de lo que le sucedía a esta última. 

Se dio cuenta de que aun tenía el casco de la mujer en la mano y se le ocurrió que quizá ella misma o Arabelle podrían usarlo para aprovechar el visor térmico, tal y como hacían Alejo y Hilv. Se lo enganchó a un mosquetón del arnés para no extraviarlo y sin perder más tiempo, Silke centró su atención en la mochila que la mujer traía consigo. Tal vez encontraran algo útil que les ayudara a abandonar aquella condenada roca. 

Miró a Silke cuando le sugirió que tomase muestras. Durante un momento no dijo nada, mientras le daba vueltas a aquello. Después símplemente asintió... pero tras un momento negó con la cabeza. 

-Tomaré muestras... pero no se si podré hacer algo con ellas ... - negó con la cabeza - No soy médico. Puedo encargarme de parchearnos para que sigamos adelante, de entablillar una pierna, de cerrar heridas... pero esto... esto es demasiado para mí. Seguramente en Titán pudiesen hacer algo más... 

Con bastante reparo, tomó una muestra de sangre, muestras de piel y de cabello. Trataba de parecer calmada, pero le temblaban un poco las manos. No estaba acostumbrada a los cadáveres. No estaba acostumbrada a hurgar en cadáveres. Trató de mantener el gesto sereno, sin pararse a pensar en que llevaba un casco y no podían verle la cara. Guardó las muestras en el maletín y se quedó durante un momento pensativa. 

-¿Que haremos con ella? - Teniendo en cuenta el estado del suelo fuera de las rocas, y que acababa de tomar muestras para estudiarlas más tarde, era evidente que no pensaban llevarla, pero no podía evitar sentirse mal por ello - Deberíamos enterrarla, o... no se... deberíamos hacer algo... - ¿llevarla de vuelta? No parecía viable. ¿Quizá podrían enterrarla cuando amaneciese? 

Silke revisó la mochila mientras Alejo no perdía puntada de los alrededores. Hilv no parecía estar demasiado centrada, y Moss se había quedado en silencio. Arabelle con todo el tiento que pudo, recopiló algunas muestras que a saber si os servirían para algo, pero era mejor que nada. 

En la mochila había efectivamente una cuerda de seguridad metálica trenzada con un enganche de anilla, a groso modo unos veinte metros perfectamente enrollados. Una cantimplora con una pajita que iría encajada a algún sitio de su armadura, aun medio llena. Un par de cargadores estratégicamente colocados para una DOe y tres bengalas, dos rojas y una blanca. Raciones de comida en bolsas reciclables, que se administraban por pajita, una pequeña navaja multiusos y una tablet que estaba destrozada, pese a que la mochila era rígida. 

¿Veinte metros? Alejo había estado mirando toda la zona, pensó un lugar donde pudieran llegar con cuarenta metros de cuerda. No hace falta que lleguemos al campamento en si mismo, con que lleguemos a alguna zona un poco más estable, bastaría. Buscad lechos rocosos donde haya algún árbol cercano donde clavar la flecha y desde donde se pueda llegar a pie al campamento.

La cosa estaba jodida, pero tenían que sobrevivir fuera como fuera. Ese jodido barro. Y la muerta, sin heridas. Oye, ¿no habrá sido electrocutada o algo así? Una muerte sin heridas le acojonaba de verdad. A ver qué tipo de ataques eran capaces de hacer esos cabrones.

Habría que enterrarla con todos los honores, Arabelle, pero primero estamos los vivos. Yo le sacaría el traje y todo lo que lleva encima. Nuestros compañeros en el campamento están sin traje. Y puede que necesitemos ese equipo. Coge las chapas de identificación y, si tiene, algún objeto personal para su familia. O un mechón de pelo.

¿No ves algo factible a cuarenta metros, Hilv? ¡Moss! ¿Te suena algo de lo que comento? ¿Alguna zona con suelo rocoso o más estable por aquí? Algo que esté más cerca. Es que cuarenta metros se nos quedan cortos.

Mirad los vientos de la tienda de campaña, a ver si los podemos añadir, a las malas.

- La verja está electrificada, si no usas el dispositivo de apertura pues... quizás si sea el motivo de su muerte. Si la dejó caer.. - paró de hablar pues sentía un nudo en la garganta. - Espera Alejo - Se giró para hablar con Khan

- Khan, te suena a ti algo? Desde aquí no es que se vea mucho. - miró alrededor a ver si había pantallas que estuvieran encendidas y conectadas a las camaras de seguridad. Aquello era el módulo de Seguridad. Tenían que estar grabando 24h, no?

Le costaba concentrarse en vigilar mientras el resto registraba el cadáver de la mujer muerta. No podía quitar ojo a lo que hacía con ese puntito de desagrado, hasta repugnancia, felizmente oculto por la oscuridad y el casco. Respiró profundo, echó un vistazo a la oscuridad a través del rifle que recuperó de justo al lado de Silke, pues era ella quien lo había cogido y vuelto a soltar.

Si alguien es electrocutado quedan quemaduras... lo pensó, pero no dijo nada en voz alta, estaba enojada con el resto del equipo, bueno, estaba enfadada con la situación en general, y no podía evitarlo por mucho que en su fuero interno supiera que pagarlo con los que tenía más cerca era una actitud un tanto infantil.

¿Sacarle el traje? Dios...y ya está preguntándome otra vez!!

Podemos andar diez metros por el barro, acabo de recorrer más distancia... Se sorprendió de lo serena que le salió la voz sigo sin tener claro que la canoa sea viable, o más bien útil, pero a bueno, en cuanto nos subamos encima, creo que se hundirá igualmente en el barro, pero podemos probar tampoco podía asegurarlo.

Le preocupaba más encontrar un buen lugar donde disparar la flecha, la que había explotado había funcionado de maravilla como anclaje, sino le añadía el detonador, sería perfecta. Se colocó el rifle en el hombro, tendría que disparar sin la ventaja que le daba la mira, aún así, un tiro de cuarenta metros, a pesar de las circunstancias...

Se incorporó hasta quedar de pie, y se situó un instante entre Silke y Arabelle cogeremos las cosas de la mochila, lo que lleve de equipo de utilidad y como mucho la armadura nada de trajes, eran demasiado ajustados para que le vinieran a otras personas, además de que no podemos olvidar que puede haberla matado alguna enfermedad contagiosa o algo, así que tampoco tengo muy claro que nos llevamos la armadura podía estar infectada con algo.

Hilv murmuró algo que ni siquiera se entendió por el comunicador, y luego se santiguó antes de darse la vuelta y ponerse a buscar la forma de salir de aquella isla de una vez por todas.

Tras registrar la mochila, Silke dejó la cuerda junto a la que había utilizado Hilv y guardó nuevamente el resto de enseres personales en la mochila. Lo hizo con cuidado y cierta reverencia, pero sin entretenerse. Pensar que sobrevivirían gracias a la muerte de otra persona despertaba en ella inquietantes sentimientos ambivalentes que tuvo que esforzarse por mantener al margen. - Es difícil que se haya electrocutado con la armadura puesta. Se supone que estos trajes son aislantes y en cualquier caso, habríamos encontrado alguna marca. - Comentó – Aunque...- Hizo una pequeña pausa para alcanzar el ordenador dañado. - No lo se… Todo aquí es bastante raro. - Terminó depositandolo nuevamente en su sitio, frustrada. Fuera como fuese, este no era el mejor lugar para ponerse a divagar. Tenían que darse prisa.

- Con 40 metros llegamos prácticamente al otro lado y si la canoa no funciona, podemos encordarnos con el arnés de las mochilas para al menos no perder la guía. - Aportó entregándole un cabo a Hilv. Tras ello, terminó de pasar el resto de la cuerda para quitarle el rizo. - Alejo, ¿haces tú los nudos? - La verdad es que ella no tenía ni idea de como empalmar dos cuerdas con seguridad y la última vez, el soldado parecía haberselas ingeniado bastante bien.

- Respecto a qué hacer con ella...- Silke suspiró volviéndose hacia el cadáver. - Alejo tiene razón, no podemos llevarla con nosotros. Cogeremos las chapas y si mañana por la mañana sigue aquí, tal vez podamos hacer algo más apropiado por ella. -

- Anetta no estaba enferma. Era compañera mía. La ha matado el humanoide que nos atacó cuando salíamos del dormitorio para llegar hasta el módulo de seguridad.- su voz sonaba tensa y dolida.

Hago los nudos... Cúbreme Silke. Hizo los nudos procurando no apresurarse. La verdad es que nunca había estado en una situación tan dramática, pero, como si a la vez que haciendo nudos, estuviera mirandose a si mismo por detrás del cogote, notaba una especie de frialdad. Como si todo eso no estuviera pasándole a él.

Completó los nudos como buenamente pudo. Cuando se acercaba a Hilv para entregarle la punta de su propia cuerda (¡y sabían los dioses cuánto le estaba costando confiarle SU cuerda!) sacó tiempo para mirarle a la cara. Eh, le dijo, lo estás haciendo muy bien niña. Le dio un abrazo, añadiendo unas palmaditas en el casco que hicieron un sonido un poco ridículo. Es tu turno. Que tengas un buen tiro.

Cuando ya todo estaba listo, tomó su arma y volvió a espiar la oscuridad, en busca de algún movimiento sospechoso.

Una vez en posición, añadió, alzando un poco la voz: procuraremos honrar su memoria ayudándoos a salir de ahí, Moss. A ver si alguno de esos cabrones se nos pone a tiro.

Arabelle tragó saliva. No le gustaba nada aquello, pero tenían razón, no veía que podían hacer mientras la situación siguiese así. Buscó las placas de Anetta y se quedó mirándolas durante un momento, mientras suspiraba, antes de guardarlas. Ella podría haber sido cualquiera de ellos...

-Lo siento, de verdad... Pero volveremos a por ti, no te preocupes, no vamos a dejarte aquí... - hablaba en voz alta, pero no con ninguno de sus compañers.

Cogió su mochila y le quitó la armadura. Le temblaban las manos mientras lo hacía. No hizo ademán alguno de quitarle el traje. No pensaba hacerlo. En aquel momento le entró la duda de si sería su educación cristiana la que hacía que no quisiese hacerlo. Ella no creía en ningún tipo de vida después de la muerte ni nada parecido, y Alejo tenía razón en que podría ser de utilidad más adelante... pero aun así sentía que quitárselo y dejar allí el cuerpo desnudo de Anetta estaba mal. Era una persona, con nombre, con cara, con amigos y familiares... Se le revolvía el estómago y se le venía a la cabeza el termino "saqueadora de cadaveres" al pensar en quitárselo todo.

-De acuerdo... Lo tengo todo - anunció tras colocarse la mochila en la parte delantera del torso. Se las había apañado para guardar la armadura* entre ambas mochilas, y se había colgado las placas de Anetta al cuello junto con las suyas - Salgamos de esta maldita roca cuanto antes...

Hilv disparó la flecha hacia uno de los árboles en la dirección que el compañero de Moss había comentado por unas guías básicas sobre donde veían la luz roja. Era uno de las laterales del perímetro exterior, no sabía si el oeste o el este. Según él, habría una elevación de la zona justamente debido a estar tormentas, y tendrían que tener con esa cuerda, ya que había unos motores que secaban la tierra bajo tierra, cerca de los módulos de seguridad que había como cápsulas subterraneas. 

Quizás algunos de los supervivientes estuviesen allí. Podrían verlo si encima de la tierra había una especie de antena doble, con una luz anaranjada tenue que se vería con los térmicos si estaba en uso. Para acceder a ella, si no estaba en uso, bastaba con abrirla con unos códigos a distancia que no teníais, y que ellos tan lejos tampoco disponían de formas para abrirla. 

No había comunicaciones exteriores aparte de las vuestras, pero supuestamente, quizás encima del módulo o alrededor si recogerían otro canal. 

- Chicos, ahora que caigo... Anetta no llevaba armadura. Siento la confusión -

Mientras pensaba que hacer Moss volvió a registrar el lugar exahustivamente. Antes solo buscaba cuerda para sus compañeros y quizás había saltado algo por alto.

Alejo estaba probando si la cuerda había quedado anclada a base de colgarse de ella, dejando caer su peso hacia atrás (y cuidando de que, si se desprendía, no iría a caer en el barro, sino en la roca). Fue cuando Moss intervino. ¿Entonces esta chica no es... ? Oye, hacedle una foto, para estar seguros. Ahí estaba el cadáver todavía. ¿Quién te parece que pueda ser, Moss? ¿Había más gente?

Tenían la canoa hinchable, tenían la cuerda. Hacía falta ver si el barro se deslizaría lo suficiente como para permitir que dos tiraran de la cuerda y movieran la balsa mientras otros dos vigilaban en entorno... O si la cosa era imposible.