Partida Rol por web

Aunque es cierto que a primera vista no hay magia, el vistazo más a fondo de Lux le permite descubrir rastros de magia de Conjuración, el tipo de magia que tiene que ver con invocaciones y transporte mágico. El rastro es tenue, pero que queden rastros tras al menos algunas horas indica que su origen fue un efecto mágico tremendamente potente.
Quizá lo que les trajo a ellos mismos a ese mundo.

Ver al dragón allí tendido era una imagen que se quedaría en la memoria de la muchacha durante mucho tiempo. Ella había escuchado historias de dragones en Runaterra. Leyendas sobre el mismísimo Aurelion Sol o Dae'ja, pero nunca había visto uno de cerca y, mientras que en Runaterra eran criaturas venerables, en aquellas tierras eran tratadas de "lagartijas psicópatas voladoras". Definitivamente, cada minuto que pasaba, Lux sentía que debía fiarse menos de lo que sabía. 

Lo que sí que la aliviaba era que allí al parecer, la magia no se perseguía ni se condenaba. Aún así no estaba acostumbrada y se ruborizó antes de hablar.

- hay... hay... - se interrumpió. Tenía miedo de decirlo, pero respiró hondo y se armó de valor - disculpadme. Yo si detecto un leve rastro de magia. 

El color de la cara de la muchacha era de un rojo intenso y no pudo evitar mirar a todos lados esperando ver a los demacianos lanzándose hacia ella. Le costó darse cuenta que aquello no pasaría.

- Quiero decir - comenzó a explicarse - detecto rastros de magia de conjuración, esa que tiene que ver con transporte e invocaciones. Parece que ha sido un hechizo tremendamente potente. Quizá ha sido el que nos ha traído a este lugar, incluso. 

Le costó decir todo aquello, pero se sintió aliviada de haberlo dicho. Se habían levantado sus cartas. Ahora todos los presentes sabían que ella tenía magia en su interior, pero no estaba dispuesta a ser recluida en una celda en aquellas tierras solo por su propia naturaleza. Aquello, definitivamente no era Demacia. 

- Lo que no me queda claro es que si hay rastro de magia de transporte aquí... - miró a sus compañeros - señor Robert ¿sabe si está muy lejos el punto en el que aparecimos? 

Luego observó largo rato el vehículo volador. Era extraño y Lux nunca había visto nada parecido. Sabía de las bondades del hextech, pero nunca había visto nada tan extraño. Se sintió muy tentada de pulsar algunos botones y ver qué pasaba, especialmente si eso detenía el pitidito que profería aquel aparato.

- Entonces - dijo cambiando de tema - ¿podemos llamar a esto máquina anemo? A mi me recuerda un poco a la tecnología Hextech. No sé si sabéis... Funciona con un núcleo potente de pequeño tamaño que la hace funcionar. En otras palabras... podríamos saber más de este artilugio si encontramos su fuente de energía, ¿no? ¿a alguien le resulta familiar esto? 

- Dejar este aparato aquí es peligroso. Encontrar su fuente de energía y apagarlo para siempre será lo mejor para estas tierras. En las manos equivocadas... - reaccionó a las palabras del jinete que rápidamente había visto las posibilidades de aquella máquina para ir a la guerra. 

Eso es exactamente lo que sucede. Cuando se tiene acceso a la magia, cuando dos culturas chocan y la tecnología florece, luego...llega la guerra.

 - se escucha algo... - no quería perder la oportunidad de repartirse objetos valiosos que les ayudaran en su investigación futura y su supervivencia en aquel plano, pero los sonidos del casco podrían llegar a pararse y no le movía la codicia. Se acercó el casco al oído, tratando de entender de que se trataba.

 En cuanto pudiese, se alejaría de aquella máquina del demonio. Lo mejor que podían hacer era destruirla. 

- Si es un vehículo, tal vez haya un mapa en alguna parte. - sugirió para que Lux, que había demostrado ser más intuitiva que nadie, lo buscase, y así se lo indicó con una mirada que parecía una pugna entre una orden y una sugerencia. - o pistas de quién o qué lo ha traído hasta aquí - reforzó su buena "vista", sin pasar por alto que no llevaba una "visión" a la vista.

 Si podía salir de allí, prefería estar cerca del jinete de Grifos.

- No conviene desaprovechar la oportunidad, sobre todo si no es habitual que algo así suceda. - juzgó como cierto que las probabilidades de que un dragón muriese eran escasas basándose en su ligera sorpresa.

- Ir a medias parece más que justo.  - le incitó, comprendiendo que aquellos seres eran codiciosos, aunque aún no sabía hasta que punto. Persuadirles era lo mejor que podía hacer - aunque dado que no sabemos mucho de todo esto, bien podríamos llegar a un acuerdo más beneficioso para vosotros. - la Shogun era justa, y estaba dispuesta a utilizar su firmeza y su encanto para hacerse valer, ella se sabía poco codiciosa, y sólo le movía la necesidad de mantener un nivel de acción que no requiriese desplegar todo su potencial.

 - ¿Esos ...trasgos, son una especie de Hilichurl? - no se sentía cómoda manteniéndose en la ignorancia por lo que optó por preguntar.

Robert pareció conforme con haber encontrado algo y regresó un poco más cerca del resto. Cuando Lux comentó que habían trazas de magia, el mago se sorprendió mucho... pero no porque fuese maga, ni hizo gesto de que le molestase o algo parecido.

A ver...? Repitió el hechizo ante la atenta mirada de su superior, y finalmente asintió. Es cierto... Hay trazas de conjuración, capitán.

El capitán asintió a su mago y miró a Lux. 
-Bien hecho. Le dijo a la joven Fuera lo que fuera lo que movía esta cosa, ya no tiene magia, o sea que está 'muerta', ¿No? Preguntó para asegurarse. Su mago asintió.

La pregunta de Lux a Robert hizo que el hombre mirase alrededor. 
-Hmmm... Nos hemos movido muy rápido con esos grifos, pero creo que no demasiado. Señaló una montaña Creo que esa montaña la vi desde donde aparecimos nosotros tres.

Lux teorizó sobre lo que movía el vehículo, y Robert miró la máquina, no observando ninguna hélice o motor en las pequeñas alas, y luego movió el bigote señalando su parte trasera.
-He visto algo como eso antes. Parecido, en "vehículos aéreos" muy modernos que utilizaba nuestro enemigo. Por suerte no he encontrado ninguno de los 'estandartes' que usan, pero tampoco de los nuestros. Se encogió de hombros. No puedo prever qué esperar del piloto, pero parece que se fue por allí. A veces apoyaba las manos en el suelo, podría estar herido, pero no he visto rastros de sangre.

Raiden hizo otra observación sagaz. Mágico o no, apagarlo sería una buena idea. El mago se mesó la barba.
-Puedo lanzar un par de explosiones más para terminar de destrozarlo.

El capitán levantó una mano.
-Ni en broma. Un aparato como este merece que una expedición de Magos de Guerra se haga con él y lo estudie como es debido. El mago asintió.

Robert negó, no creyendo que pudieran sacar nada en claro haciendo ingeniería inversa de los restos.

Lux conoce la existencia de un hechizo llamado Remendar* que puede reparar objetos pequeños. Este destrozo está MUY por encima de la capacidad de ese hechizo, pero sin duda un mago mucho más poderoso podría conocer o usar uno o varios hechizos más potentes, y quién sabe si repararlo por completo... Con lo que eso supondría, para bien y para mal.

El hechizo del que dispone Lux, sin embargo, es capaz de reparar alguna pieza concreta de la nave que tenga el tamaño y peso adecuados

*

Remendar (MDJ) 
Alcance: 10'
Objetivo: Objeto de 1 libra como máximo
Este sencillo hechizo repara desperfectos y roturas en objetos pequeños, pero no deformidades permanentes ocasionadas por efectos mágicos.

Shogun se llevó el casco junto a la cabeza. Era ligero y con un enorme visor de algún tipo de cristal. Podía oírse claramente una voz, pero unos chirridos la interrumpían constantemente. Sin embargo, no parecía como si hubiese algo chirriando junto a la persona que hablaba, si no como si fuese algo que detuviese la voz del hombre y la sustituyese por esos ruidos molestos.
...recibes? (...) ...forma de tu (...) Repito, aqu- (...) llaman... (...) -vor contesta (...)

En cuanto a mapa, no encontró ninguno, pero sí un libro delgado, de un palmo de altura, y en una de las pantallas pudo distinguir la silueta del vehículo anemo, con casi todas las piezas en color rojo. Los pitidos se volvían más agudos, frecuentes e insistentes.

Raiden preguntó al capitán por los trasgos, hablando de repartirse el botín, y el hombre sonrió.
No sé que ese esa criatura. Los trasgos de esta zona son así de altos... peludos, y con pequeños colmillos. Parecía describir a aquéllas criaturas que les acosaron cuando aparecieron. Entonces, si estamos de acuerdo, deberíamos ir a por esas escamas antes de que se reúnan demasiados dracos. Mirando a donde había señalado Robert, suspiró, y miró al tercer soldado, que cuidaba de los grifos. Puede que fuera tentador, pero había alguien el peligro. Ve a buscar al herido, nos aseguraremos primero de que esté bien y de paso que nos cuente qué es este aparato. Miró a los tres. ¿Alguno de ustedes dispone de curación mágica por si está muy herido? Debería acompañar al explorador.

La naturalidad con la que se hablaba allí de la magia hizo que Lux se sintiera mucho más liviana de lo que nunca se había sentido. Empezaba a confiar en que no había riesgo de desvelar su mayor secreto. Eso hizo que se sintiera útil por primera vez y dado que nadie había hecho ninguna apreciación a sus dotes mágicas, ella también hizo grandes esfuerzos por tratarlo con naturalidad, aunque la emoción la embargara de cuando en cuando.

- Gracias - dijo orgullosamente cuando la felicitaron por su trabajo al detectar aquel rastro de magia - ¿podemos deducir que no somos los únicos que hemos llegado aquí de la forma en la que hemos llegado? 

Aquella situación era muy extraña. Había decidido confiar en Robert y en Shogun solo porque al parecer habían sido invocados juntos y también en aquellos jinetes porque se habían mostrado comprensivos, pero no sabía si aquello estaba bien. Al menos, mantenerse en grupo parecía que aseguraba cierta supervivencia. 

- No creo que funcionase con magia - dijo resueltamente, atreviéndose a pronunciar esa palabra con seguridad - es más bien... ¿cómo decirlo? ¿Tecnología? A mi me recuerda a la tecnología hextech desarrollada de Piltover. Tiene un núcleo que es como su centro de energía, como si fuera magia, pero no lo es. Es diferente. Ese núcleo las hace funcionar. 

Lux, siguiendo las palabras de Shogun, se dispuso a buscar el origen del poder de esa máquina, ajena a que su compañera lo había empleado como una orden y con el subidón de sentirse útil y poder hablar de magia con total naturalidad. Estaría un rato buscando*

- Creo que la máquina es inofensiva ahora que se ha estrellado - fue explicando mientras buscaba - como mucho, con los conocimientos adecuados, podría repararse, pero ni idea de lo que se tardaría. Si tan solo estuviera Heimerdinger con nosotros... seguro que encontraba una explicación a todo esto. No me opondré a que vuestros magos se hagan con este vehículo y lo estudien. 

Después de un rato buscando, Lux decidió utilizar el hechizo remendar sobre una parte pequeña del vehículo que ella intuyó que podría dar más información del extraño aparato. No sabía si sería de utilidad o si desvelaría algo importante, pero merecía la pena intentarlo.

- Me parece buena idea - dijo Lux ante la propuesta de dividirse en dos grupos - señor Robert, agradecería que me guardase algunas escamas y otras partes de interés de ese dragón. Me gustaría estudiarlas y conocer sus usos, si es tan amable. Creo que debería ir con el explorador en busca del piloto de este vehículo anemo. 

Si lo encontraban, tal vez podrían estar más cerca de esas preguntas sin respuestas que se iban acumulando en su mente sin descanso, aunque ahora la pregunta era si quería volver a Demacia. Sin embargo, la duda se disipó rápido al imaginar lo preocupado que deberían estar Jarvan IV y Garen. 

 - ¿Tecnología? - dudó Raiden, sintiendo que la posibilidad de que aquello cambiase el curso de aquel plano fuese una amenaza contra la eternidad - La tecnología de otro mundo a disposición de vuestros magos de batalla, y si los secretos que desentraña, capaz de matar a un dragón, caen en manos de un enemigo...

 Si decidís rescatar esta amalgama de metal, os arriesgáis a que la guerra cambie a vuestro favor, o muy en vuestra contra.

 A veces lo más sensato es eliminar la posibilidad. - argumentó, más a favor aún de que se terminase con aquello de unas cuantas explosiones más.

 Claro que no quería crear fricciones antes de aprovechar las oportunidades que aquella situación les había brindado.

- Aunque no sabemos si es un artilugio mágico capaz de traer a alguien a vuestro mundo... - suspicaz, planteaba la opción menos drástica. - Encontremos - habló en plural por amabilidad - a ese "piloto" a ver que puede contar al respecto.

 Mi consejo es que si no tiene nada que ver con el acceso a este plano, os deshagáis de ello inmediatamente. El conocimiento se tiene que construir con esfuerzo, si se roba, es peligroso.

 Pero era sólo un consejo como invitada y no iba a insistir, su preocupación era por ellos, pero era una preocupación deferente por como se habían comportado, en realidad, le importaba poco lo que sucediera allí en ciertos sentidos.

 - Échale una escucha a esto. - trataría de alcanzarle el casco a Robert, que parecía más ducho en aquella tecnología, aunque no perdería la oportunidad de mostrarle lo que se oía al jinete, le interesaba su favor.

 Por su parte, abriría un pequeño libro, en busca de las claves de aquel misterio.

 - Pongámonos en marcha, luego podemos poner nuestros descubrimientos en común. - defendió, siempre colaboradora.

 Prefería ir en busca de utensilios útiles para su estancia allí que en busca de un pobre diablo.

Los conocimientos muy básicos de Lux sobre la tecnología de Piltover Le hacían creer que de todos aquellos mandos, el que parpadeaba o daba chispazos podría no estar funcionando bien, así que lanzó su pequeño hechizo sin que nadie se escandalizase ni observase ese hecho más que si lo estuviese reparando con las manos.
Las chispas cesaron, y el casco que llevaba Shogun en la mano empezó a sonar mejor.

Robert lo cogió y escuchó, agradeciendo a Raiden con un cabeceo. La voz de una mujer sonaba extraña pero con claridad

-BSG1 a Viper 5, responde por favor

Robert abrió mucho los ojos, de repente le faltaba el aire, como si un trocito de su mundo hubiera vuelto. Con la mano un poco temblorosa, se colocó bien el casco, buscando un botón que no había y empezó a hablar atropelladamente.

-Al habla el Teniente McLean del 2º regimiento SAS, Viper 5 derribado, repito, Viper 5 derribado, emprendemos la búsqueda del piloto, necesitaremos extracción médica, cam-

Como si no hubiera oído a Robert, la mujer siguió hablando, llamando al piloto.

-Aquí BSG1 llamando a Viper 5, informe de estado, contesta por favor.

Robert pareció rabioso buscando al forma de comunicarse con aquél aparato. En su mundo, uno tenía que pulsar un botón para hablar, pero no lo encontraba en aquél casco.
-Ho... Hola, ¿Me recibe? Viper 5 a ... Cómo dijo... BSG1, Viper 5 a BSG1, me recibe? Dejó pasar unos segundos.

Estuvo tentado de empezar a buscar entre los botones del panel, pero el sentido común le indicó que probablemente no era buena idea.

-¿Qué es esa jerga? Preguntó el capitán, extrañado. ¿Conoce esta maquinaria? Dijo a Robert, esperando más respuestas.

-Jerga militar, de mi mundo. Respondió el teniente. La de esa mujer no es exactamente igual, pero se parece. No consigo que me oigan, y no sé si es que no lo sé hacer funcionar, o hay algo averiado.

Con una risilla, el tercer jinete murmuró que era lo más probable.

La reflexión sobre que tener una tecnología muy superior a la de otras naciones, una que no se ganó con esfuerzo podría resultar contraproducente hizo que el mago mirase a Shogun pensativo.
-Es como un pergamino muy poderoso en manos de un aprendiz... No le falta razó-

Pero el capitán no opinaba lo mismo.
-Quizá, o quizá no. Dejemos que la Maga Real y la Regente decidan eso. Dio una palmada en el hombro a Raiden y al tercer jinete. Seguro que se pone muy contenta de encontrar un artefacto como este, y eso siempre es bueno para un ascensillo, -Quizá sacarnos de este destino remoto- o en vuestro caso para una generosa recompensa. Miró a Lux, pero hablando al jinete. Cuida de nuestra compañera, mm? El soldado asintió, y pronto Lux emprendió el vuelo con aquél soldado.

Robert murmuró algo sobre tener tecnología superior y las tiranías, pero se cuidó mucho que los soldados no le oyeran.

Ambos miraban hacia abajo, buscando un rastro, algo que les hiciera sospechar que el piloto estaba por allí cerca.. Tras lo que pareció una media hora, encontraron a buena distancia, una patrulla de aquellas criaturas, entre seis y ocho de ellos, llevando entre dos a una figura más pequeña, posiblemente el piloto. Aún más lejos, en la dirección a la que iban, habían unas chozas.
Mmm... Yo solo no puedo con ellos. Miró hacia atrás, a la maga- ¿Tú cómo andas de magia? ¿Crees que puedes espantarlos o liquidarlos?

Las criaturas no habían prestado demasiada atención al grifo. Quizá no podían alcanzarle, o no esperaban que atacase desde el cielo en inferioridad.

Robert se quedó un poco más intentando contactar con aquél aparato del casco, pero fue en vano. Finalmente, los dos viajeros subieron a los animales y emprendieron el vuelo hacia el dragón caído. Muy pronto estuvieron allí, y tres de esas criaturas estaban mordisqueando las partes blandas del dragón. Eran de un tamaño imponente, de unos siete u ocho metros de la punta de la cola a la punta del morro, pero sin brazos delanteros. Un cuarto draco estaba rondando alrededor de los tres que comían, quizá porque no le dejaban, o puede que para avisar de la llegada de intrusos.

El dragón, por su parte, yacía muerto, con sus fácilmente quince metros de largo y unos veinte de envergadura. Mostraba un gran agujero en un costado, de un par de metros de diámetro, más numerosos impactos agujeros de mucho menor tamaño en las alas y el cuerpo.

-Santo Helmo... ¿Ese artefacto le hizo esto a un dragón? Dijo el capitán, perplejo. El mago tampoco salía de su asombro, Robert no parecía tan sorprendido. Hay que investigar sus heridas, además de recuperar escamas. Miró los cuatro enemigos que se interponían en su camino. ¿Os veis capaces de acabar con alguno? Quizá si les herimos lo suficiente se pongan en fuga y nos den un rato.

- ¿Son carroñeros o sólo oportunistas? - todo era nuevo, y eso era por un lado excitante y por otro completamente irritante. No entendía porque su corazón iba más deprisa al ver aquellas criaturas o aquellos paisajes, tampoco entendía porque sentir cierta pena por aquella monstruosidad caída. 

Esto no es Inazuma.

 Se defendió tratando de escapar de la sensación de que podría llegar a encajar en otro lugar, allí simplemente todo era repulsivamente nuevo, se utilizaban poderes sin control, y el orden establecido era más un caos en un equilibrio a punto de colapsar.

 Si ella gobernase en aquel mundo, en aquella recóndita parcela de lo que debía de ser el continente, simplemente erradicaría cualquier amenaza. Exactamente lo que había hecho hacía tan poco...no olvidaba los golpes en aquel cuerpo, el dolor, y la sensación de impotencia, aquella sensación tan humana.

 Se exigió prudencia.

- Su tamaño.. - no era duda, no parecía tener miedo de enfrentarlos, pero consideraba que tendrían dificultades para matarlos, al menos si no se exponía a que empezasen a adorarla como a un Dios.

 No había pasado por alto ciertos gestos humanos, que la tocasen la desagradaba, y no escondía que los que la tocaban sin su permiso tenían suerte de conservar las manos, mensajes indirectos que si no eran respetados generarían situaciones incómodas para los insolentes que se atreviesen.

 Se dejan llevar por la camaradería. Voy por buen camino ganándome su confiaza.

 Pensó, haciendo la vista gorda. No podía detenerse a preocuparse por algo que ya había sucedido, ahora tenían delante un reto.

 - Si ignorarnos mutuamente no es una opción, hagamos que piensen que somos más poderosos de lo que aparentamos ser, ruido y luz. - le costaba dar esa interpretación, no era otra cosa que trueno y rayo, algo con lo que se sentía identificada, salvo porque no era una estrategia para dar miedo, eran poderosos de verdad.

 Raiden llevó la diestra para tomar la guja, aquello podría tornarse en un combate donde la distancia garantizaba su salud.

- Debemos asegurarnos de que los animales están bien - agradecería los servicios al grifo si podía con una firme caricia - y no son atacados por sorpresa. 

 Vosotros sabéis mejor a que nos enfrentamos. Confío en vosotros.

 Tal vez...era un comentario manipulador, no del todo sincero, o algo que se dice cuando pretendes desarrollar esa confianza que no existe.

Son cazadores solitarios. Supongo que si se han reunido es porque la presa es lo bastante fresca y lo bastante grande para todos. Dijo mientras volaban a la vista del vigía. Aparte de sus colmillos, el mayor peligro es la cola. Posee un veneno muy potente y hay que evitarlo a toda costa.

El mago añadió algo más de información.

-Se sienten incómodos luchando en tierra. Luchando en el aire disponemos de los grifos, pero ellos aprovecharán sus ventajas. Y ni que decir tiene si hieren o envenenan a uno de los grifos.

Robert escuchó al mago.
-Si no se ven seguros luchando en tierra, no nos podrán atacar desde el aire?

-Por supuesto Respondió el mago. Pero solo tenemos que buscar un lugar lo bastante estrecho como para fastidiarles las pasadas, y les obligamos a descender o arriesgarse a estrellarse contra alguna pared o roca.

Robert asintió, escuchando la idea de Shogun. Mi arma hace mucho ruido... y mucho daño. Si merece la pena, puedo gastar unas cuantas... proyectiles para ayudarnos a liquidar alguno y que el resto se marchen.

El capitán sacó su ballesta. Bien, su arma ruidosa, mi ballesta, y los hechizos de mi compañero. Miró a Shogun, que no parecía llevar ningún arma a distancia. Tu podrías cubrirnos.

El efecto de su hechizo en aquel aparato confirmó un poco las sospechas de Lux acerca de que se trataba de un aparato de origen tecnológico, aunque más le sorprendió la naturalidad con la que la gente de su alrededor había reaccionado al hecho de que ella hiciera magia.

No obstante, al escuchar la voz que salía de aquel casco y la respuesta de Robert, Lux no supo cómo reaccionar. Parecía que trataban de comunicarse.

- Me parece muy curioso - dijo sin saber muy bien cómo expresarse ante algo tan extraño - es como si se mantuviese una comunicación entre una persona en alguna parte y ese casco. Como un artilugio comunicativo - dijo observando más de cerca - pero también es como si se hubiera interrumpido la conversación y no pudiera continuar. 

Aquello le hizo pensar más profundamente sobre la situación.

- Señor Robert - dijo la chica con amabilidad - usted conoce más de esto ¿Qué alcance suele tener un aparato como este? ¿podría ser el piloto de este trasto otra persona en nuestra misma situación? ¡Esto es muy raro!

Lux miró a los autóctonos de aquellas tierras. Quizá lo más seguro sea reunir a todos los que habían aparecido de la nada y averiguar lo que se pueda acerca de las apariciones para devolverlos a sus respectivos mundos. Sin duda alguna, debían colaborar con aquellas personas de los grifos.

Intrigada por sus conclusiones, Lux se montó detrás del jinete y se agarró con fuerza para buscar al piloto.

- Nos vemos luego - se despidió con una sonrisa.

Sobrevolaron los campos en busca de alguna señal que pudiera darles alguna pista sobre el paradero del piloto de aquel vehículo volador  que se había chocado contra el dragón que ahora yacía muerto un poco más apartado. Lux agudizaba la vista y observó aquella extraña procesión. Atendió a la voz del jinete y parpadeó por un momento tratando de fijarse con más detalle en la imagen que veía desde las alturas. 

- ¿Qué son esas criaturas? Nunca vi nada igual - dijo Lux

Luego meditó sobre las palabras que el jinete decía. Parecía dispuesto a aniquilar a aquellas criaturas sin ton ni son. A la chica le parecía una aberración, pero no sabía nada de aquellas tierras y había decidido colaborar con esas personas.

- Supongo que podríamos distraerles o pillarles por sorpresa - dijo la chica - pero debe saber que nunca antes he usado mi magia para combatir, aunque tengo algunos recursos. 

- Llevemos a cabo la estrategia más prudente. - asintió respecto a ayudarles si acababan atacando en tierra, ella podría intentar hacer de obstáculo con la guja, sabiendo que ofrecía cierta distancia de margen como para contener a una de esas criaturas, aunque no tenía muchas esperanzas de poder hacerlo durante demasiado tiempo. 

 También temía por los grifos, seguramente lo más valioso dentro del grupo, aunque Roland era el representante de un mundo que podía resultar una amenaza más para Inazuma. De momento, empezaba a vislumbrar que sin desplegar su verdadero potencial tardaría mucho tiempo en encontrar la forma de detener aquellos portales o dar con el que había creado aquella inestabilidad entre los planos, pero en la guerra, hay que luchar batalla a batalla, y se encontraba confiada, sólo necesitaba hacerse con su propio ejército, en su defecto, un grupo suficientemente capaz como para ayudarla, ella sola llamaría la atención de otros con el mismo poder y no estaba preparada para enfrentar a otros Arcontes con la ventaja de que pelearían en su propio mundo.

 - Veamos como reaccionan ante el ruido. - miró con firmeza a Roland - ¿son fáciles de forjar? - se refirió a los proyectiles.

Robert suspiró, pensativo, y respondió a las inteligentes preguntas de Lux.
Un aparato volador puede llevar una radio Carraspeó Un comunicador... Miró su mochila con disimulo. Raiden y Lux le habían visto usarla, pero por algún motivo no se lo había revelado a los soldados con alcance de algunas decenas de kilómetros, pero si llaman desde alguna 'base', como parece ser, podrían ser cientos de kilómetros.... Eso sin contar con que este aparato parece muchas veces más avanzado que lo que yo conozco. Podría estar increíblemente lejos.

El tipo de charla que hemos tenido no me permite saber si es una base fija o móvil, podría ser un portaaeronaves, o un edificio, o incluso otro aparato "pequeño" de estos. Precisamente para eso es ese lenguaje, para que si lo oye el enemigo no tenga más información de la cuenta.

Da la sensación que no pueden oírnos, habrá que tener los ojos bien abiertos por si vemos algo similar a esto desde el aire.

El capitán pareció preocupado.
Si hay más como ese, capaz de matar un dragón... será mejor establecer contacto pacífico... Y creo que nada mejor que devolverles su compañero derribado. Hizo un gesto al hombre que acompañaría a Lux para que supiera que confiaba en él.

El caballero miró a Lux como si esperase que de repente echara a reír ante la broma y después desatara el infierno sobre esos seres... Pero no. Hablaba bastante en serio.

Nunca has... luchado con magia? Preguntó, resoplando y negó, conteniéndose de darse un palmetazo en la frente.

Luego señaló a los grandes trasgos, los mismos que les atacaban cuando llegaron junto a Robert.
Son unos salvajes. Lo que le espera a ese pobre tipo no va a ser agradable. Seguramente le intenten sacar información de la peor forma posible, y cuando hayan acabado lo sacrifiquen a sus dioses, o le inviten a la cena... Como plato. La miró a los ojos. Él tampoco bromeaba.

Así que si tienes un voto de Paz religioso o algo parecido, no se me ocurre mejor momento para hacer un pequeño paréntesis y sacar a esa persona de las garras de una muerte atroz.