Resumen del capítulo 1: La hermandad del Baluarte del Estrecho Rojo.
Ulmer Piecansado había vuelto de sus viajes acompañado por otro grupo de niños. Como hubo hecho años anteriores,el clérigo de Oghma da refugio a los nuevos miembros de la fortaleza que protege la entrada a Turmish. Su vida torna a algo sencillo, una serie de labores casi domésticas a cambio de comida y cobijo. Pero acontecimientos imprevisto sucederán...
Allí los jóvenes conocieron a multitud de personajes con los que convivieron y crecieron durante varios años. Los muchachos se formaron en diversos artes y le robaron el corazón al Comandante en jefe de las fuerzas del Baluarte Deverry Cuernomadera. Los chicos inventaron una nueva infusión que se comercializó muy bien y estrecharon lazos de amistad con comerciantes y soldados. Cada joven tomaría a un maestro para que le iniciase en nuevas disciplinas, algunos con la intención de mejorar sus capacidades para el combate, otros para aumentar su sabiduría y otros por sus afinidades personales. Cada día en el Baluarte del estrecho Rojo se recordaba con añoranza desde el presente.
Nunca podrán olvidar cuan difícil fue limpiar los sótanos y almacenes de las cocinas de la fortaleza, y los secretos tenebrosos que ocultaban sus laberínticos pasillos oscuros llenos de alimañas. (Laif aún tiene en la pierna una pequeña cicatriz de dientes, Loltún guarda a un inseparable compañero de aventuras y Orlamm, Ulrich y Lea encontraron un pergamino que finalmente no le dieron a su propietario)
En la memoria de todos está el gran banquete que se dio por la visita del Señor de los Valles y cómo intentaron atentar con su vida e implicar de ello al mago Desmevos. (Los jóvenes pusieron a salvo las monturas de los nobles y soldados, conocieron a nuevos amigos, y amigas ;) y comenzaron a tomar consciencia de que su Baluarte era tan solo una torre de las muchas que había en todo Turmish)
También guardan un amargo sabor de la primera gran derrota sufrida a manos del drow Pinuar y su banda en el puesto de avanzadilla, en donde más de uno se quedó de piedra al vislumbrar a un enorme minotauro blanco. Fue una noche de lágrimas pues también se despidieron de Ulmer, que comenzaba entonces un nuevo viaje al oeste.
De la Okrika, los recuerdos son múltiples, pues el grupo se dividió para intentar ser más efectivos y cumplir con mayor rapidez la misión secreta que Aldrid Cortemoz les encomendó. Los que trataron de salvar la vida de Cuernomadera y los que intentaron salvar la tensa situación de El manto. Ambas misiones llenas de riesgo y aventura. Los que volvieron raudos con los ingredientes del antídoto se toparon con orcos y tuvieron que luchar por sus vidas. Los que se quedaron en el corrupto pueblo, se vieron inmiscuidos en una trama política por el control de la villa que terminó con un rescate sorprendente, una casa en llamas y pactos que se cobrarán en el futuro.
En la última etapa del Baluarte, la memoria se hace dolorosa. La misión de encontrar a un traidor desembocó en el rescate de unos prisioneros que iban a ser vendidos como esclavos. El grupo volvió a dividirse y los que intentaron salvar al resto de esclavos se toparon con una organización criminal de maleantes. Los que volvieron con los heridos y capturados al Baluarte corrieron peor suerte. Llegaron cuando comenzaba el asedio de la fortaleza. Breve fue el ataque y más veloz la huida. Malheridos, tristes y desconsolados, los héroes viajaban al este en busca de un monasterio en donde curar sus heridas.
Los miembros del monasterio son:
Faidur Brazorecio. Humano, clérigo. De carácter fuerte, estricto con las normas y el encargado de la defensa del monasterio.
Eleco. Humano, clérigo. Anciano religioso, humilde y devoto que se encarga del pastoreo de las ovejas. A veces tiene delirios por la senectud.
Hermano Pinfed. Humano, clérigo. Hombre anciano que se ocupa del pan y las donaciones al monasterio. Le encanta la repostería pero no la ejercita por considerarla ostentosa.