El grupo volvió a subdividirse, en esta ocasión Neril, Laif y Loltún se marchan para dejar a Orlamm, Lea y Nerea.
Cuando el grupo diplomático se acerca más a la caravana de comerciantes no parece reconocer ninguno de los vehículos. Al llegar delante de la carroza más decorada se entreabre la puerta con un gran mandoble que os apunta. El enano que lo sostiene parece vestido con ropajes no muy nobles teniendo en cuenta el vehículo que lo transporta. El enano sin dejar de apuntar su arma hacia vosotros desciende lentamente de la carroza. Una vez los pies en el suelo, hace un gesto con la mano. El jinete que os acompañaba desenvaina su arma (una espada larga) y os apunta con ella. de detrás de la carroza aparecen dos soldados más con armaduras ornamentadas y lanzas en las manos que también dirigen contra vosotros.
¿De verdad me queréis hacer creer que el gran Baluarte del Estrecho Rojo ha caído? ¿Qué clase de asaltacaminos sois vosotros? ¿Nos tomáis por necios? Esta gran espada de mis manos os abrirá por la mitad si decís alguna otra mentira. Mira a Neril y continúa. Bueno a ti tampoco es necesario hacerte mucho más. Espero por Tyr que no me obliguéis a usar el mandoble.
Neril ante el comentario hiriente del enano se acobarda y calla, dejando que seáis vosotros quienes habléis.
Soy Laif Cork, discípulo de Thimothir Krauss y yo le contaré lo que ha pasado.
Sí, el baluarte ha caído -respondo- y precisamente al hombre que está amedrentando con sus amenazas es uno de los supervivientes. Él ha visto como se ha desenvuelto la emboscada y ha vivido el ataque.
Explicaré la situación como pueda, ya que han pasado muchas cosas en muy poco tiempo.
Al regreso para la Okrikka, el señor Cuernomadera fué envenenado, supongo que este fue uno de los preparativos. Al regresar con los ingredientes para el antídoto, empezamos a buscar al espía y cuando conducíamos las investigaciones nos percatamos de la ausencia de unos documentos que contenían los planos del baluarte, así que nos dispusimos a recuperarlos.
Hago una pequeña pausa y bebo un poco de agua- Perdón, prosigo, persiguiendo al hombre dimos con una grupo de esclavistas al que neutralizamos y por desgracia el espía que iba con ellos escapó. En ese punto nos dividimos, unos a avisar y ayudar a los esclavos liberados y nosotros a intentar bloquear la ruta de escape, descubrimos que en un puerto cercano podría usar un barco como transporte. Una vez en el puerto, neutralizamos al resto del grupo de esclavistas, agotando nuestras fuerzas, y tras dejarlos en libertad a cambio de información, descubrimos que un par de barcos cargados de gnolls iban de camino al Baluarte, fuimos raudos a avisarles, pero ya era tarde.
En el camino nos encontramos a Neril -señalo, a nuestro compañero- que nos explico como había sucedido el ataque. Él tenía instrucciones de uno de nuestros maestros de ir a buscar refugio en el monasterio que hay por aquí cuando nos lo encontramos, así que decidimos ir todos al monasterio. Aquí nuestro compañero Loltún, envió a su murciélago para que realizase una misión de reconocimiento y las noticias no fueron muy alentadoras, como ya le he dicho, el Baluarte ha caído.
Y al poco, nos hemos encontrado con ustedes, así que si escuchasen mi consejo, vuelvan atrás y avisen a todo el mundo que puedan... Aquí hay una mano invisible que mueve los hilos entre las sombras y nosotros no hemos sido capaces de verlos...
Al terminar Laif, Loltún asintió y comenzó a hablar cortésmente en enano...
Maese Onarium, os saluda Loltún del clan Stonehenge, hijo de Itzá y Aktún, sobrino de Balam de los dromedarios y nieto del gran Baktún.
Mi clan ha tenido el gusto de comerciar con ustedes en el pasado y agradezco a las montañas el haberlos podido encontrar justo antes de que se dirigieran ustedes al Baluarte caído. Antes de que entraran en las fauces de los gnolls que la ocupan, o bajo las hachas de aquellos destructores de civilización: los clanes orcos de las Orson, a quien ustedes tan bien conocen.
Lo que dice el humano es cierto. Este joven clérigo puso en juego la vida defendiendo Baluarte, así como muchos de nuestros compañeros la ofrendaron. Respetemos su memoria. -y se puso la mano en el pecho.
Tirada oculta
Motivo: diplomacia (¿alguna sinergia por mercader?
Tirada: 1d20
Resultado: 7(+6)=13
Terminó con la frase en común:
Respetemos su memoria. -y sostuvo la mano en el pecho en señal de duelo.
Bajad las armas ahora mismo, ordenó el enano a sus hombres. Lo primero... deciros que lo siento mucho, conocía a buenas personas allí, y lo segundo... No volváis a relatar lo ocurrido así nunca humano Laif Cork discípulo del gran hacha Krauss. ¿No os dais cuenta de que si yo fuera el enemigo podría acabar con los pocos supervivientes del Baluarte? Agradecemos vuestro consejo y nos marchamos de vuelta a la capital. Considerad que nosotros avisaremos allí de lo ocurrido. Luego mira a Loltún y continúa. Loltún Stonehenge, hijo de Itzá y Aktún, sobrino de Balam de los dromedarios y nieto del gran Baktún. Lamento vuestra pérdida, y si puedo hacer algo para ayudaros solo decídmelo. De momento tomad estos elixires y compartid mi comida. Tengo un nuevo cocinero entre mis filas.
Todos recuperáis todos los pg.
Suponemos que el grupo se reagrupa y a pesar del miedo inicial, todos se regocijan de haber topado con semejante enano generoso. Marcháis unas millas más al este y al atardecer se monta un pequeño campamento disponiendo de los vehículos para formar una media luna y un fuego en el centro. La caravana de comerciantes la forma seis soldados de a pie, el jinete, tres pajes especializados en ventas, un conductor para la carroza, un carpintero humano y un cocinero humano.
En principio no os mezcláis con los miembros de la caravana, pero Talzon a través de sus pajes y el jinete os ofrece lo que pidáis y os da de comer un potaje de garbanzos con chorizo caliente.
Loltún se acerca a platicar con Talzón. Sabe bien cómo responder a su ofrecimiento.
Señor Onarium, me preguntó usted cuando nos encontramos que que era lo que podría hacer para ayudarnos. He estado pensándolo este rato y ahora me queda claro. El fin es definitivo: necesitamos recuperar Baluarte.
Pausó, dejando que las palabras se hundieran en todo su peso.
No será fácil, la fortaleza se construyó para ser defendida ante ejércitos enteros. Así que deberemos ir levantando uno nosotros, la gente libre de Turmish, los diferentes poderes de sus Reinos, Parajes, ciudades. Su barba cuadrada brillaba con la luz fuerte de la fogata, danzaba como fuego.
Mi petición a usted es que la Casa Visionarium comience a hablar con las otras Casas comerciales. Para que vayan dando su apoyo, organizando la colecta, para fortalecernos con gente, recursos, armas, a nosotros, los que ahora seremos conocidos como las Compañías del Baluarte Caído.
Nos reagruparemos después del monasterio con nuestros Mayores que hayan sobrevivido. De ahí os enviaremos un representante. Pero por favor, vaya moviendo en cuanto pueda la palabra y la acción, el brazo y el oro, porque si ha caído Baluarte, todo el cuerno de Vilhorn está ahora vulnerable.
Debe Baluarte regresar a ser nuestro.
El gnomo permaneció en silencio la mayor parte de la noche, aceptando el potaje que le suministraba el enano, pero sin llegar a confiar en los recién conocidos, pues no le agradaba la reacción que habían tenido de recibirles con las armas desenvainadas.
Tirada oculta
Motivo: averiguar intenciones (enano, guardias, otros)
Tirada: 3d20
Resultado: 8(+6)=14, 6(+6)=12, 9(+6)=15
La escena de la cena.
Talzon escuchó las palabras del enano mientras sus hombres les servían tazones de guiso al resto del grupo. Lo que dices parece sabio, pero conseguir que se muevan los grandes señores, conseguir que el Consejo tome alguna resolución es algo bastante complicado. Mi casa no tendrá problema en sufragar los gastos derivados de una armada para recuperar el Baluarte, pero no sé si todos serán así de colaboradores. Por el momento podríamos hablar con el comisario del Páramo de Las Colinas y exponerle el caso. Seguro que al ser un incidente tan reciente lo desconoce.
Mañana enviaré a mi jinete para que pida una audiencia con el Comisario, ¿algo más?
Talzon al ver que no le pedís nada más avanza a la mañana siguiente en dirección al monasterio de Lathander. Él os explica que allí moran unos sacerdotes muy píos y humildes. Una vez que os lleva hasta vuestro destino, el enano y su grupo de comerciantes se alejean recordandoos las promesas hechas.
Fue al atardecer cuando alcanzaron los muros de la construcción. Un pequeño rebaño de ovejas se resguardaba en un humilde establo delante de los muros. No había guardias, ni lujos, ni adornos. Por no haber no había ni portones. Al pasar el muro había tres deificaciones de piedra gris. Una con el techo de paja. (Más información en el dossier)
Fatigados por la travesía vuestros cuerpos se tambalean cuando al girar una esquina os topáis de bruces con un clérigo que se encuentra rezando.El hombre, muy anciano, continúa con su oración pero os hace un gesto para que os sentéis con él y lo acompañéis. Nerea refunfuña, pero se sienta y poco a poco todos creéis oportuno hacer alguna plegaria por los compañeros caídos. La noche cubre el cielo y el sacerdote de Lathander os trae unos cubos de agua algo turbia. Después, sin daros mayores explicaciones se retira.
Cuando os disponéis a acampar dentro de los muros del monasterio (como si se tratase de el atrio o jardín central del monasterio) escucháis unos sonidos de pasos que os alertan. El grupo se prepara para un posible enfrentamiento, pero a quienes ven girar una esquina es a Ulrich y Jorgen.
Si necesitáis halar entre vosotros, usad la taberna por el momento.
Antes de despedirse del Maese Onarium, Loltún le comentó: Se que viniendo de las montañas Orsun, sus armeros preparan hachas de guerra e inclusive ugroshes especiales para combatir con los orcos. Se que el apoyo que quieren brindar para recuperar Baluarte será en forma de compañías de guerra enteras, pero me gustaría pedir algo individual: una de esas armas. Me estaba entrenando con el paladín Sir Fadenor para usarlas, y ahora las usaría para continuar su misión. Ojalá que Sir Fadenor siga vivo.
¡Ey Ulrich! Sale corriendo Loltún y abraza al humano flacucho. ¿Cómo estas? ¿Heridas? Lo revisa rápido con la vista, cual curandero experimentado. Siéntense, -le dice algo similar en enano a Jorgen- beban algo de agua.
¿Alguien más en el camino?
Ulrich no puede leer estos mensajes. Continúen este bonito reencuentro en la Taberna del Chismorreo
¿Hubo algo de la petición de última hora de Loltún? :)