Partida Rol por web

-Vaya -dijo Kyara al comentario de Flash, pero cuando fue a contestar, su hermana la tiró un poco del pelo- aaaaaay -dijo mientras ladeaba la cabeza antes de continuar hablando- pues sí, tiene que ser una pasada lo de invocar perros -alzó la mano para despedirse de su hermana mientras entraba todo el mundo.

-No, Rina, no hemos invocado nada, ni si quiera se qué soy aún -dijo sonriendo mientras escuchaba a los lobos y como todo el mundo se preocupaba. En ese castillo habia más monstruos que fuera- Bueno, a lo mejor son seres que vuelan pero aullan, yo ya me lo creo todo.

Terminó de cenar y recogió todos los platos, unos cuantos, antes de despedirse con la mano de todos- descansar -dijo mientras salía por la puerta.

Terminó su cena mientras se sumía en sus pensamientos y hoy iba a ser la tercera noche allí y, con suerte, la primera que dormiría bien- bueno, yo me voy a descansar.

Makoto trató en seguida de tranquilizarnos a Rina y a mí, que al parecer éramos las únicas preocupadas por los aullidos. Traté de relajarme y dejarlo estar, pero realmente el que pudiera tratarse de algo relacionado con el jefe de seguridad no me ayudaba mucho. Ahora en mi mente rondaba la idea de que pudiera no tratarse de simples lobos.

Las hermanas salieron, mientras Kurt se reunía con el resto. Cogimos algo de comer y nos sentamos con los demás.

-Gracias. – me esforcé en sonreír a Ben, ante su caballeroso gesto.

Entonces este también trató de quitarle importancia al asunto y cambió de tema. Decidí empezar a comer, puede que estuviera haciendo un mundo de unos aullidos, aunque por otra parte…

Miré a Rina de reojo, tratando de ver si ya se encontraba más tranquila con la explicación de los chicos y continué comiendo.

En Kyoto también tenían mucha seguridad, y pasó lo que pasó…

Saludé a los presentes con la mano, pero justo Nyara salía. Me despedí de ella y más tarde de su hermana.

Al parecer, las dos parejas también acababan de llegar.

-No, todavía no cené-LE contesté a Makoto, y al arecer ellos tampoco pues preparóuna mesa para los cinco.

Cogí una bandeja para mi y me senté en el sitio que me dejaron. "Vaya...he terminado cenando con dos parejitas...ahora me siento un tanto incomodo..."

-Que aproveche gente-Y empecé a comer, estaba bastante bueno la verdad-¿No os parecen hermosos los aullidos de los lobos? Estar en un castillo...rodeado de esos sonidos, es tan acogedor esto...

Me encontraba comiendo cuando sentí el impulso de levantar la mirada, esta vez para mirar a Kurt. No sabía que me inquietaba más, si que volviera a mencionar el tema de los aullidos como si nada, o que hubiera obviado la pregunta de Ben, como si quisiera cambiar de tema para ocultarnos sus habilidades.

-No tenemos que hablar de nuestras naturalezas si no queréis… Aunque creo que estaría bien hacerlo. – dije en tono serio, y volví a tomar otro bocado. Me di cuenta de que algunos me miraban sin comprender, así que tragué y continué. – Si algo sucede, y ya no hablo sólo de los lobos, – aclaré antes de que me tacharan de alarmista. – ,estaría bien saber con que “armas” contamos. ¿N-no os parece?

Miré a Ben y seguí comiendo, inquieta por lo que pensarían de mis palabras.

El primero en hablar es Kurt, que parece ignorar mi comentario acerca de los trucos y se centra en quitarle importancia al asunto de los lobos. Empiezo a comer algo, sin darle importancia al tema, hasta que es la propia Liz quien decide retomarlo. Como si le molestara la idea de que mi pregunta se vea ignorada.

¿Es eso, Liz? ¿Sales a defenderme?

Está más guapa que nunca...

Habla de compartir naturalezas, de conocer nuestras "armas". Yo guardo silencio, observando a los demás como si tal cosa. Mientras mastico, me observo el brazo izquierdo, recordando cómo se modificaba la piel, cómo lo hice la última vez. Quiero hacer una pequeña demostración, ser el primero en hacerlo ahora que lo ha pedido Liz. Sin embargo, la piel de mi brazo no cambia. La miro extrañado, torciendo el gesto, comenzando a cabrearme por no ser capaz de...

Y entonces, cuando más empiezo a calentarme la cabeza, es mi mano la que cambia. La izquierda solamente, por suerte, porque en la derecha continúo sujetando el tenedor. La piel de la mano se recubre de escamas triangulares, que se adaptan al movimiento, y de mis dedos surgen unas uñas largas, de más de diez centímetros, negras y brillantes como el azabache, y peligrosamente duras y afiladas. Muevo la mano delante de mí, para que todos la vean, moviendo los dedos en oleadas mientras oigo el crepitar de las escamas de la mano al rozarse entre sí, mientras continúo masticando como si tal cosa, pero sin ocultar mi sonrisa satisfecha.

Sangre de dragones -Aclaro, encogiéndome de hombros, y entonces me giro hacia Liz- Que vengan los lobos si quieren, jeje.

Que yo te protegeré, siempre.

Chasqueo lo dedos de la mano izquierda, no sin dificultad, y las escamas se repliegan, desapareciendo, al tiempo que las garras retornan hasta convertirse en uñas normales y corrientes.

Miré a Elizabeth mientras comía, la verdad es que había intentado no mencionarlo pero entonces vi como Ben empezó a mirarse la mano cuando de pronto está empezó a escamarse y a salirle unas largas garras. Apoye mis codos sobre la mesa sujetando mi cabeza con las manos sorprendido.

-¡Woooooooooow....tiiiiiiiiioooooooo, como moooooooooolaaaaaaaaa! ¿Puedo tocar?-Y sin esperar respuesta alargue uno de mis brazos para acariciar las garras-¡Alucinante!

Suspiré. "Bah..."

-Yo la verdad, una cosa que aprendí es bastante rara y dudo que podáis siquiera percibirlo incluso no se si sabré volver a hacerlo, la otra...por otro lado...aun no le he usado y-miré a mi alrededor viendo las personas que había y todo en general-No creo que sea el mejor lugar para intentarlo-Puse cierta cara de preocupación-Pero prometo que cuando mañana si teneos tiempo, cuando queráis salimos fuera y lo probamos juntos.-Terminé cerrando los ojos con una sonrisa y todo para luego seguir comiendo-¿Os parece?

Los lobos no era nada,no le habían necesariamente preocupado, sino que le habían causado extrañeza, estaba más bien contenta, hasta que preguntaron sobre los trucos que les habían enseñado, su cara cambio completamente, siguió comiendo en silencio, Kurt había ignorado la pregunta de Ben, y eso era agradable, no hablar de eso,sí, no hablar, pero no, querían saberlo,  indagar en las armas que habían, ¿y qué les iba a decir? Hola, soy un zorro de fuego, de tres colas, que se vuelve loco y mata a todos a su alrededor. Ah, claro, también le corté el brazo a mi novio...  De pronto ya casi no tenía hambre, se le había cerrado el estómago por el asco. Sin embargo, siguió sentada en la silla, intentando comer algunos bocados más, pero realmente no pudo, sus compañeros mostraban sus atributos, realmente muy adecuados, sin miedo, porque no habían dañado a nadie, en cambio ella era una asesina.

Una maldita asesina...

Rina se puso de pie, ya no podía seguir comiendo, ni estando ahí, no porque no le agradaran los chicos, sino porque ella misma no se agradaba, era un peligro, ni iba a usar lo que le enseño, por miedo a que su zorro interior decidiera que era momento de despertar, ocupar su cuerpo, y matar a todos los que consideraba débiles o inferiores.

- lo siento chicos... me iré a dormir, nos vemos mañana...¿vale? - les sonríe, o hace el intento, una pantomima, abre el paso de la silla y se aleja del grupo, no se despidió de Makoto, ni lo pensó, solo se fue cabizbaja, con sus manos en los bolsillos de su sueter. 

La cena era deliciosa y los chicos parecían entusiasmados con su evolución, algo de lo más comprensible. Charlaban sobre lo aprendido con bastante entusiasmo a excepción de Christopher, quien permanecía en silencio cerca de la ventana.

Elizabeth comentó que no sería malo conocer nuestras habilidades y de hecho era un comentario de lo más razonable, sin embargo, la brutalidad del poder, la canalización, el domino de cada uno de nosotros y, sobretodo, la esencia de ese poder... parecía ser de lo más dispar entre unos y otros.

Mientras cenaban, Ben mostró la capacidad de metamorfosear su brazo. Tomó una forma espectacular.

- Vaya! esto es... asombroso Ben. - vio de reojo como Rina dejaba los cubiertos reposar en el plato. Sabía perfectamente lo que estaba pasando por su mente.

El entusiasmo de Kurt le arrancó una sonrisa, aunque para entonces Makoto había apoyado ambas manos en la mesa y miraba discretamente a Rina.

- Sangre de Dragón, es sin duda algo majestuoso. Vampiros, Licántropes, Invocadores, poderes de lo más dispares...

Cogió el cuchillo y bajó la mirada hacia la mesa, desplazándolo de forma inconsciente sobre la madera, dibujando formas sin sentido al azar, mientras pensaba.

- Sin embargo, nosotros compartimos espíritus Demoníacos y, por si fuera poco, el poder que había demostrado la Kitsune era devastador... en todos los sentidos.

Rina se levantó y se fue haciendo un amago de sonrisa de difícil credibilidad. No dio tiempo a que ninguno de los presentes pudiera reaccionar.

Sentado en la silla siguió a Rina con la mirada mientras abandonaba el comedor. Tardó un rato en volverse de nuevo hacia la mesa.

- N-no se lo tengáis en cuenta - dijo removiéndose en su asiento - es... complicado.

Levantó la mirada hacia Elizabeth. Sabía lo aprensiva que era su amiga y lo último que quería ahora es que se sintiera mal por lo sucedido.

- No es culpa vuestra - dijo en general pero mirando a Liz a los ojos, alargó la mano hasta alcanzar la de Elizabeth y la agarró - no es culpa de nadie, vale?

Era una situación compleja.

- La Kitsune tiene un poder increíble... - recordó lo sucedido en Kyoto - hasta el punto de que el verdadero reto no es ni siquiera aprender a controlarlo, sino... hacer lo posible para que no... para que no sea el zorro quién domina la situación - empezó a levantarse despacio y recogió sus cosas y las de Rina.

Agarró un par de postres de chocolate con muy buen aspecto y empezó a caminar despacio hacia la salida, miró a Ben.

- Gracias por todo lo que habéis hecho por nosotros - dijo con una sonrisa sincera. De no ser por ellos... todo habría sido insoportable.

Empezó a caminar con sus pensamientos puestos en Rina, aunque alcanzó a decir:

- Me encantará ver tu exhibición mañana Kurt, avísame, si?

Una nube de humo sobrenatural empezó a rodear a Makoto. En apenas un segundo el humo había desvanecido, pero para entonces... Makoto había desaparecido.

Vaya, lo cierto es que no me esperaba las reacciones que ha suscitado mi pequeña demostración. Los gestos de Kurt han sido tan exagerados que me he planteado si se estaba burlando de mí, la verdad. Y Rina... Parece que hablar de nuestras naturalezas y poderes ha abierto viejas heridas. Me quedo callado viendo cómo se marcha, realmente afectado pues me siento culpable de ello. Debería haber recordado que está sensible con este tema, pero como se la veía tan contenta...

Me despido de Makoto en silencio, sin saber qué decir. Simplemente levanto la mano, y me sorprendo cuando surge una nube de humo negro a su alrededor y el chaval se desvanece.

Vaya, y yo creía que lo mío molaba...

Se me quitan las ganas de comer. Por suerte me he terminado casi todo el plato, así que...

Me gustaría pasar por la biblioteca antes de volver a la habitación -Le digo a Liz, con aire pensativo- Sólo será un momento, ¿me acompañas, o...?

Al parecer no estuve muy acertada con mi comentario. Otra vez.

Ninguno parecía tomar la iniciativa, así que fue Ben quien se decidió a hacerlo, dirigiéndome una sonrisa cómplice que le devolví. Kurt se quedó muy sorprendido con lo que les mostró y nos explicó que nos enseñaría sus habilidades al día siguiente.

Entonces, Rina se levantó y se despidió de todos, marchándose sin dar demasiada explicación, ni siquiera a Makoto.

Pensaba que estaba mejor, después de su actitud tras la excursión, y al verla así con Makoto…

Agaché la mirada tras despedirme, sintiéndome culpable. Ante lo sucedido Makoto se disculpó por ella, e intentó descargarnos de la culpa por lo sucedido, momento en el que le miré y habló clavando su mirada en la mía, para después tomar mi mano e insistir en que nadie tenía la culpa.

No pude evitar sonrojarme y ponerme algo nerviosa cuando me agarró la mano, pero asentí ante sus palabras y le sonreí.

A lo mejor tiene razón, pero he sido poco delicada.

Nos explicó cual era el verdadero reto de la habilidad de Rina, y tras darnos las gracias desapareció en una nube de humo.

-Wow, eso es increíble… - musité y miré a Ben, que me preguntó si le acompañaba a la biblioteca. – C-claro. – retiré mi plato, aunque no había terminado de comer, y recogí también las cosas de Ben. – Dejo esto y nos vamos, ¿Vale?

Puse todo en una bandeja y lo llevé al carro correspondiente, tras ello volví a la mesa junto al resto.

-Q-qué aproveche, descansad. Mañana os enseñaré también lo que puedo hacer si queréis. – le dije a los chicos antes de tomar la mano de Ben, momento en el que escuchamos otro aullido. – Me dan escalofríos… - susurré a mi novio, justo después de que se despidiera también del resto, y pusimos rumbo a la salida.

No me dio tiempo como a ninguno ante la reacción de Rina, y luego comprendí la situación mejor con lo que Makoto nos dijo justo antes de desaparecer con un extraño humo negro...

"Como lo mío no mole tanto me deprimo..."

Enseguida la pareja también se dispuso a irse así que me despedí de ellos y terminé lo poco que me quedaba para cenar, lo recogí y miré a Chris.

-Bueno,yo creo que también voy a irme...nos vemos mañana en la reunión esa. Chao!