Partida Rol por web

las manos de Rina bajaron, ligeramente sonrojada por su desborde de entusiasmo, pero se queda en silencio, más atrás, el último de ellos, ¿el último sobreviviente?, y ahora resulta que pueden irse y no recordar nada, no hacerse parte de ese mundo, esperar que el castillo y todos desaparezcan, después de todo, no es asunto de ellos, ellos están ahí por las viscitudes del destino, por coincidencias simplemente. Rina levantó su mirada, ¿ella podría olvidar lo que hizo y lo que es? Ser normal, eso, simplemente. Paso pesadamente saliva por su garganta he hizo una revenrencia ante Beni. 

"Letra chica" pensó y la quedó observando con un gesto demasiado oscuro, lleno de una incertidumbre, ¿podían irse y olvidar la grandeza que habían conocido? Por lo menos los demás, ella en cambio, seguía sintiendo que era una terrible carga. Rina se cruzó de brazos, y un sendo suspiro salió de sus labios.

-entonces...¿ si nos vamos, nuestros poderes desaparecerán completamente? ¿Será como cuando llegamos aquí?-ahora sus almendrados ojos se fijan en Beni, esperando que las verdades no fueran a medias -¿y por qué sucede esto ? ¿Qué amenaza hay detrás de todo lo que está pasando?- si iban a tomar una decisión, que fuera con toda la información- ¿por qué deberíamos quedarnos? Disculpen tantas preguntas, pero si quieren que tomemos una decisión, de la toda la información y no cren que tengamos una visión romántica de esto, y nos quedaremos porque sí, solo podemos tomar una decisión si tenemos toda la información de ustedes, y no verdades a medias, nos piden irnos a quien sabe a donde, abandonar lo poco que nos hace aun humanos, y no es justo que esa decisión sea solo por el anunció de que podemos o no hacerlo... Merecemos saber todo - apretó los labios, sus mejillas comenzaron a ponerse rojas por el enojo.

Abro los ojos como platos cuando Liz se presenta voluntaria para esta locura. No comprendo la amarga sonrisa que me dedica hasta que pronuncia esas palabras, cuando lo hago quedo completamente perplejo, tanto que me pongo en pie y agarro su mano para que se gire hacia mí.

¡Liz! ¿Pero qué haces? -La pregunto, nervioso- ¿Qué hay de tus sueños, de tu carrera? ¿Y tus padres? -Y los sueños que yo trataba de construir para ambos, todo queda en papel mojado ante este giro de los acontecimientos. Pero entonces veo la expresión de su mirada, y por alguna extraña razón se perfectamente que nada de lo que le diga la disuadirá de lo que ya está decidida a afrontar. Pongo mis manos en sus hombros, deslizándolas por sus brazos en una caricia, y suspiro.

Yo voy con ella. -Digo finalmente a Beni, sin quitarle los ojos de encima a mi novia.

Hasta el fin del mundo, si es necesario.

Dio un respingo ante la declaración de Beni. ¿En serio? ¿El Castillo entero en dos días? ¿Quíen...?

-¡¡Ah!!-exclamó sonoramente, tapándose la boca con una mano. Miró a sus compañeros, consciente de su arranque-Los soldados. Los vimos cuando tomamos el camino hacia el futuro en las cuevas. Fueron ellos quienes atacaron el castillo de Kyoto...-miró a Himiko, recordando lo agresiva que se había puesto al verlos-...y el resto de castillos van detrás, y con ellos, nosotros. ¿Verdad?- miró a Beni, recordando la experiencia en la cueva. «Ben había accedido a colaborar con ellos, pero Himiko sabía de lo que eran capaces, y no era nada bueno... recuerdo que estaba dispuesta a luchar por mi vida, y por la de mis amigos.» no sólo había estado ella en peligro, también su pequeña Himiko y Chris.

-Pero dijiste... que aquél futuro no era el que debía ser. Que nosotros seríamos decisivos...-recordaba aquella escena, incosncientemente se puso con el cuerpo en tensión como si lo reviviera. Volvió a mirar a Beni-¿Depende de nosotros evitar que se cumpla la caída de los castillos? ¿Porqué unos recién-despertados como nosotros?- Demasiadas preguntas.

Beni mira a todos y dice en un tono seco, pero tranquilo:

- Mañana por la mañana tendréis que elegir, podéis volver a vuestras vidas anteriores y estar fuera de peligro en el helicóptero quedaros en el castillo y posiblemente morir o venir conmigo para ir en busca de esa mujer

La mujer hace un barrido por la mirada de todos y añade:

- Es una decisión difícil, meditadla y mañana decidís, no lo hagáis por nadie, hacedlo por vosotros mismos, solo os puedo asegurar la supervivencia en el caso de que os marchéis

Las explicaciones las obtendréis allá a donde vayáis el cómo y el porqué es algo que vosotros debéis averiguar.

La muer comienza entonces a caminar hacia la salida para pararse al lado del director y decir:

- Alexander, por favor podemos hablar en privado?

Así que esta es la famosa Beni.

La estuvo observando en silencio. Probablemente era el único en aquella sala que no había hablado con aquella mujer ni siquiera en la cueva.

Por las cosas que sus compañeros fueron planteando pudo darse cuenta de que todos tenían más o menos las mismas dudas que él. Quién, cómo y por qué.

Y no solo "por qué" iba nadie a cometer tal atrocidad; también, "por qué" justo ahora.

Lo que está claro es que la presencia de Beni no dejó indiferente a nadie. Elizabeth demostró una seguridad en sí misma inusitada. Giulia hizo un par de observaciones de su experiencia en la cueva que a Makoto le parecieron de lo más inquietantes.

Himiko nunca debería haber vivido algo así.

Y por su parte, Ben y Rina se enervaron con la situación. Rina dijo lo que probablemente todos pensábamos pero ninguno se atrevió a decir, y la entendía perfectamente. Cuando tras mucho esfuerzo y sufrimiento por fin había logrado superar sus temores y aprender a sobrellevar su auténtica naturaleza, empezaron a inundarla de nuevo con dudas y ofrecimientos a medias.

Makoto acarició el pelo de Rina tratando de calmarla. Le susurró algo al oído.

Le hizo un gesto a Himiko para que se acercara.

Con ambas manos, cogió la mano de Rina y buscó su almendrada mirada.

- Esto es una mierda de encrucijada... - dijo entre severo y dolido.

- Sé lo que sientes y lo que piensas, porque siento lo mismo que tú, - desvió su mirada hacia la pequeña Himiko - pero esa niña... nadie debería pasar por lo que nosotros vivimos en Kyoto.

Apretó entonces de forma inconsciente la mano de Rina.

- Es verdad que no nos garantizan nada, qué ni siquiera parecen conocer a qué se enfrentan pero... si podemos evitar que alguien pase por lo que nosotros y por lo que esta niña ha pasado ¿no deberíamos hacer algo? No sería capaz de dormir por las noches sabiendo que pude hacer algo para evitar que eso se repitiera, y no hice nada.

Estaba realmente afligido. Era evidente que era una carga moral que se le hacía muy pesada.

Ben me agarró de la mano casi de inmediato tras comentar en alto mi decisión, haciendo que me girara. Apenas pude sostenerle la mirada unos segundos, mientras empezaba a hacerme aquellas preguntas. En seguida desvié la mirada hacia un lado y agaché la cabeza.

Que hay de mis sueños, mi carrera, mis padres, y de ti…

Me faltaba valor para mirarle a la cara, después de haber renunciado a él de aquella manera. Ya no se trataba de lo que yo quería, no se trataba de mí, ni de Ben, todo esto era mucho más grande. Apreté mis puños y alcé la mirada, no sin un gran esfuerzo, tratando de que de mi boca salieran las palabras adecuadas para explicarle a Ben mi decisión; pero sólo conseguía que mis ojos vidriosos se clavaran en los suyos.

De pronto sus manos se apoyaron en mis hombros, parecía haber comprendido algo, o quizás sólo era mi deseo de que lo hiciera. Sus manos comenzaron a bajar suavemente por mis brazos, mientras mi mirada seguía su movimiento, hasta que finalmente escuché su suspiro y las palabras que decían que iría conmigo.

Sujeté sus manos y me derrumbé sobre su hombro, apoyando en este mi cabeza y haciendo grandes esfuerzos por contener las lágrimas.

-No tienes que hacerlo… De hecho, si de mí dependiera, volverías a casa…

Giulia hizo varias reflexiones y preguntas, y Beni nos dio las últimas instrucciones, mientras yo continuaba apoyada en mi novio.

-Era eso lo que quería decir… - dije a Ben, levantando la cabeza y volviendo a mirarle. - Es algo que tenemos que decidir cada uno, estando seguros de los motivos. No puedes hacerlo sólo por mí. Si quieres hacer algo por mí, vuelve a casa… Sólo así estarás bien. Además tu madre te necesita, y Jeremy… - con el último pestañeo se me escaparon algunas lágrimas. - ¿Me das un abrazo? – le pedí después de frotarme los ojos.

Kyara estaba empezando a aturullarse y eso significaba la jaqueca de turno que empezaba a aparecer, por lo que comenzó a frotarse una de las sienes con la mano mientras cerraba los ojos y respiraba profundamente.

-Entonces, si vamos al "futuro" para ayudar a esa chica, el pasado cambiaría, ¿normalmente no era al revés? -eso de viajes temporales era lo que le superaba- si nos vamos, sobrevivimos, si nos quedamos podemos morir, pero hay una cosa que no has dicho, ¿qué pasa si los castillos caen y nosotros estamos en casa? ¿Esos tipos nos perseguirían por ser lo que somos?

Miró a su hermana de nuevo, como buscando respuestas.

Lo que cambia es nuestro presente o futuro inmediato... que en el futuro sería pasado. Como odio los temas estos de las paradojas temporales. No voy a perder más recuerdos por irme de excursión con la chupipandi y sus parejitas, ya me da por culo suficiente eso de no recordar a nuestra hermana. ¿Y si nos olvidamos de nosotras mismas por la puta gracia de irnos al futuro?

Esto no me gusta. Me gusta incluso menos que la parejitis apestosa de los que se creen que llevan meses saliendo y el drama de telenovela de los japos.

Volver a casa...

Liz lo dice, y aunque su voz es hermosa la idea me resulta espeluznante. ¿Volver a qué? ¿A añorarla el resto de mi miserable vida? ¿A regresar con la mente borrada a una vida anodina que no vale nada para mí? No, esa no es una opción...

Me pide un abrazo, y se lo doy tan rápido que parece que estaba esperando la petición hace rato. Oigo a Kyara formular preguntas sensatas, alguna en la línea de lo que yo comenté antes y que nadie respondió. Otra costumbre de este lugar.

Mi madre me enseñó a perseguir mis sueños... -Comienzo a decirle a Liz, con mi rostro rozando su pelo- Eso es lo que hago, cariño. Beni lo ha dicho, esto debemos hacerlo por nosotros mismos. Y no hay nada en este mundo que yo quiera, por lo que esté dispuesto a luchar y a arriesgarlo todo... -Aparto un poco mi rostro para mirarla a la cara, apartando un mechón de pelo de su rostro- ...que estar contigo.

La mujer se pone de pie cuando el director y Beni se marchan, parecía preocupada, entonces dice:

- Si os marcháis estaréis a salvo sin duda... me preocupa ya que Beni solo ha venido aquí un par de veces y siempre para anunciar cosas muy importantes, ella fue la que nos dijo que fuéramos al castillo de Kyoto

La mujer los mira a todos seria y dice.

- Se que Beni puede borrar la memoria de la gente, pero no sé si podrá hacer que olvidéis lo de vuestros poderes, pero deberíais aprovechar y marcharos a vuestros hogares y estar tranquilos, es una gran oportunidad que no deberíais perder 

Andrea parecía mas despierta que antes y dice.

- A mi lo de esa chica del futuro o no, no me importa, lo que me importa es que va a haber movimiento por aquí y seguramente llamen a los chicos de Rusia así que esto se va a animar, yo que vosotros no me lo perdía y me quedaba por aquí

Se pone de pie y sonríe mientras dice.

- Creo que iré a hablar con el jefe y Manu 

Como era de esperar, cada uno tenía su propia visión del conflicto. Pero era una decisión personal, una decisión que ellos debían tomar siendo conscientes de las consecuencias que de ellas iban a derivar.

Makoto llamó la atención a la bibliotecaria.

- Disculpe señora Lagrange - dijo levantándose para que la mujer pudiera verle.

- ¿sabe dónde podría localizar al profesor Yamamoto? Necesito hablar con él.

La mujer asiente y dice:

- Creo que estaba con Janet en la sala de magia, asegurate de llamar antes de entrar

El abrazo de Ben no se hizo esperar ni un segundo, rompiéndome a llorar nada más sentir sus brazos rodeándome. Demasiada tensión, demasiados nervios, demasiada renuncia, demasiado todo.

Escuchaba de fondo como Kyara formulaba algunas preguntas más que razonables, a las que imaginaba nadie podría responder. Yo también me lo preguntaba, preocupada por lo que pudiera pasarle a quienes se quedaban si fracasábamos, pero me temía que aquello nadie podía saberlo.

Mi silenciado llanto comenzó a cesar al escuchar la voz de Ben, haciéndolo por completo cuando, mirándome y apartando aquel mechón de mi pelo, confesó que por estar conmigo era capaz de todo. Cerré los ojos y le besé en los labios, sin pensar en todo lo que nos rodeaba. Me deshice de la tensión de mis labios, del frío de estos, acariciando los de Ben durante unos pocos segundos. Al separarme nuevamente de él sostuve su cara entre mis manos.

-No estoy de acuerdo con esto, no quiero que te pase nada… - le dije en voz baja, acariciando su cara. – Pero lo entiendo. Espero que tú también entiendas mi decisión…

Solté su rostro, conteniendo todo lo que quería decirle, todas las explicaciones que quería darle, y me separé de él para tomarle de la mano y escuchar lo que la señora Lagrange y Andrea tenían que decir. Una nos instaba a volver a casa y la otra a quedarnos en el castillo. La verdad es que ya daba igual lo que me dijeran, tenía muy claro lo que iba a hacer.

Sonreí incrédula por mi tan pronta decisión y recién descubierta seguridad. Mi gran problema en la vida era decidir qué estudiar, no sabía qué hacer con mi futuro, y ahora, ante probablemente la decisión más importante de mi vida, apenas había pestañeado antes de optar por lanzarme al vacío.

Makoto se dirigió a la señora Lagrange, parecía urgirle hablar con el señor Yamamoto. Miré a Ben y apreté su mano, volviéndome después hacia Makoto, que se encontraba junto a Rina e Himiko.

-Cuando toméis una decisión… ¿P-podríamos reunirnos un rato? Me gustaría llevarme un último recuerdo agradable de aquí… C-con vosotros. – sonreí a Makoto algo sonrojada, consciente de lo cursis que podían resultar mis palabras. – Con todos los que queráis. – añadí mirando al resto, con quienes la relación había sido menos cercana, pero igualmente formaban parte de esto y todos teníamos algo en común.

Volví a mirar a Ben tras la respuesta de Makoto.

-Esto se acaba... ¿Qué deberíamos hacer?

Todo pasó bastante rápido en mi cabeza. ME había quedado bastante obsoleto pensando en lo de perder algo de mi en ese mismo instante, pero todo se resolvió al ver que no iba a ser así, aun había tiempo.

Me dirigí a por un par croissants y tras darle uno a Lia sin decir nada me senté en una silla para pensar mientras comía, ya que no había desayunado.

"¿Qué es todo esto? Ahora es cuando realmente te preguntas...¿Qué estoy haciendo con mi vida? O mejor....¿Qué voy a hacer con ella?"

Mi cabeza no paraba de dar vueltas. Por un lado en mi cabeza estaba la del local donde ensayaba con mi grupo, todo risas, en otro, el castillo, con toda la gente que había conocido allí y mi experiencia en la cueva. Y por último, algo borroso, oscuro, pero a la vez blanco como el paisaje que describían de sus sueños. No sabía que hacer, seguramente esperaría al último momento como siempre hacía en su vida y se decantaría por una opción casi sin tenerlo realmente claro, pero siempre había sido tan indeciso para todo, siempre había tenido miedo a las consecuencias de cada cosa, tantos caminos que recorrer, si escoges uno, cierras otro.

Me llevé las manos ambos lados de la cabeza, cerrando los ojos y apoyé mis codos sobre mis piernas sin saber que hacer ni que pensar.

Liz me besa en los labios, y por encima del calor y la agradable sensación que me reporta el beso puedo sentir su temblor, los nervios, la presión que parece soportar. Es algo que no comprendo, pero que lograré hacer en cuanto estemos a solas y hablemos. Mientras tanto, cuando se separa de mí me dice que lo comprende pero que teme por mí.

Es como tiene que ser, tranquila... -Digo de forma un poco críptica. Lo hablaremos más tarde, a solas, y comprenderé sus motivos, como ella comprenderá que no hay forma de que yo haga otra cosa. Ya se lo dije, yo no tengo grandes sueños ni objetivos, tan sólo ser un buen esposo y padre algún día. Y eso es imposible si no lucho por la mujer que amo.

Donde tú vayas yo iré, para cuidarte y protegerte.

Sujetando mi mano con fuerza, propone a lis demás pasar un rato juntos, casi como una despedida por lo que pueda pasar. Lo cierto es que nuestra relación con la gente del castillo ha sido un poco rara, con algunos más que con otros, pero también a mí me apetece. En especial con Makoto y Rina, que me despiertan gran ternura por los problemas e impedimentos por los que se ven obligados a pasar.

A mí también me agradaría... Si queréis.

Liz me pregunta qué deberíamos hacer, y sólo se me ocurre darle un beso en la frente y dejar mi rostro apoyado en su cabeza susurrando.

Aprovechar el tiempo que nos quede, cariño.

Escucho toda la mierda que empieza a surgir, bastante anodadado. Ahora estamos hablando de viajes en el tiempo. Joder, bien, vale, genial. Y de que, en dos días, se va a tomar por culo este castillo, y en siete, los demás. Soplo un poco de aire mientras me froto la frente un momento y cierro los ojos. ¿No es genial? Te sacan de tu vida a una más interesante y luego te la meten por el culo. La vida es una perra.

No digo nada, sólo me siento en una silla y me apoyo con la mesa con los codos, cubriendo mi boca con una mano. Tirar para el futuro, suponiendo que eso sea físicamente posible, me parece un poco bestia. Lo abandonaría todo. No es dejar mucho atrás, pero siempre queda algo. No es lo mismo estar a tomar por culo de los tuyos que estar, bueno, en la práctica, muerto para ellos. Sé que no me perturba todo lo que debería, soy muy solitario, a veces demasiado frio y desapegado, soy consciente. Pero no soy de piedra.

Quedarme podría suponer un suicidio, por lo que oigo. O podría no serlo. Yo que sé, joder. Mi mirada se va perdiendo mientras noto una gran inquietud en mi estómago y una sequedad total en mi garganta. Comienzo a cerrarme en mí mismo y a apartarme mentalmente de los que están a mi alrededor. Ahora sólo oigo ecos y mi cabeza piensa sin pensar.

Cerré momentáneamente los ojos al sentir los labios de Ben en mi frente, y a continuación escuché aquellas palabras salir de ellos.

Aprovechar el tiempo que nos quede…

Miré hacia arriba buscando sus ojos y asentí.

- Vamos… - le susurré.

Me giré, levantando la mano que tenía libre para despedirme de nuestros compañeros, Ben hizo lo mismo, y acto seguido pusimos rumbo a la salida.