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Turno 517 II

Bolgo sonrió cuando Oin se preocupó por su estado. Con un gesto le indicó que se encontraba bien hasta que de pronto, sintió dos poderosos y amistosos golpes en la espalda que a punto estuvieron de hacerle caer. El enano pareció no darse cuenta y Bolgo no dijo nada. El enano se había preocupado de su estado desde que había caído enfermo. Parecía un poco bruto pero sin duda tenía buen corazón.

De alguna forma, el hobbit se sintió reconfortado y más integrado en el grupo sabiendo que se preocupaban por él.

Turno 517

-Lo cierto es, -dijo avergonzándose, -que no me dio tiempo de ver muy bien la situación... Tuve que ocultarme para que no me detectaran y no me percaté de esos detalles. Creo que los aurigas no llevaban maquinas de asedio, sólo los carros de guerra. Y no me fijé en si llevaban carretas de provisiones. Y lo mismo ocurre con los sagath...

La cara de Fréagulf estaba llena de rabia por no haberse parado a mirar en todo eso, era un error de novato. Se lamentó maldiciendo en sus adentros y apretó los puños incomodo.

Turno 517

- No te preocupes amigo, has hecho lo correcto - dijo sinceramente el capitan dirigiendose a Freagulf. - Ahora sera mejor que avise a Mahrecared, hemos de preparanos cuanto antes.

- Cuando los asdriags* alcancen a los sagath, me temo que caeran sobre nosotros. Mandaremos a alguien en busca de ayuda, otros los mantendran vigilados. - dijo intentando aclarar las ideas y organizarse mentalmente, pero sin afan de informar a los jinetes, si no mas bien, pensaba en alto, asi lo indicaba su cara.

Mahcared era el Thyn de Burh Ailgra, y estaba a punto de ser despertado para recibir una pesima noticia, la guerra estaba a las puertas de su aldea.

Gindorel se encamino a toda prisa hacia la puerta del cuarto. La abrio y desparecio por ella.

Turno 517

El tiempo pasaba más rápido de lo que parecía y Gelion durante aquella parte del viaje se dedicó a administrar las fuerzas. Parecía haber encontrado un ritmo apropiado y aunque pasó momentos de cansancio se sobrepuso a ellos poco a poco, con tesón y esfuerzo.

Las columnas de humo cada vez estaban más cerca y milagrosamente la dama Briniel mantenía sus fuerzas gracias sin duda a los Valar y a los cuidados de Marga.

Decidió no molestar a Siempreviva aquella vez pues a su compañera le había sentado bastante mal el generoso donativo forzado que había realizado para los esforzados viajeros. El animal pasó bastante rato volando alejado y se aseguraba de haber comido todo lo cazado antes de acercarse al erudito. Sólo al final del trayecto subió el animal al hombro de su amigo con su normal actitud cariñosa, dejándose acariciar en el pico. Tenía a tal fin el mago un retal de fuerte cuero cosido sobre sus ropas normales para que Siempreviva pudiese aterrizar cuando lo desease.

El erudito, cansado aquellos días por el trabajoso camino y las propias penurias de su cuerpo que le traicionaba había despreocupado sus estudios de modo que antes de dormir realizó una vez más aquel truco que le proporcionaba una buena luz y repasó sus estudios con ansiedad, sabedor de que aquello que no se refuerza mecánicamente una y otra vez. En su atropello parte de su concentración desapareció y tardó un buen rato en conseguir realizar un truco tan sencillo.

El erudito se enfadó consigo mismo. No podía permitir que sus conocimientos disminuyesen pues en una situación delicada este tipo de tropiezos podían ser desastrosos. Pasó centrado en sus estudios hasta que se puso a dormir.

Luego realizó su guardia lo mejor que supo.

Turno 517

Valdir no tenia nada que decir en este asunto, asi que se quedo escuchando el informe de Freagulf, que no eran buenas noticias ni para el pueblo ni para él mismo. Esto solo lo retrasaria en su cometido, pero en ningun momento interrumpio la reunion para ir donde el herborista, solo cuado Gindorel salio por la puerta se dirigio a Freagulf y le dijo; Se que no es buen momento, pero ¿serias tan amable de llevarme al herborista? Sabia que Freagulf estaba tan cansado como él, pero el tiempo apremiaba y vista la situacion tenia muy poco tiempo.

Turno 517(Continuación)

- En verdad no tiene buena pinta...- Dijo sinceramente, y prosiguió contándole lo que le había aconsejado Marga que hiciera.- ...Pero mañana seguro que está bien.- Sonrió tanto agradecido por la preocupación que había mostrado Oín, como para auto-convencerse él mismo que así sería, que al día siguiente no retrasaría de nuevo al grupo, no podía permitírselo según el estado de Briniel.

RESOLUCION TURNO 517

Entre el conejo, los espárragos y la setas, el arroz salio exquisito. Groal fue el encargado de cocinar, no es que lo hiciera excepcionalmente, pero se dejaba comer, buen mejor dicho resulto un autentico banquete.
Ilidan paso gran parte de la noche on el pie al aire, cerca del fuego para que no se enfriase. Por supuesto no desantendio sus guardias, que hizo calzandose de nuevo. Bolgo parecia estar recuperandose de sus males, se encontraba mejor y ya casi no tosia ni moqueaba, se sentia en plena forma, tanto que opto por caminar la mañana siguiente, incluso se ofreci para incorporarse el dia siguiente a los turnos de guardia.
Ilidan tenia la sensación de culpabilidad muy hondada dentro. Se sentia de ese modo por los continuos retrasos en el viaje,, retrasos que no fueron todos por su culpa desde luego. Mientras e hacia la cena fue a ver a Briniel y a Agranil, para pedirles perdon. Alli estaba Coralak, que informo al numnoreano que ambos dormian. El hijo de Agranil agradecio el gesto. Marga mas tarde anuncio a todos que Briniel parecia haberse estabilizado un poco, continuaba en su angustioso estado y pese a pender de un hilo, no empeoraba y eso era una buena noticia.
Gallindum continuaba preocupado, mas de la cuenta según se acercaban mas al origen del humo. Estaba en lo cierto, con un ritmo como el que llevaban, llegarian antes de las comida hasta alli. El enano dio algunas ordenes, bueno mas bien sugerencias, pues el enano no pretendia darselas de mandamas, pese a haber sido nombrado como tal.
Draupner tambien estaba con la mosca detrás de la oreja. Habia estado fijandose en la señal acordada con Valdir para indicar el camino. Formaciones de piedras que indicarian el camino que el rohir habia seguido. No hallo ninguna desde que se separaron, el se habia fijado en ello. Si que habia claras huellas de herraduras, que por equidistante de las mismas, daban a entender que un jiente avanzaba deprisa, suponian que eran de Valdir.
Tanto Elendur como Oin se mostraron amables con Bolgo e Ilidan. De echo el enano fue hasta Ilidan, cuando este descansaba para interesarse por el pie . Gelion se sentia un hombre cpumplidor, segua el ritmo tod lo bien que podia y estaba ayudando bstante. Tras la cena, el mago se aparto. Una vez lo hizo practico sus hechizos, estudio sus notas y se mantubo ocupado mentalmente.
La noche paso como todas las anteriores, serena, fria y sin sobresalto alguno.  El nuevo dia llego y todo se puso en marcha. El amaneces fue claro, no habia nubes en el cielo y pronto el sol los iluminaba todo. La mañana paso rapidamente, no avanzaron demasiado, Bolgo estaba debil aun, y su ritmo habia bajado. Elendur lo intentaba animar, el mismo estaba cansado de tanto cabalgar mañana y tarde y su culo comenzaba a resentirse. Para la hora de comer no habian recorrido mas que unos pocos kilómetros. Decidieron pararse en una pequeña formación rocosa, que resulto ser un excelente lugar de descanso, con un pequeño riachuelo de agua fresca. Ademas no habia mas que una amplisma explanada hasta llegar a Burh Ailgra, a unos cuarenta kilómetros de la ciudad. Alli se apearon de los caballos, y se prepararon para comer algo y descnasar un rato. Bolgo se sentia culpable del todo, tal vez deberia de haber continuado a lomos del caballo de Elendur esa mañana y no caminar.
Las columnas de humo se alzaban a apenas diez kilómetros por delante.
 

RESOLUCION TURNO 517

Al llegar a Ailgra, los dos rohhirrim fueron bienvenidos. Lionief, el jefe de guardia esa noche, salio a vuestro encuentro personalemente, en un tono amigable y despreocupado. Conocia a Fréagulf, como todo el poblado. Pero enseguida, el ailgratha revelo sus malas noticias, el enemigo acechaba.

A los pocos instantes Gindorel, capitan de los exploradores de Burh Ailgra, se persono a toda prisa. Fréagulf conto los detalles que recordaba, instigado por su superior a contestar con todo detalle cieros datos importantes, para conocer las intenciones del enemigo.

Un numeroso grupo de sagath acampaba a media jornada de alli, y lo peor es que debian estar esperando a sus compinches. La tribu de los asdriag eran realmente sanguinarios, con carros de guerra, en los que cada guerrero iba acompañado de un arquero. Lo que se avecinaba era algo terrorifico. Sin embargo esos orientales poco podrian hacer contra las murallas de Burh Ailgra. Eran murallas de tierra, difíciles de escalar, altas y coronadas de una empalizada que mas de detener al enemigo, lo entorpecia, pues era simple rafia. Una espcie de mimbre, fuerte, liviano y flexible. Podia eparecerlo, pero no era facil entrar por la fuerza en el pueblo amurallado.

En el cuerpo de guardia se mantuvo una rapida conversación sobre las noticias. Valdir entre tanto, atendia a cada palabra. El rohirrim ya habia pedido aquello que venia a buscar, las hierbas curativas. Era tarde, demasiado para que ningun comerciante se levantase de la cama para vender algun emplaste o remedio. Quizas Valdir tendria que esperar al dia siguiente. Gindorel salio casi corriendo de la sala, iria a poner al dia a Thyn, señor de la ciudad. Entretanto insto a los jinetes a dormir, habian tenido unos dias muy movidos, y el cansancio era visible a los demas. Ellos se sentian bien, cansados pero sin llegar a la fatiga. Convendria un buen sueño para paliar las horas de galopada y tension. Ambos se dirigieron a la gran sala comun, lugar donde la mayoria de ailgrathas dormia, pero Lionief aparecio corriendo, les dejaria esa noche la habitación del oficial de guardia, una sala aparte dentro del propio edificio donde instantes antes habian estado. Alli fueron a descansar, en dos camastros que estaban algo solitarios en un poco adornado cuarto, eso si, con una chimenea que caldeaba la habitación. Desde luego era suficiente, y los mas importante era que no serian molestados. Disponian de tres o cuatro dias antes del inminente ataque, o al menos eso era lo calculado por Fréagulf, esa noche los dos jintes, cansados, se quedaron dormidos en cuanto sus cabezas se apoyaron en la almohada de lana. Tan profundo durmieron esa noche, que nisiquiera escucharon el revuelo que se formaba fuera. La noche la pasaron a gusto.

Por la mañana se levantaron tarde, sin querer, de puro agotamiento. Se habian recuperado del cansancio, desde luego, pero cuando abrieron los ojos una alerta interna los sacudio, se sintienron un poco culpables y saliaeron fuera.

Lo que se encontraron, fue una voragine de idas y venidas, carreras y caras largas. Al salir al exterior, al pequeño patio que daba la bienvenida a los viajeros de la puerta norte, la principal era un hervidero de nerviosismo. De un lado a otro, hombres y muchachos acarreaban listones de madera, mientras los capinteros los clavaban para formar armeros. En algunos de ellos, ya acabados, le apoyaban largas lanzas, y escudos de diferentes adornos. Algunas mujeres preparaban viandas en una mesa grande, y los soldados iban y venian trayendo toda arma disponible en la aldea. Se preparaban para lo inminente.

Al parecer no les pillaba de inproviso el ataque, pues numerosas armas de nueva manufactura salian del edifico del armero, señal de que su producción habia aumentado con creces. Gindorel estaba en la plaza principal y al verlos a lo lejos, se acerco a ellos. El capitan estaba organizando a sus hombres, solian ser poco mas de una docena de buenos exploradores, incluyendo a Fréagulf, pero ahora alli, frentel capitan solo habia seis. Los ratreadores se fueron directos a las cuadras tras las indicaciones de Gindorel.

Cuando llego junto a los rohhirrim, los hablo pasuada y tranquilizadoramente.

Turno 518

- Buenos dias amigos, espero que hayais descansado bien. - dijo cortesmente el capitan. - Estamos preparandonos, como veis, para un inminente ataque. - eso estaba claro, no hacia falta que lo jurase, el revuelo era increible.

- Maese... ¿Valdir no? - dudo un poco con el nombre del rohirrim - si quieres podemos ir a ver al curandero o al herbolista, como dije, yo mismo te acompañare.

- Féragulf, acompañanos si quieres, despues hablare contigo, he de pedirte algo - lo dejo con la intriga, seguramente serian ordenes, por supuesto, pero aun asi el ailgratha hubiera preferido que se las dijese de inmediato.

Turno 518

Enseguida Bolgo se dio cuenta que se había precipitado a la hora de decidir ir a pie. Los últimos días se había encontrado bastante mal y su reciente mejora le había dado una sensación de fortaleza lejana a la realidad. Las piernas le dolían. Notaba como los músculos de las piernas se le cargaban, y por si esto no fuera suficiente, un mal apoyo sobre una prominente pero aguda piedra le lastimó la planta del pie. Caminó cojeando la siguiente hora, y cuando el dolor del pie comentó a remitir, el gemelo de la otra pierna amenazó con provocarle un tirón debido a la cojera.

Este fue el motivo que, un rato más tarde, lo obligó a parar. Se disponía a superar una pequeña irregularidad del camino cuando sintió cómo su gemelo se tensaba bruscamente como su las fauces de un guargo se cernieran sobre él. Inmediatamente, se sentó en el suelo, masajeándose la zona con el rostro contraído por el dolor. No tardó en relajar el músculo y ponerse de nuevo en pie, pero era consciente de que debía descansar pronto o volvería a sucederle.

Fue así, que poco más adelante, encontraron un buen lugar donde descansar junto a unas rocas. Bolgo levantó la vista y contempló los rostros alicaídos de sus compañeros, que se habían visto obligados a detenerse. Cada vez que uno de ellos se le acercaba, el hobbit agachaba la cabeza esperando una reprimenda. Sin lugar a dudas estaba estorbando a la comitiva, y aquella era una sensación que el mediano no soportaba, especialmente cuando la vida de Briniel corría peligro.

Turno 518

Bolgo estaba demasiado débil aquella mañana como para caminar sin perder tiempo. Posíblemente los dos días a caballo y la enfermedad le habían hecho perder tono muscular y ahora se veía aquejado de calambres y tirones en los músculos. No dijo nada, en gran medida porque aprovechaba su lentitud y sus continuas paradas para buscar detenidamente cualquier modificación en el rastro de Valdir que significara un indicio de peligro.

Al medio día poco habían avanzado, pero desde la formación en la que se habían detenido se vislumbraba a lo lejos su destino y lo que era más importante, las columnas de humo estaban a tiro de piedra. Así que se esforzó por vislumbrar de que se trataba buscando una posición elevada desde la que dominar aquella extensa llanura.

Turno 518

Cuando el estado de vigilia comenzó a ganar terreno al sueño en la cabeza de Fréagulf, este empezó a escuchar todo el trasiego que se estaba formando en la aldea. Primeramente pensó que se trataba de parte de su sueño, y algo descolocado como estaba no cayó en la cuenta. Después todo vino a su cabeza en un torrente de ideas que le hizo recordar dónde estaba y porqué. Se incorporó rápidamente al tiempo que con la mano izquierda se libraba de las mantas y al mirar hacía Valdir se percató que él también estaba abriendo un ojo y despertándose en ese momento.

Al salir al patio comprobó por la posición del sol que había dormido más de lo que debería haber hecho y se sintió culpable. La gente se movía corriendo de un lado para otro y el ambiente estaba tan cargado de miedo y preocupación que Fréagulf pensó que el enemigo ya estaba en las puertas y él se había quedado dormido tontamente. Se sintió culpable y cuando Gindorel se acercó hasta ellos su gesto era de preocupación.

Sin embargo, las palabras del jefe de exploradores eran calmadas y tranquilas y eso calmó a su vez a Fréagulf, solo había sido un susto, tan solo se preparaban para lo que se avecinaba, aún había tiempo y él podría defender su pueblo en condiciones y no se dormiría. El alivio que sintió fue enorme. Al menos al dormir tanto habían sofocado su cansancio, que era enorme después de tamaña cabalgada que habían realizado el día anterior.

Después de las palabras de Gindorel, Fréagulf accedió a acompañarles, aunque hubiera preferido que le hubiera dado las ordenes en aquel momento para no perder más tiempo. Sin embargo no cuestionó su autoridad, a veces los jefes eran así de caprichosos, pero eso no le correspondía juzgarlo a él. Él sólo era un soldado.

Turno 518

Finalmente volvieron a detenerse, a comer algo, a sabiendas que no seria mucho, al menos tendría para poder recargar sus cantimploras. 

Elerdur vio el estado de animo de Bolgo y no puedo mas que poner su mano sobre su hombro y decirle

amigo, sabes que si quieres volver a lomos del caballo solo tienes que decirlo....

A pesar de todo, el montaraz estaba bastante preocupado, no por el cansancio y la enfermedad, sino de las columnas de humo, ahora que estaban tan cerca, se temía lo peor, y estaba preparándose para cualquier cosa, el viaje hasta ahora había sido muy tranquilo y eso era raro...

asi pues mantuvo en todo momento su espada a mano

Turno 518

Lo primero que Ilidan hizo tras levantarse fue mirar como se encontraba su herida en el pie. A simple vista, parecía que había mejorado al seguir los consejos de Marga. Sin embargó, quería comprobar como le iría durante el camino, así que se puso el "calcetín" y la bota, dio una vuelta cerca del campamento, y cuando estaban a punto de marchar, para corroborarlo finalmente, hizo fuerza con el pie contra el suelo. No tendría problemas para aguantar ese día.

Cuando pararon ya no se encontraban lejos de su primera parada, Buhr Algira, si todo iba bien, si apuraban el día, no habría problema para llegar hasta la ciudad. Sin embargo, en su camino, se elevaba una columna de humo. El edain, sólo podía preguntarse qué actitud tendrían.- ¿Enemigos?, ¿amigos?, ¿neutrales?, ¿o ya no habría nadie allí?, lo que implicaba que algo se estaría quemando- Tras el descanso, debería prestar máxima atención durante la marcha, y más cuanto más se acercarán al foco de aquella columna de humo.

Turno 518
Percepcion y rastreo

Nada vio Draupner cuando se encaramo a la roca mas alta. No era dificil de escalar, y desde su punto mas alto las columnas de humo se perdian tras las numerosas lomas que habia por delante. Al bajarse, y como era su deber exploraron la zona circundante. Hacia varios dias ya que se habia convertido en una costumbre para todos. Esta vez no vio las huellas de caballo de Valdir. Pero si otras. No ern de caballo, si no de unas botas. En la tierra, pisads por todos lados. Un par de botas de una talla comun que iban y venian por toda la formacion rocosa, pero ninguna pista sobre Valdir.

Turno 518

Por fin se dirigian donde el herborista, pero Valdir tenia la sensacion de que se le olvidaba algo, asi que mientras se dirigian donde el herborista se esturjaba el cerebro para recordarlo, hasta que como por arte de magia se le ilumino la cabeza y recordo que tenia que comprar un cofre y hablar con el herrero o el carpintero para mejorarlo; con las prisas del viaje y las noticias que traia Freagulf se la habia ido completamente de la cabeza, asi que se acerco donde Gindorel y le dijo; Maese Gindorel, perdona que le pida otra cosa cuando se encuentran en estado de emergancia, pero acabo de recordar que tenia que compar un cofre y hablar con el carpintero o el herrero para que lo mejorase, cuando hallamos acabado con las hierbas ¿seria tan amable de decirme donde puedo comprar uno? A poco mas y Valdir volveria con los demas sin el cofre;Mas vale tarde que nunca- se dijo asi mismo Valdir. Bueno ahora solo le quedaba coger la hierbas y que prepararan el cofre, cada vez estaba mas cerca de volver con los demas y cumplir con su mision.

Turno 518

- No te preocupes Gindorel, amigo, lo tratare igual de mal que a ti - dijo bromeando Ularico al explorador, antes de que se marchara. El anciano se levanto de su silla, entonces visteis lo que estaba haciendo. A su lado rellenaba numerosas faltriqueras con distintas bayas y pequeños frascos con liquido en el interior. Se acerco a vosotros.

- Bien, ¿en que puedo ayudarte? - Le pregunto justo cuando Freagulf y Gindorel salian al exterior

Turno 518

En cuanto salieron fuera, comenzo a hablar a Freagulf mientras caminaban hacia la casa principal, el hogar del Thyn Mahrcared.

- Freagulf, necesito tener vigilados a los sagath, y a la vez intentar interceptar a sus exploradores - Comenzo a contarle sus planes y el siguiente paso a dar. - Mis mejores hombres estan fuera, y viendo lo visto no se si volveran - estaba afligido. - Quiero que tu vigiles el campamento enemigo, que me informes diariamente y si es posible que interceptes, o nos des datos para hacerlo nosotros, a cualquier explorador que puedan mandar.

- Llevaras palomas mensajeras, diez, mantenme informado mandando al menos dos diarias. Pero sobre todo ten mucho cuidado. Saldras dentro de una hora, recoge los viveres y preparate.

- Ademas estamos esperando a Agranil, el alcalde de Esgaroth. Viene desde Burh Marlinge, Eru quiera que este bien. - continuo diciendo mientras se detenia ante la casa de Mahrcared - Deberia de estar apunto de llegar, creo que viaja con escolta, pero si se topan con ese ejercito... Traelos hasta aqui si los encuentras

Turno 518

Gelion despertó preparado para una nueva caminata. Reunió sus pertenencias y silbó a Siempreviva que apareció por si el mago quería compartir parte del desayuno. La mañana no fue desagradable para él porque aunque no era atleta parecía haber encontrado un modo de administrar sus fuerzas y aunque tuvo momentos de cansancio descubrió que beber algunos cortos y refrescantes tragos de agua le ayudaban a mantenerse despierto y a compensar el sudor ocasionado por el continuo esfuerzo.

Las columnas de humo se iban acercando conforme avanzaban, si bien no lo hacían todo lo deprisa que el grupo deseaba y el pobre Bolgo sufrió esta vez de calambres en las piernas o tirones musculares. El bosquimano no conseguía distinguir uno de otro pues había centrado sus intereses en otras cosas. Aún así ofreció una vez más a Marga su ayuda, si es que el podía hacer algo.

Draupner buscaba con la vista algún signo que le diese pistas sobre las columnas de humo y Gelion le imitó intentando ver a lo lejos cualquier detalle extraño.

Tenía ya ganas de alcanzar fuera cual fuese su destino. La dama Briniel no podría aguantar mucho más.