Partida Rol por web

Sam escuchó con atención a la IL.

-Sí, me gustaría poder hablar con mi familia. Supongo que la prensa se habrá hecho eco del accidente del Plagaveluna y estarán preocupados. Además, tengo que despedirme de ellos. Se lo debo. Pero por lo que me dice, eso será más adelante. ¿Qué viene ahora?.

Estiro la mano izquierda para coger los analgésicos y los paso a la derecha antes de volver a estirar la izquierda para coger el vaso de agua. Mis movimientos son lentos y calculados para hacer el menos esfuerzo posible. Me meto con cuidado las pastillas en la boca y le doy un buen trago al vaso antes de tragarme las pastillas y volver a dejar el vaso donde estaba.

Espero unos instantes sentado en la cama, con la cabeza gacha y finalmente me levanto muy despacio y con movimientos lánguidos para acercarme a la ventana mientras espero a que los analgésicos me hagan efecto. El suelo está frío contra mis pies desnudos, pero eso me ayuda a centrarme.

Al llegar a la ventana me apoyo en el marco unos instantes mientras observo el exterior con curiosidad, tratando de que mi cerebro se centre en algo que no sea mi dolor de cabeza y la sensación de que me han dado una paliza.

Finalmente, tras observar en silencio durante un buen rato el paisaje, busco la manilla de la ventana para abrirla y respirar el frío aire de las montañas, estoy casi seguro de que el aire aquí tiene que ser muy diferente del habitual aire contaminado al que estoy acostumbrado.

- Dime Nora, ¿donde estamos exactamente? - Pregunto a la IA sin volverme.

Asiento a la IL y tomo el vaso de agua. Me repongo, bebiéndolo despacio y calmando mi garganta.

-Si no puedes darme información del doctor Szala, quizás sí puedas contarme qué pasó exactamente con Harvy. Él también fue borrado de la Starnet, ¿tuvo algo que ver?- me cuesta creer que el ataque fue algo casual. 

Me quedo pensativa, dejando el vaso donde lo cogí.- ¿Había más como yo que se acogían al programa en el Plavalaguna? Oficialmente supongo que lo más cómodo es decir que hemos muerto en él...

Aedrel se paseó por la sala con movimientos sutiles, casi parecía flotar como un espectro por la estancia, pero el programa estaba hecho para ser muy real. Aunque fuera un ente virtual, sus pasos parecían firmes en el suelo.

Cuando mejore del todo, se podrá entrevistar con el Dr. Järvinen, el director del Celaeno, está entusiasmado por conocerles. dijo con una sonrisa agradable. Si desea algo que pueda facilitarle, solo ha de pedírmelo e intentaré hacérselo llegar. Estoy aquí para ayudar.

Las palabras de la IL parecían sinceras o, como mínimo, parecían estar muy bien programadas para hacerle creer aquello. Cuando esta se daba la vuelta para marchar, pareció recordar algo y se volvió hacia él mirando ella hacia el infinito.

¿Le gusta la música que suena, señor Thorn? Puedo cambiarla si quisiera... extrañamente parecía interesada en tu respuesta acerca de ello.

- Estoy ansioso por conocer a ese Jarving. La música no es problema. Gracias, encanto. Algo de beber estaría bien. Tengo la boca seca y un regusto extraño. Un refresco...o cerveza. Y algo de comer, me rugen las tripas. Supongo que por aquí hay algún omnipad o cosa similar. Quiero ver qué ha pasado en el mundo en estos seis días y qué se ha publicado sobre lo del Plaga. Y aparte de eso...bueno, sé que Danchev está en esto. ¿Alguien más que conozca? ¿Cassandra? ¿Hannah?

Mientras esperaba Sam buscó alguna escotilla que le permitiese ver el exterior. Era como si necesitara ver que las estrellas seguían ahí para asegurarse de que esto era real.
 

Sintiendome bastante desorientado y adolorido empieza a incorporarme, ¿Dónde estoy?, ¿Qué ha pasado?. Algunos recuerdos empiezan a agolparse en mi mente, aumentando el flujo de sangre y la sangre.

¡Esa música!, pero ¿Qué habrá pasado con los demás?, ¿dónde estará ella?

-¿Dónde estoy?, ¿Qué ha pasado?

Cojo el agua y los analgésicos mientras le doy las gracias a la IL. Me los tomo tras un largo trago de agua. Mucho mejor. Escucho con atención lo que me dice, tengo que dejar de intentar controlarlo todo a mi alrededor. Mientras Aedrel habla me dirijo hacia el armario sacando la ropa la pongo sobre la cama y el calzado a los pies de esta, tengo que relajarme.

Levanto las cejas con el último comentario y la miro, devolviéndole la sonrisa me encojo de hombros, mientras me abrocho la camisa.

-Culpable- como disculpa es bastante pobre, pero tampoco estoy ante un tribunal.

Me termino de vestir con parsimonia, haciendo que mis movimientos lentos me tranquilicen. Surte efecto, en cuanto estoy completamente uniformado. Cojo mi Omnipad si está en el cuarto.

-Cuando quieras querida- le anuncio que estoy listo para ir a donde halla que ir.

Sin problemas pudiste abrir la ventana, pero a falta de manecilla había un botón que retiraba la cristalera. Enseguida entró una ráfaga de aire casi helado, mucho más frío del que pudieras haber esperado.

Nos encontramos a cinco mil cuatrocientos tres metros de altura sobre el nivel del mar, señor Wong. La temperatura exterior es de cuatro grados centígrados, sea cuidadoso con la exposición. informó pedagógicamente mientras sentías ese aire, pero que dejaba un leve sabor a hierro en los labios. Probablemente uno de los efectos secundarios de las terraformaciones, cada mundo tenia su sabor especial.

Cuando preguntaste, Aedrel pareció responder de oficio.

Nos encontramos en la cordillera austral de La Silla, luna del planeta Vogt, en el sistema Gliese. El Celaeno se aposenta sobre el nacimiento del río Dwight, en las faldas del monte Saigon.

La IL tuvo un instante de duda, pero sabias que esas rutinas eran habituales en las inteligencias cuando tenían que acceder a información que podría considerarse delicada.

No estoy autorizada a responder a esas preguntas, doctora LeCompte. El director Järvinen desea aclarar personalmente las dudas que puedan tener, lo siento. contestó bajando la cabeza a modo de disculpa sincera.

Cuando conduciste la conversación a los derroteros de tu situación. Aedrel caminó hacia la ventana, como siquiera admirar el paisaje nevado del otro lado.

Se recomienda encarecidamente que se corte todo contacto con familia y amigos. El Programa Celaeno es alto secreto, sus miembros ya no existen para la StarNet. hizo una pausa y te miró. No podemos prohibir que se ponga en contacto una última vez con su familia, pero quizá a veces eatar muerto siempre es lo aconsejable.

A ello enlazó la aclaración de que había más gente adherida al programa en el crucero, pero no te dio nombres.

La mujer digital te sonríe coqueta cuando te redieres a ella como encanto, luego parece hacerle gracia cuando te refieres al director de ese modo.

Es Järvinen, señor Thorn. Apellido finlandés, es complicado pronunciarlo. dijo con gracia Aedrel, se encaminó a una especie de dispensador a tu izquierda, te lo mostró.

Siempre que desee beber o comer, este dispensador se lo servirá. Hay una gran carta, el Celaeno se preocupa de que sus miembros estén cómodos. se movió casi flotando por la estancia hacia un armario. Todo su equipaje que pudo ser recuperado se encuentra aquí, omnipad incluido, también ropa adecuada si desea cambiarse. explicó con cierto automatismo, daba la sensación que era un discurso aprendido y, en otras ocasiones, algo totalmente espontáneo.

Miro su gesto al disculparse. Me maravilla que tengan una IL que imite tan a la perfección los sentimientos humanos. Sin duda llevaba años trabajando en ello o su programador era un auténtico genio.

-No me importa estar muerta para el mundo si es para un fin mayor... Y así debe serlo si estuve en su momento de acuerdo con formar parte de Celaeno, conociendo las consecuencias. No trataré de ponerme en contacto con mi familia- asiento, aceptando mi destino actual.- Esperaré esa audiencia con ese director Järvinen pues...  

Samuel se queda intrigado por el disimulo con el que la IL había dedido obviar su pregunta. Sin darle importancia, decidió repetirla, pero en un tono un poco más imperativo.

-Eso está  muy bien, pero no has contestado a mi pregunta. Si no fueras una IL, pensaría que quizá no me entendiste. ¿Hay alguien más que conozca en  el proyecto. ¿Hannah o Cassandra forman parte de el?

Asiento ante los comentarios de la IA sobre la temperatura exterior, pero mantengo la ventana abierta, ya que el aire fresco, o en este caso el aire casi helado del exterior, me ayudará a recuperarme más rápido y mejor.

- No te preocupes, Nora. - Digo sin volverme. - Tendré cuidado. Aún así necesito refrescar mis ideas.

Me mantengo un rato en la ventana, esperando a que la cabeza se me despeje, en parte gracias al analgésico y en parte por el frío que siempre me ayuda a despejar la cabeza y a aclarar mis ideas. Cuando me siento mejor me giro y digo:

- Gracias por la información, Nora. - Digo sonriendo. - Has sido muy precisa y te lo agradezco. 

Me giro durante un breve momento para cerrar la ventana antes de volver a acercarme a la cama algo más recuperado.

- Creo que ya estoy listo para que me enseñes la cueva, Nora. - Miro a un lado y a otro de la cama. - Si es que soy capaz de encontrar algo para vestirme de forma adecuada y para calzarme, no me apetece ir por ahí así.

Aedrel reaccionó con rapidez a la pregunta, tras unos breves instantes de lapsus, algo normal en las ILs cuando recababan información que no tuvieran de forma inmediata.

No, señor Thorn. Ni la operadora Hanna Frida Agnarsson, ni la agente Cassandra Dawson forman parte del Celaeno. hizo una breve pausa, como si quisiera recabar algo más de información. También puedo informarle de que salieron vivas del atentado de la Plavalaguna. 

Dijo eso como si tuviera alivio en la voz, uno de ficticio porque, por supuesto, la IL ni las conocía, pero todas estaban programadas para preocuparse por la vida humana. Aquel artificio en ocasiones había generado ciertas incomodidades en las personas que más reservas tenían con interactuar con estas inteligencias, algunos decían que eran tan humanas que era perturbardor.

Cuando consultaste el omnipad buscando noticias de la última semana, encontraste el balance de muertos en el atentado y las reacciones posteriores. Los titulares de las diversas agencias de noticias se habían volcado en la figura de Gerrard Ramsey y su Legión del Nuevo Mañana, prácticamente todo hipótesis, conjeturas y opiniones peregrinas. Pero la mayoría de los medios trazaban una difusa biografía como un veterano de la Gran Guerra Solar enloquecido por los rigores bélicos, ahora llevando un aún más enloquecido plan de venganza.

La mujer virtual se acercó a ti con cuidado, su semblante electrónico mostraba una sonrisa afable y tranquilizadora, pero no se acercó más de lo que pudieras tomar por una amenaza.

Tranquilizaos, señor Grant. Ya estáis a salvo, el atentado de la Plavalaguna pasó, pudimos salvarle. Está en el Celaeno, como miembro del Programa tal y como esperaba ingresar tras su viaje en el crucero. explicó de forma convincente Aedrel.

La extracción del nanochip siempre reporta estos estados de confusión, señor Grant. Ruego que se calme, estoy aquí para responder a sus preguntas. Llevarle junto a los demás cuando esté preparado. explicó la IL con tranquilidad, esta avanzó a tu izquierda hacia un aparato. Si desea tomar algo, este dispensador responderá a sus necesidades.

Todavía un poco desorientado parpadeo fuerte y me acerco al dispensador para pedir agua, necesito levantarme y tal vez algo frío en la cara ayude a ello.

-¿Qué se sabe del ataque?, ¿que daños hay?- Eso es lo normal, pero ,¿porque no pregunto lo esencial?, ¿como terminé aquí?-¿Quienes me salvaron?, ¿tiene algún reporte de victimas?.- ¡Hanna! -Los... los cuerpos de seguridad, ¿cómo están?, digo... ¿cómo pudo pasar esto?

Pido ahora una bebida que ayude a reanimarme y espero respuestas

La mujer virtual te respondió imprimiéndote tranquilidad, o intentándolo. Enseguida viste como el dispensador te servía agua fría, Aedrel seguía delante de ti mientras que la música seguía sonando plácidamente.

La Plavalaguna fue destruida por el atentado de la Legión del Nuevo Mañana, el grupo del terrorista Gerrard Ramsey, las estimaciones de la Federación han sido de 2351 muertos y 715 supervivientes. hizo una breve pausa para que asumieras los acontecimientos, se movió hacia la ventana que daba a un paisaje montañoso preñado de cumbres nevadas. Los miembros del Escuadrón Escorpión le sacaron de allí, tuvo suerte de estar dentro del Programa Celaeno y estaba localizado, señor Grant. Estaba inconsciente cuando lo sacamos, la explosión de la bomba terrorista le hizo perder el conocimiento.

Luego se volvió hacia ti, caminando hacia un armario lateral. Su paso era fluido, casi parecía algo coqueta con el movimiento de su cadera.

Aún se está investigando qué ocurrió exactamente. Creo que cuando se entreviste con el director Järvinen tendrá más respuestas, señor Grant. Cuando se recupere, puede vestirse aquí. Todo su equipaje que pudimos recuperar está aquí, también su omnipad.

Avanzo hacia donde señala para ver mis "ropas" y las cosas  que se han salvado. 15 sobrevivientes... Supongo que en su mayoría pasajeros, pero...

Muchas preguntas se agolpan en mi mente mientras con aparente fortaleza mientra reviso mis ropas y me preparo para cambiarme.

-¿Puedo saber quienes son los sobrevivientes, y como eludieron los terroristas las medidas de seguridad?

Es una pregunta directa, tal vez demasiada para una IA, pero debo saber. Y sobre todo, ¿quien es esa persona de quien me habla?

-El director, ¿quien es?, ¿es quien se encuentra a cargo?

La mujer virtual te miró con comprensión, quizá hasta con simpatía. Se acercó un poco a ti, como si con su mero gesto quisiera aliviar tu malestar.

Lamento si perdió a alguien, señor  Grant. Muchos.. murieron. Le facilitaré una lista de los muertos en su omnipad, pero si desea buscar alguien en particular. ofreció con cautela la IL, luego respondió a la otra pregunta con el mismo tono suave. El director Järvinen podrá responder a sus preguntas, aunque carecemos de todas las respuestas, el equipo del Celaeno ha estado investigando cómo la Legión del Nuevo Mañana pudo hacer eso.

Como un resorte, Aedrel caminó hasta la ventana que daba a un paisaje montañoso preñado de nieve, quizá dejándote algo de intimidad para cambiarte.

El director Rikhard Järvinen, así es. asintió volviéndose hacia ti una vez que te cambiaste. Es quien dirige el Celaeno y su programa, de hecho es su principal impulsor. Estoy segura de que podrá responder a todas las preguntas que tenga, si está en su mano.

En aquellas últimas palabras parecía que hubiera cierta intención de proporcionarte alivio, aunque viendo tu malestar procuraba mantenerse atenta y amable. 

Samuel necesitaba tiempo para asimilar todo esto. Le costaba pensar en que en algún momento hubiese deseado fomar parte de esto. Dejar todo atrás; a todo y a todos los que quería para embarcarse en una aventura incierta hacia una quimera. De hecho, le costaba tanto que dudaba haberlo hecho. ¿Qué te han hecho, Sam?¿Acaso esos pequeños retazos que pululaban dispersos por su mente sobre un pasado en el que había aceptado unirse a esta locura serían recuerdos implantados? Había oído hablar de esas cosas. 

-Me gustaría dar una vuelta por las instalaciones, si fuera posible-dijo finalmente-¿Podría abrirme la puerta?.