Partida Rol por web

La mirada se oscurecía... se desdibujaba tras el resplandor que desprendía la punta afilada de la saeta... Y los pasos resonaban fuertes en el suelo... y el tintineo se escuchaba avanzando orgulloso...

Y los hombros eran firmes a pesar de la debilidad y el dolor... y la mirada era fuerte... y mi camino era el Do... y mi alma la del samurai...

Se mantiene oculto.... Avanza. Cerca pudo avistar a los compañeros que abandonaron hace algunas horas y que esos fríos y largos dedos de la muerte se los llevaron.

Sebastian aun se movía con gran presteza. Viendo con sorpresa como la samurai permanecía en el mismo sitio. Era demasiado valiente y tenaz, y entre otras cosas eso le llevaba a no poder atacarla.
El joven aprendiz murmura unas palabras mientras roza suavemente un pequeño colgante con la forma de una daga de plata. Sigue sus pasos antes de darle una fuerte palmada en la parte trasera del caballo para que este se mueva hacia la samurai..él mientras tanto permanecía oculto como solo un batidor de su altura sabía hacerlo..

Viento y sol... y el pelo negro oscilando sobre la espalda... y ese extraño orgullo recorriendome las venas... Ese que te hace apretar los dientes y seguir adelante cuando te fallan las fuerzas... ese que te fortalece las rodillas... y el cuello... Ese que impide que se dobleguen y te mantiene en pie... Siempre en pie...

Caminaba aún con la flecha apoyada en la mejilla... sintiendo el flaquear de los brazos... sabiendo que no desfallecerían... Porque el palpito era fuerte... porque mi Do era firme... porque mi honor y el deber me daban la fuerza... y el valor... Ese valor que te hace mirar la propia muerte desde la distancia serena de un alma que no pesa... Ese que siempre te lleva un poco más allá...

Dónde estas.... bruja?...

Se mantiene escondido en la espesura del monte y sin heridas ni daños en su cuerpo que le hagan retirarse del juego. Esto estaba siendo un juego, y tarde o temprano la malvada hechicera aparecerá con su fuerza mágica para intentar destruir al joven Sebastian.

Avanza. Sigiloso como una pluma que se cuela por una ventana abierta avanza por la senda de las sombras, intentando coger desprevenida a la elfa..

-"Vamos. No puedes estar ocultada tanto tiempo"-

Con ese pensamiento intentaba distinguir algún movimiento en este gigantesco bosque.

Silencio... solo silencio... Silencio espeso solo roto por el mecerse de las hojas bajo el viento que también mecía mi pelo... por el tintinear de mis pasos... por el crujir de la hierba bajo ellos... por el gotear de mi sangre, camino rojo tras de mí.

Silencio...

El humano sabía lo que pasaría, o mas bien lo sentía. Algo confuso prosiguió su camino en medio del bosque, miro al cielo, luego a la tierra. Sus ojos cerraban sus pupilas hasta parecer el mas sigiloso felino, intentando averiguar donde se oculta la elfa..

-Vamos. Sal.. eres tu o yo...-

Se bajo el pañuelo que cubría su rostro y busca una flecha en el carcaj donde se la llevo a la boca para sostenerla entre sus dientes mientras se mantenía oculto entre lo frondoso del bosque..

Sebastian todo el terreno es abrupto coste x2

Ves el revolotear de una melena rubia unos segundos en la posicion 9,28

Meriele sabe que el combate está llegando a su fin. Las cosas pintan de color oscuro, incluso podría decirse que negro desde que aquellos dos infelices decidieran compincharse contra ella. Sin embargo, a pesar de lo delicado de la situación la bella y orgullosa elfa de los tatuajes seguía confiando en su suerte.

-¡Ilusos! ¿Acaso creen de verdad que van a poder conmigo? ¡Ja!--se mofa para su fuero interno la mago de guerra.