Partida Rol por web

-Pero, ¿qué demonios está haciendo?--se pregunta Meriele realmente sorprendida por la extraña actuación de Sebastian.

La mago de guerra se aproxima un poco más a su presa y vuelve a conjurar uno de sus proyectiles de frío. Sin embargo, el rayo falla en su objetivo por mucho.

-Me temo que algún aciago dios se estará riendo de nosotros dos en este preciso instante--afirma con frustración la joven elfa de provocativas curvas, al tiempo que tuerce el gesto de su bello rostro en una fea mueca de repulsa y desagrado.

Sus manos aún palpaban la hierba dónde le habían caído todas las flechas del carcaj. La derecha estaba totalmente ensangrentada. Cogió una entre sus dedos y solo pudo entender que su adversario también estaba con escasas fuerzas al ver como su rayo de escarcha tomaba una dirección no deseada para la elfa..

-No entiendo porque hemos de matarnos. Quizá tú no quieras hacerlo y por eso has errado en tu ataque..- a paso lento. No como antes lo hacía, consigue estabilizarse para tensar una flecha sacando las últimas fuerzas que le quedaban.
Sus ojos se tornaron como los de un felino y en ellos reflejaba algo de esperanza y vida para continuar en este combate..

-¡Te equivocas, niñato!--espeta con desdén Meriele antes de tratar de ensartarlo con su hoz--Por supuesto que hay un motivo detrás de toda esta barbarie...

-¿Acaso ya no recuerdas para qué viniste a este maravilloso lugar?

-¡Anda, ven! ¡Acércate para que te lo pueda explicar como es debido! ¡Ja, ja, ja!--rompe a reir la mago de guerra en un ataque de aparente locura.

-¿Acaso quieres ser Reina de un lugar en el que ni siquiera conoces? De un lugar en el que debemos matar vidas para convertirnos en Rey. No bella elfa no.. me temo que te equivocas conmigo..-

El batidor se siente acorralado y fácilmente esquiva el fiero ataque de esa devastadora arma, al mismo tiempo saca su espada haciendo un ataque ascendente contra la elfa.
La sangre empieza a fluir de su cuerpo y se alía con el acero de su espada...

El joven se había quedado solo en el campo de batalla recorriendo con la mirada toda esta maldad, toda esa sangre que había desparramado. Se dirigió al cuerpo de la elfa donde su boca tenía un hilillo fino de sangre. Con la espada en mano se arrodilló y le cerró los ojos abiertos pasando ligeramente su mano libre por ellos..

-Lo siento..-

Tras asegurarse de su muerte se acercó al cuerpo de la Samurai donde probablemente aún hubiera algún atisbo de vida en su interior..

-Vamos. No te mueras..- con una lágrima en sus ojos donde se escurría por la mejilla hasta caer en el rostro de la Samurai inclinó la cabeza de esta hacia delante esperando alguna señal de vida y esperando que algo ocurriera en este sombrío bosque..

Sorprendida por el furioso ataque del joven y valiente batidor, la tremenda agilidad de Meriele no es capaz de esquivar con éxito la acometida final dibujada por la espada corta de su oponente. La mago de guerra ni siquiera tiene tiempo de replicar a la última cuestión planteada por Sebastian... Rota por dentro en algún punto vital, la elfa de los tatuajes sucumbe entre espasmos de sangre y dolor, mientras sus ojos exclaman una oscura maldición en el más absoluto de los silencios.

Justo cuando tu espada acababa con meriele, una estraña dama de ropajes oscuros se situa en el campo atravesando el portal...sus rasgos te son familiares... pero ahora mismo no recuerdas donde la has visto

Ves como te mira buscandote ...

y una vez localizado, empieza a rebuscar en sus ropajes...

Tienes breves segundos antes de poder hacer nada

Sebastian a lo que estamos...

Justo cuando tenía entre mis manos a la Samurai alguien aparece atravesando el portal. Sus ropajes son oscuros como seguramente lo sea su alma. Dejó el cuerpo de Himeko tendido sobre la hierba y se levantó clavando su mirada en sus ojos..

-¿Has venido a acabar conmigo?..-

La punta de la espada se pasea por la tierra mientras se iba acercando a duras penas hacia su posición, cojeando y manteniendo la espada firme en su mano..

-¿Quién eres?..- se limita a decir forzando la mirada para intentar reconocer aquella figura. Sebastian se mantenía a la espera..

Mirandote con ojos tristes piensa un segundo unas breves palabras salen de su boca...

Vengo a por la llave... que es en lo que consistia esta estupida prueba.

Susurrando unas palabras, una flecha de luz sale de su mano impactandote con toda su fuerza en el pecho...

y de golpe la oscuridad se hace sobre ti...

El Rayo de la desconocida paso rozando el cuerpo del joven Batidor. Este tan solo tuvo que hacer un ligero movimiento para que el Rayo pasara de largo..

-Así que es por eso. Me temo señorita que no puedo dártela..-

Levanta su espada y carga contra la bruja con tan mala suerte de que una piedra sobresalía en su dirección tropezándose y dificultando el ataque que quería conseguir. Sin embargo se queda atento a su siguiente respuesta..

-Mas que nada por que no la tengo yo..-