Partida Rol por web

Alfren esta vivo

El chasquido del proyectil cayendo cerca me obligó a volver la mirada... el gesto... para encontrar a un semiorco que blandía su honda contra mí... El maldición se escapaba de sus labios, y en los míos... el gesto desdeñoso se dibujaba como una sombra... Por la espalda... Cobarde...

El cuerpo de Sebastian precedió a su voz... y su brazo se tensó fuerte y certero en dirección al semiorco... y la flecha surcó el aire mientras la leve inclinación de cabeza...el leve tintinear de mi cota y el oscilar del pelo negro, le reconocían el gesto mientras los ojos se me mantenían firmes... en él... en el bosque... en Alfren...

El semiorco cayó inerte... y con el gesto rápido de la mano Amemizu buscó descanso en mi cintura... y el arco abandonó la espalda agitando la larga cola que descansaba sobre ella... cabello lacio y negro que se abría como un abanico al caer tras acariciar la cuerda del arco a su paso... Azabache de cuervo.. como azabache era la mirada negra que buscaba el sutil cuerpo de una elfa que ya se cobijaba traidora... que se parapetaba tras las rocas evitando miradas y aceros... Después de todo era una hechicera... después de todo... no tenía honor...

La flecha entre los dedos y el gesto suave... la respiración tranquila... y la mirada serena guía del proyectil... La madera de la saeta se apoyaba en la mejilla... los ojos se apoyaban en aquella roca tras la que la hechicera se escondía...

Veamos...... el crujido de la cuerda del arco marcó el limite del movimiento... de qué estas hecha tú....

El flechazo del niño de la fronda fue certero y Alfren sintió como caía del caballo, con el pecho atravesado pro la flecha de Sebastián. Quizás, en condiciones normales habría podido aguantar el dolor, pero débil por el impacto mágico de la elfa no tuvo posibilidades.

Simplemente cayo del caballo y quedó tendido entre los árboles, mientras Coloso lo observaba sin entender que le pasaba a su amo.

Pues vaya error el mio no te quite los pg del Prollectil.

Sebastian se movía perdiéndose bajo la sombría vegetación como una flecha en su carcaj. Los intentos de lo que era su enemigo en este momento por alcanzarle con su lanza no habían sino aguzado sus reflejos, a tal punto que el joven aprendiz hubiera esquivado con presteza cada unos de sus ataques...

-Perdonadme Alfren...-

Un ataque, un silbido perfectamente dirigido al cuello del jinete es lo único que debió sentir al caerse hacia un lado por culpa de la escasez de fuerzas. Sebastian corrió hasta el lugar que había matado a ese pobre jinete. Allí vio una vez mas el rostro de la muerte. Con lágrimas en los ojos acarició el lomo del caballo del jinete..

-Era un buen guerrero. ¿Podrás perdonadme?.. El Batidor hablaba con el caballo como si le conociera de toda la vida.. no puedo dejar que la muerte de tu jinete caiga en vano ¿eh?. Venga no voy hacerte daño, pero hay alguien por aquí que si desea hacerlo. Vamos a encontrarle ¿estás conmigo?..- Así, intento calmar al caballo cogiéndole por las riendas y cuando sintió que el nerviosismo del animal disminuía se subió a lomos del caballo..

-¡Eh! Samurai.. andad con los ojos abiertos..- pronunció ya en lomos del caballo avistando la zona para distinguir a la malvada hechicera entre la espesura.

Oculta tras las rocas, la elfo pasa casi totalmente desapercibida para sus adversarios. ¿Quién sabe qué terrible sorpresa pueda tener Meriele para aquellos dos niñatos enamorados?

La voz del hombre resonó a mi espalda... y no despegué los ojos de aquella piedra que ocultaba la vileza disfrazada de hermosura de aquella bruja... ni la madera suave de mi mejilla... ni la sonrisa de los labios...

Los brazos se me tensaban por el esfuerzo del arco... y los pasos fueron suaves, acompañados del leve tintinear de la cota a cada vaiven de las caderas... de las piernas... pero no de los hombros, que permanecieron firmes sujetando la saeta...

Lo haré...