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Hogwarts: War Games

Klaus Luzabelth (Sunstar)

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02/05/2015, 07:19
Narrador

Cuando llegaban las notas, y muchas veces felicitaciones del colegio, tu madre decía orgullosa que desde niño él era especial. A una edad en que otros balbuceaban incoherencias y tropezaban a cada dos pasos, ya podía decir frases completas y caminar con mayor naturalidad. Tu padre también presumía de él, lo cual podía ser incómodo: no era un estándar fácil de llevar para el segundo hijo.

No todo era miel sobre hojuelas. A veces, Abbadon chocaba con el padre de ambos. Se le dificultaba seguir órdenes, y con los años parecía que todo lo tomaba como un insulto personal. Hogwarts no hizo mucho para remediarlo: en primero ya había hecho su primer gran travesura. En la oficina del director, guardaban en un cofre un monstruo de la era victoriana y Addadon tuvo la ocurrencia de robarlo y soltarlo en un pueblo muggle escosés. Cuando les llegó la carta, tus padres casi enloquecieron. De hecho, tuvieron que viajar al colegio para rogar que no lo expulsaran.

Por lo que él mismo te contaba los veranos, eso le atrajo la admiración de Slytherin, casa que detestaba a ese director casi tanto como ahora detestan al actual. De allí fue que un prefecto y el más popular de la casa comenzaron a seguirle como si fuera un profeta, y más seguidores comenzaron a juntársele. Abbadon no podía estar más orgulloso de sí mismo.

No se sentía cómodo con los cariños de tu madre, pero tampoco la rechazaba. Por un tiempo, fue la única que podía frenarlo, o por lo menos decirle qué era correcto y qué no. De verdad no le gustaba mostrarse débil, como una vez que se rompió la costilla y prefirió quedarse callado a admitir que había tenido problemas controlando la escoba.

Tenía una extraña fascinación por la época de los fundadores, y mucho interés en los reyes muggles de la época. Su rostro al leer los libros tenía una mueca, como si la lectura le inspirara repulsión, pero no dejaba de leer.

Era frecuente que te molestara. Casi eran diez años de diferencia entre uno y el otro, y todos los veranos te lo recordaba. Extraño, también se volvió frecuente que tu padre y él discutieran cada vez más a menudo. Tal vez el sentimiento de culpa esté en la familia, porque cuando le hablaban de Richard la cara de tu hermano se ensombrecía. Una vez, que habló del Golpe con tu madre, le escuchaste decir que si hubiera hecho todo antes no habría ya muggles asesinando a magos.

 

Cada verano, Malcival y Belcebur se reunían al menos una vez a la semana en la mansión. El primer año solo eran ellos, el segundo se les reunieron otros tres: una adolescente de cabello negro ondulado, otro de cara alargada, y otro que usaba el cabello largo y se trenzaba una parte. Años después te llevarías una sorpresa de verlo como tu profesor. Para tercero eran once los que dejaba entrar tu mamá, incluyendo a una pelirroja, y para cuarto ni siquiera alcanzabas a verlos porque se reunían en otra casa.

Los comentarios que alcanzaste a escuchar esos tres veranos eran desde desprecio hasta los muggles, hasta como sería una Inglaterra "ideal". Todo era extraño, hasta tú te dabas cuenta. Tu padre compartía en parte sus opiniones y veía en eso una muestra del futuro de Abbadon en el ministerio, pero tu madre poco a poco comenzó a diferir.

Cuando Abbadon iba en sexto, volvió a llevar a alguien. La viste de lejos, desde lo alto de las escaleras. Recuerdas que era una mujer mayor que él, de cabello oscuro. No viste su rostro, porque estaba de espaldas a tí, aunque si viste que tu hermano sonreía como pocas veces lo había hecho.

Tras instaurado el Orden, la casa se llenó de extraños. A algunos los reconociste en las fotografías que exhibía el profeta. Otros no los has vuelto a ver, pero reconocerías sus rostros. El de Marcival especialmente.

Tras la caída, a lo largo del primer mes, el nuevo Ministerio te llegó a interrogar varias veces. Thaumiel era quien le llevaba, y Califax quien te guiaba a la oficina. Al menos cinco, te dieron poción multijugos: tomabas la forma de Califax para ver de frente, por un par de minutos, al acusado de ser un mortífago. No era agradable, pero al menos mostrabas de qué lado estabas.

Así, identificaste a algunos mortífagos. Describiste sus máscaras y rostros, y todo fue anotado en un libro que ahora permanece oculto en el Ministerio. No sabes donde, y quizá estés aun anotado como sospechoso, a menos que Califax sepa más de lo que Thaumiel dice.

La pelirroja que llegó a tu casa era Cordette, y tú le diste a Califax la confirmación que él hubiera deseado no escuchar. Otras sí que le agradaron: Matthew Kramer fue uno de ellos, y el único que salió en libertad "condicional" al alegar haber actuado bajo amenaza. Su esposo usó un argumento más refinado (Imperio). Los demás no tuvieron o esa idea o esa "suerte" o incluso si fue así no les creyeron: Mortimer Percy y los demás fueron enviados a Azkaban. Califax te aseguró que jamás saldrían, y si lo hacen... lo bueno es que no saben a quién culpar de su encierro.

 

La viste en acción durante aquel Halloween. Por ello, sabes quién es quién.

Appolyon es el que más resalta por la cicatriz. Su era correcta para nacer habría sido la edad media: nadie comple más con el arquetipo del caballero de la armadura brillante. Con todos guarda un rostro serio, como si nunca hubiera tenido una sonrisa, aunque con John platica animadamente, quizá porque fue amigo de su hermana. Es de los pocos que te mira con simpatía en lugar de desconfianza.

Cerys Roggenbar es un familiar cercano de Thaumiel. ¿Tú te sentías mal por tener un listón demasiado alto al qué llegar con tu hermano? reconoces esa frustración en él.

A los once tu memoria guarda mucha más información que a los cinco, por lo que reconociste ese rostro cuando una mañana, al abrir el profeta, viste a Wanderer Saahla en primera plana. En una de tus idas al ministerio, ella también esperaba turno para identificar a un mortífago, y jurarías que Donovan era su apellido. Ahora, casualmente, está en el colegio. Sabes que Thaumiel no dejaría entrar a cualquiera, así que sospechas que pueden haber nuevos rostros y nombres en la Orden.

Para el tiempo de la primera gran "travesura" de tu hermano, Thaumiel era maestro de Defensa Contra las Artes Oscuras. No se opuso a que tu hermano volviera a entrar al colegio, por ello crees que ahora le es más fácil expulsar a otros alumnos. El nuevo conserje es la prueba andante.

Está resentido con la guerra, y quizá, consigo mismo. Los años te hicieron descubrir esto.

También que no te odia. Las veces que has tenido que ir a la oficina del Director, no te habla por el apellido. Está pendiente de tí, pero lo que en primero fue esperar a que cometieras una atrocidad, para quinto era que estuvieras... bien. Se acabaron los tiempos de la fortuna, pero él mismo vigila que nunca te falte nada.

 

Es un tema que hablará contigo en algún momento. No la conoces completa, pero una vez, que alumnos de Gryffindor te habían molestado, te lo dijo para hacerte saber por qué él no creería que serás como Abbadon. Incluso te contó la historia.

Una adivina, no te dijo su nombre, soltó el mes antes una profecía. Entró en trance, y al despertar ni ella misma sabía qué había hecho. Isaiah Stokes era en realidad un auror infiltrado, y el único que estuvo presente. De inmediato buscó a Thaumiel, quien guardó el secreto.

Stokes no fue tan prudente: temiendo una masacre, se desesperó, y quizo idear una nueva ruta de escape, probándola con niños de Hogwarts. Creyó que Abbadon sospecharía de la Orden del Fénix, e incluso que aquello lo hacía una mejor idea porque sería un distractor.

Abbadon no era tan estúpido. Con legeremancia, le sacó toda la verdad. Recuerdas que aquel día, ni tu madre ni tú pudieron entrar a la Torre de Astronomía y al día siguiente, todo estaba hecho un caos: no había un solo retrato u objeto que no hubiera sido roto. Con un movimiento de varita ella arregló todo, pero no pudo hablar con Abbadon. Ninguno de los dos lo volvió a ver hasta esa noche: los evitaba.

¿Qué era lo que decía esa profecía que lo cambió tanto?

No lo sabes todo. La profecía fue guardada en el Ministerio, y no se te ha permitido escucharla. Este fue el único fragmento que citó Thaumiel:

La sangre crea lazos, la sangre destruye.
Pero ni uno es hermano del otro.
El príncipe quedó reducido a mendigo.
Su reinado se barrerá con ceniza.

Que el piso de la Torre quedara bañado en ceniza tuvo más sentido tras eso.

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02/05/2015, 07:59
Narrador

Lo notas. En las miradas de todos.

El recelo y la desconfianza.

Cuando Dante no está cerca, pareciera que entre la escuela y tú se hiciera un vacío.

Slytherin te trata bien: nadie sabe tu verdadero involucramiento en la guerra, por lo que creen que estás de su lado. Emery Curry es mestiza, pero imaginas que no se debe de llevar bien con su progenitor, porque solo dice pestes de los muggles. Intenta realmente ocultar su verdadera sangre. Si no fuera por Thaumiel, ni tú lo sabrías.

Adramech intenta acercarte a su círculo de amigos que incluyen a Fawkes y Mors. No son los caballeros de Walpurgis, pero le gusta creer que lo serán en el futuro, aunque aun no han hecho nada extraordinario. Thaumiel tampoco les dejaría: siempre está alerta.

Barton es presumida y prepotente a veces, pero otras sigue con la mirada a sus compañeros. Está tan deseosa de encajar, que cambia constantemente de ideales.

Ravenclaw te mira con curiosidad, como si fueras más el último vestigio de un linaje, pero la mitad también te ve como un peligro. Wilson especialmente: le habla a todo el que quiera escuchar de todos los antecedentes terroristas de tu hermano y por qué no deberías estar en Hogwarts.

Los Gryffindor le escuchan, e incluso le permiten sentarse con ellos a la mesa. Son de ellos de quienes más has tenido que cuidarte: siempre acechan con provocaciones. Cuando estabas en segundo, fueron los que más se quejaron de que siguieras en el castillo. Thompson incluso te gritó a la cara el que tuvieras el "cinismo" luego de la muerte de los niños, porque uno de ellos era su prima.

¡Nunca supo lo que tú perdiste también!

Ricks y Merril ese mismo año intentaron una vez hacer explotar la biblioteca y echarte la culpa para ver si así te expulsaban, pero Thaumiel no les creyó. No lo volvieron a intentar, aunque no por falta de convicción.

Con el tiempo se han ido suavizando. El rencor sigue, pero al menos no tienes que estar viendo constantemente sobre tu hombro.

Hufflepuff, por el contrario, está cambiando. Zachary Wall formó su propia banda y comienzan a juntarse mucho con los Gryffindor. Son los más osados de su clase, y Wall ya le ha hecho ver su suerte a los profesores desprevenidos. ¿Quién no dice que intenten algo también?

Thaumiel los ha aplacado, y son menos hostiles que los alumnos. Aun así, son desconfiados.

Milles siempre está a la espera no de algo "malo", sino de algo extraordinario. Cree que con tu historial familiar, deberías ser más sobresaliente.

Sawyer, en cambio, te mira con la misma curiosidad de Ravenclaw. Te ha preguntado tu opinión sobre la magia oscura, lo cual no supiste como interpretarlo. No parece ser un mortífago, o Thaumiel ya lo habría matado. Aun así sigue siendo desconcertante.

Merrick Andrews comparte la hostilidad de su casa. Te mira también con recelo, aunque no te ha atacado directamente. Verrier si: fue la que más cuestionó tu regreso a Hogwarts.

Ursula Anderson casi salta del susto cuando te vió por primera vez en su clase, y cuando estás cerca se ríe, pero es la risa nerviosa de los que no saben qué hacer. Gardner también se impresionó la primera vez, aunque después o fingió o realmente fue indiferente.

Watson no está relacionado con ningún parentesco a la maestra. Era Gryffindor, eso sí. Verte estudiando, mientras él está expulsado, parece añadirle más coraje. Chamberlain, por otra parte, te sonríe. Pero no es nada: sospechas que tuvo que ver con lo de la biblioteca.