Partida Rol por web

La Clepsidra

Arna, la Ciudad de las Mujeres

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06/10/2013, 18:24
Lucyen

Lucyen encarnó una ceja ante las indicaciones de Walda para localizar la mejor zona para las prostitutas. 

He estado alguna que otra vez en esta ciudad y algo conozco para pasar el rato en esta ciudad, pero gracias por las indicaciones- aunque el cazarrecompensas no tenía mucha intención de ir a los prostíbulos de la ciudad (no era de esos tipos), lo cierto era que encontraba divertido los consejos de aquella mujer. 

Por sus palabras, había tenido suerte. Si los comerciantes e vidrio partían entre hoy y mañana quizás pudiera vender sus servicios a alguno de ellos. Por otro lado, estuvo apunto de sonreír ante la información del herrero. Al fin y al cabo, fue él quien le escoltó a aquella ciudad. Lo que era evidente es que los rumores se movían muy rápido.

Sin embargo, tenía curiosidad por saber que le respondía Walda, así que preguntó:

Y decidme, ¿sabe por donde se mueve ese herrero?

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06/10/2013, 18:43
Director

Notas de juego

No tienes ni idea de dónde está el herrero, tú sólo has oído rumores.

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06/10/2013, 21:34
Walda Boh

Como dije, no sé ni siquiera si el rumor que corre es cierto. Así que no tengo ni idea de por dónde podría estar. En el centro gritándolo a los cuatro vientos, seguro que no -Desde luego, le encantaría saberlo. Walda nunca se había metido en cuchicheos ni en temas peligrosos, pero un herrero... De haber tenido tiempo, habría intentado averiguar todo lo posible sobre él. No es algo que se vea todos los días-. No será fácil averiguarlo. Y lo más probable es que sea mentira, en esta ciudad no sé yo qué iba a hacer. Aunque con tantos ambulantes estos días, ¿quién dice que uno de ellos no esconde un secreto como ese?

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06/10/2013, 22:33
Lucyen

Lucyen asiente ante sus palabras mientras se levanta- bueno, iré al mercado por si encuentro alguna caravana que vaya a Aku. Y ya de paso estaré atento a lo del herrero, quizás tenga suerte. 

Si partimos mañana me gustaría saber donde puedo encontrarla para darle el aviso.

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06/10/2013, 23:42
Walda Boh

Vivo al final de esta calle, en frente de una panadería. Dentro de una hora salgo de trabajar y estaré allí  hasta que nos vayamos, preparando las cosas. Que tenga suerte en sus tareas -Walda empezó a guardar los materiales usados mientras el hombre salía de la casa de curación. Ahora estaba nerviosa, pero la felicidad superaba cualquier otro sentimiento.

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07/10/2013, 10:27
Lucyen

Hace un gesto de despedido y Lucyen se marcha con un rumbo fijo: hacia donde se encontraban los mercaderes. 

Notas de juego

Básicamente master, voy a donde se mueve el comercio para ver si me entero de algún comerciante con ganas de viajar a Aku.

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08/10/2013, 19:30
Ormán

Nada más llegar al centro de la ciudad, por la zona en donde están gran parte de los mercaderes, lo primero que escuchas es a un mercader mayor llamar a alguien.

—¡Eruá! —Dijo para llamar la atención de alguien—. ¿Ya has decidido si vendrás con nosotros mañana? ¿O has encontrado aquí lo que estabas buscando? Nos vendrías bien. Iríamos a Or, el día siguiente a Nar, y luego nos quedaríamos algo más de tiempo en Tao. Mmm... ¡Qué ganas de probar el pan de guisantes de allí! Hace por lo menos un mes que no lo como. ¿Qué me dices?

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08/10/2013, 19:34
Eruá

-Oh ¿Tan pronto nos iremos? Si apenas he tenido tiempo de disfrutas del bello paisaje de Arna.- Dijo mientras abarcaba todo el mercado con la mano. Aunque en aquellos momentos los hombres de Arna entraban en la ciudad para comerciar, muchos de ellos se encontraban fuera pastoreando el ganado por lo que la proporción de mujeres era bastante más alta que en otros lugares. Evidentemente a ese "paisaje" se refería Eruá.-Si iré con vosotros mañana, total soy un culo inquieto...eso y que me pagáis- Eruá le dio una palmada en el hombro a Ormán y le que confirmó que a primera hora estaría con la caravana al día siguiente. Eso significaba que tenía ese día para enterarse de todas las novedades que hubiera. Ya conocía a alguna de las tenderas, y no solo de vista precisamente, hablaría con alguna a ver que noticias había.

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08/10/2013, 19:36
Director

Notas de juego

Ya ves que he repetido posts anteriores, pero era para que Lucyen los viera después de sus mensajes. Simplemente ha escuchado lo que has dicho, ahora le corresponde a él decidir si habla contigo con con Ormán o no.

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08/10/2013, 19:37
Director

Notas de juego

Sabes que es difícil encontrar caravanas que vayan directamente de Arna a Aku, aunque te parece razonable ir hasta Nar en la caravana y más tarde unirte a otra diferente que desde allá vaya a Aku.

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08/10/2013, 19:39
Director

Después de atender a Lucyen tuviste que atender a otro paciente, y luego a otro, y luego a otro...

Pero por fin se había acabado tu jornada de trabajo. 

Notas de juego

¿Quieres hacer algo en especial en Arna hasta que llegue el día siguiente y hacerlo de manera roleada? ¿Buscar víveres para el viaje? ¿Buscar a tu hijo?

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08/10/2013, 20:22
Lucyen

No podía negar que había tenido suerte: nada mas entrar en el centro de la ciudad y escuchar las palabras de lo que se suponía era un mercader.

Nar era un buen destino para hacer transbordo y encontrar otra caravana para llegar a Aku. Al fin y al cabo, un viaje desde esta ciudad hasta su destino era muy difícil de encontrar -demasiada distancia y demasiados riesgos-. Los viajes de los comerciantes y mercaderes solían tener rutas prefijadas y con varios destinos. Era una manera de hacer el negocio mas rentable y seguro (compras y vendes las ganancias en las ciudades que visitas y siempre hay viajeros dispuestos a acompañarte).

Lucyen no pierde el tiempo. En un par de zancadas ya se encuentra cerca del viejo y del tal Erua:

No he podido evitar oiros que tenéis intención de viajar hasta Nar. Me preguntaba si tenéis espacio para un acompañante mas, mas una mujer y su hijo- dice- aquí donde me veis, puedo ser de utilidad para proteger la caravana de posibles intrusos, y la mujer que me acompaña es curandera, por lo que puede encargarse de sanar en caso de necesidad. 

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08/10/2013, 20:23
Walda Boh

Antes de salir del trabajo, Walda fue a hablar con la curandera jefe sobre su partida. Estaba nerviosa, pues no sabría cómo se tomaría su marcha tan súbita. Perdona, ¿podemos hablar un momento? Es algo urgente. Su superiora dejó lo que estaba haciendo y la miró. Era mujer de pocas palabras, así que Walda entendió que podía seguir hablando. Primero, quiero decirte que yo me encargo de pagar la deuda del hombre herido al que atendí hace una hora. Lucyen, creo que se llamaba. Descuéntamelo de mi paga. Y, segundo, mañana me marcho de la ciudad. Acabo de decidirlo, por eso no te dije nada antes. Siento que sea tan repentino todo. La cara de la curandera jefe mostró una expresión de angustia, pero antes de poder hablar, Walda la interrumpió. No te preocupes por mi puesto. Hablaré con mi madre y convencerá a mi hermana Aviva para que entre a trabajar aquí. Aún es joven, pero aprenderá rápido, igual que hice yo. La verdad es que no estaba muy segura de que esto fuera cierto. Aviva era aún una cría soñadora que no se preocupaba por asuntos tan terrenales como el trabajo. Sin embargo, ella misma era también una soñadora. Por eso se marchaba. Así que tenía que darle un voto de confianza a su hermana pequeña.

Si te digo la verdad, Walda, empezó la curandera, esperaba que este momento llegara algún día. Todas sabemos que querías irte, pero esperaba que avisaras con más antelación. Recibiré a tu hermana encantada si quiere venir. Aunque nos haces una faena, la verdad. La miró detenidamente y esbozó una mueca de preocupación. Espero que te vaya bien y que el mundo no te coma antes de comértelo tú.

Le entregó su paga del día, con menos olivinas que de costumbre por haberle descontado la deuda del misterioso mercenario. Walda esbozó una sonrisa y añadió: Si el mundo quiere comerme, que así sea. Pero que sea cumpliendo mi sueño. O intentándolo al menos. Y, sin despedirse de nadie más, se marchó directa a su casa.

Notas de juego

Creo que no tendría sentido escribir mucho sobre la preparación. Mi hijo, en principio, estará en casa. Lo estará cuidando mi madre, así que puedo despedirme de ella fácilmente. Y no creo que tenga que comprar nada. En casa tendré carne en salazón, dátiles y bayas así que será suficiente para el viaje. Puedo hacer un post en el que describo cómo preparo todo y hablo con mi madre antes de ir a dormir, y luego otro en el que me despierto y espero a que llegue el mercenario. ¿Qué te parece?

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08/10/2013, 21:00
Director

Notas de juego

Por mí perfecto :)

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08/10/2013, 21:51
Eruá

Eruá miró al recién llegado con suspicacia. No tenía demasiado aspecto de comerciante o pastor, eso era algo que se notaba incluso en la forma de moverse.

-¿Ser de utilidad para proteger la caravana? Bueno eso ya lo veremos, por lo menos pareces en forma. Soy Eruá, me encargo de la protección de la caravana y este es Ormán- Eruá se dirigió entonces al viejo mercader.- Los niños no suelen ser más que una carga, pero una sanadora, si es buena, siempre es bienvenida, especialmente si trae sus propias hierbas. Algunos de los hombres que venían con nosotros se quedarán en Arna por lo que no nos vendría mal este brazo extra. De todas formas la decisión es de los comerciantes, yo me adapto a lo que me deis.-

Se volvió de nuevo hacia el desconocido.-¿Y puedo preguntar cual es el motivo de vuestro viaje? Perdona mi desconfianza pero no sería la primera vez que alguien se infiltra en una caravana para robar en la primera noche y volver corriendo a la ciudad. La última vez que me pasó, Uru ganó un mendigo manco.- El tono con el que se dirigió hacia el contrastó con el tono amigable que había utilizado con el mercader. Estaba claro que le importaba un comino si le perdonaba la desconfianza o no. Por alguna razón no le había entrado por los ojos.

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09/10/2013, 12:49
Lucyen

Lucyen observó detenidamente a Eruá. Por el tono de voz que puso en su pregunta, estaba claro que no le había caído bien. Claro que como si eso le importase a él. Estaba mas que acostumbrado a ese tipo de comportamiento. Mientras solo quedase en malas miradas, no habría ningún problema.

Yo solo soy el acompañante de la mujer y su hijo- responde- ellos son los que quieren marcharse de aquí en busca de nuevas oportunidades.

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09/10/2013, 13:06
Walda Boh

Cuando Walda llegó a casa, no paró ni a descansar cinco minutos. Tenía muchas cosas que hacer. Lo primero y más importante, contárselo a su madre. La encontró dando de cenar a Ulun. Madre, tengo noticias importantes. Mañana por la mañana Ulun y yo nos vamos a Aku. He encontrado a alguien que nos escoltará hasta allá. Luha la miró como si no se lo creyera y la bombardeó a preguntas. Pero ¿qué dices, hija? ¿Cómo os vais a marchar? Tan de repente. ¿Has pensado qué hacer con tu trabajo? Allí quizá no encuentres nada. ¿De qué vas a vivir? ¿Y qué harás con Ulun? Espero que no pienses en casarte con un hombre o algo así.

Ulun seguía comiendo como si nada de eso le importara. Walda paró a su madre, a quien parecía haberle dado un ataque nervioso, para responder a sus preguntas. No pienso casarme, madre, qué cosas tiene. Me voy para probar suerte con Maba Gathra. Y, sí, ha ido todo muy rápido, pero el hombre que nos llevará quiere aprovechar las caravanas que parten de la ciudad mañana para no ir solos. En cuanto a mi trabajo, no se preocupe. He ido ahorrando estos años y podré seguir trabajando de vez en cuando allí. En Aku hay tantos enfermos como aquí o incluso más.

Mientras hablaba, Walda iba preparando el petate. Cogía ropa del crío, ropa suya, material sanitario... Preparó un paquete de comida con toda la carne en salazón que tenía, una bolsa de dátiles y otra de bayas. Del agua se encargaría mañana. Y, si le daba tiempo, se pasaría a comprar algo de leche de camella para Ulun, que le gustaba mucho, y pan. Su madre la miraba con preocupación, pero ya había callado. De repente, se acordó de algo.

Madre, casi lo olvido. Le dije a la curandera jefe que Aviva podría ocupar mi puesto. Ya empieza a ser mayor y, como ha terminado sus clases, podría empezar a formarse como enfermera. Díselo, ¿vale? Yo no podré despedirme de ella, pero quizá pueda escribirle una carta cuando esté asentada en Aku. O quizá no, no sé. Al fin y al cabo, tampoco tenemos tanta relación ahora. Su madre la miraba incrédula, como si toda esta situación le pareciera ridícula y sin sentido. Nunca creí que llegarías a marcharte de verdad. Y no me has dicho aún qué harás con tu hijo. El niño había terminado de cenar y estaba jugando, ajeno a toda esa situación de adultos.

¿Qué haría con el niño? Había dicho muy felizmente que encontraría a alguien con quien dejarlo, pero era demasiado pequeño. Tal vez no era tan fácil dejárselo a un pastor o comerciante. En cualquier caso, siempre podía apuntarlo a alguna escuela en Aku mientras ella trabajaba o estudiaba. El niño no sabía leer ni escribir, así que no le vendría mal. Ya veré qué haré con él. Si alguien quiere acogerlo y enseñarle un oficio siendo tan pequeño, bienvenido sea. Y, si no, lo criaré hasta que tenga edad de marcharse. ¿Olvidas que muchas mujeres de Arna no tienen ninguna familia que le ayude y trabajan a pesar de tener varios hijos? Creo que yo podré con uno solo. Además, no causa problemas. Eso era cierto. Ulun siempre había sido tranquilo, callado y cauteloso. No tenía ninguna queja sobre él. De haber tenido aún a Riho con ella, la situación habría sido completamente diferente. Un niño tullido era otro asunto. Pero este estaba sano, podía cargar con él unos años más.

Walda llevó al niño a dormir y se despidió de su madre, a quien prometió escribir de vez en cuando. Madre, ya has sufrido la partida de muchos hijos. No sé por qué te preocupas tanto por la mía. Además, te queda Aviva. Luha asintió y respondió: Una cosa es despedirse de un varón y otra muy distinta de una hembra con la que llevas 24 años. Pero tienes razón, no debo preocuparme. Espero que te vaya todo bien y no tengáis ningún problema. Ya sabes que hay bandidos por todas partes. La mujer salió, camino a su casa.

Con el niño dormido y su madre fuera, Walda por fin pudo terminar de preparar su equipaje. No pensaba irse sin el único recuerdo que tenía de su padre. Levantó su colchón y sacó un pequeño cofre de arcilla pintada. Lo abrió como casi cada día para contemplar la brillante daga de metal que llevaba guardando desde hace diez años. Guardó el cofre en el fondo de su petate y puso encima sus mudas y las del niño. Ahí sabía que nadie miraría.

Repasó una vez más toda la casa, por si acaso se olvidaba de algo importante. Tras asegurarse de que no faltaba más, se echó a dormir, deseando que el viaje del día siguiente fuera perfecto y no tuvieran ningún problema.

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09/10/2013, 21:37
Eruá

Eruá lo miró aún con más suspicacia si cabía.-El acompañante. Ni su marido, ni su hermano ni parte de su familia. El acompañante.- Pensó mientras fruncía el ceño.- Tu dirás jefe.- Le dijo a Ormán.

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11/10/2013, 15:26
Walda Boh

Al día siguiente, Walda se despertó bien temprano, antes de que saliera el sol. No podía dormir más de los nervios que tenía. Repasó otra vez todo lo que había guardado. Sacó cosas que vio que no valían y metió otras nuevas en su lugar. Llenó odres de agua para el viaje. No sabía cuánto tiempo se tardaría en llegar a Aku, pero esperaba que con lo que llevaba valiera. Y, si no, quizá hacían alguna parada por el camino.

Salió a la panadería de en frente a comprar una hogaza grande. La panadera saludó como siempre y habló de los mismos temas triviales de siempre. No tiene sentido decir a nadie que me voy. Tampoco tengo una relación estrecha con ningún vecino. Contándolo solo perdería el tiempo mientras me despido de todos y me empezarían a hacer preguntas cuyas respuestas no quiero dar. Así que Walda sonrió mientras le servían y respondió automáticamente a los comentarios sobre el tiempo, el mercado de vidrio y los niños malcriados. Tienes razón, hoy en día pocas saben mantener a raya a sus hijos y enderezarlos. Bueno, Nadia, -pues así se llamaba la panadera- que tengas un buen día.

Antes de entrar a su casa, fue rápidamente a la lechería a comprar leche de camella para Ulun. Aprovechó y cogió también un queso. Así el mercenario tendría más variedad. Que no pensara que no se esforzaba al máximo en hacerlo todo bien. Quería causar buena impresión y que no se arrepintiera de haber aceptado su misión.

Una vez hechas las compras, regresó a casa, lo guardó todo y preparó a Ulun. Hijo, ahora haremos un viaje largo. Espero que no te canses mucho y que te portes bien. Nos llevará un hombre con el que tienes que ser educado y no molestarle. El niño, siempre tan tranquilo y silencioso, respondió: ¿Un viaje largo? ¿Dices a ver a Óliver? Su mejor amigo, Óliver, hijo de una compañera de trabajo de Walda, vivía en la otra punta de la ciudad. No, hijo, no. Más lejos. Vamos a otra ciudad. Con los mercaderes. A ti te gustan los mercaderes, ¿verdad? A Ulun le gustaba ver los puestos siempre que venían a la ciudad. Sí, claro. ¿Me voy a trabajar con ellos? Yo quiero irme con los mercaderes, dijo con ilusión. Por ahora te quedarás con tu madre. Pero, quién sabe, quizá en Aku, la ciudad a la que vamos, conozcamos a alguien que te enseñe el oficio. Pero, eso sí, esas personas nos están haciendo un favor al dejarnos ir con ellas, así que tú no molestes a nadie, le repitió al niño.

Dicho esto, los dos esperaron ansiosos la llegada del mercenario.

Notas de juego

El siguiente post será ya cuando venga Lucyen.

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12/10/2013, 21:23
Ormán

—Cuantos más seamos, más se lo pensarán los bandidos antes de atacar —dijo Ormán con convicción—. ¿Pero cómo saber que tú no estás trabajando para esa gente? No sería la primera vez que se oye algo así, joven —dijo refiriéndose a Lucyen—. Puede que seas sincero y que tengas buenas intenciones, pero no me gustaría correr ese riesgo. ¿Tienes alguna manera de demostrarme que tus intenciones son buenas? ¿Te conoce alguien confiable en la ciudad que me pueda dar su palabra de que eres buena gente?