Partida Rol por web

Ace se instaló en una de las habitaciones, y luego se despidió del resto

-No tardaré en volver. Voy a echar un vistazo a esos tipos de la convención, a ver de que trata el asunto

Se dispuso a salir, pero al final pareció decidir que quería añadir algo más, y se asomó por la puerta de nuevo

-Nunca está de más saber quienes son tus vecinos...

Michael asintió y procedió a la labor de sellar las ventanas, como la otra vez. 

-No me gusta que toda esa gente ande por aqui y no me gusta que hayan reconocido a Petucho. 

El mafioso coloco una silla entre el pomo de la puerta y el suelo, bloqueando asi la apertura de la puerta desde fuera.

- Michael, de poco te servira eso, esa gente de la convencion celebrara el evento en la discoteca de enfrente, aunque apoyo tu idea - dice Renato, al ver que el ventanal daba a la discoteca, que anteriormente, cerrada el tipo raro que vio, al escuchar a Michael decir lo de Petucho, aun impasible, pregunta curioso.

- ¿Cómo es eso que reconocieron a Petucho?, ¿quien? - dice mirando aleatoriamente a Michael y Petucho.

- Ummmm....esto cada vez me esta dando mas mala espina, no se, llamalo instinto, pero algo no cuadra - dice pensativo Renato, al poco vuelve a insistir en lo que ha dicho Michael.

- ¿ explicarme eso de que han reconocido a Petucho? -aun algo nervioso, porque algo no lo convencia, pero no sabia que era, esa extraña sensacion de que algo iba a salir mal parecia que no le dejaba estar tan calmado como de costumbre, es como si confiara en un arma nueva que ha comprado, pero el que se la vendió, le vendió una pistola defectuosa y de que le faltaban piezas -

Michael se recostó en la pared  y, desde su metro setenta, observó de reojo a Petucho.

-Un tipo raro se lo cruzo y lo identifico como "el angel de la muerte". Petucho dice que le pasa a menudo. Hizo callar a ese catzo rápidamente.

Ace sale nuevamente al pasillo, que ha quedado vacío. Oye como Michael, en la otra habitación, pone algo contra la puerta de la entrada. Asegurando el fortín. El jugador sonríe: esos dos saben lo que hacen.

La pregunta ahora radica en ¿cómo hará él para enterarse de lo que pasa? Cuando está pensando en eso ve al final del pasillo, en el hall de entrada, a un tipo gordo con un ridículo gorro de Mickey Mouse que se acerca a la recepción. Sin duda el paisano debe pertenecer a la convención.

- Me llamaban el Angel de la Muerte.- dice Petucho al escuchar murmurar a Michael y Renato.

Petucho no sonríe. Está sentado en uno de los sillones con las manos sobre las rodillas, como si esperase el bus. Así, con esa pinta, parece un abuelete a punto de contar una historia a sus nietos. Pero los dos matones saben que las cosas no serán tan dulces.

- Maté a treinta dos personas que todo el mundo pensaba inocentes. No cuento los arreglos de la Familia. A esas treinta y dos las maté cuando comprendí ciertas cosas. Si alguien ve morir a una anciana, a una prostituta o a un hombre de familia piensa: lo ha matado un desalmado. Esa persona no merece la muerte. Pero la merecían. Creedme. Mucho más que cualquier pobre desgraciado que hubiese quedado a deberle unos cuantos miles de dólares a los Terrasini. Dejé vivir a algún capullo jugador porque me daba pena pero no dudé ni un segundo para cada una de esas treinta dos víctimas.

Interesado pero a la misma vez extrañado...

- ¿por qué se merecían morir esas treinta y dos personas ? ,¿tiene algo que ver con algo de lo que esta ahora pasando, pero cuando pasó en tu tiempo? - dice con un aire mas  de familiaridad que otra cosa, ya que él tambien había matado a muchas personas, ya sea como limpieza, ajustes por orden de la familia o por estar en el sition inadecuado en el momento inoportuno.

- Yo no se en que grado me asemejaré a ti, tambien mi trabajo ha hecho que tenga las manos manchadas de muchas vidas que yo mismo he quitado, pero podría darte una explicación sincera por cada una de esas muertes -  dice Renato mirando con detenimiento a Petucho.

Petucho asiente:

- Lo malo de este baile es que una vez escuchas la música no puedes ignorarlo. ¿Conoces de verdad a tu familia? ¿A tus amigos? ¿Cuánto sabéis de religión? Yo era católico... sigo siéndolo a mi manera... he visto el infierno. Vosotros, por lo que decís, también habéis visto retazos. Si hay un infierno... ¿no tendría sentido que hubiese un Cielo? El hombre al que vamos a ver... él sabe cosas. Y en su momento me contó algunas... La batalla entre el Bien y el Mal no se saldó con la victoria de Dios... no ha acabado todavía. Aquí, en nuestro mundo se juega una partida por la Eternidad en la que podemos escoger ser meros peones o buscar piezas mayores.

Michael escucha respetuosamente pero cuando se menciona el tema de la fe se santigua enseguida.

-¿Il diavolo anda suelto? ¿Es lo que quieres decir?

El rostro de michael refleja algo que practicamente nunca transmite: miedo. Su fe esta poderosamente anraizada en su psique. Parece mentira tratándose de un torturador pero él parece pensar en si mismo como una buena persona.

Petucho levanta una mano:

- Quizás no él, pero si sus servidores. Tenlo por seguro... de las treinta y dos muertes de las que se me acusan ninguna llamó a las puertas del cielo.

- no me considero muy religioso, pero, siempre he pensado que vivimos una mentira desde que nacemos, me explico, siempre nos han dicho la diferencia entre mal y bien, de que existe un cielo o un infierno, que Dios juzga, pero, mi trabajo es bien diferente a esa forma de pensar - dice pensativo atento, mirando a Petucho y Michael.

- Si realmente hubo una lucha entre Dios y el Mal, estoy seguro que ganó el mal, ¿por qué razon?, en este mundo solo hay muertes de una manera u otra, guerras, atracos, asesinatos, malas experiencias, siempre he pensado que ya viviamos en un Infierno, aunque las ultimas cosas que he visto, definitivamente, el mal anda demostrando, que es el lider del mundo y vivimos en su terreno - dice con cara extraña mirando a sus compañeros.

Petucho niega con la cabeza:

- No. Este mundo no es de uno ni de otro... todavía hay una batalla por ver a quien le pertenece. Pero sí que es cierto que los servidores del Maligno son más visibles que los que protegen la luz. Aún así hay esperanza... por eso le dije que a Julen que era conveniente hablar con Remington.- levanta una mano - No le conté todo lo que os estoy contando. No quiero que me vuelvan a encerrar en ese maldito hospital y que tiren la llave... le dije simplemente que ese hombre tiene respuestas. Y espero de veras que las tenga y haga comprender a Julen lo que sucede nuevamente en Nueva York.

-Santa Madonna! ¿Ella también es real? ¿Es verdad que...? Ya sabes, lo del espíritu santo...

Michael parece cambiar de idea respecto a la conversacion y cambia de tercio.

-¿Que sabes de la apertura de los sellos, Petucho?

Petucho se encogió de hombros:

- Oí hablar de Aperturas de Sellos en mi época, cuando empezó todo el lío, pero no sé... ¿pueden tener algo que ver con el Apocalipsis? Estoy dispuesto a creérmelo todo. Una vez que me visitó el padre Leopoldo* durante mi internado se lo pregunté pero evadió mi pregunta. Dijo que había cosas que los seglares no comprenderíamos. Cuando vuelva le preguntaré a que se refería.

"Perfecto"

Un tipo gordo, aparentemente inepto en cuanto a relaciones sociales, y fácil de abordar. Era una presa idónea, y seguramente acabaría por contarle más de lo que debía, si sabía tirar bien de las cuerdas

-Mola tu gorro -Comentó, sin deje alguno de ironía, a pesar de que la situación podría haberse considerado irónica de per se. Sin embargo, Ace parecía sincero -Estoy buscando la cafetería, creo que necesito tomarme una cerveza. ¿Sabes si hay alguna en el recinto?

El tipo se vuelve hacia Ace visiblemente sorprendido. Juguetea juntando los dedos de las dos manos, quizás nervioso. Luego de pensarlo un rato - como si tuviera que procesar la compleja pregunta del jugador - contesta:

- Uh... oh... Tú debes estar con el otro ¿no? No hay cafetería. Hay una discoteca. Pero no podéis entrar porque la tenemos reservada... uh.. oh... sólo pueden ir los de la convención.- finalmente añade como si fuera realmente necesario - Y vosotros no sois de la convención.

Ace se quedó un momento pensativo. A priori aquel gordo le parecía un pringado: vestía como un pringado, se comportaba como un pringado y reaccionaba como un pringado. Aplicando la Navaja de Ockham: era un pringado. Pero había algo que le hacía sentir incómodo a su lado. Algo no funcionaba... era como cuando tenías un poker en la mano y estabas seguro de que el otro ocultaba una jugada mucho mayor aunque lo vieses sudar preocupado.

- Petucho, el Padre Leopoldo fue asesinado,Terrasini nos encomendo en la misión anterior buscar pistas sobre su muerte, encontremos a un antiguo lider de una secta, le intentemos hacerle hablar, pero solo decia practicamente que no sabíamos donde nos metíamos, no le saquemos gran cosa, al final se lo dejemos al Jefe como ordeno- dice Renato serio a Petucho.

Renato se queda pensativo, como meditando para seguir...

- Al parecer todo esta mas ligado en todos los sentidos, posiblemente el tema de los sellos algo tiene que ver con abrir las puertas a todo mal, o algo por el estilo leí, no estoy seguro donde leí sobre eso - dice Renato a Michael y Petucho mas serio que de costumbre.

-Vaya -Dijo Ace, haciéndose el decepcionado-. ¿Y si te invito a un par de jarras, me pasarías? -Hizo un gesto despreocupado, para dejar ver que no era más que una broma. No dejó de sonreír amablemente en ningún momento- Bueno, qué se le va a hacer... Supongo que tendré que buscar alguna tienda cercana o algo -Suspiró, rascándose la nuca-. Por cierto... ¿De que va todo el rollo este de la convención? Quién sabe, si la idea me gusta puede que incluso me apunte para echarme un par de jarras -Vuelve a bromear.

A pesar de su aparente desenfado, algo dentro de él comenzaba a retorcerse. Aquel tipo le producía cierta sensación de crispación, como la que sentiría un cordero al enfrentarse a un león. Sin embargo, no podía irse de allí con las manos vacías. Y... Al fin y al cabo, era sólo un puto gordo con un sombrero de Mickey Mouse. ¿Qué daño podía hacerle?

El tipo parece dudar un momento pero finalmente niega con la cabeza:

- Uh... no, no puedes ir a nuestra discoteca. Es sólo para los de la convención.- repite como una lección aprendida de antemano - En la convención hablamos de nuestros hobbies... Una vez al año nos reunimos en un lugar de EEUU para hablar de tiempos pasados y de nuestros hobbies...

El tipo no menciona exactamente que hobbies son y Ace no tiene demasiado claro si quiere llegar a saberlos. Mirando de reojo ve que el tipo de recepción sale del cuartucho que tiene tras el mostrador. Se queda mirando a ambos individuos y es el momento en el que el del sombrero de Mickey aprovecha para cortar la conversación:

- Quiero la llave de la habitación número 13.- le dice al recepcionista sin prestar más atención a Ace.

Ace se encoge de hombros.

-En fin, gracias por todo. Ya nos veremos, supongo.

Se despidió con un gesto de la mano, y luego volvió a su habitación. Saludó al resto y les dirigió una mirada algo nerviosa antes de sentarse en una silla y contarles lo ocurrido.

-Estos tipos no me dan buena espina. Son gente extraña de cojones. El gordo ha pasado de contarme nada, y se ha limitado a decirme que comparten unos "hobbies" comunes. Si no me lo ha dicho es porque es algo bastante raro, fijo. Será mejor no juntarnos demasiado con ellos.