Partida Rol por web

4 de febrero. Lunes.

Ha pasado ya el fin de semana, los estudiantes provenientes de Japón se han pasado el fin de semana de descanso y acostumbrándose al frío clima y al nuevo ambiente, poniendo en práctica el idioma con los "indígenas" de la zona... 

Los chicos del internado de Brasov han pasado el fin de semana conociéndose y hablando un poco entre ellos, formando ya algunos grupos de amigos. 

Pero por fin, o por desgracia, ha llegado el lunes, y es hora de ir al instituto... allí donde los japoneses conocerán sus nuevos compañeros rumanos, y a la inversa. La cosa promete, la primera salida, el día 3 de febrero, martes, es en el Castillo de Conde Dráculo, y parece ser que los amos del castillo van a dejar que durmáis allí...  

Por desgracia, Keigo se ha tenido que quedar en el hotel por dolor de barriga... parece ser que el día anterior se pasó comiendo porquerías rumanas...

Reira llega al instituto de las primeras, acompañada de Miaka.

Entra caminando con sus andares suaves, tranquilos y sobretodo, elegantes. Nada propios de una adolescente de su edad. Y es que ni el viaje ni el cambio de ambiente han conseguido que la "princesita japonesa" dejara de serlo ni por un solo momento. Tras ella, un suave olor a vainilla embriaga a cualquiera que se la quede mirando, por su grágil apariencia o por su llamativa forma de caminar, recordando totalmente a una muñeca japonesa de porcelana.

La morena luce un vestido de manga larga de color rosa y blanco y unos leotardos igualmente blancos, con unas botas rosas y un pañuelo blanco anudado al cuello, cubriendo su blanco cuello y dando calor a su frágil garganta. Por encima, un largo y grueso abrigo blanco cubre todas sus ropas hasta que se lo quita y lo deja en uno de los colgadores de la clase.

En las manos, lleva un pequeño maletín blanco, donde lleva todo su material escolar. Sin embargo, esta vez, ha dejado el portatil en el hotel, a sabiendas del camino que debían recorrer para llegar a clase.

Tras Reira llega una larga sombra, de pasos pesados y continuado sonido de cadenas. Un chaval bastante alto para su edad, aún mas en comparación con la delicada japonesa que le precede, aparece en la clase. Es rubio, de pelo largo y cuidado con espero, una envidiable melena incluso para algunas chicas. Tiene los ojos azules cono el hielo mas frío y puro de su lejana patria, aunque ahora no tan lejana. Pero es en la ropa donde el contraste con Reira es total y absoluto.

Viste de negro, de la cabeza a los pies. Unas pesadas botas con varias chapas de metal en el empeine y puntera, pantalones negros, con varios rotos, un par de cadenas colgando y una calavera con cuernos bordada en el bolsillo derecho del culo. El cinturón es de cuero con la hebilla metálica que pone 'IRON MAIDEN'. Lleva la auténtica chupa de cuero metalera, gastada y muy usada, pero no por ello con aspecto de sucia o estropeada; debajo lleva una camiseta negra con el dibujo del rostro ladeado de la Muerte y al lado los cuatro ases, uno de calaveras, otro de guadañas, otro de pentáculos y otro de cadenas. Lleva un colgante, un regalo muy especial, y varias muñequeras de cuero con pinchos y el pelo lo lleva sujeto en una coleta con uan tira de cuero con un detalle de plata. En las manos hay un par de anillos. No lleva abrigo, a parte de la chupa de cuero, el frío es un natural en él.

- Hola Reira. - Si ya de normal le costaba adoptar la costumbre nipona de los saludos y referirse a los demás por los apellidos ahora, en Europa, inconscientemente le era aún mas dificil. La verdad que apenas había hablado con ella un par de veces en Japón, pero no porque le disgustase, sino porque apenas habían coincidido. Sin que eso importase la saluda con una sonrisa mientras cruza el umbral, resonando todo el metal que lleva encima. - Que tal la primera noche? Es la primera vez que visitas Europa? Aunque, bueno, Transilvania es una Europa muy peculiar.

Poco después de la entrada de Haakon apareció bajo el marco de la puerta Ren Takazuma. Era un chaval bastante diminuto aunque parecía algo más corpulento por las prendas de abrigo que llevaba encima. Llegó algo encogido, mirando con un poco de temor el interior del aula, temor que desapareció al encontrar que todo eran caras conocidas y no tenía que enfrentarse solo al resto de compañeros nuevos para él.

Vestido con unos vaqueros algo desgastados y abrigado con una parka color gris, se dirigió a los colgadores para desprenderse del abrigo y la bufanda que le acompañaba. Debajo llevaba una sudadera sencilla de color verde oscuro que dejaba entrever una camiseta de listas marrones y verdes en el abierto de la cremallera.Sin más se dirigió a donde estaban sus compañeros.

- Buenos días - saludó con su dulce sonrisa mientras dejaba en el suelo la mochila.

4 de Febrero + Rumanía = Un frío del diablo (que seguramente habitará cerca).

Urahara no puede evitar acordarse de la estación de metro de Leyton, en Londres. Cada vez que te acercabas a esa estación, ya fuera desde Leytonstone o de Stratford, por alguna mala ventilación o sabrá la mierda porqué, los oídos se te taponaban. Urahara y su hermano atribuían ésto a que en Leyton vivía El Mal Absoluto. Pero es evidente que eso es cosa de niños... Porque El Mal Absoluto reside en Rumanía: De su habitación, Etsuya había desaparecido en extrañas circunstancias, Keigo se había puesto enfermo del estómago, al platas se le permitía seguir siendo el platas y él se había levantado con los oídos taponados... ¡Pero no sólo los oídos! También la nariz... Y esas extrañas marcas en sus caderas...

Es cierto que se podría atribuir éste hecho a que se quedó dormido encima de la cama, sin taparse ni ponerse el pijama, con el cinturón bien colocado e incrustándosele la hebilla hasta en la hipófisis.

Urahara, entonces, aparecía en clase enfundado en una cazadora de motorista retro, un jersey bien gordo negro con el perfil en blanco de la Union Jack, unos vaqueros negros algo desgastados y unas botas igualmente negras. La bufanda y el gorro iban a juego con el jersey, todo en lana. Los mitones eran negros también, y para mayor protección contra el frío se había dejado el pelo suelto.

Era australiano. Había pasado un año en Japón. Bien. Humedad. Uno está acostumbrado a la humedad insular... Pero la humedad continental de rumanía... Es el mal absoluto.

- Mñnsdías... -rumia al pasar junto a Reira y Haakon (en medias y en cueros... qué huevos. Poesía) y se dirige, sin quitarse la cazadora, junto a Ren, acuclillándose junto a su asiento y abrazándolo como un peluche... O como una bonita y canija fuente de calor.

- Hola Ren. - Saluda Haak con una sonrisa a su compañero de habitación. - Mñnsdías? Vamos Ura... Que exagerado con el frío. Jejeje. - Saluda al australiano. - Uhm... complejo Koala? - Bromea.

- ¿Gomblejo de...? Bira, do te voy a decir una bordería bodgue be gaes bien. Ohhhjjj... Bor gulo de frío... -el australiano hurga en el bolsillo de su cazadora, extrayendo un paquete de kleenex y sonándose la nariz- Mmmaaahhh... Mejor -carraspea, se pone en pié y se sienta en una mesa, más digno- Tío... Tú puedes ser finlandés y más duro que un clavo en un ataúd, pero yo... Yo he vivido toda mi vida con una mínima de 13.7 °C, ¿comprendes? Voy a morir -nuestro Ura llega a la fase de aceptación. Etsuya era un mierdas y se evaporó, es evidente.

¡¡¡Saluuuuuuuuuuut*!!!

Miaka llega a la clase saltando y gritando, como siempre, moviendo los brazos y esperando encontrarse algun rumano compañero de clase ya. Pero no. La clase está vacía, y los siguientes en llegar son sus amigos japoneses.

Sin ningún problema se acerca a Haak y le tira suavemente de la rubia melena. - ¿¡Dónde están los rumaníes!? ¿Dónde los has escondido?

Deja el abrigo color marrón en el perchero, junto a la bufanda a rallas blancas y rosas, dejando ver un grueso y suave jersey amarillo y unas faldas a cuadros marrones y rojas, los calcetines llevan hasta debajo de la rodillas y las botas gruesas en los pies. No parece tener mucho frío bajo la falda y en las piernas (xD), al fin y al cabo Miaka rara vez se está suficientemente quieta como para coger frío.

Reira sonríe con amabilidad a Haak mientras responde.

Muy buenos días. No, no es la primera vez que estoy en Europa... aunque sí por tanto tiempo y sin compañía de mis padres. A pesar del frío, su voz sigue sonando dulce, suave y aterciopelada, como siempre. Aunque las bajas temperaturas no hacen nada bien a mi salud.

Añade, señalándose el pañuelo que cubre su cuello blanco con un gesto grácil de la mano.

Luego empiezan a llegar los demás, a los que recibe con una nueva sonrisa y otro "buenos días" para cada uno.

¿¡Cómo puedes ser tan nenaza, Urahara!?

Tooru llega a la clase junto a Gin, quitándose el abrigo y dejando ver sus largas y blancas piernas desnudas bajo una corta mini falda y unos botines negros, y un top de tirantes que muestra el ombligo y parte del escote.

¡¡¡Esto es lo que se consigue luciendo el cuerpo sea verano o invierno!!! ¡¡¡Te vuelves inmune!!! - y se echa a reír divertida, dejando el abrigo al lado del de Miaka.

Gin entra a la clase con su brazo por encima de los hombros de Tooru, apretándola a él y dándole un beso en la cabeza antes de dejarla ir para que se quite el abrigo mientras él se quita el suyo propio. No deja de sonreir en ningún momento, pero no es la misma sonrisa que disparaba antes a todo aquel individuo con cromosomas XX. Esa sólo la reservaba para la pelirroja que lucía su cuerpo como si a 25ºC estuvieran.

Buenos días.

Saluda a la clase entera y a nadie en concreto mientras se quita el abrigo negro que llevaba, con aire chulesco, como siempre, y lo deja bien colgado junto al de Tooru.

Lleva puesta una camiseta negra de manga larga y unos tejanos de marca, con unos zapatos negros que a pesar de parecer pijos, tienen un aire muy casual cuando los lleva Gin.

Se aparta el pelo plateado de la cara mientras sonríe, respondiendo a Tooru.

No es que él sea nenaza, princesa, es que tú eres una campeona. No deja de recorrer a Tooru con la mirada. De arriba abajo y otra vez arriba. Sonríe con suficiencia, sabiendo que más de uno se moriría por tener a alguien como ella a su lado. Y sabiendo que a más de uno le ha quitado la oportunidad.

Dan entra con paso tranquilo, con las manos en la nuca, despreocupado. Va vestido como habitualmente lo hace. Pantalones y botas negras, y camiseta de manga corta marrón, y por encima, una chupa negra desabrochada. Sí, solo eso. Lleva viviendo allí toda su vida, para él, era casi primavera.

Se queda en la puerta, al oír tanto escándalo dentro de la clase, y cuando todo parece haberse calmado, prosigue hasta dejarse caer en una silla. No saluda a nadie, pues tampoco ha mantenido tanto contacto con ninguno de los presentes. Adopta pose aburrida, dandole la vuelta a la silla y sentándose al revés (entiéndase con el respaldo en el pecho) y se balancea de adelante hacia adetrás con los brazos apoyados en el respaldo, parece pensativo.

Ren le revuelve cariñosamente el pelo a Ura - Menudo catarro que has pillado... - Dice antes de que se le desencaje la mandibula cuando entra Tooru. No es que le llame la atención la vista, sino porque eso es un desafío a la madre naturaleza y sus castigos en forma de resfriados, anginas y diversas infecciones tanto víricas como bacterianas. Y Gin...bueno, le faltaba llevarsela al baño y...

O o
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| BLARRRRGGGGGHHHHHHH!!!!!!
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Vale...ya está...ya pasó

Miró un instante al chico que entraba por la puerta. Ya había aparecido uno de los rumanos...¿Y el resto?

- Da gracias a Dios, Tooru, da gracias...

...de que yo no sea Leónidas, por ejemplo.

Había ciertos términos que resultaban muy nocivos a la salud mental del australiano, y cuenta la leyenda que se ponía de mala leche con hombres y mujeres por igual cuando eso sucedía. Abrió la boca para joder un poco, pero visto que Gin-Tonic se ponía pacifista, mejor dejarlo estar.

- Miaka... *Cough, cough* -se lleva el puño frente a la boca, a su vez sorteada por una bufanda- Creo que se dice "rumanos"... Por cierto, Keigo está malo, se ha quedado en la habitación descansando.

Cita :

Entro a la clase con aires despreocupados, mirando a la peña que ya esta reunida.mmm... va hacer difícil integrarse, pero bueno mes igual. Digo para mi misma mientras busco un asiento para sentarme.

Voy mirado a mi alrededor por si veo a Natasha por algún lado, pero no consigo verla, en eso que me fijo en un chico muy alto con una melena rubia y con pintas de macara. Uuuu como mola la ropa de ese chico. Al ver un sitio vacio me dirijo a el y me siento a esperar a que Natasha llegue.

Voy con unos pantalones anchos de color negro con unas cadenas de hierro colgando del cinturón. En la mano derecha llevo una muñequera con cruces mientras que en la derecha llevo una cadena de hierro que conjunta con la del cinturón.
Una blusa holgada que pone " Why so serious?".

Bunzo había pasado una espectacular noche, al menos eso era lo que recordaba. Las camas eran cómodas y se había adaptado rápidamente al clima europeo. Todo era perfecto, lejos de su familia, lejos de los estudios(eso creía el), lejos de cualquier responsabilidad(idem paréntesis anterior), todo era genial, todo menos un suave hormigueo que sentía en el ojo y gran parte del lado izquierdo del rostro. Pero no era suficiente como para arruinarle el momento.

Entró al aula mostrando una enorme sonrisa, descalzo, vestido solo con un pantalón Jean y una remera con la figura de Godzilla estampada.
No miró a sus compañeros, solo se paró frente a todos y extendiendo los brazos gritó alegremente:
¡¡FELIZ RISSHUN PARA TODOS!!(comienzo de la primavera)
Y entre murmullos agregó:
También feliz día del orgullo zombie.*

Levanto ahora el rostro, esperando encontrarse un variopinto grupo de alegres compañeros. La escena lo decepciono bastante. El grupo si era variopinto, pero carecía de alegres compañeros.
Solo bastaba ver el deteriorado rostro de Ura, para caer en un pico de depresión que te sumergiría en el mas profundo de los malestares anímicos. Observar al resto de los compañeros logró devolverle, un poco, la alegría a Bunzo. Lo que lo llevó a pensar:

Todo sigue estando como siempre:
Reira sumergida en su cúpula de cristal, Ren siempre sobreprotegiendo a Ura, Ura metiéndose en algún problema por el cual Ren lo sobreprotege, Gin y Tooru perdidos en su mundo, corrección, "sensualmente" perdidos en su mundo; Miaka ¡sorprendentemente! quieta junto a Haalkon, Haalkon...(Bunzo se frota la mejilla izquierda en ese momento). Mentalmente cambia la voz a algo mas gruesa. ...Por los calzones a rayas del dios Bragi! sí que es alto ese Finlandez. Ja!. Por otro lado,(miro a Dan) está Etsuya, siempre a un lado, solitario y patético... pero... se ve algo cambiado... como si le sobrara actitud... momento!... ESE NO ES ETSUYA!!
Cerca de el, detrás de Haakon ve el rostro de otra muchacha desconocida, y ahí se da cuenta que no son sus antiguos compañeros:
Son Rumiantes!!
Dice en voz alta creyendo que solo lo piensa. Y se queda en el lugar observando detalladamente a sus nuevos compañeros.

En capítulos anteriores...

Cita:

Eso pasó justo antes del sillazo de Miaka. Y después de recibir un maltrato de Hiba. Bunzo y Godzilla eran sinónimo de mala química, de problemas cercanos... Y un gaijin koalanguro constipado no sabe hacer frente a la adversidad. Menos mal que Haakon había determinado "apañar algo para mejorar su situación". Observa las reacciones de Kuroda, que no dejan de ser Arte Contemporáneo.

- Felíz día del orgullo zombie, Kuroda... Porque lo que es "primavera"... -voy propio para la ocasión, si es que soy oportuno por naturaleza- ¿No querrás decir "replicantes"? -ésto le va a encantar- ¿Sabes que Etsuya ha desaparecido? Keigo está mal del estómago y yo estoy constipado. Los tres estábamos en la misma habitación... Con él -inclina la cabeza hacia Gin. Está deseando oír la versión cinematográfica de la historia...