Partida Rol por web

Se escuchan suspiros dentro de la cocina cuando Gin sale, incluso algún grito y algún deseo expresado en voz alta... las transilvanas son raras.

Gin sube hasta la habitación de Tooru, no se encuentra la profe por el camino, por lo que no tiene que dar explicaciones a nadie. Una vez entra en la habitación, descubre a la chica con una simple toalla alrededor de su cuerpo y secándose el cabello con otra toalla, mirándose en el espejo.

Al percatarse de la presencia de Gin, sonríe de oreja a oreja, tiene el rostro aún algo sonrojado, y los ojos un poco brillantes.

Gin entra y como puede cierra la puerta sin que una gota de sopa se caiga del plato hondo.

Ya te he traído... la sopa...

Murmura cuando la ve así, con apenas una toalla puesta y con ese aspecto tan adorable. Y apetecible. Tan indefensa... Traga saliva y niega con la cabeza.

Que está enferma, idiota. No pienses en eso.

Respira hondo un par de veces y esboza una sonrisa llena de cariño... y de deseo. Iba a controlar sus actos, pero no sus reacciones naturales.

Hace ademán de sentarse en la cama pero se queda quieto a medio camino. Deja la bandeja sobre ésta y se acerca a ella por detrás, cogiendo un cepillo de pelo que había sobre la cómoda.

Lenta... Deberías estar con el pijama y ya dentro de la cama.

Murmura mientras empieza a cepillar su cabello con suavidad.

Tú has tardado más.

Responde dejándolo hace y mirándolo con una sonrisa... aunque se siente rara, hacía años que no la peinaban ni nada, así que se queda totalmente quieta, y mirando a Gin por el espejo...

Hacía unos meses le decían que iba a estar saliendo con un chico guapísimo, y se habría reído en su cara... no por que fuera guapísimo, si no por lo de tener novio y estar saliendo con alguien... y alguien como Gin también era bastante sorprendente...

Sonrió con cariño al recordar el principio de todo... el bofetón, la playa... aquel 24 de diciembre. Se fue poniendo roja... a medida que iba recordando... amaba a Gin.

Gin sonríe con suficiencia cuando ve que Tooru se ha puesto colorada. ¿Qué estaría pasando por su cabeza? Dudaba de que ninguno de los tios con los que estuvo antes, hubiera conseguido que alguien como ella se ruborizada. Igual que ninguna antes lo había conseguido con él.

Deja el cepillo sobre la mesa y la coge en brazos para llevarla a la cama, como si fuera una princesa.

Ahora a descansar, mi princesa.

Murmura antes de darle un beso en la frente y colocarla suavemente sobre la cama, todavía con la toalla puesta.

¿Dónde tienes el pijama? ¿Y la ropa interior?

En casa sabía perfectamente donde tenía cada una de sus cosas. Pero aquí... no había tenido oportunidad todavía.

En la maleta, aún no he tenido tiempo de deshacerla.

Responde señalando la enorme maleta que había llevado consigo... una vez Gin le ha pasado la ropa interior (curiosamente la favorita de él) y el pijama, Tooru se viste rápidamente y mira al chico frunciendo el ceño.

Ahora te toca ducharte a ti... usa ésta - señala el lavabo que ella misma acababa de usar, y sonríe inocentemente.

Gin la mira con curiosidad. ¿Sonrisa inocente? Ya...

Se sienta a su lado en la cama, tapándola bien y poniéndole el bol de sopa delante.

Come. Yo me ducharé en MI habitación más tarde.

Se inclina sobre su frente y le da un suave beso, apartando el flequillo un poco primero. Luego acerca sus labios a su oído y susurra...

No te conviene que nos portemos mal hoy...

Ni meternos en líos el primer día que estamos aquí tampoco. Piensa para si mismo. Aunque parece que su cuerpo no piensa lo mismo y tiene que hacer un gran esfuerzo para mantener la cabeza fría y serena.

Empieza a tomarse la foto arqueando una ceja.

¿Gin Miyasawa frenando sus impulsos...? - pregunta, en un claro tono para picarlo... lo mira de reojo y esboza una sonrisa maliciosa... - Pero bueno... vete a duchar ya o te vas a resfriar... y me enfadaré mucho. Hum. - sonríe cuando termina de decirlo... era muy raro que Tooru se enfadara con Gin...

Excepto aquella vez que... bueno, aquella vez Gin se lo había buscado*

Sigue tomándose la sopa... y se fija en algo, lo mira y lo señala con la cuchara. 

Y vete a buscar sopa para ti también. Idiota.

¿Encima se enfadaba? Suspira resignado y se pone de pie, rascándose la nuca.

Vale, vale... Vuelvo después para llevarme el cuenco y comprobar que te has dormido.

Estando de pie, se inclina de nuevo hacia ella y toma su barbilla para levantarla suavemente y depositar un suave beso en sus labios.

Portate bien...

Susurra antes de darle otro, esta vez entreabriendo sus labios para buscar su lengua y darle tan solo una caricia a la suya. Sólo una. Y salir rascándose la nuca todavía de la habitación de Tooru, con la otra mano en el bolsillo.

Al cerrar la puerta, se fuerza a no mirar hacia atrás y a dirigirse hacia su cuarto. Sí, Gin Miyasawa controlando sus impulsos... ¡Y cómo costaba! Se da una ducha rápida y sale de nuevo de su cuarto con un pantalón tejano y una camiseta de manga corta blanca. El pelo todavía mojado. De nuevo otra vez a la cocina.

Siento molestaros de nuevo, bellas damas. Pero me encantaría repetir. ¿Sería posible?

Vuelve a tirar feromonas a cañonazos por todos lados, con esa sonrisa que tan poco usaba últimamente.

Las mujeres sonríen de oreja a oreja de nuevo.

- ¡Clarooo! ¿Por qué no te lo tomas aquí con nosotras?

Una de las mujeres deja el plato encima de la mesa... sin encontrar raro que no traigas el otro, el que le has dado a Tooru.

Sin borrar su sonrisa ni un poquito, Gin empieza a hablar con ese tono de voz aterciopelado y completamente influyente.

Es que... quiero acabar de estudiar bien el idioma antes de mañana, que empecemos las clases. No quiero quedarme atrás. Y todos los libros los tengo en el cuarto. Además... jamás me perdonaría que os llevárais un sermón por haberos entretenido durante vuestro trabajo. Pero tal cual ya dije antes, prometo venir a visitaros a menudo, encantadoras damiselas.

Sonríe y uno de sus dientes suelta un destello. ¿Habría sido involuntario? Quién sabe... Coge una cuchara y sale pitando de la cocina.

Por favor... si me quedo me violan...

Murmura mientras llega de nuevo a la habitación de Tooru. Abre con cuidado, esperando encontrarsela dormda para tomarse la sopa mientras la miraba.