Partida Rol por web

SALA DE ESTAR

Abierto:

12.00 a 15.00

18.00 a 00.45

Encojo los hombros correspondiendo al gesto de Natasha, y una gota resbala por mi frente al ver a Irina…¿se puede ser mas pija?. Me digo para mi misma mientras sonrío de medio lado y miro a Irina, después miro a Natasha haciéndole un gesto con la cabeza para que la mire, !!va como un palo¡¡, como puede andar de esa manera sin romperse la espalda, se lo preguntare cuando tengamos mas confianza.

Miro de un lado a otro y veo los sofales y lo bien iluminado que esta.

¿Esta chulo no creéis ?

Bueno, no está mal

Pero en que clase de internado estoy? Pienso viendo el lujo que se respira en la sala de estar, no puedo evitar que los ojos se me abran de par en par, aunque intento disimularlo.

No, no está mal... podría estar mejor, eso sí.

Responde Irina sonriendo divertida tras observar atenta la reacción de ambas...

Seguramente el problema está en que solo hay una tele... y claro, no creo que todos queramos ver la misma programación. Probablemente ponga un televisor en nuestra habitación, con vuestro permiso.

Os mira y sonríe tal cual angelito.

Salís todos de la habitación. Andrei ha lanzado previamente el cigarrillo por la ventana tras apagarlo a la misma repisa de la ventana.

Te sorprende ver que Nikolai conoce a casi todos los alumnos, de hecho, cada dos minutos o cada cinco como mucho se detiene para charlar con uno u otro.

Finalmente llegáis a la sala de estar, ahí hay tres chicas mirándolo todo, y no parecen veros.

A una la reconoces: Irina Anghel, tiene el pelo completamente largo, liso y rubio, es una diva, de una de las familias más influenciables, casi de los países del este, más que de Rumania, y se sabe que su padre es uno de los inversores en la gran mafia, aunque no actúa en ella libremente... lo hace más bien por detrás. Su familia y la tuya se llevan muy bien, y de hecho, habían pensado en ajuntaros...

Las otras dos chicas no sabes quién son, una viste con un vestido veraniego, de baja calidad; y la otra con ropa anchísima. Es posible que las hayas visto en algun lugar del internado antes. Ellas dos lo miran todo con algo de alucinación, Irina, evidentemente estará hablando de alguna exquisita marca...

Nikolai se ha quedado hablando en la puerta de la sala de estar con unas chicas que lo miran atontadas, Andrei se mantiene a tu lado.

Dan mirando al techo vuelve a suspirar y sin hacer caso del chico que le acompaña se dirige a una de las ventanas.

Al pasar al lado de Irina y las otras dos chicas les saluda amablemente.

Buenas, señoritas. Dice con una encantadora sonrisa y un educado gesto con la cabeza. Pero no se queda, sigue andando y se apoya de espaldas en una de las columnas para mirar por la ventana.

No oiría si las chicas hablaban, pero si se dirigían a él no tendría problemas para mantener una conversación desde aquella distancia.

Por mi….me da igual, ponla si quieres. Le digo encogiéndome de hombros.Veo como un chico, muy mono por cierto, se acerca y nos saluda, pero antes de poder responderle, se va dejándome con la palabra en la boca, una vena se asoma por mi cabeza. Maleducado. Me digo a mi misma. Es que  en esta escuela no ahí personas normales, si veo otra sonrisa encantadora me mato, bueno…Natasha se libra, no esta sonriendo cada minuto..que digo, !!cada segundo¡¡.

Bueno donde vamos ahora? Que tal si vamos fuera?

Un televisor en el dormitorio? ummh no se... No creo que sea buena idea. Además, la antena no llegará allí.

Ya me estoy viendo que tendré que tragarme los programas snobs... Mejor que no ponga el televisor en el cuarto, me gusta la tranquilidad.

Cuando entra el chico en la sala le saludo con un leve gesto de cabeza.

Buenos días.

El chico pasa de largo, así que me encojo de hombros y presto atención a lo que dice Hana.

Como quieras, me da igual...

La cara de Irina es pura sorpresa...

¡Dan! - exclama, sonriendo abiertamente y dirigiéndose a él... ignorando totalmente a sus dos compañeras de habitación - ¿Cómo va todo? Hacía miles de año que no sabía de ti... ¿cómo están tus padres?

Ladeó la cabeza, mirando al moreno sin dejar de sonreir... luego pareció fijarse en Andrei Sarbu, un chico que había pasado completamente desapercibido.

Hola, Sarbu - dijo escuetamente.

Andrei Sarbu tiene un andar completamente pasota, es alto, y extremadamente delgado... de hecho parece que en un golpe de viento pueda volar... y volar... y volar. Los ojos son de color blanco, al igual que su pelo, aunque éste se nota que es teñido. Un jersey de rayas blancas y negras y unos tejanos llenos de agujeros son los que lo visten, además va todo lleno de cadenas, el pantalón lleva cuatro, gruesas, no entendéis como con lo delgado que es no tiene que arrastrarse, en el cuello lleva también una cadena que parece de perro y en las muñecas un par de brazaletes con punchas.

Veo como Irina pasa de nosotras, dejándonos solas. Me acerco a Natasha y le digo al oído una cosa lo suficiente mente flojo para que solo lo escuche ella.

Nos vamos nosotras y dejamos aquí a la mister sonrisitas? le digo con una sonrisa divertida.

Que dices he? Le digo haciendo gestos con la cabeza .

Me encojo de hombros ante el comentario de Hana.

Prefiero quedarme aquí, podemos mirar que dan por la tele, ahora no hay nadie mirándola. Además, será nuestra compañera de habitación, mejor intentemos llevarnos bien.

Termino susurrandole para no ser escuchada por Irina. Aunque sinceramente me la sopla caerle bien...

Bueno..vale, haber que ponen en la tele. Digo en un suspiro ¿Te gustan los deportes Nati? Al instante me tapo la boca con la mano y miro a Natasha con un sonrojo en la cara…Ups se me escapo…el mote. Mis manos se posan detrás de mi nuca y le miro fijamente. Perdona, ¿te molestaría que te llamara Nati? Si te molesta no lo ago mas.

Hola Irina. Saluda con amabilidad, volviendo la cabeza hacia ellas.

Todos estamos bien. Gracias por preguntar. Sí hacía tiempo sí... se queda pensativo.Pero la verdad no echo de menos las reuniones tan aburridas a las que nos hacían asistir... ¿Cómo estás tu? A parte de hermosa como siempre... Le dice con una agradable sonrisa.

Me sorprendo ante el comentario de Hana, nunca hasta ahora nadie me había llamado así. Esbozo una sonrisa tímida.

Bueno. No, supongo que no me importa.

Me dirijo hacia el sofá, para perderme en la programación del gran televisor que tenemos en esta sala, busco el mando y me lo apropio, escucho los comentarios del chico al que Irina creo que llamó Dan. Niego con la cabeza sorprendida ante la respuesta del chico. Pero donde me han metido?? Enciendo el televisor buscando algo interesante, para poder evadirme de mi alrededor.

Una gran sonrisa se dibuja en mis labios, pero no de amabilidad si no de cariño. Ok Nati. Me siento al lado de ella en el gran sofá, y veo como Nati se adueña del mando, mirando que poner en la tele.

Escucho parte de la conversación  de Irina y..creo que, si no e escuchado mal , que se llama Dan. Dios, yo soy el y mando a la mierda a quien intente obligarme a ser algo que yo no quiero. De mis labios se escapa una leve sonrisita.

Se ríe escandalosamente divertida, colocándose, claro está la mano delante de la boca.

- Cuánta razón tienes, Dan... siempre acabábamos fugando con los hijos de los demás al jardín a jugar a pelota o algo... mientras los padres no paraban de hablar de economía y política.

Al recibir el cumplido de Dan, la rubia finge un acalorado sonrojo y sigue sonriendo...

- Gracias por preguntar a ti también... yo estoy bien, como siempre, como bien has dicho...

Se deja al caer al lado de Natasha, mirando el televisor... aunque no con muchas ganas, más bien pierde la mirada en la pantalla.

Al ver al chico que se acaba de sentar a mi lado, le miro de reojo. Y este quién será? Me doy cuenta de que pasa un poco de todo, quedándose ensimismado. Así que me encojo de hombros y continúo mirando hacia la tele, aunque a esta hora parece que no dan nada interesante. Pero no puedo evitar ir echando miradas de reojo al extraño que tengo sentado junto a  mi.

Solo hay que verte para comprobarlo... Le dice en tono amable pero seductor, mirándola de arriba a abajo mientras asentía.

Me alegra. Acaba con una sonrisa. Seguía apoyado contra la pared. Era hombre de pocas palabras.