Partida Rol por web

Reira agradece la atención del camarero con una amable y discreta sonrisa y asintiendo levemente con la cabeza. Abre el sobre del azúcar con extremo cuidado y vierte su contenido en su te con leche. Dirigiendo una fugaz mirada de curiosidad a Urahara, vuelve a prestar posteriormente toda la atención posible a su té, al que ahora empieza a dar vueltas suavemente con la cucharilla.

Urahara observa el sms con aparente tranquilidad, como si algo le hubiera relajado. No era Sadako. No ponía "vas a morir en siete días". Suspiró, ladeó la cabeza y se lo guardó tal y como había salido. Golpeteó un segundo el suelo con la punta del pie, siguiendo el ritmo de alguna canción en su mente.

Y de pronto la agradable música se raya violentamente, produciendo un sonido agudo de rasgado. Se hace el silencio nuclear...

...Se levanta arrastrando las patas de la silla y corre hacia uno de los camareros, cogiéndolo de la pechera de la camisa y hablando a gritos, histérico:
- ¿¡POR DÓNDE SE VA AL BOSQUE!?

Probablemente, si Ura no estuviera histérico perdido a punto de cargarse el local, el camarero le habría dado una ostia que lo habría mandado al castillo de Drácula de golpe... pero Ura estaba histérico, y él estaba trabajando... debía querer mucho aquel trabajo, porque cogió las manos de Ura, y arqueando una ceja se las apartó.

Saliendo del restaurante a la derecha, hasta el final de la calle y luego a la izquierda. No tiene pérdida.

Ya no graniza, pero sigue lloviendo.

Ren pegó un bote, sobresaltado por el gesto histérico de Ura, casi costándole derramar el café sobre sus compañeros. Siguió mirándolo con los ojos y la boca abiertas como platos cuando cogió al camarero por la camisa.

- U...Ura...¿Pasa algo? - Preguntó sin haberse recuperado del susto, sin muchas esperanza de que lo oyera a decir verdad. Teniendo en cuenta lo que odiaba la lluvia, no era muy normal que quisiera salir al bosque...Por lo que duera, Ren ya se estaba levantando de la silla dispuesto a seguirlo si echaba a correr.

- Empiezo a creer que todas estas situaciones ya no son casualidades y los dioses juegan con nosotros de forma descarada... - Comentó Haak a sus compañeros añadiendo un quedo "Maldito Loki, no puedes parar quieto!?" ante la reacción de Ura. - No os parece? - Miro a Ura y a Ren alternativamente, después a Noa y esbozó una sonrisa rápida inclinándose para darla un beso fugaz. Luego miro a Ura de nuevo. - Ura, qué pasa con el bosque?.

La siempre imperturbable Reira, esta vez deja la taza quieta a medio camino entre el platillo de la mesa y su boca. Mira a Urahara algo consternada al principio... y después... ¿indignada? Deja la taza con cuidado sobre la mesa y mira con reprobación al australiano.

Entre unos y otros, a este paso vamos a salir de este país con muchos enemigos...

Finalmente suspira resignada y centrando su vista en la taza de té con leche, vuelve a tomarla entre sus delicadas manos para tomar un pequeño trago.

Justo en este momento, la profesora Honda entra en la clase acompañada de unos tirabuzones rojos... pero no es que ella los lleve... sino que a su lado la acompaña... ¡Shizuka!

La profesora arquea una ceja al ver a Ura con pintas de querer matar a alguien, o pintas raras.

¿Qué pasa aquí?

Ren abrió la boca en cuanto vió aparecer los rojos rizos de Shizuka por la puerta. No les habían avisado que vendría y era realmente una sorpresa agradable. Tras un primer momento de sorpresa, sonrió de oreja a oreja a modo de bienvenida.

Urahara se dirigía corriendo a la salida al conocer aquella respuesta, parecía apresurado e incluso asustado, había soltado al camarero con la misma urgencia con la que lo agarró, y se habría marchado trazando un surco de fuego a su paso de no ser por que aparecieron ellas...

Tragó saliva sin cerrar los ojos al ver a Mori, sus nervios estaban a punto de declararse en huelga. Abrió aún más los párpados, amenazando con empapar de humor vítreo a la pelirroja, entreabriendo los labios. No era tan raro que ella estuviera ahí, a fin de cuentas... Pero lo único que pudo hacer fue quedarse pálido y, como si alguien le manejara como a un teleñeco, pronunció sin saberlo:

- Están... Ata... cando... A Miaka y a Keigo en el bosque...

Y como si esa frase fuera algo como el "Klaatu barada nikto"se puso en marcha de nuevo rodeando a la chica y a la profesora y echando a correr como alma que lleva el diablo, maldiciendo un par de veces más su suerte y el hecho de que no le quedaran kleenex...

- URA! - Haak se levanta cuando escucha la frase sobre Keigo y verle salir corriendo. - Mierda! - Oh mierda añade mentalmente al ver a la profesora, ciertamente hay que remarcar las cosas en según que momentos. - Estooo... Hola profesora. Hola Mori. - Saluda a la pelirroja de forma fugaz. - Estooo... Voy a ver que le pasa a Ura, no se preocupe profesora. - Miró a sus compañeros un momento, después al camarero, se encogió de hombros y salió corriendo. Se detuvo en el umbral, volvió y dió un beso rápido a Noa. - Tranquila preciosa. - Luego miró a Ren. - Yo le vigilo, tranquilo. Mierda que se me va...!! - Mascullando abandona el local, tras perder unos segundos en la despedida.

- URAAAAAAA...!!! - El viento arrastraba una voz cruel la voz de Haak, mientras perseguía a su compañero.

Maldita sea, pero... Pero porqué siempre pasan estas cosas sin avisar. Qué leches les pasará a Keigo y Miaka... Sleipnir, dame tu velocidad!!

Reira sonríe al ver llegar a Shizuka, y se pone en pie para darle la bienvenida cuando escucha las palabras de Ura. Por primera vez en su vida, la princesita japonesa no lo tiene todo bajo control.

¿Cómo?

Se gira sorprendida para mirar al rubio y saca su movil... pero antes de hacer la llamada que iba a hacer, recuerda donde están y que allí, ni su helicóptero ni sus guardaespaldas iban a acudir a su llamada. Tampoco podía permitirse el lujo de hacer esa llamada, después de dejar bien claro que casa que iba a ir este año fuera para ser más "independiente". Así que sin saber demasiado qué hacer, ni qué podría hacer una vez hubiera llegado junto a Miaka y Keigo, saca algo de dinero de su monedero y lo deja sobre la barra para pagar lo que todos habían pedido, antes de salir corriendo detrás de Ura.

Aunque para ella, salir corriendo era algo más complicado que eso... Su agilidad y su resistencia brillaban precisamente por su ausencia, así que no tardaría en perder de vista al autraliano...

B.- ...y es por eso que hoy día la deuda que excede los 500 millones de dolares...

Cita:

¿Kata Kendo miaka y Keigo en el bosque?

...
...
...

¡¡NO!!
¡ESTÁN ATACANDO A MIAKA Y A KEIGO EN EL BOSQUE!!!!

Por fin algo de acción!
El corazón de Bunzo latía 200 veces por segundo(Mega taquicardia, shock, muerte de Bunzo... ... ... Bueno, entonces no latía "tan" rápido) Desde el primer día en transilvania estaba esperando esto.
En ningún momento llegó a pensar que podría tratarse de un ataque común, de un intento de robo o algo similar. La única opción era un ataque de parte de algún monstruo fantástico, de algún personaje de leyendas.
Sin mas, se echó a correr detrás de Haakon, Reira y Ura. Por poco no chocó contra Shizuka y Onda.
Su cerebro funcionaba a miles de revoluciones por minutos, igualando al motor de un formula uno; y ese era exactamente el problema, su cerebro se calentaba, sacaba humo, hacía ruido -acciones comunes en motores- pero no podía generar un solo pensamiento estable, coherente o lógico. Tubo suerte de que el tramo hasta la salida del local, estuviera casi despejado, salvo por alguna que otra silla y una pequeña viejecilla, cuyo bastón se interponía en su trayecto; por fortuna, la puerta estaba abierta.

Delirante y entusiasmado; corriendo, persiguiendo a sus compañeros, avanzaba Bunzo preparandose mentalmente para el que podría convertirse en el mejor momento de su vida.
Un vampiro, un hombre lobo, extraterrestres, fantasmas, pulpos gigantes. No lograba establecer cual sería el engendro mas adecuado a la situación.
Podría ser una trampa. Es más, seguramente lo sea. No hay forma de que hubieran mandado un mensaje de texto si los hubiese atacado un hombre lobo, pues los habría degollado sin darles tiempo; seguramente sea un vampiro, o algún tipo de fantasma, talvez les este dando tiempo de pedir ayuda, nos quiere atraer.
Genial!
Decía para si mismo. No pensaba que sus compañeros corrieran verdadero peligro, aún recordaba el sillaso de Miaka y estaba seguro que podría defenderse sin problemas.

La pequeña Mori no se esperaba tal recibimiento. Después de muchas horas de viaje en soledad, aquella llegada la había pillado por sorpresa. Tenía hambre (pues las reservas hacía mucho que habían pasado a formar parte de su organismo), y por lo tanto, estaba cansada...

Cita:

Con las palabras de su añorado amigo Ura, Mori abrió los ojos, impactada. Sus pupilas parecían agujas, y su mirada se iba haciendo acuosa... ¿Por qué? ¿Por qué todos se iban derrepente? ¿A qué tanta conmoción? ¿Por qué la emergencia de Haak? ¿O la alegría de Bunzo...? ¿Es que nadie respetaba la mesa? ¿Sólo Reika? Si estaban cenando...

- Cómo... Cómo se atreven... - masculló entre dientes. Entonces cerró el puño hasta casi clavarse las uñas, dejándose abrazar por el temblor de la ira, después de que Urahara pasara por su lado - En mitad de una comida... De un banquete...- Cerró los ojos, frunciendo el ceño con violencia y dejando a la vista del público sus dientes apretados con creciente rabia... - ¡¡¡...NO SE LO PERDONARÉEEEEEEEEEE!!! -. Hasta aquí llegó lo humanamente corriente. Shizuka comenzaba a realizar movimientos de karateka al son de0 tambores de guerra, a un ritmo y con una destreza semejantes a los de un caballero del zodiaco, terminando con una pose de guerra. Mientras, la imagen relampageante de un dragón oriental emergía a sus espaldas...

- ¡¡¡¡AAAAAAAAAAAAAAAAAARRRGGH!!!! - bramó, un tanto enervada, señalando la puerta principal con la decisión y tiranía de un dirigente de guerra- ¡¡¡AAAAA LAAA CAAARGAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA!!!

Corrió junto al grupo, colocándose ràpidamente (gracias a su destreza) en los primeros puestos.

... -.-U

Me vuelvo al hostal.

Sin más, se giró... no sin antes encenderse un cigarrillo y mirando como todos se largaban corriendo.

Miró a Ren, que permanecía allí.

Acordaos de la hora que tenéis que estar al hostal... sino sí que os meteréis en problemas.

Esbozó una sonrisa maquiavélica y se fue hacia el coche.

Ren negó con la cabeza y se encogió de hombros en dirección a Honda con una sonrisa de "yo-no-he-roto-un-plato-en-mi-vida-la-culpa-es-de-ellos-que-me-llevan-por-el-mal-camino". Dejó un billete encima de la mesa y salió corriendo tras sus compañeros.