Partida Rol por web

Llegáis al paseo donde estuvisteis al día anterior... os sorprende ver que hay muchísimas paradas más, tanto de comida, como de libros, CD's de música... e incluso hay varias de artilugios de magia y puestos con mujeres que dicen adivinar el futuro...

Noa caminaba intentando distraerse con lo que había puesto. Tenderetes de todo tipo le recodaban el festival donde fueron todos, cuando estaban en el balneario. Caminó un poco, separándose apenas unos pasos para acercarse a las paradas.

Muchos de los libros estaban en rumano, y de Cds había a montones, así que se paró en una de las paradas de esoterismo. Tenia que reconocer que esas cosas la atraían fuertemente. Se dedicó a mirar todo tipo de talismanes y artilugios...

Alzó la mirada hacia la/el dependiente. ¿No habrá nada de esto maldecido, no? Preguntó mirando de reojo las piezas a vender.

Una chica joven, de mirada profunda, altiva y prepotente, se gira para mirar a Noa, justo estaba acabando de colocar unas piedras en una plataforma que ponía algo así en transilvano como "PIEDRAS DE LA SUERTE 2€" y una larga lista de todas las piedras que correspondían a cada horóscopo.

Alza una ceja y la mira inquisitivamente.

- ¿Te parece a ti que están malditos?

Se encogió de hombros. Una debe asegurarse de lo que compra, ¿no? Se limitó a responder. Pedazo de borde... Y siguió mirando la oferta, ignorando la presencia de la altiva peliazul.

Ni que le hubiera preguntado si era teñida, joder...

Urahara adora los mercadillos. En general adora cualquier aglomeración de chatarra (como la habitación de Ren). Le parece siempre muy pintoresco y fotografiable, y ahí que va el australiano, haciendo fotos como un poseso hasta que observa que se lee el futuro. ¿Por qué siempre cae en la misma idiotez? Aquellos monjes le soplaron no se sabe cuántos yenes por el consejo y los amuletos (aunque eso lo pagó Takazuma)... Pero tenía ciertas compulsiones difíciles de controlar. Se acercó a la adivina y le preguntó en inglés:

- ¿Cuánto cuesta?

Hecha otra mirada fulminante a Noa... y mira a Ura, parece que su rostro se suaviza, aunque sigue sin sonreír un ápice.

¿El qué? Todos los amuletos tienen un precio distinto, excepto las piedras.

Pregunta y afirma, lo único que tiene el precio apuntado son las piedras del horóscopo, a 2euros.

Haak caminaba cerca de Noa, aún un poco preocupado ya que no ha podido hablar con ella. Observa las distintas tiendecillas que se agrupan de forma caótica.

La verdad que el puesto donde se paró Noa y después Ura no es que le llamase mucho la atención, pero se acercó a ojear sin excesivo interés, símplemente mirando.

Dan se dedicaba a pasear despreocupadamente y con las manos en los bolsillos con sus compañeros. Iba más o menos en el centro del grupo. Se sabía las tiendas y sus artilugios de memoria y esas cosas le aburrían. Sin embargo, iba escuchando alguna conversación y se iba deteniendo cuando alguno de sus compañeros se acercaba a alguna tienda a chafardear.

Buff! que aburrido.
La ciudad había logrado decepcionar a Bunzo.
Él esperaba una clásica aldea medieval, con construcciones en piedra y techos de paja, iluminada por antorchas y el brillo de la luna, talvez con un aljibe en la plaza central y, de ser posible, algún que otro vampiro revoloteando por los cielos. El panorama era totalmente diferente, la modernidad se había apoderado de aquellas calles, remplazando los fríos adoquines por el... frío asfalto, las antiguas construcciones por grandes edificios y el pobre aljibe por un mercado de baratijas.
Maldita globalización y modernidad, grandes monumentos históricos, como esta ciudad, deteriorados por culpa del turismo y las grandes potencias tecnológicas... ...

Oyendo a mis compañeros me entrometo en la conversación preguntando a la vendedora:
Y... ¿para que sirven las piedras malditas de la suerte?

Ren seguía al grupo, caminando junto a Urahara y mirando aquí y allá. Adoraba ese tipo de mercadillos donde se podían encontrar viejos libros con pastas desgastadas por el paso del tiempo. En el caso de haber algún puesto de peluches, habría pasado por delante con la cabeza gacha o mirando hacia otro lado. Una cosa era dar rienda suelta a su vicio con su pareja o familia y otra muy distinta hacerlo delante de sus compañeros (Y más cuando les acompañaba uno de los recien conocidos rumanos).

Apretaba las manos en sus bolsillos e intentaba centrarse en los puestos que serían más "decentes"

Sí, sí...Tú disimula lo que quieras pero...El nuevo mundo de la felpa europea se abre ante tí...¿Vas a ignorarlo?. La neurona peluchil atacaba implacablemente.

La, la, laaaa...No te oigoooo...
Libros, Ren...hay libros : D...y mira ese puesto donde van los demás...parece curioso...

Y así es como el pequeñín se acercó a donde estaban sus compañeros, con los nudillos blancos y apretando las mandíbulas pero aparentemente tranquilo. Efectivamente era esotérico (es lo que le había parecido de lejos y conociendo al australiano era casi una confirmación). No creía en esas cosas, las consideraba una forma de sacar el dinero y tiempo a los pobres ilusos que las creían. Se limitó a ojear sin interesasrse por nada del puesto y más atento a lo que hablaban sus compañeros.

Noa le devolvió una mirada fría a la dependienta. Aun así no perdió el interés por los artículos de esoterismo. Cuando escuchó a Bunzo no pudo repirimir una leve risa.
Se giró hacia Dan, negándose a volver a hablarle a la dependienta maleducada. ¿Estos artículos son muy comunes? ¿Los conoces? Preguntaba con curiosidad. Miraba al rumano y al tenderete, desviando la mirada.

Hacía frío aun, así que se reajustó la bufanda. ¿En el castillo hace tanto frío como aquí o más? Alomejor hasta me llevo las mantas, que frío...

La chica va a responder a Bunzo frunciendo de nuevo el ceño... pero algo le llama la atención y observa a una anciana que se acerca a vosotros...

- Ya estamos... - sin más, se gira y se aleja en la tienda que hay más allá, pasando de vosotros.

La mujer llega hasta vuestra altura... y os mira uno a uno a los ojos.

- Estos amuleeeeetos no os van a servir de nada..... por lo que os espEEEEEEEraaaaaaAAAAAAaaaaa - eleva el bastón y el brazo, y los ojos los tiene abiertos de par en par - Al igual que la pareeejaa de aaaantes... pasaréis la peor semaaana... de vuestraaa vidAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAAA

Y de repente... en la lejanía...

Reira camina despacio y con paso elegante, mirándolo todo desde el final del grupo, observando las reacciones de unos y otros y los escaparates uno por uno. Amplia su sonrisa habitual al ver como Noa se interesa por los amuletos. En realidad, ella no era de creer mucho en esas cosas. Su mentalidad tiraba más por la rama de las ciencias... pero no por ello deja de detenerse junto a los demás enarcando una ceja por el comportamiento de la dependienta y mirando con curiosidad los talismanes.

Y es entonces cuando se acerca la anciana... La observa con seriedad... la escucha... y al terminar ésta de hablar, sonríe con amabilidad.

Gracias por el aviso, señora... lo tendremos en cuenta. Pronuncia con voz suave y tranquila, completamente calmada. Ni siquiera el trueno ha conseguido alterarla.

Vientos de agua se acercan. Bunzo puede llegar a ser muy perceptivo.

¿La peor semana de nuestras vidas? Intente aguantar ocho horas viendo la maratón de 12 horas de "Kure Kure Takora"(*) con su hermanita, y luego dígame si puede sucederle algo peor. Me volteo hacia el grupo. A las 8 horas de estar viendo eso, empezaba a creer que el maní me guiñaba un ojo.

Nuevamente sonidos de lluvia.

Lo he logrado. ¿Quien iba a creerlo?, yo Bunzo Kuroda salvaré la situación. A partir de este momento seré recordado por todos como su héroe, me posicionaran como su líder, me adorarán; talvez, hasta me den una medalla. Sabía que alguna de todas las cosas que traje desde japón sería crucial en este viaje, pero no me hubiera imaginado que se tratase de... Levantando el brazo en alto con el puño cerrado como si sostuviera algo. ... MI PARAGUAS!
Hey! ¿Donde está?
Se da una palmada en la frente. Claro, lo olvide en la habitación.
Pero no todo está perdido, aún puedo demostrar heroísmo. Ya sea con una muestra de increíble valentía o con un simple acto de misericordia hacia... talvez... Un anciano!.

Permítame ayudarle con su pesada carga señora. Le dice a la anciana y amablemente toma el pesado bastón, produciendo el desplome de la pequeña y vetusta mujer.

Ups!

Dan seguía acompañando al grupo sin prestarle especial atención a nada. Cuando la abuela se aparece, chasquea la lengua.

Vieja chiflada... Susurra casi inaudiblemente.

Observa el incidente que provoca el japonés y no puede evitar sonreír. Desde luego no se iba a aburrir con este grupo.

Al ver el gesto de frío de Noa, Haak se quitó la chaqueta y se la puso por los hombros.

Sí, hacía frío. Sí, iba en mangas de camisa. Pero no, no iba a dejar pasar frío a Noa.

La dio un dulce beso en la cabeza al colocarla la chaqueta de cuerpo por encima y se volvió para ver a la vetusta anciana.

Uhm... Parece tan vieja como una de las Nornas y tan loca como Loki... Habrá que vigilarla.

Sin retirar las manos de los hombros de Noa se inclina un poco sobre ella y la susurra unas palabras con una sonrisa.

- Si tienes frío aún dímelo y nos volvemos para que puedas abrigarte bien, princesa. - La da un beso rápido y suave en el cuello. - Y no te preocupes, que por mucho que diga la anciana nada te pasará mientras esté a tu lado.

La mujer casi se cae al suelo cuando Bunzo le coge el bastón... ella le envía una mirada fulminante, coge el bastón de nuevo... y pegando un salto algo impresionante por ser una mujer que parece bastante mayor, se lo estampa en toda la cabeza... el pobre Bunzo no es de extrañar que esté tonto, entre sillazos y bastonazos...

¡Malditos críos! - os mira y os señala con el bastón - ¡¡¡YO OS HE AVISAAAAADOOOOOOOOOO....OOOOOGGGGHH!!! ¡Cof Cof!

Saca de la manga una bola y la lanza con fuerza contra el suelo... todo se cubre de humo negro, haciéndoos toser. Cuando el humo se disipa un poco... veis a la pequeña mujer entrar en una puerta que lleva por cartel "RESTAURANTE"

AucH!
Coff!
Vieja de m...!
Coff! cof!!
Golpea como mi abuela.
Se frota la cabeza con la mano con la esperanza de que eso le alivie el dolor.

Bueno, oficialmente doy por comenzada mi mala semana. Al menos terminará antes que la de ustedes.
Se mete las manos en los bolsillos y relajadamente, camina unos pasos mirando los puestos del mercado antes que cierren por la lluvia.

Noa se sobresaltó con la incursión de la abuela. La observó extrañada pero el gesto de Haak hizo que se distrayera. Tras unos segundos suspiró, esbozando una sonrisa.

Qué estúpida soy a veces...

Se retiró la chaqueta y se la devolvió. Toma Haak, tu vas demasiado fresco. Yo estoy bien, solo me noté las mejillas frías. Ya sabes que soy un poco friolera. Le abrazó y le besó con cariño. Al separarse le tomó de la mano y tras mirar hacia al suelo unos segundos algo sonrojada, levantó la mirada otra vez hacia Bunzo.

Ten cuidado, esa señora parecía extraña...Miró por donde se había ido. ¿Lo diría en serio esa muejr?