HABITACIÓN F11
Irina Anghel
Hana Sislac
Natasha Kuznetsova
No se acaban o que….Digo mientras dos goterones salen de mis ojos.¡Yosh¡ Digo para mi misma y empiezo a subir las escaleras mas deprisa mientras adelanto a la chica que estaba delante mía antes. Al entrar en la habitación veo que hay tres camas, me dirijo a la que esta al lado de la ventana y me tiro en ella para descansar un rato.
Subo medio embobada las escaleras, a la mitad de ellas la chica que tenía detrás me adelante, casi arrollándome... Eh!! Me doy cuenta que ni se ha enterado. Así que me encojo de hombros y continúo con la inspección de la zona.
LLego al dormitorio, veo a la chica de antes ya tirada sobre una de las camas... Mierda!! Se ha quedado la de la ventana. Con mala cara dejo la maleta a los pies de la que se encuentra en la otra punta, junto a la pared, y me dispongo a empezar a colocar mis cosas.
Ummh!! Hola!
Saludo muy escuetamente, recordando en el último momento una de las normas básicas de educación...
Una chica rubia y bajita, muy mona, entra en la habitación. A pesar de su altura, más alta que Natasha pero más baja que Hana, camina con la espalda completamente recta y con la cabeza altiva, sus ojos azules oscuros miran a las dos chicas detenidamente... y una enorme sonrisa aflora en su rostro.
Buenos días.
Saluda sin dejar de sonreir y sin dejar de mostrarse superior, deja su maleta blanca a los pies de la cama que queda libre, la de en medio.
Soy Irina Anghel, espero que nos llevemos bien.
Vuelve a sonreir y abre la maleta para empezar a ordenar sus cosas y empezar a colocar sus cosas al armario del medio, el de enfrente de su cama.
Levanto la ceja y la miro de arriba a bajo, me siento en el borde de la cama mientras arrugo la nariz a modo de desagrado.¡¡¡ Será creída!!! Me digo para mis adentros.
Hola, yo soy Hana Sislac mucho gusto. Le digo con voz seca pero sonriéndola. Me levanto de la cama y me dirijo hacia la chica de cabello negro.
Wolaaaa me llamo Hana ¿y tu? Le digo mientras le ofrezco la mano con una amplia sonrisa
Estoy sacando mis vestidos de la maleta cuando entra una chica rubia bastante agradable en la habitación, la saludo absorta en mis pensamientos, contesto casi sin darme cuenta de lo que estoy diciendo. Sí, yo también espero que nos llevemos bien... Jo, que horror de vestido, pero como pretende que me ponga esto? Sigo entretenida sacando cosas, cuando me doy cuenta de que la otra chica se ha levantado de su cama y me está saludando.
Eh? Hola, yo soy Natasha. La saludo amablemente y vuelvo a mis cosas, sin darme cuenta de que estaba tendiendome la mano.Y esto... Pero que horror. Mierda! Cojo el vestido y lo tiro al otro lado de la habitación, me siento con los brazos y las piernas cruzadas en el suelo, hundida en mi propia miseria. Levanto un momento la vista y veo que Hana se había quedado allí, supongo que esperando alguna muestra de cordialidad... Qué??!!
La recién llegada chica rubia se queda mirando los sucesos de la habitación, la hiperactiva se mueve hasta donde está la morena... que está sacando de la maleta vestidos bastante monos, por cierto, pero ésta, Natasha ha dicho que se llama, se sienta al suelo de repente, cogiendo un berrinche y dejando la otra con los mocos colgando (seguramente).
Ehm... ¿te pasa algo? - le pregunta a Natasha - No deberías sentarte por los suelos, vas a ensuciarte el vestido y no te conviene ir hecha una piltrafa.
Siempre usando un tono de voz normal y agradable, a la vez que inocente y creído.
Silencio, quiero silenciooo!!! Me tapo los oídos con las manos, intentando aislarme, encontrar el punto en el que no exista nadie más. Mis ojos se llenan de lágrimas. Los cierro para evitar que bajen rodando por mis mejillas. Respiro hondo y por fin levanto la vista, viendo a las dos chicas mirándome sorprendidas.
Me levanto rápidamente del suelo, secando mis ojos con el dorso de la mano. He de intentar controlarme, aquí no estoy sola. Tanto tiempo deseando la compañía de otras chicas de mi edad, y ahora que la tengo echo de menos mi soledad.
No, no me ocurre nada, solo que todo esto es nuevo para mi y me ha dado supongo que un ataque de pánico.
Mis mejillas me arden, me siento avergonzada de que me hayan visto así y no me atrevo a mirarlas a los ojos.
Sierro un poco los ojos mientras me coloco las manos detrás de la nuca, mientras veo la escenita. Donde me ido a meter yo……una creída y una reprimida y yo que soy hiperactiva, que trío mas bueno. Un suspiro se escapa de mis labios.
Te entiendo, para mi también es nuevo esto, nunca antes e estado en un internado, me siento como si estuviera enjaulada. Le digo sentándome a su lado.
¿Y tu Irina? ¿as estado alguna ves en alguno? Esta ves uso un tono de vos mas amable y educado, mientras le ago gestos con la mano para que se acerque.
Se acerca a ellas mirándolas como si fueran bichos raros y extraños, hecho que hace que se acerque, pero no demasiado. Mira a Hana y esboza una hipócrita sonrisa.
Pues claro, yo provengo de una buena família, he estado yendo toda la vida en institutos buenos de pago. Y ya se sabe que los institutos buenos de pago de aquí son todos internado.
Y se mira las uñas para dedicaros luego una angelical sonrisa.
Vaya, parece que esto va a estar lleno de niñitas pijas...
Pues yo es la primera vez que estoy en uno... Digo encogiéndome de hombros.
Me levanto del suelo con una mirada triste. Miro a Hana y una sonrisa acude a mis labios, en el fondo agradezco que se haya sentado a mi lado, le alargo una mano para ayudarla a levantarse.
Bueno, disculpad mi comportamiento. Me encuentro mejor, gracias. Voy a recoger todo esto ya que me gustaría ir a dar una vuelta para ver el centro.
Me dispongo a terminar de guardar las cosas en el armario. Esta vez no le presto mucha atención a los vestidos que voy guardando.
Acepto su ayuda para levantarme, mientras le sonrío.
Creo que tanbien yo tendría que empezar a deshacer la maleta. Digo sin gana alguna, pongo mi maleta encima de la cama y empiezo a sacar la ropa para ponerla en el armario, bien doblada. La mayoría de mi ropa se compone de pantalones anchos y blusas cómodas y algún que otro vestido y falda
Si no te importa..¿te puedo acompañar? Le digo poniéndome las manos en los bolsillos.
Toda la ropa que va sacando de la maleta está perfectamente doblada y si os fijáis es toda de marcas conocidas o de tejidos caros, lo va guardando con parsimonia, casi como si fuera un ritual en su respectivo armario, sin prestar atención a nada más.
De vez en cuando acaricia algun vestido que parece de muy suave tacto.
De reojo voy observando como Irina va sacando su ropa, siento un nudo en el estómago, yo nunca he tenido vestidos de esa calidad. Aprieto la mandíbula y vuelvo a lo mío, ya casi he terminado de guardar las cosas.
Perdona? Sí, si quieres claro que podemos ir juntas. Me giro hacia Irina amablemente, tú también quieres venir? Me siento obligada a extender la invitación ya que seremos compañeras de habitación, y mejor entrar con buen pie. Aunque no se que tal nos llevaremos, me hice el firme propósito de intentar llevarme bien con la gente.
Aunque es tan difícil...
Sonríe con amabilidad a Natasha.
Claro. Además, yo ya me conozco el internado, porque vino en la jornada de puertas abiertas, de hecho, mi hermano mayor era uno de los coordinadores.
Seguía sonriendo mientras terminaba de colocar su último vestido. Colocó un par de toallas de altísima calidad y luego colocó el neceser y sus cosas de aseo, junto a un albornoz blanco colgado a la puerta interior del armario.
Mientras espero que Irina conteste me fijo en todos esos vestidos…como decirlo…”pijos” y me entra un repelús. Ni muerta me pongo yo alguna cosas de esas. Mientras me lo imagino, me da un escalofrío por la espina dorsal.
Estaría bien, a sin nos conocemos un poco mas ya que vamos a pasar mucho tiempo juntas.
Termino de colocar mis cosas en su sitio, ordenándolo lo mejor que puedo, aunque se que de aquí un mes su colocación no tendrá nada que ver con la actual. Me giro y forzando una sonrisa me dirijo a mis compañeras de habitación.
Bien, yo ya estoy. Vamos?
Me pongo al lado de ellas, sin sacar las manos de los bolsillos.
Bueno..donde vamos primero?
Les digo a mis compañeras con tono despreocupado.
Ummhh... No se... Que os parece si vamos a la sala de estar?
digo encogiéndome de hombros. Mi voz suena un poco tímida, se nota que no estoy muy acostumbrada a hablar con mucha gente.
Vale, me parece bien. Le digo con una sonrisa amable mientras me dispongo a salir de la habitación. Pongo la mano en el pomo para salir, pero antes, miro hacia atrás para ver si Natasha y Irina me siguen.
¿Vamos?