Partida Rol por web

La isla, conforme se fue acercando el barco, era inmensa, y las costas estaban cerradas por árboles y verde. Uno podía haber pensado que no iba a ser posible desembarcar en el sitio, pero la suerte de crucero fue dirigido diligentemente hasta una pausa en el impenetrable verdor.

El ferry detuvo su marcha de forma lenta con los primeros rayos de la tarde, casi podría decirse que con parsimonia en el atracadero, echando ancla para tras un poco de espera, colocar el puente a tierra. El viaje había sido muy calmo, en el barco había poca gente y cada cual parecía mirar por sus asuntos sin ánimos de molestar, pero los camarotes y el servicio resultaron ser de lo mas agradable. La embarcación no era demasiado grande, y aparte de ti, los otros pasajeros en su mayoría tenían pintas de aventureros o exploradores curtidos. Debido al tamaño del barco, los únicos pokemon que pudieron estar fuera durante el trayecto fueron los pequeños, por lo cual algunos extrañaban ver a ciertos amigos. El día de hoy era inusualmente ajetreado para el humilde puerto, ya que habían llegado varios barcos barcos, de varias regiones distintas. No tendían a coincidir los arribos. El suelo no estaba pavimentado, era solo tierra, y si no fuese por el rústico muelle, realmente no podría decirse que era un puerto. Unos pocos edificios pequeños y humildes eran todo el recibimiento cercano, de la que entraban y salían trabajadores en descargar y cargar cajas del barco a tierra y viceversa. Un letrero grande, con letras talladas a mano y con esmero, se veía un tanto castigado por el paso del tiempo.

Pueblo Amanecer
También conocido como Pueblo del Tonto, pero considerando que no es un nombre muy agraciado, se ha tomado un pseudónimo mas alegre para todos. Bienvenido amigo, si tus intenciones son buenas.

Un cartel de bienvenida cuanto menos, extraño. Pero siguiendo el camino se podía observar ya la susodicha urbe, rural y rodeada de verde hasta donde se viera. Se podían observar personas en labores diarias, ya fuese tendiendo ropa, dando de comer a pokemon variados, pero pequeños en general, o solo andando de aquí para allá. Muchos Zigzagoon, Furret y otros pokemon del estilo cruzaban el pueblo de acá para allá con tranquilidad, no parecían tener un dueño en absoluto, pero por las reacciones de la gente -o mejor dicho falta de ellas- era totalmente normal que anduvieran a sus anchas. El conjunto general, se veía ameno y sosegado. Por fin, Arcadia. De a poco quienes bajaron del barco fueron dispersándose, algunos yendo al pueblo, otros directo hacia los bosques, y otros solo hablaban con los trabajadores. Era hora de dirigir tus pasos hacia algún sitio también.

Apenas pusiste un pie en tierra, por solo unos momentos, una presión abrumadora te invadió casi al punto de asfixiarte, al igual que una imagen en tu mente se dibujó sin venir a cuento. No sabías como podías asegurarlo, pero tenías la convicción de que en algún sitio lejano, alguien había posado su mirada en ti, vigilandote. Durante esos escasos segundos, pudiste escuchar claramente tu corazón, y todo el ruido exterior se desvaneció de tu mente. No solamente era una mirada física, iba mucho mas allá...

Apenas pusiste un pie en tierra, por solo unos momentos, una presión abrumadora te invadió casi al punto de asfixiarte, al igual que una imagen en tu mente se dibujó sin venir a cuento. No sabías como podías asegurarlo, pero tenías la convicción de que en algún sitio lejano, alguien había posado su mirada en ti, vigilandote. Durante esos escasos segundos, pudiste escuchar claramente tu corazón, y todo el ruido exterior se desvaneció de tu mente. No solamente era una mirada física, iba mucho mas allá...

Apenas pusiste un pie en tierra, por solo unos momentos, una presión abrumadora te invadió casi al punto de asfixiarte, al igual que una imagen en tu mente se dibujó sin venir a cuento. No sabías como podías asegurarlo, pero tenías la convicción de que en algún sitio lejano, alguien había posado su mirada en ti, vigilandote. Durante esos escasos segundos, pudiste escuchar claramente tu corazón, y todo el ruido exterior se desvaneció de tu mente. No solamente era una mirada física, iba mucho mas allá...

Apenas pusiste un pie en tierra, por solo unos momentos, una presión abrumadora te invadió casi al punto de asfixiarte, al igual que una imagen en tu mente se dibujó sin venir a cuento. No sabías como podías asegurarlo, pero tenías la convicción de que en algún sitio lejano, alguien había posado su mirada en ti, vigilandote. Durante esos escasos segundos, pudiste escuchar claramente tu corazón, y todo el ruido exterior se desvaneció de tu mente. No solamente era una mirada física, iba mucho mas allá...

Mike vió como el barco se acercaba a la costa... Aquel lugar al que se dirigía queriendo alejarse de todo su pasado... Queriendo no ser encontrado... La brisa acariciaba su cara, y viendo como la gente empezaba a arremolinarse en la cubierta, decidió volver a taparse con la capucha.

Con su escaso equipaje, poco más que su mochila de viaje, descendió por la pasarela, sacó el mapa que le habían vendido en el barco, y maldeció entre dientes, el mapa era una autentica basura, apenas tenía indicaciones y no parecían nada precisas... Como demonios iba a orientarse? Cogió y lo rompió en cuatro trozos tirándolo refunfuñando entre dientes mientras buscaba alguna referencia que le guiara hacia donde dirigirse.

Vió entonces el cartel, tuvo que contener una risa al leerlo, aquello no podía ser serio... Miró en la dirección que le indicaba el cartel y vislumbró el pequeño pueblo, tuvo que hacer sombra con su mano para poder mirar en la dirección del pueblo, pues como su nombre decía, el sol del amanecer prácticamente cegaba su vista.

Cuando empezó a acercarse, vió a las gentes del pueblo, trabajando despreocupadamente, lejos del ajetreo bullicioso de las ciudades que había estado visitando últimamente, cosa que agradeció, resoplando respirando tranquilo. También vió como los pokemon campaban a sus anchas, y no vió ninguno peleándose... Decidió darles un respiro a sus pokemon y saco a su Primeape y a su Emolga, que se estirazaron perezosos al salir de sus pokeballs, sin duda deseosos de estirar las piernas después del viaje encerrados...

Después de no conseguir ver ni el centro pokemon ni ningún otro edificio de referencia... Como si fuera fácil encontrar un edificio "importante" en un pueblo abandonado como aquel, Mike se acercó a una anciana que limpiaba el porche de su casita - Buenos días señora, soy un viajero, tendría usted la amabilidad de indicarme donde se encuentra la tienda del pueblo o el centro pokemon? - Le preguntó con su mejor educación queriendo así rebajar la desconfianza que podía generar su indumentaria.

'Un nuevo comienzo...'

La región de Arcadia presentaba un aspecto prometedor. Leonnora dejó escapar un suspiro mientras contemplaba los interminables bosques de la isla desde el Ferry.

-Este será nuestro nuevo hogar. ¿Qué te parece, Silver?

La pequeña mota de pelo gris que retozaba en sus brazos respondió levantando las orejas. El joven eevee parecía embelesado con el océano (¿quizá era la primera vez que lo veía?), y ahora por vez primera prestaba atención a otra cosa que no fueran las olas. Examinó la vista atentamente, pero Leonnora no estaba segura de qué opinaba su pokemon. Se mostraba cauteloso. Pero, al fin y al cabo, Silver le tenía miedo a casi todo, así que esa reacción era de esperarse.

Una vez el Ferry tocó puerto, Leonnora dejó a Silver en el suelo, se colgó al hombro su mochila de viaje y se encaminó hacia la rampa con el pequeño caminando a su lado. Ya había bajado la mitad cuando un suave llanto le obligó a darse vuelta; Silver se había quedado parado, tieso como una estuatua, con los ojos muy abiertos mirando el pueblo. Leo se dio cuenta de que también estaba temblando, pues hacía sonar la pequeña campana que le colgaba del cuello. Al mirar hacia al pueblo, Leonnora distinguió a algunos pokemon salvajes, aunque inofensivos, y asumió que ese era el origen del terror que paralizaba a Silver.

-Ya, no tengas miedo...- dijo mientras se acercaba al pequeño. -Ven, te sentirás más tranquilo en tu pokebola.- Por un momento pareció que Silver intentó retroceder, pero Leo ya lo había devuelto a la pokebola. Se quedó mirándola un momento antes de guardarla en su cinturón, junto con las otras dos. Gaspar parecía inquieto, pero Leo temía que se metiera en problemas si lo soltaba; ya lo haría cuando llegara a algún centro pokemon. Luna, por otra parte, parecía que aún dormitaba.

Bajó la rampa con paso seguro, pero una vez tocó tierra, se paralizó. Así permaneció unos segundos, inmóvil en el muelle. Cuando recuperó la compostura, miró en todas direcciones (aunque con discreción; estaba demasiado nerviosa como para atreverse a llamar la atención) buscando a ese alguien... o algo...

Conforme su ritmo cardíaco se normalizó, Leonnora siguió avanzando. Sin embargo, no podía sacarse esa extaña sensación de encima. '¿¿Que fue eso??' se preguntó, y le asustó comprobar que no tenía respuesta. Sintió como Luna se agitaba en su pokebola, ya despierta, seguramente consiente de la agitación de su entrenadora. Leonnora intentó tranquilizarse, tanto por su bien como por el de sus pokemon. '¿En qué estás pensando? Seguramente son los nervios del viaje. ¡Ya cálmate!' se dijo.

Se paró un segundo a leer el cartel de bienvenida, pero no le prestó mayor atención, y siguió caminando por lo que parecía ser la calle principal, en busca de algún lugar dónde conseguir provisiones, un lugar dónde pasar la noche, y tal vez algún mapa...

A su llegada a Arcadia Zek salió para observar desde la cubierta el nuevo lugar que le esperaba, no era el único que había tenido esa idea, algunas personas más hacían lo mismo, pero eso le daba igual, lo importante era aquel pueblo al que se estaba acercando el ferry, su destino. Por unos segundos tuvo dudas sobre este viaje, pero enseguida las despejó y se centró en observar el pueblo hasta que pudiera desembarcar.

Antes de desembarcar comprobó por última vez que llevaba todo su equipo encima, incluido a sus compañeros de viaje, y así era, con paso decido bajó detrás de dos viajeros más, la chica llevaba un extraño Eevee plateado que por su comportamiento le recordó a Milena, pero no para Zek ella era bastante superior, al menos no se paralizaría ante la visión de otros pokémon correría llegado el caso.

Su intención era comprobar el cartel para saber donde se encontraba pero, antes de llegar algo lo detuvo en seco, le faltó el aire por unos segundos y no podía reaccionar, algo se lo impedía. Asustado intentó llevarse su mano derecha al cuello pero en ese instante todo pasó, incluida la sensación de que le estaban vigilando, aquello había sido demasiado extraño, mucho, enseguida buscó culpables con la mirada pero o nadie le pareció sospechoso de poder hacer aquello, al menos eso creía. Se llevó una mano al pecho para comprobar que ya estaba más tranquilo, y cuando lo estuvo fue a observar el cartel.

El nombre real del pueblo no le hizo nada de gracia, acaso era una advertencia, ¿estarían advirtiéndoles del lugar al que iban? Echó un vistazo al ferry, pensó en dejarse de tonterías y volver, aunque todo en Johto fuera fácil allí se sentía seguro, y desde que había puesto un pie en Arcadia la seguridad le había abandonado.

Necesitaba aclarar su mente, lo anterior tan solo debió ser imaginaciones suyas, nada más, aparentemente tranquilo entró al pueblo sin parar de observar a todo aquel con el que se cruzaba, no se fiaba de nadie, esta vez se paró al escuchar la pregunta que uno de los viajeros estaba haciendo a una mujer entrada en años, era evidente que no había ni centro pokémon ni tienda pokémon, siempre solían ser demasiado llamativas, ya las tendrían que poder ver, pero aún así espero desde una prudente distancia la contestación de la mujer.

Una canción, una entre tantas.Sonaba en su mente, pues nadie mas podía escucharla.Así era siempre, solo el escuchaba esas canciones, solo el era capaz de sentirlas.¿Por que? ¿Como lo hace? Bueno, no era ningún poder especial, simplemente usaba auriculares.Pero allí, escuchando algo que solo el podía escuchar, encerrado en un mundo en el que solo el habitaba, viajando hacia un lugar que jamas antes había pisado, allí era donde el se sentía seguro.No es algo difícil de entender ¿verdad? Todos a veces nos desconectamos de la realidad, y vamos allí, a nuestro pequeño e insignificante mundo, pero es nuestro.Yuki solo estaba mucho mas conectado con el que muchos de nosotros.

Finalmente el viaje llegaba a su fin, pensó en su momento que había logrado escapar.No sintió miedo, no se fue por eso, pero aun no era momento para el de perder su libertad.Algún día pagaría, de una forma u otra, pero ese simplemente no era el momento.La vista de este nuevo lugar sin embargo, parecía demasiado perfecta.El atardecer, la luz del sol, las sombras de los arboles, parecía una visión sacada de un cuadro.No se quejaba, apreciaba la belleza de aquellas pequeñas cosas de la naturaleza, pero sabia muy bien que esas cosas no iban con el.Una vez que el ferry atraco, noto que había otros tres haciendo lo mismo.Cuanta coincidencia dirían algunos, pero el siempre pensaba que todo era una causalidad mas que una casualidad.

Espero a que las pocas personas que venían en el mismo barco bajaran, para luego hacerlo el.Era la primera vez que viajaba por el mar, y definitivamente pensó que seria agradable volver a tierra firme.Sin embargo la sensación que tuvo en ese momento estaba lejos de ser agradable.La presión, la imagen, la substitución de su canción por el sonido de su corazón latir.Sus pupilas se dilataron y el gris en sus ojos era completamente visible, denotaban sorpresa ante esto.Pero no paso mas que eso, la sorpresa escalo en intriga, en curiosidad. ¿Que clase de mal augurio se le presentaba al pisar estas nuevas tierras? No iba a volver atrás, solo quedaba caminar hacia adelante para descubrirlo.

Esa sensación duro pocos segundos, y luego la música de los auriculares volvió a entrar por sus oídos.Y ahora ante el estaba ese pequeño pueblo, que poca utilidad parecía tener para un entrenador Pokemon.El letrero sin embargo, parecía contener unas palabras interesantes "Si tus intenciones son buenas." Casi sonríe al leerlo, mientras imaginaba las razones por las cuales alguien escribiría tales palabras en un letrero de bienvenida.Camino entre la gente, todos ocupados en sus labores diarias, menos aquellos que como el habían bajado de un barco recientemente.Las personas se dispersaron, dejaban salir a sus Pokemon o los devolvían a sus pokebolas.Eso le recordó que ambos de sus compañeros habían estado encerrados desde que tuvo que subirse al barco debido a que no había suficiente espacio para ellos.Avanzo un poco mas, y entonces con un rápido movimiento lanzo sus dos pokebolas al aire, susurrando nombres -Auron, Eden...- Y entonces de ellas salieron aquellos a quienes estaba llamando.

Definitivamente un Metagross, con su tamaño y apariencia, mostrándose allí en medio de el lugar de forma repentina causaría alguna que otra sorpresa.Sin embargo aquel Blaziken no se quedaba atrás, pues su mirada desafiante parecía intimidar a todos aquellos que se animaran a encontrarla, tanto humanos como Pokemon.Sin embargo los dos pokemon se colocaron a un lado de su entrenador, y no había duda de que se mostraban felices al estar finalmente liberados de su confinamiento.Yuki entonces volvió a caminar, mientras sus fieles compañeros lo seguían a apenas dos pasos de distancia, como si de alguna manera lo estuvieran custodiando.Busco en su mochila su PokeNav -No perdamos el tiempo.- El mapa de la región le mostraría cual era el camino a seguir para llegar a su próximo destino, mientras tanto, se dedico a caminar para dejar el ferry en el que había llegado, el pueblo y todas aquellas personas que llegaron junto a el atrás.

-Por allí, chico -la mujer traía un vestido humilde de color marrón con delantal blanco y señaló a una casa un poco mas grande que el resto, de techo bajo hecha de piedra y madera.  No se le veía diferencia alguna aparte de esto, excepto parándose justo delante para ver la cruz roja característica de los sitios de salud, que el techo sobre la entrada camuflaba un poco.

-También tienes al lado la tienda. Te lo digo porque los visitantes siempre se pierden. Si quieres descansar, puedes seguir derecho por esta calle, al final verás una casa de dos pisos mas grande que las demás...es un hostal -sonrió amable- el de mi marido. Uno tiene que hacer algo de publicidad, ¿no? En nuestro centro pokemon también puedes comprar alguna medicina si necesitas, pero si es muy grave no te negarán nada aunque no tengas dinero.

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Para Leonnora, caminar y revisar el lugar fue la mejor opción, y dio pronto con una tienda de comestibles, que era delatada por muchos cestos de frutas y verduras fuera. También había carne asada aún sobre las brasas para que se mantuviera caliente, acercarse a las mismas transmitía un calor reconfortante.

-¿Provisiones? -Un joven de ropas marrones y gastadas, pero de mirada calma y contenta atendió a la chica cuando se acercó- Si, para viajes largos tenemos carne seca en raciones, y galletas con semillas de cereales diversos para conservar la energía. Mapas aquí no, pero el cartógrafo puede ayudarte con eso. Vive en la última casa de esta calle.

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Yuki tuvo que frenarse, ya que si de buenas primeras el mapa mostraba la región...no tenía mucho marcado. Le mostraba que estaba en la costa, pero...nada mas. Mostraba bosques y montañas, y otras cosas muy obvias. Al menos podría saber como volver al puerto. La gente y algunos de los pokemon se quedaron mirando a Auron y Eden, eran llamativos, pero no había miedo en las miradas. Solo curiosidad.

La música se detuvo mientras el colocaba sus auriculares alrededor de su cuello, dejándolo escuchar finalmente los sonidos del pueblo. "Parece que esta cosa me sera inútil, a menos de que encuentre una forma de actualizarla, aunque no creo que en este pueblo sepan mucho de tecnología..." Al ver que irse ahora mismo seria como caminar a ciegas de noche por una región que no conocía, decidió que lo mejor seria encontrar un mapa fiable antes que nada.Cuando se dio media vuelta descubrió a Edén observando una de las tiendas de comida -Muy bien, buscaremos comida y un mapa antes de irnos.- Edén parecía un poco avergonzado pero quizá se le olvido cuando se le vino a la mente la imagen de la comida.Por otro lado Auron permanecía tranquilo, caminando firme y sin distracciones. En el camino, decidió preguntarle a la primera persona que pasara sobre donde podía comprar un mapa fiable de la región.

Escuchó atentamente cada palabra que salía por la boca de la mujer, gracias a la pregunta de la otra persona ya sabía donde estaban el centro pokémon y el hostal de pueblo Amanecer, por algún sitio se empieza. Tenía muchísimas más preguntas en su mente y todas sin respuesta, pero prefirió no volver a preguntar a la misma persona pese a que se había mostrado amable.

Decidió ir al hostal para alquilar una habitación si el precio le parecía adecuado, no iba a marcharse de aquel pueblo sin saber nada de él ni de la región en la que ahora estaba, su primer objetivo era conseguir cuanta más información mejor y aparte de conseguir un lugar donde pasar la noche el hostal sería un lugar adecuado para ello, eso pensaba Zek al menos.

Los dos chicos se acercaron a la tienda de comida, que rebosaba de víveres por fuera en cestos, y por dentro tenía paredes forradas de topo tipo de cereales y paquetes listos para el viaje. Aquí sabían que siendo el puerto de partida, podían tener un buen negocio aprovisionando a los viajeros, sin duda. El encargado le informó a Yuki sobre los productos, dispuesto a atender sus pedidos mientras estaba atento a los de Leonnora. Durante aquellos minutos, tuvieron tiempo de analizarse mutuamente.

Entraste a la gran casa, aunque humilde, y el interior a primera vista, te transmitió una sensación confortable, de confianza. Sin demora para los cansados viajeros, una escalera subía al segundo piso lleno de habitaciones con seguridad.

La recepción era totalmente hecha de madera y con algún que otro tapiz sencillo de adorno, que ilustraba de forma tribal a algunos pokemon, todos normales. Zangoose, Furret, Spinda eran los que veías. Una mujer joven estaba detrás de un mostrador, y en la pared tras el mismo había algunos amuletos de papel con oraciones a Arceus. Un umbral conectaba la recepción con un comedor no muy amplio, del que escapaba el aroma a comida recién hecha.

-¿En que puedo ayudarte? -La mujer se veía severa en su semblante, pero no intimidante. Llevaba un vestido largo de color rojo pálido con un delantal de rojo mas fuerte, y una gargantilla negra y lisa de adorno. Su cabello era negro, a los hombros aproximadamente, y estaba algo recogido por un pañuelo rosa.

Los ojos grises de Yuki se posaron por un segundo en aquella mujer que estaba en la tienda, probablemente también alguien que acababa de llegar a Arcadia como el.Fue una mirada corta, pero prufunda, directa al rostro de esa persona. -Blaz...- Eden interrumpió los pensamientos de su entrenador, recordandole para que habían venido al lugar -Creo que me llevare un par de raciones de carne seca junto con esas galletas.- -¡Blaziken!.- Eden parecía estar emocionado y hambriento al mismo tiempo -Gross...- Sin embargo Auron se veía serio e impaciente por largarse del lugar. -¿Que clase de carne estan asando allí?.- Pensó Yuki tentando por la idea de comer algo -Meta, metagross..- Auron dejaba notar su impaciencia -Esta bien, solo sera eso mejor.- Sabia que después de estar satisfecho, Eden seguramente estaría ansioso por tener su primera pelea en esta región, aun así antes que nada debía ir a comprar un mapa.

Entró al hostal con las dos manos metidas en sus bolsillos, repasó con mucha curiosidad el aspecto del lugar, lo poco que había visto era de su agrado hasta el momento, con paso ligero se acercó a la recepción fijándose en el aspecto de la recepcionista, tampoco le disgustó a pesar de su serio semblante, ya tenía algo en común con Zek.

-Buenas tardes- saludó antes de contestar a la pregunta -busco varias cosas- se llevó su mano derecha a la frente y con el dedo índice se colocó bien las gafas -quiero información de este pueblo, también de la región y un mapa no me vendría nada mal- hizo una pausa para tomar aire con total tranquilidad -y por supuesto una habitación para hoy, con la cena incluida, por favor- en ningún momento sonrió y seguía serio como desde el primer momento en el que llegó al pueblo sin contar aquel incidente.

-Buenas tardes -devolvió la cortesía reclinándose levemente en su sitio.

-Hmmm -tomó un cuaderno e hizo una marca, registrando que una habitación estaba tomada por hoy- Para el mapa deberías hablar con el Cartógrafo. -te dio unas pocas pero bien claras indicaciones de su paradero- ¿Que quieres saber de este lugar? -preguntó en tono cordial.