Partida Rol por web

Contempláis el sombrío campamento desde lejos. Hay fuego y gente moviéndose por él, pero no parece que haya niños. Según la inglesita, el sitio está cerrado al cal y canto. Así que todo lo que se ve son, presumiblemente, objetivos. "Una o dos manadas"...eso como mínimo, y a saber cuántos Parientes. Y no son los malos, o bueno, si, pero no son los peores. Son miembros de la Nación como vosotros, aunque en su caso más bien sería la "Nazión". Si llegara el Apocalipsis mañana, tendríais que luchar juntos. Y, sin embargo, esta noche venís a atacar su territorio y a robarles algo que creen suyo. ¿Y por qué? ¿Porque os lo ha pedido un chino? Las Cortes no siguen la Letanía; los que esta noche llamáis enemigos, si. Qué mundo loco crece en el regazo de Gaia. A esto hemos llegado...¿será inevitable?

Cuando llegáis, No veis a nadie en los alrededores. Habéis dejado las motos un poco más abajo para no delataros con el ruido, y no habéis visto ningún vehículo más. Donnie, el artificiero mayor de la banda, conocido de Scott, aún no se ha presentado. Gran parte del plan radica en él, pero...¿Y si llega tarde o directamente no llega? La información decía que no podíais esperar más para atacar, que mañana moverían el "paquete". Arriesgaros a perder la oscuridad también es peligroso. La noche es amiga de los atacantes, y no queda demasiado para que claree el alba y sea más difícil moveros. Contra una vigilancia de supremacistas pirados de la supervivencia, que seguramente tendrán algo de paranoia encima y bastantes drogas entre pecho y espalda, es una locura perder una oportunidad como esta. ¿Esperar? ¿Actuar sin explosivos? ¿Improvisar? 

La moto fue rebajando el sonido hasta quedar muda como las otras, las luces de las mismas se habían apagado hacía ya algunos kilómetros. El sonido de los animales nocturnos se hacían presente como trayendo cierta calma. Esta calma no era buena, los años en la guerra se lo habían enseñado así como también que tu familia esta primero que nada. El viejo Peter seguramente tendría un buen consejo pero hacía tiempo que no tenía tiempo para buscarle allá donde los espíritus moraban. Miro a los demás mientras cargaba con la moto para dejarla fuera de la vista ajena.

-Y bien?- pregunto con aquella voz gruesa producto quizás de los puros que solía fumar – Seguiremos con el plan de infiltración? – Miro a Alex y Scott – Díganme que no cambiaron algo a último momento, no tengo ganas de improvisar porque si es así me mandare con moto y todo al grito de *nazis hijos de puta*-

Se colocó su arma, aquella 1911 que le había acompañado en tantas ocasiones así como también el cuchillo Bowie en el estuche que se encontrar en la parte trasera del cinturón, respiro profundo.

Observamos el campamento amparados en la oscuridad y el silencio, pero a cierta distancia como medida de precaución. Como otra buena medida es dejar las burras atrás. Estos neonazis obsesionados con la supervivencia son muy precavidos, y eso es un problema cuando pretendes entrar a su kelly a birlarles algo.

Sin embargo, entre la vegetación observando ese campamento, no puedo evitar que mi mente se plantee otros asuntos. Y es que todo este rollo parece muy chungo, y no termino de entenderlo. Según nos ha contado Scar por el camino, el paquete que tenemos que pillar es una de los nuestros, una metis concretamente, una chiquilla a la que apodan "Canija" y va de punky o alguna mierda de esas. Debería estar contento de saber eso, es una buena noticia. Una garou puede cruzar la celosía con nosotros, y eso facilita su extracción. Sin embargo, me plantea otras preguntas. ¿Por qué estos gilipollas arios tendrían retenida a una metis? ¿Para qué? Y, desde luego, ¿por qué les interesa a los amarillos? ¿Y se puede saber qué coño pintaba la inglesita en todo esto? Demasiadas preguntas y muy pocas respuestas. Que sí, vale, se supone que todo eso no es asunto nuestro, pero no puedo desprenderme de la desagradable sensación de que algo de todo eso nos va a estallar en la jeta.

Las palabras de Jere me sacan de mi ensimismamiento. Sus dudas acerca del plan establecido me arrancan una sonrisa, aunque desvío brevemente la mirada hacia Scar, tratando de dilucidar si nuestra alfa se está replanteando algo. Cierto que Wyatt no ha aparecido, y si esperamos más me temo que perderíamos el factor oscuridad.

Nah, se puede hacer sin "boom boom", mientras haya buenos "bang bang". -Bromeo, guiñándole un ojo a Jeremiah antes de volver a mirar hacia el campamento- Mirad allí. -Señalo una zona concreta del campamento, un par de edificios y un redil bastante amplio- Caballos, y un poco más al norte un parking. Liberar a los caballos monta mucho revuelo. Y los coches del parking se pueden prender si se les saca algo de gasofa del depósito. Dejando el propio depósito abierto, puede que hasta alguno explote. Seguro que Wyatt lo haría mejor, pero el capullo de él no está aquí. -Me encojo de hombros- Yo, por mi parte, estoy listo para entrar. Podemos llevar las motos dando un rodeo y entrar por el oeste a través de la umbra en mi burra mientras el prospect nos espera fuera. A no ser que Alex se haya cagado de miedo, claro.

Miro a la Furia con una encantadora pero burlona sonrisa, con complicidad, tratando de pincharla un poco para levantar la moral. Se que la hija de Jere tiene arrestos de sobra, para esto y más. La he visto pelear, con ella al lado tengo las espaldas bien cubiertas. Sólo espero tener habilidades suficiente para poder ofrecerle la misma cobertura. Y no estar muy oxidado.

De todos modos, si Scar prefiere que entremos a saco en plan séptimo de caballería haciendo sonar la corneta, por mí está bien. Puedo ir de paquete con Zoe soltando plomo a dos manos. -Me echo a reír, silenciosamente, buscando a Zoe con la mirada un instante, tratando de que no se preocupe demasiado. Ya hemos hecho estas cosas antes. Bueno, no exactamente algo como esto, pero cosas chungas. Y seguimos aquí- En cualquier caso, estaría bien que fuera un trabajo limpio, ya me entendéis.

Un trabajo limpio, sin matar a nadie. Las muertes traen problemas más adelante. Algunos heridos y el orgullo por los suelos se soluciona con el tiempo. Los muertos traen venganzas, y eso es un marrón.

Dejando las burras atrás, evitando así llamar la atención, nos situamos en un punto desde el que se podía avistar el campamento. Sí, típico campamento de verano, pero por suerte sin niños alrededor de aquella hoguera cantando estúpidas canciones. Cuanta persona veíamos podía llegar a convertirse en uno de nuestros objetivos, o nosotros en el suyo; pariente o garou, aquello daba igual.

Algunos parientes dan mucho por culo.

Y eso en el mejor de los casos. No tenía gran idea, pero sabía que había otras “cosas” no muy amigables danzando sobre la faz de Gaia. Quizás sí hubiera un niño en aquel lugar después de todo, una niña, y aquellos cabrones la tenían retenida quién sabía para qué; no sabíamos qué edad tendría esa tal “Canija”, pero incluso podría ser menor de edad.

Apreté los dientes pensando en la chica, preguntándome qué querrían de ella. Iban a moverla de lugar al día siguiente, con lo que la querrían viva, pero, ¿Para qué? Para esos tíos la chavala tenía que ser una abominación, indigna incluso de ser llamada garou, pero eso sería en circunstancias “normales”. Aquella chica tenía que ser alguien. Quizás poseyera algún don especial o era descendiente de alguien de renombre y les valía como moneda de cambio. Fuera como fuese, no me enteraría de ello hasta que aquello terminara, o quizás ni entonces, así que aparté aquellas preguntas de mi cabeza para concentrarme en las entradas al lugar.

Sin despegar mi vista del perímetro del campamento, escuché como Jeremiah preguntaba al otro equipo si habían cambiado el plan, diciéndoles también que esperaba que no lo hubieran hecho, pues no tenía ganas de improvisar.

- Joder, Jeremiah… - reí por lo bajo, mirando al philodox. – Si todo nuestro plan era el de ser la carnada e improvisar. ¿Y ya no te apetece? – reí.

Scott trató de quitar importancia a la ausencia de explosivos, ya que seguíamos sin saber nada de Corta-el-cable-rojo y la noche iba agotándose. Entonces nos señaló un redil con caballos, mostrándonos otra forma más de montar jaleo. La verdad es que estaba bien pensado, y también era buena aquella idea de prender los coches. Puede que no contáramos con explosivos, pero estrujándonos un poco el coco y haciendo uso del “Bang, bang” como decía Sueña-con-turcas, aquello podía salir bien.

Tiene que salir bien.

A pesar de las ideas ofrecidas, el theurge no descartaba entrar a saco si nuestra alfa así lo indicaba, mencionando el ir tras de mí sobre la moto disparando a diestro y siniestro. Le miré al escuchar mi nombre, viendo como él también me miraba poco después, tras ahogar una risa. Le sonreí de medio lado, divertida por su comentario, e intuyendo lo que sus ojos me querían decir.

Mientras Scott nos indicaba que lo mejor sería que se tratara de un trabajo limpio, me acerqué a Alex, dándole un golpe en el hombro con complicidad.

- Ten cuidado, aún no nos hemos podido correr una juerga en condiciones, no te vayas a lesionar. – sonreí a mi hermana. – Cuida de este flojo, pero no hagas tonterías. – le pedí, mirándola con ternura. – Él cuidará de ti ahí dentro. – añadí, antes de mirar a Scott. - Cuidaos mutuamente. – pedí también a este, aunque sabía que no era necesario, dedicándole a mi mentor una tenue sonrisa que no podía ser mayor por la preocupación que guardaba en mi interior.

¡Puñetero campamento! 

¡En la puñetera oscuridad! 

¡Con los puñeteros chicos correctos! 

¡Esto es una delicia para mis ojos! ¡Disneyrou!

Se me escapa una sonrisota del rostro y de pronto, no siento más que un irresistible impulso por colarme pronto en algún recoveco de ese campamento y juga... 

No, no, Alex, NO. ¡El paquete! Concéntrate en el paquete

Hubiera entornado mis ojos con una risa picarona de no tener a Jere, ¡nah diablos! La dejo escapar y esparcirse sobre toda mi faz. Por lo menos hasta que el viejo suelta algo típico de él.

¡Ey! Yo no tengo ningún problema pero estratégicamente hablando, aunque sea un pérdida de subidón de adrenalina directo a la vena, creo que es mejor optar por la opción sigilo-sorpresa... el jaleo siempre llega solo.

Siento la provocación de Sueña-con-tuercas, a veces no lo comprendo, pero en estas cosas sí que es más claro y franco que Jeremiah ebrio. - Aquí el que parece haberse encogido eres tú ¿qué pasa? ¿No viene el tío de los fuegos artificiales? -me llevo las manos a la cintura- hubiera estado bien, pero podemos apañarnos. No te hagas pis encima Claine.

Mientras más rápido entremos mejor - Voy por el plan de infiltración, además puedo ser muy, muy sigilosa, cuando me lo propongo -le guiño un ojo al theurge y miro a mi padre ¡ah si! como aquellas veces que me escapaba por la ventana para salir a divertirme, birlarse a un Fenris no es sencillo ¡menudos castigos me lleve al principio! - ahora, aprovechemos la oscuridad.

Rodeo a Claine dramáticamente y extiendo uno de mis brazos cediéndole el paso con gala - Después de usted -ronroneo un poco burlona. No obstante, a pesar de mi buen humor y distracción, la petición de Zoe no me pasa desapercibida.

De acuerdo, no me lo tienes que decir, cuidaré a tu viejecillo verdocho apuesto

- No te preocupes Zoe, te lo traigo de vuelta... Si o si. -la miro y le sonrío, no quiero que se preocupe. De hecho, temo más por ella que por el saco largo naranja con el que voy a la misión.- Es una promesa -levanto la mano, como si fuera a realizar el juramento, uno que realmente no hace falta.

A todo esto me empiezo a preguntar si luego estaría bien importunar al japo con una visita súbita.

Estos chinos y sus influencias.

Me importa un rábano, adentrémonos en este campamento pronto, pronto ¡por favor! si volvemos a cenar con los chinos me voy a morir del soponcio

No os topáis con nadie mientras retrocedéis y rodeáis el campamento. El joven Matt, como buen novato, tendrá que hacer el trabajo menos crítico para la misión, y vigilar las burras como el típico crío que se queda en la puerta espiando el pasillo por si aparece un profesor mientras otros hacen trastadas. Por otra parte, también se encontrará, con bastante certeza, en el lugar más seguro cuando empiece a haber movida.

La moto recién dedicada de Scott pasa a la Umbra con facilidad. De hecho, parecería que el espíritu del vehículo está deseando volver a la Penumbra. Así pues, camináis en silencio por entre los árboles fantasmales, llevando una máquina a través de una senda oscura que en el mundo físico es una auténtica carretera de tierra. Todo tipo de criaturas podrían estar observándoos. La inglesa hizo un reconocimiento, si, pero ella misma admitió que había sido de lejos. ¿Quién dice que los arios no tienen conchabadas a los espíritus de las ardillas, de las mariposas nocturnas y hasta de los mismos pinos? Al fin y al cabo, en cierta medida, su visión de los ideales de Gaia tampoco es tan diferente de la vuestra, y vosotros mismos, los Wyld Ones, habéis sido capaces de despertar a espíritus y ponerlos de vuestra parte. 

Os acercáis a la cabaña que la tal Roäc señaló como el lugar más probable en el que encontrar a vuestro objetivo. Seguís sin ver a nadie alrededor. Ni escucháis ruidos ajenos a los cantos de los espíritus. Pero debéis aseguraros de actuar a buen tiempo, o podríais poner en riesgo la misión.

Scott y Alex retroceden y se pierden en las sombras de la espesura. Mientras, vosotros vais avanzando con cuidado. Ellos emplean la Umbra para que cubra sus movimientos, mientras que vosotros tenéis que confiar en vuestra habilidad física y en la ropa oscura. Después de todo, estos pirados de la supervivencia sabrán vigilar perímetros, y la ocasión parece muy crítica. Si esperan problemas en algún momento, seguro que es ahora. Hay que andar con pies de plomo.

Hay luces en las cabañas. No en todas, pero sí en la mayoría. El campamento es razonablemente grande, ¿cuánta gente hay aquí? Cabrían muchos niños. ¿Acaso hay un pequeño ejército aquí atrincherado? Es imposible saberlo, y muy arriesgado pararse a pensarlo. Al igual que imaginar que haya vigilancia en la Umbra, donde se han adentrado Scott y Alex, dos Garou tan queridos para vosotros. Eso no lo habéis tenido demasiado en cuenta y después de todo os enfrentáis a Hombres Lobo. ¿Qué les impide Caminar de Lado como a vosotros?

Estáis cerca del cerco de los caballos, pero al ser de noche, no hay ningún animal fuera. Duermen, porque no se escuchan relinchos ni cascos en los establos. Tenéis que proceder con cuidado.

Cabalgamos sobre nuestras burras a través del bosque, dando un buen rodeo hasta la zona que consideramos más adecuada. El prospect se queda con ellas como el niño que es para nosotros, tratando de hacer méritos para merecer un puesto de pleno derecho en la banda. Le asignamos la misión más sencilla dentro del complejo trabajo que tenemos entre manos, pero esperamos que cumpla con la mayor diligencia posible. Porque algún día tendrá que hacer cosas mucho mayores. Y más jodidas.

El tiempo invertido en el rodeo debe ser tiempo bien invertido por el resto de la banda. Aún así, no oímos jaleo aún, de modo que la fiesta no ha empezado. Dudo que tarde, pero no podemos esperar. Con el manillar de mi burra sujeto, apagada y en punto muerto, avanzamos un buen trecho acercándonos al campamento a través del bosque, antes de internarnos en la Penumbra. Alex camina tras de mí, cubriéndome las espaldas, mientras yo ejerzo mi función como conocedor de los engranajes del mundo espiritual, encabezando nuestro avance y observando a nuestro alrededor mientras la oscuridad de la senda que recorremos oculta a los muchos espíritus que a buen seguro deben estar ahí observando nuestro avance. Eso es un peligro. Contamos con sus defensas físicas, sus armas, sus soldados, incluso sus trampas. Pero no nos hemos planteado sus trampas espirituales, confiando en que esos descerebrados amantes de la supervivencia lo habrán descuidado. La distracción que hemos preparado podría funcionar igualmente para despistarles, pero no puedo descartar que alguno de ellos cuente con pactos con los moradores de este lado del campamento.

Estamos en alerta roja. Por eso, no dudo en meditar si cambiar a una forma más adecuada sería lo mejor. Pero los nervios me juegan una mala pasada, y cuando me concentro en mi esencia más primaria, esa que los Theurge dejamos de lado para centrarnos en los espíritus y los Moradores abandonamos para fijar nuestra atención en la Tejedora, siento con molestia cómo mi cuerpo se niega a girar las piezas necesarias para arrancar ese motor de mi lado salvaje.

Vale... aquí está bien. -Detengo nuestra marcha al alcanzar el linde de la cabaña que buscamos, cuyo reflejo espiritual se muestra ante nosotros como una imagen fantasmal. Miro alrededor, buscando cualquier pista de que pueda haber problemas en los próximos instantes, y miro a Alex- Cúbreme, preciosa, en seguida vuelvo.

“Away from keyboard”, que en los chats de internet significa “Ahora vuelvo”, lo que le digo a Alexia. Es el modo en que en mi tribu se refiere todo el mundo a abandonar la consciencia del mundo espiritual para escudriñar el reino físico. Mis ojos adoptan un brillo sobrenatural, y una expresión de concentración absoluta, mientras trato de ver a mi alrededor en busca de dos cosas: cualquier indicio que muestre que ha comenzado la fiesta; y la presencia de la canija en este lugar.

El lugar era demasiado grande y complejo como para no asumir que aquella era una labor arriesgada. Era imposible adivinar cuanta gente se encontraría en aquel campamento, ni dónde podría estar la llamada “Canija”. Desde nuestra posición, cerca del redil de los caballos, podíamos ver las luces de diferentes cabañas, las cuales sumadas al resto de edificaciones, suponían demasiados sitios en los que tener que buscar sólo en aquella zona.

Y sólo somos tres, joder.

Mientras esperaba instrucciones, se me pasó por la cabeza cómo podría ser el panorama para Scott y Alex. Sueña-con-tuercas estaba en su elemento, pero, ¿Acaso no podría aguardarles allí alguna sorpresa?

Decidí no pensar en ello, hacerlo nada cambiaría, y la supervivencia no requiere de pensar demasiado; no en nada que no sea el aquí y ahora.

Miré a nuestra alfa y a Jeremiah, que meditabundos no terminaban de decir nada, comenzando a susurrarles después.

- Creo que deberíamos pegar una pasada a los edificios cercanos antes de montar jaleo. No sea que el paquete esté por aquí y la liemos atrayendo a más gentuza. – Sonreí de medio lado cuando un pensamiento cruzó mi mente. – A parte de nosotros, quiero decir…

Me aseguré de que la pipa y la escopeta estuvieran perfectamente colocadas y volví a mirar a mis hermanos.

- Iré hacia el suroeste… Hasta la cabaña del guardabosques y después a las cabañas unifamiliares. – les informé, esperando que recordaran bien el mapa. - ¿Nos vemos otra vez aquí para comenzar con el Boom, Bang, Splash? – pregunté, haciendo clara referencia a la parte de la distracción.

Quizás hubiera debido esperar instrucciones precisas, y no olvidaba mi posición dentro de aquella manada, pero estaba claro que si actuaba como una cliath nunca dejaría de serlo.

Además… ¡Qué cojones! Esa cría necesita mi ayuda. Y la necesita ya.

Así, saqué la pistola y la sostuve entre mis manos, moviéndome de forma sigilosa en dirección a la cabaña del guardabosques.

Jere asintió ante los susurro de Zoe, la sonrisa hizo que la barba tomara una forma extraña en la oscuridad –Bien, te veo allí- señalando hacia las cabañas familiares las cuales revisaría. El camino que tomaría el Feris seria bordear por detrás el corras de los caballos y de ahí tomar el camino entre los árboles para tener una mejor cobertura al llegar a los límites de las cabañas familiares. El aire lo decía todo estaban jugando con algo más que una intrusión pero que más daba, los recuerdos de la guerra volvían pero no los malos si no aquellos donde se preparaba un ataque certero y se salía sin ser lastimado.

Cada paso trato de medirlo mientras con arma en mano caminaba buscando cobertura en los arboles cada vez que se acercaba a uno. esperaba que Scar revisara lo que tenia mas cerca y asi ir eliminando lugares antes de llamar la atencion de todos para que Alex y Scott hicieran lo suyo.

No me gusta nada la idea de tener que dejar mi moto atrás y menos con el novato, pero hay que darle voto de confianza mientras se integra al grupo. Pero si le pasa algo a mi bebé, lo voy a despellejar lentamente…

Mi atención se dirige a Claine, cuando este se sube a su moto entiendo inmediatamente que hemos empezado ya con la tarea. Se siente ver entrar a la umbra, me siento más a gusto aquí que fuera, eso he de admitirlo. Hay una pureza especial que no se me escapa, el rodeo que Claine hace es refrescante y en otro momento quizás me hubiera hecho olvidar por completo porque es que habíamos venido hasta aquí en primer lugar pues hubiera tomado mi propia moto para intentar hacerle una competencia. Pero no era esa la situación y mi mente se encontraba atenta percibiendo los movimientos alrededor de nosotros. Fuimos en silencio, de puntillas, todo para sorprender a los tontuelos niños buenos de siempre Espero que no nos topemos con alguna sorpresita del otro lado porque la estirada constipada de la inglesa no se acercó lo suficiente al campamento. Desabrida miedosita

Su voz detiene inmediatamente los pensamientos que me asaltaban, me indicaba que debíamos detenernos, estoy por protestar pero lleva razón acercarse más sería de necios.

Sonrío. Jeremiah entraría dando cabezazos.

- De acuerdo guapo –asiento guiñándole un ojo - no te alejes demasiado. Te cubro las espaldas - se lo he prometido a Zoe después de todo y además, somos hermanos. Y aunque ya pasáramos esa parte, allá en la ciudad… me sigue preocupando que la cárcel le dejara oxidado.

Me voy a lo mío y me preparo para la fiesta. Claro que le cubriré las espaldas... ¿Pero no se piensa que estaré sin hacer nada, no?

Empiezo a caminar, inspeccionando y buscando algún recoveco o lugar desde donde vigilar la zona y cubrir a Claine.

Os movéis en silencio, poniendo buen cuidado de hojas secas o ramas quebradizas. Por suerte, todo está bastante fresco, así que nada os delata. Para estar tan acostumbrados a moveros con el rugido de las motos y el traqueteo de las armas, os adaptáis rápidamente al modo sigiloso. Claro que, como buenos forajidos, también habéis tenido vuestra parte de escabulliros, pasar desapercibidos o atacar por la espalda. Depredadores urbanos, como deben ser los Garou.

Percibís algo ominoso. Algo oscuro y pesado, como una nube de tormenta. Está lejos, sin embargo, más allá de las cabañas. ¿Será la sensación que percibió la tal Roäc cuando sobrevoló la zona que os advirtió? Desde luego hace encogerse algo dentro de vosotros. Pero no lográis identificar nada.

La cabaña, al menos desde la Penumbra, aparece vacía de cualquier Garou o espíritu importante. No hay nada al otro lado, como no lo hay en el reino físico. Sólo telarañas de aparatos electrónicos y pequeños espíritus domésticos. Apenas veis presencia de la Tejedora o oléis el hedor del Wyrm. Es un lugar...muy puro. En un campamento de neonazis. ¿No debería ser al contrario?

La cabaña parece desierta en el mundo físico, a pesar de tener las luces dadas. ¿Eso no indica nada? ¡Joder! ¿Será un cebo? ¿O acaso un error inocente? Es sabido por todos que los nazis son conspiranoicos y que siempre creen que les espían e intentan acabar con ellos. Además, es un campamento de supervivencia, así que puede que se haya juntado la paranoia con el exceso de celo supervivencialista y hayan tomado todas las precauciones del manual. Pero...¿y si no?

Ni un ruido. Ni una luz repentina. Ni pasos. Ni voces. Todo parece normal. Precisamente como parecería una trampa...

Os deslizáis hacia las cabañas unifamiliares. La noche está bastante despejada, así que debéis moveros en silencio. Zoe es la que mejor se desenvuelve en el arte de pasar desapercibida. Al fin y al cabo, no lleva tanto como el resto haciendo caballitos, gritando tacos en mitad de un tiroteo y disparando ráfagas con subfusiles. Jeremiah, concretamente, se las apaña para pisar nos cuantos guijarros y hacer ruido con los vaqueros al caminar. Scar le dirige una mirada asesina. 

No sabéis si se trata del ruido del rudo Philodox, pero escucháis pasos y los ruidos típicos de armas que se mueven en brazos de sus dueños. Vislumbráis un par de formas recortadas contra las cabañas, que tienen encendidos los farolillos de la entrada: dos tipos armados. Tienen pinta de gente normal, típicos rednecks...¿serán Garou? No podríais decirlo, aunque está oscuro, y podéis asumir que van bien armados. Uno, de hecho, lleva un rifle. Se mueven hacia vosotros y podrían veros en breve. No parecen estar muy atentos. ¿Comprobarán el ruido? ¿O es sólo una patrulla? Como haya un disparo o un grito se va a armar el puto cuatro de julio.

Muchacho, cuando algo parece una trampa, actúa como si fuera una trampa.

¿Aunque lo parezca de un modo demasiado evidente?

SOBRE TODO si parece demasiado evidente.

Me refiero a ¿y si eso es precisamente lo que espera quien ha puesto la trampa?

Jajaja... Muchacho, el objetivo de toda trampa es esperar que cometas un error, y siempre tendrás más opciones de cometerlo si no actúas como si tuvieras una trampa delante de ti.

Pero, para eso debería...

Exacto, chico: actuar como si TODO fuera una trampa. ¿No te encanta este juego?

Las lecciones del viejo Elijah resuenan en mi cabeza, mientras observo la cabaña. Esto es una mierda, el tipo de mierda que al viejo le encantaba, pero yo no soy Elijah Mormont.

A mí esto me asquea.

Regreso la consciencia, mis sentidos, a mi cuerpo en el mundo espiritual. Ahí estoy de nuevo, parpadeando por la molestia de haber mirado a través de la celosía. Ahí está Alex, esperando, y no tengo buenas noticias para ella.

Esto no me gusta. -Digo torciendo el gesto, mirando al cielo umbral en la distancia, a esas nubes de tormenta en el lugar que nos indicó la inglesita. Ellos van a pasar cerca de ahí...- En el Reino, las luces están encendidas pero no hay el menor movimiento. No huele a Tejedora, ni Wyrm, ni hostias. Sólo huele a trampa. Hemos empezado por aquí porque parecía el lugar más evidente, podrían haber pensado ellos lo mismo... -Medito, frotándome la barbilla- Lo único bueno es que aún no han empezado los fuegos artificiales, tenemos tiempo de mirar otras cabañas antes de entrar en ninguna. -Propongo a la Furia, encogiéndome de hombros con una divertida sonrisa- O entramos a saco y que sea lo que Gaia quiera, como haría tu padre...

Tomamos dirección suroeste, hacia arriba en aquel mapa mostrado por la inglesita, rumbo a la cabaña del guardabosques y las casas unifamiliares. Nos movíamos despacio, sin prisa pero sin pausa, siendo la discreción la prioridad en aquellos momentos.

Encabecé el grupo, avanzando sin mirar atrás, hasta que un ruido me hizo detenerme. Jeremiah había pisado unos guijarros, pero le hice una señal para que continuáramos. Sus vaqueros no estaban siendo tampoco el colmo del silencio, así que cuanto antes nos alejáramos de toda cabaña mejor.

Sin embargo, antes de poder alejarnos del lugar, escuchamos algunos pasos y sonidos de manejo de armas. No tardamos en ver dos siluetas gracias a los farolillos de las residencias. Pudimos ver que se trataba de dos tipos armados, uno de ellos con un rifle, con aspecto de típicos sureños. Comenzaron a avanzar hacia nosotros, sin que supiera si seguían el ruido generado o simplemente cumplían con algún tipo de ronda.

Mierda, como sigamos adelante… O lo que es peor…

Lancé mi brazo hacia atrás y agarré a Jeremiah por la chupa, tirando de él para que me siguiera y no la liara, dispuesta a escondernos para ver si con suerte aquellos tipos se quitaban solos de nuestro camino.

Lo primero que haré después de esto será divertirme con ese japo, luego volveré a casa con mi padre y después de eso cotillearé con Zoe en la cama.

Sí.

Me parece un buen plan.

Regreso mis ojos al campamento, todo está en silencio, camino lo más despacio posible encontrando el punto exacto desde donde cubrir las espaldas de Claine. No parece suceder nada, de hecho empiezo a sentir que algo no va bien, especialmente cuando miro hacia la zona de las cabañas. La opresión en el pecho y el picor que siento en la punta de la nariz no me gustan nada.

Mi frente se arruga preocupada por aquella interrupción de la zona, ni siquiera noto las palabras inicial del theurge, veo su cara, el gesto que lleva es raro y aún así simplemente no puedo entenderlo. Asumiré que ha sentido lo mismo que yo, especialmente por las palabras que me dice.

- Pues esto lleva gato encerrado Claine, por algo la rubita inglesa snob apretó el trasero y no siguió mirando... pero a veces hay que arriesgarse -de solo pensarlo siento un subidón de éxtasis dentro de mi cuerpo y me emociona la idea- Tampoco sabemos a ciencia cierta, si el tipo de los fuegos aparecerá- y era cierto, antes de venir aquí no lo teníamos en claro ¿porqué habríamos de confiar en ello ahora?- El estilo Bastard me gusta -admito irguiéndome desde donde estoy, con una sonrisilla juguetona, llevando además, las manos sobre las caderas- pero ¿ya nos distribuimos los roles, no? Pues, si no podemos operar desde la umbra, digo que nos aventuremos en sigilo por aquí- pronto, por favor- y si se arma, nos encargamos de reventar todo lo que se vea. Entre nosotros, me llama más caerles desde la espalda y sorprenderlos, podemos movernos entre las zonas grises -me acerco a a él y lo tomo del hombro- fluir y actuar como fluye el Kaos a través de las cosas -le digo mirándolo a los ojos, del roce de mis manos quiero que sienta el poder de la vida y creación*.

La vamos a necesitar.

- Inspeccionemos la cabaña, un parpadeo de luces podría funcionar, movámonos al siguiente punto si la presencia de nuestro objetivo es negativa en ese lugar- la misma brisa y el sentir me ha colmado la mente de mayor claridad de pensamiento, aunque también el incremento de la necesidad de aventurarme entre el territorio garou.

Mierda pensó, mientras empuñaba el cuchillo por las dudas. Luego sintió el tirón de Zoe para volver a parapetarse y ver que tenían en mente estos tíos, una vez a cubierto cerró los ojos por unos segundos intentado usar uno de sus dones pero nuevamente fue imposible. Que estaba pasando, la vejez o el día de mierda, seguramente habían sido los japos con esa carne de mierda… si eso era. Negó con la cabeza e incluso casi dejo escapar un gruñido.

El cuerpo grande del fenris nuevamente la volvió a cagar pisando los mismos guijarros u otros que estaban por ahí, sabía bien que no había sido buena idea ir con los japos y aceptar esta *misión* ese lugar de mierda le había dado mala suerte, no era que fuera supersticioso pero no se alejaba mucho de eso, el lugar donde habían tenido la reunión desde el primer momento de entrar le había causado una sensación rara.

Zoe es la primera en darse cuenta del peligro, e inmediatamente se dispone a agazaparse, dando a Jeremiah un golpe para alertarle. Scar también se queda quieta, detrás de vosotros. Con un poco de suerte, las propias luces del campamento desdibujarán vuestras siluetas. Una luz delante, ciega, una detrás ilumina y una encima crea juegos de sombras. Todo es una cuestión de perspectiva. Por supuesto, para una Roehuesos acostumbrada a la calle, es fácil encontrar un punto en el que pasar desapercibida. No es tan fácil para el guerrero Fenrir y la orgullosa Señora de la Sombra. No consiguen más que parecer culpables mirando a los lados en busca de un lugar en el que resguardarse. Entonces, se escuchan voces.

- Eh, ¿quién está ahí?

- ¡No os mováis o disparamos cabrones!