Partida Rol por web

-Que te jodan, enano. ¿No ves que estoy ocupada? Id vosotros a buscar a la vieja de los cojones, que ahora mismo yo no puedo. Además, tal y como andas os podré seguir el rastro aunque saliese un año después que vosotros.

- Si eso, tu quédate aquí con los niños humanos, mientras los demás rastreamos, total para una cosa que vales y te escaqueas de hacerla...... - luego dirigiéndose al capitán - ¿Tenéis algún rastreador que pueda indicarnos el camino?

Ionor perdió totalmente los papeles. Vale que un humano le tocase las narices de vez en cuando, pero que lo hiciese un enano...

Con total tranquilidad dejó al niño en el suelo y se encaminó hacia el enano, que estaba de espaldas a ella (pobre inconsciente, no sabe a que se le va a venir encima). Cuando llegó a su altura, le tocó en el hombro y esperó a que se girase. Cuando volteó la cara, le golpeó con el puño cerrado y toda su mala leche puesta en él.

-Estúpido hijo de puta, no creas que por salvarme una vez la vida tienes carta blanca. Si tu eres una jodida nulidad en estos temas, jódete y mantente en silencio. Por tanto, ¡CÁLLATE!

La elfa estaba roja de rabia. Si ese enano abría la boca, pensaba clavarle la daga hasta la empuñadura en pleno pecho. Basta ya de que la tomasen por gilipollas sólo por ser mujer.

Al ver de lejos el color que estaba tomando el diálogo entre la elfa y el enano, Cahir corrió con su cacito de leche a buscar a Weber. Se lo encontró no muy lejos de allí, absorto en sus pensamientos mascando hoja de alguna planta relajante.

- Weber, ven, por favor, la elfa y el enano están enzarzados en combate. Creo que en este sitio pasan cosas muy extrañas. Quizá hayan sido dominados por un poder que desconocemos.

Ungrim esquiva habilmente el puñetazo de la elfa y como de la nada sus armas aparecen en sus manos listas para ser usadas. Más por instinto que por sensación de peligro Ungrim levanta su mangual y hace girar la cadena. A medio giro se da cuenta de que todo el mundo los mira y baja el arma.

- Estupida elfa insolente, ten cuidado con lo que juegas porque puedes morir sin querer. Y ahora espavila si quieres venir con nosotros a rastrear o da igual, haz lo que quieras.

-Mejor que te cuides tú. Nunca sabes cuando muerdes más de lo que puedes tragar.

Pivotando sobre su pie, la elfa se marchó hacia los niños con toda la dignidad posible, y temblando de furia.

Escoria enana, deberíamos raparos las barbas a todos.

Ummm morder....

- Hablando de todo un poco - dice Ungrim dándose la vuelta en dirección a los humanos - ¿aqui cuando se desayuna?