Partida Rol por web

Escucho perplejo las explicaciones que nos da el androide, sin ser capaz de entender cómo es posible que la colonia lleve aquí treinta años, casi la misma edad que tengo yo, y no se haya topado con todo esto.

Cuando me asomo a la abertura que da al sótano, las cifras de seres vivos aportadas por el robot cobran sentido inmediatamente. Incontables formas ovoides yacen bajo una capa de luz azulada, parecida a un campo de fuerza, preservándolos del ambiente. Estoy a punto de preguntar qué son esas cosas cuando oímos los pasos del segundo A-17. Annalee y yo corremos a escondernos en la inmensa bodega de la nave, dejando al androide pirateado para que se deshaga del otro.

Mientras bajamos por las escaleras, la sensación de amenaza y presagio se va apoderando de mí. Hay algo siniestro en todo esto, lo sé, con la misma facilidad con la que, cuando estuve viviendo en la Tierra, al despertar por la mañana, sabía que ya era de día antes incluso de abrir los ojos. Nos estamos acercando a un peligro mortal. Debemos tener mucho cuidado.

Y de repente, el rostro de mi abuelo Amar, que solo he visto en fotografías de informes de su desaparición, aparece en mi mente. Parece como si quisiera decirme algo.

—Annalee… —se me ocurre de repente, mientras observo esos huevos de aspecto viscoso que aguardan bajo la luz azul—. Por casualidad, ¿tienes alguna constancia de que, hace cincuenta y siete años, la USCSS Nostromo aterrizase en LV-426?

Call parecía bastante impresionada por el hecho de estar investigando todo esto. Al fin y al cabo ella era Ingeniera y esta nave era impresionante.

Te miro cuando la hiciste la pregunta.

¿La Nostromo? Ni idea no me suena la nave la verdad. Hace cincuenta y siete años este planeta no estaba en las principales rutas por lo que dudo mucho que alguna nave fuera aquí. Es mas que yo sepa la primera nave en llegar aqui fue la Anisidora hace unos cuarenta años. Se que transmitio su datos a la Sevastopol una estacion de espacio Profundo que fue cerrada. Y luego unos diez años despues se decidio colonizar Lv427.

Call bajo y fue caminando entre los huevos.

Parecen como huevos. ¿No? De pronto un se abrio lentamente.

Call se asomo con la pistola preparada.

Quedate atras Faisal.

Pero no fue mas rapida que esa cosa. Un cuerpo parecido al de una araña con cola salio disparada aderiondese a su cara. Call cayo al suelo desmayada pero viva...

—¡Hostia puta…! —exclamo cuando uno de los huevos se abre, y de su interior salta la criatura más extraña que haya visto en mi vida, agarrándose al rostro de Call. Annalee pierde el equilibrio y cae al suelo, inmóvil—. ¡Annalee! ¡Annalee…!

Annalee no responde. Sea lo que sea lo que le haya hecho ese bicho, la ha dejado inconsciente. Me arrodillo junto a ella e intento agarrar a esa cosa por lo que parece ser su cola, con la que aprisiona el cuello de mi compañera, pero al hacerlo, el parásito enrosca su apéndice todavía más fuerte en torno a la garganta de la mujer, amenazando con estrangularla.

—¡Joder! —Suelto al ser de inmediato. ¿Qué coño es esto? ¿Qué le está haciendo? Veo subir y bajar el pecho de Call, por lo que sé que sigue viva. Necesito llevarla a la colonia de inmediato, pero, ¿cómo? Aunque pudiera cogerla en brazos y llevarla de vuelta al vehículo, este no tenía combustible. Todo parece indicar que me he quedado atrapado en una nave oscura y acojonante junto a cuatro mil arañas parasitarias metidas en huevos y ninguna manera de volver. Lo primero que hago es arrastrar a Annalee fuera del campo de neblina azulada. Lo último que queremos es despertar más de esas cosas. «¡Mierda! ¿Qué vamos a hacer ahora? ¿Vamos a morirnos aquí?». Intento pensar, pero no se me ocurre ninguna solución a nuestra solución.

A no ser…

Vuelvo a tomar mi dispositivo de manipulación de señales. Con la más que incierta esperanza de que el androide al que he pirateado haya derrotado al otro, y rezando por que disponga de un sistema de comunicación remota por radio, introduzco en el dispositivo la orden para hacerlo venir hasta donde estamos.

«Calvito, date prisa, por favor…».

A los pocos minutos llega el Sintetico que esperas que fuera el que habias pirateado.

Ordenes.

—A-17 —empiezo, visiblemente alterado, mientras sigo arrodillado junto al cuerpo inmóvil de Call—, ¿estás equipado con un sistema de radio? Si es así, necesito que me pongas en contacto con cualquiera que pueda oírme. ¿Puedes comunicarme con Hadley’s Hope?

Mientras interrogo al androide, intento mantener el control de mí mismo. Voy a necesitar mis cinco sentidos si quiero salir de aquí…

Desde esta posicion no puedo. La nave bloquea las señales de radio que esten a mas de cinco kilometros. 

—De acuerdo —prosigo, momentáneamente animado—, entonces acompáñame al exterior. Nos alejaremos a cinco kilómetros de aquí para llevar a cabo la transmisión. —Y luego, pensando que el androide es mucho más fuerte que yo, añado—: Por favor, carga en brazos a la doctora Annalee Call.

Dicho y hecho: los tres salimos de la nave y nos enfrentamos con el rugiente viento que azota Acheron. Calculo que caminar cinco kilómetros por esta accidentada superficie nos llevará más de una hora, pero no veo alternativa. Además, ya me da igual toparme con militares desconocidos o con lo que sea. Cualquier cosa será preferible al horror que acabo de presenciar en el interior de esa maldita nave.

«Por favor, Call, aguanta…».

El sintético cargo sin problemas con el cuerpo inerte de Call. Ademas estimo que no era necesario recorrer tanta distancia por lo que a los veinte minutos estaba listo para mandar el mensaje..

Miro el número de registro de Call inscrito en su mono.

SOS Aquí Alfa Kilo 09 , necesitamos ayuda es urgente. SOS Aquí Alfa Kilo 09 , necesitamos ayuda es urgente. SOS Aquí Alfa Kilo 09 , necesitamos ayuda es urgente. SOS Aquí Alfa Kilo 09 , necesitamos ayuda es urgente.

A los pocos segundos sonó una voz de mujer.

Alfa Kilo 09. Le recibimos. Enviamos ayuda inmediata aguanten.

El sintetico te miro.

calculo que tarden unas dos horas en llegar. El tiempo de reaccion de la colonia no es bueno.

—¿Dos horas? —exclamo, intentando hacerme oír entre el vendaval. Joder, en ese tiempo el viento puede habernos triturado la ropa y arrancado la piel a tiras—. Pues tenemos que buscar un lugar donde refugiarnos. —Por un momento, me viene a la mente la posibilidad de volver a la nave, pero ni en sueños voy a regresar ahí. En cambio, el vehículo en el que llegamos Call y yo hace un rato se me antoja una posibilidad mucho más acogedora—. Sígueme, A-17. Mi vehículo no está demasiado lejos de aquí.

Echo a andar entre las formaciones rocosas de la superficie del planeta. De vez en cuando mis pies arrancan alguna piedra suelta y la hacen rodar, pero es tal la fuerza del viento que ni siquiera oigo el ruido de los pequeños desprendimientos.

Al cabo de un rato no muy largo, llegamos al lugar donde Annalee y yo dejamos el vehículo. Aprieto el paso y abro una de las puertas, permitiendo que A-17 coloque a Annalee en un asiento. Indico al androide que entre en el vehículo, y yo me deslizo a su interior inmediatamente después, cerrando la puerta y resguardándonos del frío.

—A-17, avísame cuando el equipo de rescate esté a punto de llegar, para que volvamos al punto de encuentro.

Cierro los ojos y trato de descansar un poco. Ya solo queda esperar dos horas.

Pero, ¿quién sabotearía nuestro vehículo? Los únicos que sabían que íbamos a salir eran Harker y Nasim. Todo me parece muy casual…

Os dirigisteis hacia tu vehiculo y os dispusisteis a esperar ahi. Por fortuna el tiempo no era muy malo.

Aunque el hecho de ver como Call tenia eso pegado y el hecho de que tenias un Androide que habia intentado mataros no ayudaba demasiado a tu tranquilidad.

El viaje por el planeta siempre era aprensivo . Con ese clima y paisajes tan hostiles a la vista y al cuerpo. Pero teniais un mision que cumplir. Habia vidas en juego de vuestros compañeros. No sabiais sus estado y teniais que actuar deprisa.

El viaje duro 40 minutos. Pero no estabais preparados para lo que os ibas a encontrar alli.

Cuando os estabais acercando a la señal y faltaban poco mas de cinco kilometros lo visteis. Algo que nunca habiais visto ni esperariais ver. 

Esa cosa con forma de herradura era una nave. O parecia una nave. Lo que estaba claro es que no era humano.

Al seguir visteis un vehiculo de la colonia parado justo al lado.

Al acercaros mas visteis como el Ingeniero Haddad. Os hacia señas con una linterna.

Después de un rato que se me hace eterno en el que, preocupado por el estado de mi compañera, apenas puedo pegar ojo, el equipo de rescate llega al fin. Las luces del vehículo en el que van asoman desde detrás de un promontorio rocoso, anunciando su proximidad. Invadido por la ansiedad, rebusco entre el equipo de supervivencia hasta encontrar una linterna. A continuación, abro la puerta de mi propio vehículo averiado y salgo a la intemperie, lanzando señales de luz a los recién llegados, con la esperanza de que así les resulte más fácil vernos.

Mientras agito el haz de la linterna de un lado a otro, encendiéndolo y apagándolo de manera intermitente, solo puedo pensar una cosa:

«Espero que no sea demasiado tarde para Call…».

Nasim condujo a través de la desolación azul como si fuera un autómata. Ese era su mecanismo de defensa cuando los problemas y su impotencia para resolverlos comenzaban a abrumarlo.

Hasta hace poco tenía una ilusión, un trabajo decente en una prestigiosa megacorporación, la posibilidad de resumir sus estudios en ingeniería mecánica y finalmente ser parte de un proyecto apasionante. Todo eso se había derrumbado en las últimas 24 horas, y el indio ya podía adivinar en su horizonte esa angustiante sensación de tener que empezar todo desde cero, revolviendo entre los escombros con un colador deshecho y oxidado.

Renunciaría a su puesto, dejaría atrás la colonia y volvería a su patria. Era difícil de asimilar, pero ya estaba decidido. Su única condición antes de partir: Ayudar a la doctora Salazar con sus demonios. Él mismo había huído de ellos en el pasado. Pero al final siempre encontraban su camino de regreso, era imposible correr por siempre.

- Estamos en la zona. Compuertas desbloqueadas, prepárense para descender...

Eso fue lo que se escuchó decir a través del comunicador una vez que despertó de su estado de hibernación. ¿Cuánto tiempo había pasado desde que salió del garaje junto a María y los soldados? Una hora, tal vez un poco más. Ya no importaba, por alguna razón estaba sonriendo. Al bajar a tierra supo la respuesta: Una nave gigante con forma de herradura. Había algo tan aterrador sobre ese artefacto, y tan precioso a la vez...

- Señor Haddad ¿Qué... qué cláse de máquina es esa? - Preguntó fascinado, sin quitar sus ojos de la maravilla alienígena. Cargaba sobre el hombro el kit de medicina de María, y tardó unos cuantos segundos en volver a mentalizarse en su misión original, que era asistir a los miembros de la expedición.  

- Ahm, disculpe. ¿Hay algún herido? La doctora Salazar se encargará de eso.

Mara estaba en Shock con lo que estaba viendo.

No puede ser... dijo en un susurro. Yo ya habia visto esto antes...

El vehiculo se detuvo y bajo con el resto deprisa para atender la posible urgencia.

Cuando Nassin pregunto por los heridos Salazar se adelanto.

Si es cierto. ¿Que a ocurrido?

—¡Al fin habéis llegado! —exclamo, en ver que el equipo de rescate se aproxima. De entre ellos, únicamente reconozco a Nasim, el mecánico indio al que conocí ayer—. Creía que íbamos a morir aquí… Sea lo que sea que hayáis venido a hacer, es mejor dar la vuelta e irnos. Esa cosa de ahí es una nave. Una nave de origen alienígena —explico mientras señalo con el dedo la inmensa estructura que parece colgar sobre nosotros—, y no está vacía. En su interior hay almacenados casi cuatro mil huevos que…

Sacudo la cabeza. La situación me supera, y no soy capaz de mantener una línea de discurso coherente. Me tomo unos segundos para organizar mis ideas.

—La doctora Annalee Call y yo hemos llegado hace unas horas, tratando de localizar una comunicación que parecía de socorro. En el camino, descubrimos una retransmisión de un grupo militar desconocido, desplegado en Acheron, cuyo objetivo parecía ser la colonia, aunque no estoy seguro. Intentamos regresar a Hadley’s Hope, pero el coche se nos quedó parado. Fue entonces cuando nos dimos cuenta de que alguien había saboteado el depósito de combustible de nuestro vehículo. —Aunque intento evitarlo a toda costa, mis ojos caen durante un momento sobre Nasim—. Quisimos escondernos de los soldados que se acercaban, y fue cuando encontramos esta cosa, esta… nave. En su interior había androides de la Compañía, lo que quiere decir que Weyland-Yutani sabe desde hace tiempo que eso está aquí, y se lo ha ocultado deliberadamente al personal de la colonia. Todo esto que os estoy diciendo es un hecho, no son conjeturas mías. Pero ahora no puedo detenerme a explicaros cómo lo sé. Call necesita ayuda.

Acompaño a los recién llegados a lo largo del corto trayecto que nos separa de mi vehículo averiado. Mientras tanto, prosigo con mi narración:

—Logré piratear a uno de los androides para que nos ayudase. Está dentro del coche. Pero otro estuvo a punto de descubrirnos, y Call y yo nos tuvimos que esconder en las bodegas. Ahí fue donde los vimos. Miles de huevos de… —hago un gesto con ambas manos, como sujetando un objeto de alrededor de un metro—... este tamaño. Y de repente, uno de ellos se abrió y…

No termino mi frase. Abro la puerta del vehículo. En el interior, mis acompañantes pueden ver, en uno de los asientos, un androide de rasgos esquemáticos y anodinos, piel blanca y textura parecida al látex, vestido con una cazadora con el logo de la Compañía. En el otro asiento está recostada una mujer, con una extraña criatura parasitaria similar a una araña, o tal vez un cangrejo, adherida al rostro. Un largo apéndice a modo de cola constriñe el cuello de la víctima. Me rasco la cabeza, confuso y aturdido.

—Por favor, necesita ayuda. Y… Tenemos que informar a Hadley’s Hope de lo que oculta la Compañía. ¡Toda la colonia está en peligro!

Cuando nos acercamos a la señal veo por la ventana del vehículo algo que me deja helado, una especie de "nave" con forma de herradura, estrellada en el suelo, cuyo diseño no habia visto en mi vida.
-¡Qué coño es eso! he visitado muchos mundos, pero nunca habia visto nada como eso-digo mientras miro la estructura con detalle y al acercarnos más veo a una persona agitando una linterna, llamando nuestra atención-esto no pinta bien-pienso mientras paramos a su lado y bajamos del vehículo.

Escucho atentamente las palabras de Faisal, quedándome pensativo cuando oigo lo del sabotaje y el grupo militar, el rollo de los huevos me lo creo menos-a este tio se le ha cocido la neurona de estar tanto tiempo en esta roca-pienso, pero al abrir la puerta de su vehículo la frase pierde toda su gracia.

El parásito pegado a la cara de la mujer, se mueve palpitando y tiene una especie de tentáculo que le oprime el cuello.

-¡Pero qué cojones es ese bicho!-exclamo sin dar crédito a lo que veo, mirando al resto, silencio sepulcral, así que rápidamente aclaro la mente y me pongo en marcha.

-Banks échame una mano con la paciente, doctora controle sus constantes y Faisal, Nasim, recoged lo que necesitéis y nos largamos de aquí echando leches, esta mujer necesita atención especializada ya, cuando lleguemos a la colonia hablaremos con el Centro de Control-

Dicho esto, si nadie pone objeción nos ponemos en marcha.

Asiento enérgicamente al oír las instrucciones del marine cuyo nombre aún desconozco. Tener cerca a una persona con experiencia en situaciones críticas resulta reconfortante. Sin mediar palabra, tecleo en mi dispositivo de interceptación de señales una serie de órdenes para indicar al androide A-17 que se mueva, haciendo que se desplace al vehículo que acaba de llegar, pues nunca se sabe cuándo puede volver a ser necesario. Al mismo tiempo, recupero la mochila de emergencia y todos los elementos que podamos necesitar en nuestra travesía.

Espero que Annalee se ponga bien, y que los doctores de la colonia puedan quitarle esa cosa de la cara. ¿Qué coño está pasando aquí? Si la Compañía sabía que este sitio existía, ¿por qué no informó a la colonia? Y, ¿qué ha sido de los colonos desaparecidos que no aparecen en ningún registro de Weyland-Yutani?

¿Qué le pasó a mi abuelo?

Todas estas son las preguntas que bullen en mi cerebro cuando subo al vehículo de rescate…

El Androide del que hablo Haddad salio del vehiculo

Pudisteis ver como la Ingeniera Call tenia esa cosa en su cara . Por ahora parecia estar vivia y respirando

La Doctora Salazar se quedo unos segundos congelada sin saber que hacer. hasta que se puso en marcha.

Dios mio. ¿Pero que es eso? Parece una especie de araña. Puede que un organismo simbionte. Tenemos que llevarla a la Colonia cuanto antes.

El indio escuchó con atención el relato de Faisal Haddad, pero por algún motivo no pareció perturbarse demasiado, ni siquiera en la parte que mencionaba a la araña abrazadora de rostros. Tampoco se tomó el tiempo de ver con sus propios ojos a la víctima, sino que volvió directamente a la cabina de mando y se preparó para salir cuanto antes.

- ¡Argh, gandagee se kamabakht tukadaa! - Maldijo en su lengua, mientras los demás abordaban el vehículo y los motores ya se alistaban para la carrera contra reloj por la vida de Annalee Call.

- ¡Aférrense bien, pienso romper un récord con esta cafetera!