Partida Rol por web

¿Que error he cometido?, ¿que he hecho mal?. El dolor me acompaña desde que llegué a Barovia, ¿que puede ser peor que eso? 

La Tejedora rió, como si estuviera deleitándose en la confusión de la hechicera.

-¿Qué dolor, pequeña mía? En aquella ocasión sentiste miedo. Puro. Genuino pánico de morir. Mas Stradh resultó al final un esclavo de su propia debilidad. Su inmortalidad tornó su existencia en una lamentación continua, carente de objetivo, más allá de alimentar su propia obsesión. Cada ser en este mundo tiene una vulnerabilidad... Y mi especialidad es disfrutar encontrándolas...-, dijo con un tono malicioso y sibilino.

-Tu error tendrá una consecuencia inesperada, querida-. Su voz cambió a un susurro que, aun siendo aterciopelado, resultó escalofriante. -Lo que no te mata, te hace más fuerte...

No pareció dispuesta a compartir más información al respecto, lo que plantó en Mikeala la semilla de la inquietud.

¿Entonces quién está detrás de esto es quien tiene la corona?. Y si contempla la posibilidad de que sobreviva me conoce, es alguien de Pallisade. ¿Que debo hacer con el?

-¿Qué se debe hacer con el enemigo, Mikeala? Para hallar las respuestas adecuadas deben hacerse las preguntas correctas. Tu enemigo se alzará con el poder en Pallisade gracias a una brillante jugada. O quizás debiera decir... Una brillante jugada si no te hubiese subestimado. Al final, Stedman estaba en lo cierto. Alejarte de Pallisade fue su mayor acierto... Ahora depende de ti que su "sacrificio" sirva de algo en este juego de poder.

Sus dedos juguetearon con su cabello azabache mientras sus labios descubrían una sonrisa de nácar.

-El pasado es muy sencillo de ver. El futuro, en cambio, es cambiante e impredecible. Una madeja en la que manan indómitos los ríos de las posibilidades. De todas ellas. Hasta las imposibles. Tu función en este escenario es simple. Debes triunfar. A toda costa. A cualquier precio. Tu adversario está dispuesto a ello por alzarse victorioso. ¿Y tú? ¿Lo harás cuando llegue el momento?

De nuevo, sus labios acentuaron la sonrisa, afilándola como la punta de una daga justo antes de hundirse en el costado.

-Estoy deseando averiguarlo.

-Puedo hacer lo que me pides, pero no me estás dando nada. Solo mensajes crípticos y misterios incomprensibles. ¡Dame algo que pueda usar!, Mikeala alzó la voz, y luego reconoció su insolencia. Miró al piso y esperó que la tejedora no se enfureciera

La Tejedora frunció ligeramente el ceño, disgustada.

-No tengo por qué darte nada, Mikeala. Recuérdalo bien. Puede que la próxima vez tu cuello no resista tu impertinencia-, dijo relajando el rostro y recuperando su sonrisa cruel.

-Además, ahora dispones de una diadema que realza tu intelecto... Haz buen uso de ella. Cuando llegue el momento, sabrás qué hacer. Recuerda: debes rescatar a Megania a toda costa. No regreses a Pallisade mientras tanto. Tres posibles aliados aguardan. Tienes muchos recursos a tu disposición. Todos ellos prescindibles. Úsalos sabiamente. Estaré observando...

La negrura empezó a envolver a la mujer que servía de avatar a La Tejedora. Antes de que la oscuridad la devorase por completo y dejase a la hechicera en la más absoluta soledad, sus ojos verdes permanecieron observando rodeados de las tinieblas más absolutas.

Bastó un parpadeo para que Mikeala regresase del trance.

Efrain escuchó la opinión de la experta sobre la mejor forma de llegar.

- Estoy de acuerdo contigo en que una guerra abierta con unos gigantes de escarcha no es el mejor modo de rescatar a una princesa con vida. Además, tampoco sabemos qué sorpresas nos han dejado en esas cuevas aunque las conozcas: quienquiera que haya praparado esto ya sabía de antemano que contaríamos con tu ayuda… No lo veo para nada seguro, no.

A continuación, la pareja de oro se animó a ayudarlos a decidir y el caballero no pudo hacer más que poner cara de circunstancias. Con todo, era una buena forma de exponer las opciones que tenían.

Un momento, ¿por qué de repente le parecían todos los nombres de las opciones propuestas nombres de películas? Y, ya puestos, ¿qué demonios es una película?

- Pues… Por los nombres que les has puesto no me gusta ninguna opción, la verdad- respondió a Zev.- Viaje al centro de la tierra me suena a misión suicida enana, límite vertical me hace pensar en condiciones duras, mucho frío y un rápido pero duro final, y salto al vacío no augura buenos aterrizajes.

>> En cualquier caso, e independientemente del nombre, esas son las opciones si no queremos iniciar una guerra abierta con los gigantes.- Miró a Bam Bam.- Y no, no queremos eso, aunque será imposible que evitemos completamente tu gran batalla final, coloso. El caso es que, como decía antes, las cuevas ya no son seguras: nuestro enemigo nos ha preparado algo y sabe que tenemos a una rastreadora nativa con nosotros.

>> Escalar la montaña, con este frío y sin equipo especial me parece una locura, especialmente contando con que tenemos transporte volador.

>> Por tanto, la mejor opción para todos es dejarnos caer desde el cielo sobre la fortaleza y colarnos sin ser vistos. Podemos intentar ver antes la fortaleza desde la distancia con un catalejo y hacernos una idea de la mejor forma de entrar…

Mikeala volvió en sí con una fuerte inspiración seguida de mucha tos. Un liquido negruzco brotó de sus pulmones, consecuencias conocidas de entrar en los dominios de la Tejedora.

No dejaba de repasar todo lo que le había dicho su patrona. Trató de levantarse, con mucha dificultad porque todavia estaba mareada.

"El salón de guerra", pensó, "Debo averiguar que han planeado"

 Dando tumbos por los pasillos de la serindipia, logró llegar hasta la puerta y la abrió estruendosamente de par en par

Por alguna razón la conversación estaba girando a un rumbo donde la opción sigilosa era la que predominaba. Pero todo el mundo sabía que el sigilo era de débiles y de pícaros con un +99 a ataque por la espalda. Aunque ella no comprendía muy bien todo eso de los más y los números tan raros. En cualquier caso dio un puñetazo a la mesa para hacerse notar.

-¡Suficiente sigilo y silencio tengo ya en el monasterio!-

Mentira, ese lugar era un manicomio camuflado.

-¡Si tenemos cañones es para ir abajo, metérselos por el culo a esos hijos de perra y hacerlos tronar como si tuviesen una diarrea hasta que escupan las tripas!-

De nuevo daba una idea de lo más aceptable y para nada violenta. La mejor forma de evitar la guerra era acabando antes con ellos. Una mujer de paz que se dice.

De la misma forma se estaba comentando algo que hizo que la sacerdotisa se frotase la barbilla con una mirada (la cual no se percibía, para variar) que parecía no terminar de entender todo aquello. Y es que de pronto estaban hablando de escalar una montaña por la cual podían despeñarse y abrirse la cabeza.

-A ver si me queda claro... Queréis escalar una montaña. Nevada. Donde viven gigantes.-

Hizo una pequeña mueca con los labios, arqueando estos.

-Digo yo. ¿Y si en lugar de escalar una puta montaña con este frío, pillamos la nave y subimos todo lo alto que se pueda para lanzarnos de nuevo con el cacharro volador ese? ¿No llegaríamos así más rápido? Y antes que digáis "lis gigintis nis ditictin", si supuestamente somos como insectos para ellos dudo que den importancia a cuatro idiotas volando y que seguramente confundan con algún pajarraco. Eso si nos ven.-

Exponiendo esa idea miró a cada uno de los presentes a ver que opinaban.

Por una vez parecía haber tenido una idea aceptable para el resto de personas con la cabeza bien amueblada. Parecía. Porque añadió un último paso.

-Y una vez lleguemos sacamos a la princesita y les hacemos volar por los aires. De hecho... ¡Qué demonios! ¡Sobrevolemos el lugar desde el punto más alto que pueda la nave y lancemos suficientes explosivos como para que Pallisade quedase borrada del mapa! ¡Que truenen las montañas y quede todo en llamas!-

Exhalo una sonora bocanada de humo que rodea mi cabeza por un instante. Negando con la cabeza me acerco a la mesa para que todos me vean en desacuerdo con las últimas palabras pronunciadas por Celestina.

- Me parece, hermana, que menosprecias el valor de la discreción, y esa actitud puede acabar en catástrofe. Si atacamos frontalmente y luego rebuscamos en los escombros, puede que lo único que encontremos de la princesa sean sus huesos calcinados, si es que realmente se encuentra ahí. Creo que deberíamos comprobar la situacion antes de aplicar tales medidas... correctivas. Aunque estoy de acuerdo contigo en que escalar la montaña es algo absurdo teniendo en cuenta la tecnología de la que disponemos. - Quiero y espero que mis palabras relajen la belicosidad de Celeste. - Porcierto, ¿Donde esta la tal Mikeala, la noble? Deberíamos saber qué opina ella de todo esto. - Tengo la esperanza de que Mikeala aplique sosiego ante tal iniciativa.

Chafee se llevó un dedito a la sien y lo removió en círculos mirando a su colega Zevran tras las palabras de la sacerdotisa.

-Creo que le pegaban de chiquitilla con la regadera... Ahem. Yo abogo por la infiltración aérea. Ya tenemos experiencia con el invento del profesor. Seremos más difíciles de detectar. Sólo tenemos que lanzarnos al vacío cuando el viento no nos sea especialmente hostil, cosa que podremos comprobar con el Stormhunter-. Asintió mirando fijamente a su amigo alienígena, que anotó en la pizarra un "2" tras palmear la mano de su compinche.

-Respecto del bombardeo... Ahem. Pienso que es una locura. Si sus palabras se acercan a la realidad en un 50%, y lo cierto es que la creo, me parece a mí que para declarar la guerra a un clan gigante somos demasiado pocos.

-Y una vez lleguemos sacamos a la princesita y les hacemos volar por los aires. De hecho... ¡Qué demonios! ¡Sobrevolemos el lugar desde el punto más alto que pueda la nave y lancemos suficientes explosivos como para que Pallisade quedase borrada del mapa! ¡Que truenen las montañas y quede todo en llamas!-

Bam Bam mantenía su silencio, pero las palabras de Celestina parecieron satisfacerle enormemente. Sus ojos del color del ámbar se posaron en la sacerdotisa y parecieron brillar como dos esferas llameantes imaginando el enorme fuego que acompañaría su gesta en presencia de aquella clériga.

Donde unos veían locura en las palabras de Celestina, él contemplaba la pureza de la destrucción, la quintaesencia de la devastación. Todos parecían ignorar la gloriosa aniquilación que presagiaba aquella mujer de cabello ceniciento y rostro oculto tras la siniestra máscara.

Todos... menos él.

-ABOGO POR EL SALTO AL VACÍO. BAHAMUT DICE... LA MEJOR FORMA DE DESTRIPAR A TU ENEMIGO ES DESDE EL INTERIOR DE SU ESTÓMAGO...

¿Críptico de un modo inquietante? Siempre.

¿Se le entendía a la perfección? Siempre.

La pizarra del Salón de Guerra mostraba tres posibles opciones para afrontar la misión de rescate, la opción "Salto al vacío" contaba con cuatro palitos. Zevran había anotado apresuradamente una cuarta opción en honor a Celestina que rezaba "Desatar Apocalipsis Now" y había marcado otro palito seguido de múltiples dibujos de explosiones.

Así las cosas, la situación era:

Infiltración con salto desde la Serendipia - 4

Escalada de la montaña - 0

Exploración de las cuevas - 0

Apocalipsis Now - 1

En ese momento, entró Lady Edevane, algo más pálida de lo normal. No parecía haberse percatado de que sangraba por la nariz. 

Mikeala entró a la habitación dando un portazo e interrumpiendo toda conversación.

Caminó a travéz de la sala dando tumbos y apoyándose en todo lo que tenía a mano para mantenerse en pié. Cuando llegó a una silla se sentó y se percató como una gota de sangre caía de su nariz y manchaba la madera.

-Veo que ya mi voto es irrelevante- dijo con la voz cortada y tosiendo entre las palabras. Realmente se la notaba muy maltrecha-Pero la información que tengo no lo es.
-Megania está viva, y efectivamente secuestrada. No se quien es el perpetrador, pero es lo suficientemente hábil para asesinar a Stedman. Nada es lo que parece, quienes parezcan enemigos pueden ser aliados. Es necesario preguntar antes de disparar - Miro a Celestina, y a Zev, pero sobre todo a Celestina.

La tos se hizo más fuerte y un líquido negruzco brotó de sus pulmones y se desparramó sobre la mesa.

-Eso es todo lo que pude averiguar, ¿uds que han hablado?.

-Más vale cuerpo quemado que ciento volando. O algo así.-

Respondió al bardo cuando este cuestionó su idea sobre dejar caer el apocalipsis en aquellas montañas. De hecho al ver como habían quedado repartidos los puntos en la pizarra se pudo ver que no terminaba de estar totalmente de acuerdo con aquello, aunque si ese era el resultado final tendría que adaptarse.

Pese a aquello, tal vez por azares del destino, apareció Mikeala dando más tumbos que ella después de varias botellas entre pecho y espalda así como un rastro de sangre en su nariz. -Espero que no haya estado recorriendo el camino de los polvos nasales mágicos. -Pensó recordando en como Hamleen había terminado alguna que otra vez así en una de sus magicofestividades de antaño.

Por otro lado, al escuchar aquella nueva información, se acercó a la pizarra para modificar un poco las opciones.

Infiltración con salto desde la Serendipia - 4

Escalada de la montaña - 0

Exploración de las cuevas - 0

Apocalipsis Now - 1

También vio como su compañera tosía algo bastante desagradable sobre la mesa lo cual si la alarmó un poco más. Estaba claro que la adicción a las drogas había elegido a una nueva portadora.

-¿Tú... Tú estás bien? Que no estoy diciendo que no lo estés, pero esa cosa no parece salir de un cuerpo muy sano que digamos. ¿Necesitas una cura o tal vez algo de alcohol para matar cualquier bicho que haya dentro?-

Y con aquellas palabras alzó una mano con la que supuestamente ofrecía su magia curativa y otra con una botella por si quería un trago.

Dejando aquello a un lado resultaba que ahora Stedman estaba muerto. ¿Podía un autómata morir realmente? La verdad es que ella de ciencia ni idea, para eso ya estaba el loco barbudo con aquel traje de baño. Lo que si estaba claro es que tenían un problema ahora que el contratista estaba muerto.

-Que Stedman haya estirado la pata va a ser problemático... ¿Quién nos da la paga y a quien pateo el trasero de hojalata al volver?-

Fianlmente se fijó en como la miró tras decir lo de preguntar antes de disparar.

-Espero que esa mirada sea porque sabes que a la mínima hago estallar en llamas a alguien y no por otra cosa.-

Una cosa es que se le fuese la pinza y otra que fuese una enemiga. Al menos no de esos tres. Del resto ya según se comportasen.

-¿Tú... Tú estás bien? Que no estoy diciendo que no lo estés, pero esa cosa no parece salir de un cuerpo muy sano que digamos. ¿Necesitas una cura o tal vez algo de alcohol para matar cualquier bicho que haya dentro?-

-La magia poderosa tiene consecuencias desagradables. Es como un maldito recordatorio de que no podemos usarla todo el tiempo- Respondió Mikeala a las preocupaciones de su amiga y luego de dudarlo unos segundos, le arrebató la botella de la mano y empinó el codo con decisión. 

-Espero que esa mirada sea porque sabes que a la mínima hago estallar en llamas a alguien y no por otra cosa.-

-Arrgg-carraspeó por el ardor de la Bebida- Por lo primero Celestina, necesito que no hagas estallar nada hasta que yo hable con la potencial víctima y te dé el visto bueno. ¿Sería posible que me lo prometas? 

Las condiciones en las que aparece Mikeala y la información que proporciona me deja completamente anonadado al principio. Su intercambio de palabras con Celestina me tranquiliza pues veo que esta en mi línea de pensamiento, más conociendo las novedades. Pero me escama muchísimo. ¿Que coño está pasando con ella? Miro a los integrantes del equipo, la verdad es que no me interesa demasiado interrogarla con todos ellos enfrente, pero la fuente de esas informaciones es demasiado sospechosa y quiero saber cómo las ha obtenido. 

Mientras bebe, Edevane puede sentir mis ojos clavados en su nuca a través de la sombra del ala de mi sombrero. Talvez no sea prudente pedirle un intercambio de palabras a solas ahora mismo. Miro por un momento a Efrain, para ver su reacción ante tales afirmaciones, despues observo al resto del grupo. Estoy deseoso de que la reunion termine ya para poder tener un instante de intimidad con ella.

Asintió con la cabeza al ver que Mikeala optaba por la elección más óptima y sabia, la botella. No obstante las palabras que prosiguieron con aquella petición hicieron que la madre superiora llevase su diestra al pecho junto a una expresión que mezclaba indignación y horror.

-¿Q-Q-Que no haga e-estallar nada?-

Preguntó poco antes de que comenzase a hiperventilar como si le acabasen de dar la peor de las noticias. Y es que realmente se podía considerar así. No fire no game.

Con dificultad comenzó a moverse hacia donde había algunas botellas más, apoyándose en el mueble antes de tomar lo que parecía más fuerte con sus manos temblorosas. Le costó abrir la botella en cuestión, pero cuando lo logró a pesar del tembleque prácticamente engulló la mitad del contenido de una. Quedó así pues apoyada de espaldas, pensando en que había hecho mal para merecer semejante tormento como era el de no volar nada por los aires.

-A p-pesar de tu p-petición irracional... T-Trararé de concedértela e-esta vez...-

Respondió finalmente antes de dar otro trago. Si no fuese por su máscara podrían verse sus ojos moviéndose de un lado a otro con nerviosismo como si fuese la protagonista de una película de terror.

La votación estaba decidida y, por lo que se veía, todo el mundo (salvo Celestina) apostaba por el salto base.

El caballero iba a intervenir cuando en ese momento la puerta de la sala se abrió y por ella entró Mikeala con verdadero mal aspecto. No podía tratarse de un ataque a la fortaleza voladora y no parecía enferma hacía un rato en cubierta, así que solo quedaba una explicación.

…>Brujeríaaaa, síii, brujeríaaaa<…

…>Bruujaa, ella la ha llamado<…

…>La ha traído hasta aquí, síii, la tieene<…

Las voces en la cabeza de Efrain se volvieron un completo caos de repente, impidiendole incluso pensar. Fuera lo que fuera lo que estaban diciendo, era algo que realmente las perturbaba. ¿Estarían preocupadas por la salud de la noble? ¿Habrían sentido la preocupación que él mismo sentía en ese momento?… ¡Imposible! Las voces nunca habían sido buenas ni generosas con nadie, salvo con ellas mismas. Tenian miedo de algo y lo que fuera que las asustaba estaba con Lady Edevane.

Poco a poco tras la sorpresa inicial las voces se fueron apagando y permitieron al paladín centrarse en la conversación.

Aunque visiblemente tarde, Efrain reaccionó al fin y se acercó a la hechicera a prestarle su apoyo. En silencio, la ayudó a incorporarse tomándola por los hombros y le ofreció un pañuelo limpio para que se limpiara.

- Por favor que alguien le traiga agua, para beber y para refrescarse. Y acérquenle una silla para que se siente- ordenó.

- Milady, mientras nos traen todo esto ¿Puedes explicarme eso que has dicho sobre que Stedman está muerto y que nuestros enemigos son nuestros aliados?- preguntó tan intrigado como preocupado.

-A p-pesar de tu p-petición irracional... T-Trararé de concedértela e-esta vez...-

La adiccion a la bebida de Celestina había preocupado a Mikeala en el pasado, pero ahora se le sumaba la violencia. Las preocupaciones crecían en la hechicera que empezaba a temer por la cordura de su amiga. La miro en un intento de calmarla.

-No dije que no vueles nada, solo que esperes mi confirmacion antes de hacerlo-

Miró la mesa y continuó. -Como lo oyeron, Cecil Stedman está muerto, sin embargo, yo tengo un contrato escrito por él de puño y letra, con una cláusula que dice que podemos matar a cualquiera de estos ex convictos si causan problemas. !CLÁUSULA QUE ESTOY A PUNTO DE APLICAR SI EL SEÑOR BANJO NO DEJA DE MIRARME EN ESTE PRECISO INSTANTE!  

…>Brujeríaaaa, síii, brujeríaaaa<…

…>Bruujaa, ella la ha llamado<…

…>La ha traído hasta aquí, síii, la tieene<…

Por extraño que parezca, las voces esta vez también resonaron en la mente de Mikeala. Quizás los poderes que rodeaban a los héroes empezaban a conocerse, o a superponerse, pero la hechicera no tenía ni idea que era. Los rostros de sus compañeros no mostraban sorpresa, por lo que supuso que sólo ella escuchaba eso. ¿quienes eran?, ¿se referían a ella?. No entendía, así que decidió ignorar por el momento.

- Por favor que alguien le traiga agua, para beber y para refrescarse. Y acérquenle una silla para que se siente- ordenó.

- Milady, mientras nos traen todo esto ¿Puedes explicarme eso que has dicho sobre que Stedman está muerto y que nuestros enemigos son nuestros aliados?- preguntó tan intrigado como preocupado.

-No, no quiero más agua, sentenció la hechicera. En cuanto a las afirmaciones, no puedo explicar mucho más que eso- Moví un poco mis manos, pronuncié unas palabras, y lancé un conjuro- le dijo al paladín- Como los tuyos, con la diferencia que este es útil para algo- Claramente no estaba de buen humor.

-La magia de adivinación es poderosa, pero no tanto. Los mensajes que te da son confusos. La mayoría de las veces para no permitirte adivinar el futuro. Pistas crípticas que no pueden entenderse hasta que llegue su momento. No se quienes será esos posibles aliados, solo que pueden parecer hostiles al principio- Hizo una pausa antes de seguir.

-Lo que si se le da bien a la adivinación es para leer el pasado, o el presente, en parte. Y eso es claro. Stedman está muerto, y Megania está viva.

-Ahora bién, ya que el rumbo está decidido y vamos a evitar las cuevas aunque yo habría votado a favor. Herr Tchaikowsky Korsakov III. ¿Cuanto tiempo demorará el viaje a la fortaleza?

Cuando Mikeala apareció en escena, Chafee se alzó sus anteojos de precisión e intercambió una mirada suspicaz con su colega Zev.

-Te lo dije. Esnifa petróleo...-, musitó muy bajito.

Justo en ese instante Mikeala tuvo una arcada y lanzó un esputo negruzco sobre el suelo del Salón de la Guerra. A juicio de Chafee, la hechicera tenía un problema de salud muy serio.

-¡Jooooooooooooooooooooooooooooosú! ¡Cosamáspringosamadreeeeee!-.

A la mención por parte de la sacerdotisa de que procediese a la ingesta de bebidas espirituosas con un índice de alcohol superior al 34%, el pícaro roedor se llevó las manos a la cabeza y se le escuchó graznar algo tal que...

-¿¡Le ha recomendado beber absenta tras confirmarse que se ha jalado un pudin de brea para cenar!? ¿¡Pero dónde ha obtenido la licencia médica!? ¡No es clériga, Zev! ¡Es una asesina enajenada...!

Entonces Celestina empezó a temblar y a sufrir espasmos mientras se dirigía a trompicones al mueble bar.

-Oy-oy-oy-oy-oyyyy...¡Questámu'loca!-. Chafee se situó tras Zev y miró a su compañero con ojos suplicantes. -Zev... E-e-e-esto... Tengo miedo... ¿Te importa si duermo contigo esta noche?

Zevran palmeó en el coco a Chafee, consolándole.

-Claro, tío. No problemo. Y sí, está claro que la lady le da a las drogas duras... Ouh, Mama... Una auténtica Femme Fatale... Uuuuh, baby-. La imaginación del pistolero estaba echando a volar cuando Celestina borró su obra de arte en la pizarra.

-Whaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa...

-...aaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa the Heeeeeel?!?!?!

El alien quedó en estado de shock para, acto seguido, adoptar una pose con los brazos en jarras. Sus cuatro brazos, para ser precisos. 

-Puedo perdonar casi todo en una damisela... De hecho, lo perdono todo, nenas-, dijo mirando a cámara en un claro inciso para las lectoras de Comunidad Umbría. -Ahem. ¡Pero un atentado contra el arte impresionista de este menda...! ¡Eso merece una dura reprimenda!

Zevran miró duramente a Celestina y la apuntó no con uno, sino con DOS dedos acusadores de sus dos diestras.

-Capi, la sacerdotisa ha mancillado mi obra de arte. Exijo una satisfacción.

Se escuchó a Chafee inquirir algo tal que...

-¿Pero qué 'ise, loco? Deja a la chalada en paz, no vaya a que implosione y nos ponga perdida la nave. O peor, nos la haga estrellar.

Chafee imaginó la escena y una terrible fanfarria de final de partida acudió a su hiperactiva mente.

Francamente trágico, sin duda.

Zev se encogió de hombros ante la sugerencia de Chafee.

-Tío, si dejamos morir el arte, no quedará nada que salvar en este mundo...-, apuntó muy solemne.

Volvió a encarar a Celestina y alzó un dedo.

-¡Exijo que la sacerdotisa se disculpe por su actitud abiertamente hostil hacia mi arte pictórico con una exhibición de la danza del vientre! ¡Puede que se haga la ciega, pero bajo ese antifaz existe una mujer sensible y delicada! ¡Puede que sea propensa a la ingesta masiva de alcohol hasta el punto de dejar a Bam Bam a la altura de un timonel profesional...! Ahem, B.B., no me mates por ello... ¡Pero eso no es si no una clara muestra de los rigores de su credo! ¡Exijo, en definitiva, que se desmelene aquí mismo! ¡Yuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuujuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuuu!

Zevran había cambiado su discurso, en apariencia muy directo y bastante serio, por su sempiterna actitud jovial e incombustible.

-Tenemos una misión suicida y una estrategia. Tenemos un gran Capi, una hechicera con contactos turbios, una sacerdotisa del amor flamígero y un grupo de presidiarios en busca de libertad. Mañana será un gran día. ¡Pasemos una última noche de fiesta! ¿¡Quién está conmigo!?