Partida Rol por web

-No me importa que Morgan pase tiempo contigo John, pero no quiero que lo haga hasta que termine sus lecciones. Y estas terminan cuando lo dice Ossian. Morgan sabe que será castigado si se marcha antes de tiempo. Después podeis hacer lo que querais.- te explica con calma mientras coge una uva.

La forma que tiene e morderla hace que te den ganas de arrancarle la ropa ahora mismo.

-Lo entiendo Isabella. Es solo que el que Ossian esté molesto conmigo...pues me hace estar molesto con él. Yo...Será como quieras.-

En ese momento, algo me impulsa a hacer lo que hago.

Cojo la bandeja y la pongo en la mesa. Me acerco a ella y tomo sus manos arrollidándome frente a ella.

-Isabella. Amor mío. Cásate conmigo. Sé que ha pasado mucho tiempo, y muchas cosas. Pero mi amor no ha cambiado. Y sé que el tuyo tampoco.-

Libera una de sus manos para acariciarte la mejilla.

-John, recuerda lo que hablamos. Ibamos a ir poco a poco, para que yo pudiera fiarme de ti, y volver a conocernos otra vez. Claro que pienso en casarme contigo, pero necesito que me des tiempo.-

Te das cuenta de que es un si a medias pero, al menos, no es un no.

Mis hombros se hunden apreciablemente. Me apena muchísimo el que no me acepte sin dudarlo. Al mismo tiempo me alegra que no me rechace, pero la pena es mayor.

-Solo un tiempo...¿Cuánto tiempo?-

Me incorporo de nuevo, sin soltar su mano, y tomo su mentón para besarla dulcemente en los labios.

Isabella se levanta contigo, sin apartar sus ojos de los tuyos. -John.-murmura de una forma que hace que todo tu ser se estremezca justo antes de devolverte el beso.

El mundo se detiene en sus labios, mientras la tienes en tus brazos. La sensación te llena tanto que,a pesar de que tu cuerpo deja claro lo mucho que la deseas, podrías estar así años.

La sensación es tan maravillosa, que a mi pesar las lágrimas descienden por mis mejillas.

La abrazo apoyando mi cabeza en su hombro.

-Te deseo tanto. Te quiero tanto. Que no sé ni lo que hacer. Soy completamente tuyo, Isabella. Haz conmigo lo que quieras., pues sin ti yo no soy nada.-

La tristeza, el anhelo, el deseo de mi voz son tan intensos, que no puedo casi ni articular ls palabras.

Isabella te obliga a mirarla a los ojos, mientras te limpia las lágrimas. Te mira muy asombrada. Se acerca a tu oído, haciendo que el solo roce de sus labios te haga enloquecer de placer y de pasión.

-Pasa la noche conmigo John.- te pide mientras une sus manos a las tuyas, pegando se cuerpo a ti.

Un estremecimiento de deseo me recorre.

Una parte de mi, una parte muy grande, me grita que la posea sin esperar un segundo más. Sin embargo otra parte me dice que no. Una parte aún pequeña, recien descubierta, que me dice que espere. Que hable antes.

-Isabella...¿Estás segura? Yo...si pasamos la noche juntos y después..después ..."nada" yo...no lo soportaría.-

Ni siquiera yo puedo creer mis palabras.

-Eso, no va a pasar.- dice calmando tus temores. Vuelve a besarte, esta vez con más intensidad. Pierdes el control, ya solo queda Isabella, tu, y el deseo.

Su cuerpo está ante tí, oculto por demasiadas capas de tela. Isabella coge una de tus manos y la deja sobre su pecho, animandote a seguir.

La parte de mi que ha estado siempre ha estado viva, la que Isabella no enterro, y ahora resucitado, casi la totalidad de mi ser, la lujuria, toma el control. Sin embargo de un modo algo distinto. Pues ahora tambie´n siento amor. Amor como no sentía desde hacía mucho tiempo.

Busco su lengua de forma intensa, apretándo su pecho sobre la ropa, mientras mi otra mano va desabrochándo botones, quitándo nudos.

-Isabella-

Mi corazón late desbocado, como un caballo a lgalope, solo por la anticipación de volver a poseerla.

-Isabella-

Mi boca desciende a su cuello, lo besa, lo muerde, y retorna a su boca, frenética.

-¡Isabella!-

Cuando por fin logro desnudarla, y nos tumbo en la cama, mirando sus profundos y bellos ojos, acariciando su bello cuerpo, notándo su deseo tan intenso como el mío, finalmente volvemos a ser uno.

-ISABELLA-

Acostarte con Isabella, no tiene nada que ver con todo lo demás. Es mucho más tierno pero a la vez tan pasional que deja atrás cualquier cosa que hubieses hecho antes. Los años han pasado y los dos habeis aprendido. Sin embargo, vuestros cuerpos se complementan como si ayer mismo hubieseis hecho el amor.

Intentas contenerte, pero es demasiado para tí. Escucharla gemir y saber que es gracias a tí, es como música para tus oídos. Terminas demasiado rápido, mucho antes que con las otras. Te sientes un poco avergonzado de no haber podido aguantar más.

Demasiado rápido, es demasiado...increible, genial...además de llevar varios dias conteniendome.

Todo influye para que me venga demasaido pronto, y de forma muy abundante, dentro de ella. Con todo, me da la risa.

Me tumbo a su lado riendo, mientras me recupero.

-Tanto tiempo anhelando estar contigo, para cagarla a la primera. Eres demasiado...demasiado...tú, Bely.- la beso y llevo mi mano a su sexo, riendo aún.

Termino con mi mano lo que he empezado, sin dejar de besarla. Cuand orecupero fuerzas retomo la "acción", concentrándome más, simplemente nen darle placer a ella.

Pasais una maravillosa noche juntos, la mejor de tu vida. Y esperas tener muchas más así. Isabella te sonríe. -Y yo que pensaba que te ibas a esmerar un poco más.-dice bromeando cuando ve lo rápido que has terminado.

Sus palabras quedan olvidadas cuando te dedicas el resto de la noche a demostrarle todo lo que sientes por ella.

Poco antes de que se marche, le propongo una cosa.

-¿Te apetecería ir esta tarde al bosque, de merienda, con Morgan y tu, nuestra, hija? Que aún no sé ni su nombre.-

Le hablo con la cabeza apoyada en su corazón, escuchándo su latir.

Isabella te da un suave beso antes de marcharse.

-Blanid, la niña se llama Blanid. Mañana iremos al bosque con los niños, descansa.-

Se marcha dejándote solo en una cama demasiado grande que aún conserva su olor. Te cuesta mucho dormir y cuando lo consigues vuelves a tener extraños sueños. Esta vez la sala que veías antes está destrozada; el trono, vacío. A lo lejos, entre las ruinas ves en mar, que te parece extraordinariamente amenazante.

Al despertar me siento pensativo.

-Tantos sueños...no es normal. Debo hablar con ese cabezota de Ossian.-

Tras vestirme bajo a desayunar.

Cuando bajas, el druida está de pié con Morgan , frente a Isabella. Parece que está a punto de salir para las clases. Tambien tienes a tus nuevos amigos montaigneses cerca.

-Al carajo la misión, esto me parece más importante.-

Me acerco a ellos.

-La lección va a tener que esperar. Ossian, tengo que hablar contigo. Mi señora, creo también debería escuchar lo que debo decir. Su despacho creo que será bastante privado, señora-

-Nos reuniremos en mi despacho dentro de una hora. Intentad ser más discreto, sir John.- te regaña suavemente Isabella mirando de reojo al grupo de Montaigne. Los recuerdos de la maravillosa noche que habeis pasado juntos te asaltan de nuevo.

El druída se despide de vosotros llevando a Morgan de la mano, que se marcha dando saltos alegres. Isabella se marcha con una sonrisa en los labios, te quedas solo en el salón.

-Si eso se cumple...tanto da la discreción...-

Me siento a desayunar sumido en mis pensamientos.