Partida Rol por web

Isabella ríe como una niña ante tus caricias.

-Si, pero me parece que tendremos que ser más discretos delante de los niños. Puede que Blanid no le gustes, está en una fase bastante posesiva. Morgan es más serio, pero con Blanid tendrás que tener paciencia.- dice mientras te muerde el cuello con demasiada fuerza, tomándose la revancha.

-Bueno, si no le caigo bien siempre puedo secuestrar a su madre y ofrecersela a cambio de una tregua.-

Me separo de ella para observarla.

decido dejar de hacerlo para vestrime, si no lo hago, acabaremos otra vez sobre la mesa...o en el suelo...o vete a saber...

Pero Isabella parece tener muchas ganas de recuperar el tiempo perdido. En cuanto estás vestido, te toma de la mano. Se dirige una de las paredes, donde hay un precioso tapiz con imágenes de shide.

-Aún no has visto mis aposentos privados.- dice con una sonrisa pícara.

Pasais a una pequeña sala de estar. Cerca de la chimenea hay una muñeca de trapo en el suelo. Isabella se detiene a ponerla dentro de un baul de madera. Sigue caminando, pasando a la siguiente estancia, su cuarto. Es mucho más lujoso que el tuyo, y más espacioso, pero no te da tiempo a fijarte en la decoración. Isabella te retiene allí hasta que casi es la hora de la comida.

-¿Nos dejamos de tonterías y vamos a comer juntos? Sin fingir nada...- recorro su cuerpo con las yemas de mis dedos.

-¿Has preparado ya las cosas para el picnic?- mis besos llegan hasta su ombligo.

-Aún no, hemos estado aquí, ¿recuerdas?. Y tu lo propusistes. Pensé que te ocuparías.- dice con un suspiro - lo haré yo durante la comida*.-

Se incorpora un poco para mirarte a los ojos.

-Jonh, no seas impaciente. Lo primero es saber lo que traman los montaigneses. Después ya tendremos tiempo para todo lo demás.-

-No me has entendido. Me refería a tus cosas para el picnic. Yo tenia pensado buscar esta mañana a tu Taylor para que me ayudara a elegir que llevar de comida y demás. Pero no me has dejado.-

-Respecto a los montaigneses...os ruego que no presteis atención a nada que oigais sobre mi. de todos modos va a estar complicado.-

Te da un ligero beso en los labios.

-Confío en tu fidelidad a Avalon John,de eso puedes estar seguro. Pero quiero saber que hacen las alimañas en mi castillo. Lo siento mi amor, pero tendré que insistir en que sigas con tus nuevos amigos. Piensa que es por el futuro de todos.-

Te abraza con fuerza.

-Piensa que es para que nuestros hijos crezcan en el Avalon libre.-

-"Nuestros hijos" ha dicho nuestros hijos. Es..es real.- no puedo evitar que unas lágrimas de felicidad ecapen de mis ojos, mientras la abrazo con fuerza y ternura.

-Pero hay trabajo que hacer.-

-Cuando estemos en el comedor, ven, o mejor, manda a una criada a buscarme, con uno de tus pañuelos, diciendo que si me gustaría unirme a ti en la comida. Diré que tengo asusntos más importantes, acto seguido propondre una partida de cartas, dando a entender que simplemente, os he utilizado una noche. A ti, la "zorra avalonesa"-

-Zorra avalonesa.- murmura enfadada -Me parece bien, te haré llamar.¿Quieres bañarte?. Puedo pedir que te traigan algo de ropa, y ninguno de los dos debería bajar al comedor tal y como estamos ahora.- dice sonriéndote.

Como de costumbre, tiene razón. Estais sudados, e Isabella colorada de una forma encantadora. El peinado está completamente deshecho. Se aparta con su innata elegancia un mechos que se ha deslizado hasta su mejilla, acariciándola.

Me vuelvo a acercar, sin poder evitar el besarla muy apasionadamente de nuevo. El color de sus mejillas me vuelve loco.

-Eres una bruja, me vuelves loco....Y si, sería lo mejor bañarnos y cambiarme de ropa...-

Pero no la suelto, sino que vuelvo a acariciar su cuerpo. Realmente solo tenía ganas de hacerle el amor una y otra vez, ignorar mis deberes y sus deberes. Por tarnos "mal".

Solo de pensar en atarla a la cama hace que me excite al máximo de inmediato.

Isabella se desliza fuera de tus brazos para encargar ese baño que tanta falta os hace, pero vuelve a tu lado en cuanto puede. Sonríe al ver que estás muy excitado, otra vez.

-El baño estará listo en unos minutos. He pedido comida también. Podemos llevar a cabo tu plan en la cena, y nosotros ya hemos esperado demasiado.- te susurra mientras aprieta tu cuerpo contra el suyo.

Juega contigo mientras esperais a la criada, acercándose y alejándose de tí, volviéndote loco de placer, una vez más. Cuando el baño está listo, Isabella se sienta en la bañera, frente a tí. -Dime John, ¿has averiguado algo nuevo sobre los montaigneses.-

-No realmente, pero si te puedo confirmar sin duda alguna, que no les caes en asoluto bien, yo meguardaría las espaldas...yrespecto a Avalon..les encantaría verla pisoteada bajo el tacón de Motaigne. Pero claro, así piensa la mayoria. Hay algo sin embargo, Lady Ana. está prometida con Sir Françoise. Lo raro es, que su padre qería casarla con alguien Avalones para afianzar sus posesiones en Avalon, sin embargo ella me dijo que casandose con Françoise, ayudaría a su pais. Quizá signifique algo.-

La conversación, y el agua tibia me ralajan...de momento.

-Isabella es tan...preciosa-

Isabella sonríe con autosuficiencia.

-Lady Anna se ha pasado a nuestras filas. Será una valiosa espía, infiltrada en el seno del grupo de Françoise. Y su padre tiene lo que quería. En cuanto los echemos, recibirá un título corresponiente con su actuación.-

Isabella te hace girarte, cogiéndote entre sus brazos. Comienza a lavarte con la esponja.

-¿Estás segura de eso? Al fin y al cabo es Montaignesa, la tierra llama...Si te traiciona puede ser muy malo.-

Me dejo enjabonar por ella, es sencillamente genial que estemos en una situación así, ella frotando mi espalda, con el plan de irnos a pasar la tarde al campo.

En ese momento, algo me impulsa a hacerlo. Me giro y la miro directamente a los ojos.

-Isabella. Te quiero.-

Son palabras sencillas, pero en ellas va toda mi sinceridad, todo lo que soy en ese momento.

Isabella te muerde suavemente la espalda, mientras te acaricia el torso con la esponja.

-A veces es necesario apostar en temas en los que no estamos seguros del todo. Anna es mi apuesta, confío en ella John, y creo que...- se interrumpe cuando te declaras.

Te da un leve beso en los labios, tan leve que casi te parece haberlo imaginado. -John, yo tambien te quiero, para siempre.- te susurra haciendo que todo tu ser se estremezca.

Me acerco más a ella, simplemente para abrazarla contra mi pecho.

-¿Qué decias? "Y creo que..."-

No la dejo separarse, mientras la mantengo así, enjabono su espalda, con leves caricias en su piel.

Es una pena que el tiempo no se pueda detener así.

-Creo que podemos confiar en ella.- te dice casi en un suspiro.

Os aclarais el jabón con las últimas caricias. Tieneis ambos sendas ropas limpias. Isabella se viste delante de tí, haciendo que te cueste mcuho apartar la vista.

-La comida de debería estar ya lista. Vamos.-

Os sentais en una mesa con las viandas de costumbre.

Mientras terminamos de comer, me da la risa.

-Isabella...me sient ocomo un adolescente hormonado...tengo que hacer un verdadero esfuerzo para no arrancarte la ropa...Bueno, yo ya he terminado. Te voy a secuestrar a Taylor ¿De acuerdo? así lo preparo todo para la merienda.-

Espero su respuesta antes de salir y buscar a Taylor.

Cuando sales al pasillo, Taylor está hablando con Lady Anna. Esta última tiene la frente fruncida en un gesto de preocupación. Parece que algo no acaba de ir bien del todo.

En cuanto se percatan de tu presencia, se separan. Lady Anna te saluda con una ligera reverencia y, seguidamente, se marcha fuera del pasillo. Taylor te mira sonriendo.

-¡Hola bella Taylor! Justo a ti te buscaba. Pero..¿Qué le ocurre a Lady Anna?-

Paso el brazo por su cintura para ir dirigiendonos a las cocinas, repaso mentalmente lo que necesitaré, pero no dejo de prestarle atención.