Me giro hacia la jefecilla y hago un gesto de sorpresa/admiracón.
-Como controla esta gente.
Otro gesto al munipa que me deja pasar y me dirijo raudo hacia la ambulancia. Intento aprovechar la algarabia del descubrimiento y mientras cortan con la radial y eso me intetno apropiar de un chaleco o cazadora del SEM. Saludo a Joe y le doy un poco de palique.
-Parece que va a haber movida, me quedo ha echaros un cable ¿O qué?
Te tiro algo?
Sin problema, dalo por hecho: Al ser del gremio y conocer a Joe solo te miran raro pero te permiten coger una armilla del SEM.
Una vez camuflado convenientemente, me acerco al meollo, asomando la cabeza entre los bomberos, cuando veo aparecer a Marina flipo en colores.
-Por lo menos parece que está bien.
Le guiño un ojo para que sepa que estoy pendiente y se de que va la movida. Entonces veo a la rubia detrás, tiene mala pinta y no solo eso...
-Joder, ¿Y si la exploran? Sin pulso, sin tension arteria, sin respirar!
Todo o nada, me decido a adelantarme, metiendome por la galeria.
-Venga, dejadme que la exploro a ver si se le puede sacar sin riesgo.
Me cruzo con Marina y con tono profesional le pregunto.
-¿Usted se encuentra bien? Dando por echo que si me acerco a la rubia. -¿Que puede decirme de su acompañante?
Me agacho junto a ella intentando taparla con mi cuerpo de la vista de los de afuera.
¿Está consciente?
Alicia se encuentra postrada en el suelo y semiinconsciente; en un vaporoso estado de lucidez en el que balbucea palabras incoherentes que ni siquiera llegas a entender.
No hace falta ser médico para ver que presenta la mitad del cuerpo achicharrado, afectado por las llamas que han chamuscado la carne y esta se pega viscosamente con las derretidas fibras sintéticas de la ropa que todavía le queda.
A pesar de ello, tus conocimientos te permiten discernir que esas quemaduras no son algo normal... y no precisamente por la inmortal condición de la otrora rubia voluptuosa a la que examinas sino más bien por la naturaleza de las llamas que la han afectado: Es... como si el potente fogonazo de un lanzallamas hubiera sido lo que la ha golpeado; un fuego terriblemente dañino y devastador, algo que escapa a toda lógica a la que estés habituado.
Tirada oculta
Motivo: Diagnosis Alicia (PER+Medicina) (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (7 dados): 3, 2, 2, 10, 7, 9, 5
Dados repetidos: 5
Éxitos: 3
Esperamos a Marina y seguimos! ;)
Me remuevo nerviosa al escuchar las voces del exterior necesito que me encuentren pero no quiero que lo hagan, o mejor dicho, no quiero que encuentren a Alicia.
Atrapo el labio inferior entre los dientes mientras espero que mis neuronas tomen una decisión más rápido de lo que nunca he sido capaz de pensar. Y para cuando empiezo a reaccionar una corriente de aire me atiza con tres rostros asomados en ella.
Mi mirada no es agradecida, y en mi pequeña estatura soy consciente que debo parecer un niño salvaje de esos tan libres que no desean ser rescatados de la selva por cuatro snobs.
Relajo la tensión de la espalda al reconocer a Carlos pues de todas las personas humanas y cainitas sobre la faz de la tierra, él es único que tolero que aparezca. Y aun así cuando pasa a mi lado siento la tentación de alargar el brazo para barrar su camino a Alicia y amenazar que ni la toque; pero callo y me encargo de seguir marcando a los bomberos.
Parezco impacible pero la agitación de mis rodillas no ha cesado.
— Vais a tener que sacarla con camilla —respondo a Carlos con la esperanza de que al menos uno de los bomberos se de el piro—. No puede moverse.
Está medio quedmada pero consciente.
Uno de los bomberos se gira, abandonando la entrada al refugio antiaéreo.
Eh! Vosotros! - le grita a alguien del exterior -. Una camilla aprisa!!! - su tono denota urgencia y tanto él como el otro bombero que habían abierto la escotilla abandonan el lugar para traer una litera al lugar.
La situación no es buena, nada buena.
-Joer, esto canta más que Raphael, y si algo dejó claro Edgar es que la mascarada antes que mi vida.
Pienso, si no puedo evitarlo 100% al menos control de daños.
Me giro y grito desde al lado de la rubia.
-Una manta térmica!
-Por lo menos si tapo lo peor de las quemaduras eso que nos ahorramos, si llegamos a la ambulancia sin que se vea nada solo habrá que manejar a dos o tres personas.
Después miro a Marina y le susurro.
-Afuera hay una ambulancia, voy a intentar llevarla allí tapada y que nos vayamos, pero ya dentro no puedo evitar que la exploren. Afuera está la de protocolo, intenta que te vea y que te ayuden, di que es su hermana o familiar para que la dejan entrar a la ambulancia.
Tenemos que actuar rápido, los servicios de emergencias son eficaces en lo suyo.
Tan pronto como esos hombres se largan pivoto sobre el talón de goma de mis botas y me acerco a Carlos y Alicia.
— No —digo y niego con la cabeza para darme más fuerza acostumbrada a no ser escuchada—. Si puedes hacer que solo baje uno de ellos, si ella se alimenta... —me pesa en el alma y me oprime el pecho cada letra de mi sugerencia— Puede hacer que todos la olviden —bajo los ojos a la parte no quemada de su rostro— ¿No es así Ali? —la llamo con la familiaridad del diminutivo que me he tomado la libertad de usar.
Y es ahora que liberadas del fuego y del metal pierdo la cuadratura de mi cuerpo y permito que mi espalda se curve con todo el peso del alivio. Siento como los nervios pasados humedecen mis ojos pero me niego a llorar. Nos he sacado y volveré a hacerlo.
Mis dedos se estiran buscando en hombro de Carlos pero antes de llegar a él se recogen acojonados por no saber cómo se lo va a tomar.
— Eh, oye —sustituyo el gesto por la voz—. Gracias por ayudarnos.
El no me Marina me deja un poco cortado.
-Si hombre, ¿Cómo se va a alimentar aquí? Que van a estar mirando todos.
Miro a la rubia a ver si reacciona y dice algo, porque me da que el tema de está torciendo aún más y me gustaría una voz autorizada que controle, porque yo ni sé cómo es eso de hacer olvidar.
-No se yo si esta está para florituras tipo Men un Black.
Marina me da las gracias, me guiño el ojo otra vez y le sonrió.
-Que menos.
Uno de los enfermeros, al que Carlos conoce como Joe, se asoma en la entrada del diminuto refugio ofreciéndoos una manta térmica...
Tenemos aquí la camilla! - anuncia - Necesitáis ayuda??? - se ofrece mirando con cierta sorpresa a Marina, de la que no sabe de donde ha salido ni qué hace allí.
Bajo la supervisión de Carlos, Alicia solo balbucea de manera inconexa e incoherente... ambos os percatáis que la voz de Joe, su proximidad justo en el acceso del Refugio, hacen que la voluptuosa rubia cese su parloteo y una fría mirada se desvele en sus pupilas al mismo tiempo que los caninos se despliegan ávidamente... la Vástago gruñe y ronronea presta a recuperar sus fuerzas si tiene ocasión para ello.
Tirada oculta
Motivo: PER + Alerta Carlos (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (7 dados): 8, 8, 8, 10, 5, 2, 8
Dados repetidos: 8
Éxitos: 6
Tirada oculta
Motivo: PER + Alerta Marina (Especialidad)
Dificultad: 6
Tirada (6 dados): 3, 2, 6, 10, 1, 4
Éxitos: 1
-Mierda... Tenías que venir tú.
-Pasale la manta a ella.
Digo señalando a Marina.
-Al menos gano algo de tiempo.
Qué la rubia se alimente aquí me parece un riesgo innecesario, y si vamos a hacerlo será por su voluntad propia. Aunque sospecho que puede estar obnubilada por el hambre y las heridas.
-¿Aquí ahora con riesgo? ¿O te llevo a la ambulancia y allí tranquilamente?
Susurro a la herida buscando confirmación ahora que parece que sabe de qué va el tema.
— Perfecto. Solo ha venido uno —pienso al ver aparecer al de la manta térmica aunque me preocupa el plural en su habla—.
Siguiendo, sin pensarlo siquiera, la orden de Carlos estiro ambos brazos para tomar la manta dorada y en ese momento con las manos abiertas al aire me doy cuenta que aún tiemblo.
Y veo en mis muñecas la marca más universal del fracaso. Sangro y chirría el dolor en mis dientes. Aun no le he hecho nada a ese y ya siento remordimientos. De hecho, ni siquiera voy a ser yo pero ello no cuela a mi moral.
Escucho a Carlos manipular a Alicia y me congelo a la espera de que pase ese largo segundo en el que la Tremere me libere del peso de la culpa. Toda mi atención está puesta en la siguiente palabra que saldrá de ella, aunque le dé la espalda por atender al de emergencias.
Escucho el goteo de esa sangre falsa que ha regalimado de la muñeca hasta el codo para caer al suelo en un ruido percutor que intenta sustituir el corazón que no guarda mi pecho y cierro los ojos acordando conmigo misma que sea lo que sea que Alicia elija, yo no voy a estar delante.
— ¿Me deja llamar a nuestro hermano?
— Perfecto. Solo ha venido uno —pienso al ver aparecer al de la manta térmica aunque me preocupa el plural en su habla—.
Siguiendo, sin pensarlo siquiera, la orden de Carlos estiro ambos brazos para tomar la manta dorada y en ese momento con las manos abiertas al aire me doy cuenta que aún tiemblo.
Aunque creo que manos y rodillas se sacuden por sentimientos diferentes. Éstas siguien con la adrenalina del fuego, aquéllas están acojonadas por lo que viene. Y es que aun no le he hecho nada a ese y ya siento remordimientos. De hecho, ni siquiera voy a ser yo pero ello no cuela a mi moral.
Escucho a Carlos manipular a Alicia y me congelo a la espera de que pase ese largo segundo en el que la Tremere me libere del peso de la culpa. Toda mi atención está puesta en la siguiente palabra que saldrá de ella, aunque le dé la espalda por atender al de emergencias.
Cierro los ojos a la espera del veredicto y acuerdo conmigo misma que sea lo que sea que Alicia elija, yo no voy a estar delante.
— ¿Me deja llamar a nuestro hermano? —pregunto al hombre pasando la manta a Carlos— ¿Me ayuda a salir?
Alicia lucha consigo misma, con la Bestia que trata de liberarse y someterla para sobrevivir... Finalmente, y con esfuerzo evidente, parece que consigue contenerla.
La violencia que se adivinaba en su semblante parece apaciguarse, los caninos regresan a su posición original.
Mejor luego... - balbucea - ...creo que podré esperar... - afirma con escaso convencimiento.
¿Me deja llamar a nuestro hermano? ¿Me ayuda a salir?
Eeeeeeeehm si... Claro, como no... - la manta térmica pasa de las manos de Marina a las de Carlos mientras Joe, el enfermero, ayuda a la chica a salir del agujero en que estaba metida.
Al fin Marina regresa al exterior, al ansiado y gélido frío imperante. La camilla queda justo al lado del acceso al refugio. Mientras el enfermero acompaña a la Cainita dubitativamente, sin saber realmente hasta qué punto requiere su ayuda, los bomberos quedan en un segundo plano, también a la expectativa de ver en qué pueden ayudar o hacer.
Tirada oculta
Motivo: Autocontrol Alicia
Dificultad: 6
Tirada (3 dados): 9, 10, 10
Éxitos: 3
Mensajes Solo al Director mientras estéis separados
Una vez fuera del refugio antiaéreo tomas conciencia de la debastación casada por el fuego: El edificio practicamente derruido, los vehículos de emergencias todavía presentes en el lugar...
A un lado del cordón montado por la policía distingues a Montserrat Sanahuja, Directora de Protocolo y, a su lado, el pelirrojo que anoche custodiaba el Liceu y uno de los Neonatos que anoche fueron presentados: El hombre mayor que respondía al nombre de Gaudencio.
Parece que la bruja entra en razón, suspiro y procedo con el plan que ha trazado mi cabeza.
-Sabiendo como funcionamos, la sacamos, les digo que tiene quemaduras para que no le hagan nada en el sitio y la llevemos a la ambulancia y allí... Dios dirá.
Me joderia que se chupe a Joe, que por lo menos no es subnormal, pero bueno, nada que un par de dias de descanso no curen, los sintomas los asimilaremos a l cansancio y estrés de la guardia.
-Si se pasa le puedo plantar un expansor y por lo menos pasará la noche.
Me acerco a Alicia con la manta.
-Escucheme.
La trato de usted que se que es más que yo, no se cuanto, pero como menos tampoco se puede ser.
-Voy a taparla con la manta, así no se verá nada, diré que tiene quemaduras con la idea de que la traslademos rápidamente a la ambulancia.
Una vez allí, pues ya veremos.
Si no percibo negación, que en principio no deberia, la tapo con la manta, la destapo y la vuelvo a tapar.
-Listo.
Me aproximo al orificio de salida.
-Ayudadme a sacarla en la camilla.
Me dió mucha rabia ver a tanta gente reunida frente a las ruinas. Y me sorprendió de sobremanera la presencia de Sanahuja y el tiarrón. ¿Qué hacían allí? ¿Vigilarme?
Miré a mi alrededor buscando más espías del Príncipe y a falta de estos, me zafé del bombero.
— ¿Ya funcionan los móviles? —pregunté como si estuviera tan desorientada como enmismada— Antes, no había... —saqué mi propio teléfono del bolsillo del pantalón para comprobar la señal.
Y como si se me hubiese olvidado del de emergencias, sigo deambulando hasta llegar a saludar a Montserrat.
— Ei, ¿Vosotros estais bien? Está Ali dentro, un poco muy fatal.
La salida de Carlos con la camilla en la que, entre él y el enfermero al que conoce trasladan un cuerpo cubierto con una manta térmica precipita los acontecimientos:
Llévanos al Liceu - le ordena Sanahuja al otro enfermero, el que permanecía al lado de la ambulancia -. A todos - determina autoritariamente.
El tipo parpadea un instante para, acto seguido, encaramarse al puesto de conductor de la ambulancia y encender el motor del vehículo.
El pelirrojo que acompaña a la Directora de Protocolo también sube al puesto de copiloto de la ambulancia mientras entre Carlos y el otro ambulanciero cargan la camilla por la parte trasera y se montan en la misma.
Tu - Montserrat dedica una intensa mirada a la Neonata Marina - también te vienes con nosotros - y sube a la ambulancia sin dar opción a réplica.
Las puertas traseras del vehículo se cierran tras vosotros para, a continuación, arrancar con el aullido de las sirenas, dejando atrás al Neonato Gaudencio que se encontraba algo separado de los otros, hablando por teléfono.
Escúchame bien - Sanahuja dedica ahora una tierna mirada al confundido enfermero que os acompaña en la abarrotada parte trasera de la ambulancia: Una camilla con una persona cubierta por una manta y cuatro más que tratan de mantener el equilibrio en el interior de la misma -. Todo irá bien. Debemos trasladar a la víctima a un lugar privado en el que recibirá las atenciones adecuadas. Nos vas a ayudar a ello verdad??? - el tono de la Cainita es... extrañamente sutil, edulcorado... hasta el punto que imprime una seria convicción en el enfermero que parece haber pasado ese momento de duda y estar dispuesto a ayudaros en cuanto le sea posible y esté en sus manos...
Estáis en camino. La ambulancia aúlla urgentemente recorriendo las calles de Barcelona. En un santiamén Sanahuja ha arreglado la situación, disponiendo el oportuno traslado y ocultación de la herida y la presencia de Marina, la otra potencial testigo sobre lo acontecido.
Tirada oculta
Motivo: Mesmerismo enfermero (DOM 2) (Especialidad)
Dificultad: 3
Tirada (6 dados): 2, 1, 3, 10, 6, 2
Éxitos: 2
Tirada oculta
Motivo: Mesmerismo Marina (DOM 2) (Especialidad)
Dificultad: 5
Tirada (6 dados): 5, 10, 6, 8, 7, 1
Éxitos: 4
Tirada oculta
Motivo: Encantamiento enfermero 2 (PRES 3)
Dificultad: 3
Tirada (6 dados): 6, 1, 6, 9, 2, 5
Éxitos: 3
Saludos!
Si Carlos, Gaudencio también ha aparecido en escena...
Saludos! ;)