Partida Rol por web

Bree en apuros

IV. El círculo se amplía

Cargando editor
11/04/2020, 08:40
Meneldir

— Señor, creo que hemos demostrado nuestra lealtad ante usted y ante la guardia de Bree. ¿Podría pedirle una cosa? Este bastardo encarcelo a mi primo sin motivo. — Dice señalando a Ossandrei. — El explorador Mut compañero de mis compatriotas ha sido encerrado. Mi primo Mutfast Ramaviva fue acusado injustamente, encerrado y asilado, porque como nosotros vio algo que no debería ver. Acudo a su buen juicio para que al igual que el señor Öter sea liberado.

Meneldir levantó la palma de su mano en dirección a Ruby, como significando que estaba todo previsto y que tan sólo debían esperar a que él hablara. Era admirable el temple que estaba mostrando, sólo unos minutos después de haber descubierto la más grande traición perpetrada sobre su persona.  

Queda aplazada la partida de la expedición a la zona de la Quebrada Sur - dijo Meneldir mirando hacia el suelo - Quedan demasiadas cosas por dilucidar. Además, el sentido de la expedición ha cambiado radicalmente - reflexionó, mirando en derredor a todos los presentes - ya no se trata de reconocer la zona y buscar pistas, sino de realizar una incursión en un túmulo concreto. ¡Debemos rediseñar la expedición!

Ahora se dirigió a los cinco aventureros:

- Viajeros, ayer disteis vuestra palabra para ayudar al rey de Arthedain en los intereses de la defensa de los Pueblos Libres. Vosotros mismos habéis podido asistir a un desmoronamiento en el seno de nuestra guardia, pero debemos levantarnos y continuar. Y sois también vosotros quienes, con gran osadía a la vez que temeridad, habéis descubierto una trama que amenaza a Bree de una forma mucho más inmediata de lo que habíamos previsto, pues seguíamos pistas en las Montañas Nubladas, cuando lo que se está pudriendo queda tan sólo a un puñado de millas al Suroeste. Apelo, pues, al mismo compromiso que mostrasteis ayer para auxiliarme en las averiguaciones.

Con una penetrante mirada que abarcaba a todo su auditorio, tomó el silencio de los aventureros como una aceptación tácita.

- Bien, deberemos dividirnos para realizar la investigación de la forma más eficiente, pues el tiempo ahora mismo es un bien demasiado preciado para desaprovecharlo. Los puntos inmediatos son los siguientes: 

Primero. Hay que registrar los aposentos y las pertenencias de Ossandrei. Si surge algún hilo de ello, habrá que seguirlo.

Segundo. Hay que hablar con Mutfast Ramaviva, el explorador de la Guardia que Ossandrei me presentó como traidor, y yo lo creí. Ossandrei lo encarceló en el nivel inferior de este calabozo, aislado de todo y de todos, incluso de los otros presos. ¿Qué vio Mutfast durante su guardia, qué quería contar cuando llegó aquí y fue apresado por el traidor? Mi confianza ciega en la persona equivocada hace que todavía no sepamos nada de eso. 

Tercero. El esterlinga. Hay que sacar todo lo que se pueda de él, si es que no muere antes.

Cuarto. La casa en las afueras. Según me habéis contado le prendisteis fuego para salvaros, loable hazaña si no fuera porque ha podido destruir pruebas valiosas. Debemos volver allí y ver si algún efecto quedó a resguardo de las llamas.

Quinto. Ossandrei. Si ese traidor va a hablar una palabra más, cosa que empiezo a dudar, no os quepa duda de que será aquí que lo haga. Me ocuparé de ello personalmente, cuando tenga algo más de información.

Los aventureros se miraron de soslayo. Quedaba claro que Mithgannel, Bradoc y Ruby habían cambiado ligeramente la versión de los hechos para no mencionar a Aranuir en relación al incendio de la casa, tal vez para no comprometerle de ninguna forma en aquel embrollo. Meneldir no percibió nada extraño y continuó:

- Yo mismo lideraré el registro de los efectos de Ossandrei y el interrogatorio al esterlinga. Bit y Zoz, vosotros hablaréis con Mutfast y obtendréis de él toda la información, tened en cuenta que puede encontrarse alienado por las circunstancias, habréis de ayudarle a ordenar sus pensamientos. Ya he dado orden de que lo liberen de inmediato y le permitan un baño y un almuerzo en condiciones, aunque seguirá en las dependencias de la Guardia para colaborar con la investigación el tiempo que haga falta.

Ruby y los otros medianos suspiraron aliviados al escuchar estas últimas palabras, conscientes de lo mucho que significaba para un hobbit poder disponer de un baño y un almuerzo en el momento adecuado. De hecho, significaba mucho en cualquier momento.

- Viajeros, tengo confianza en vosotros, aunque tampoco tengo otra opción. Dividíos y uníos a los grupos de investigación en los que veáis que vuestra colaboración puede ser de mayor ayuda - dijo esto esperando de los aventureros un paso adelante para formar parte de alguno de los grupos de investigación - Esta tarde convocaré una reunión extraordinaria en la torre de la guardia para compartir los descubrimientos realizados por la mañana y deliberar. Mientras tanto, os exhorto a todos al más absoluto secreto con respecto a lo que sabéis y a lo que ha ocurrido aquí estos días. Creedme, quien quebrante esta súplica, no sólo se convertirá en enemigo de Arthedain: se convertirá en mi enemigo personal. - después, como si estuviera pensando en voz alta -  Supongo que será difícil acallar los rumores sobre la ausencia de Ossandrei. Daremos una versión oficial, pero habrá quien especule sin fin sobre el asunto, pues es inevitable. Me preocupa mucho más que el enemigo acabe descubriendo que sabemos lo que sabemos. Ese es nuestro tesoro, quizás nuestra única ventaja, y debemos conservarla hasta el final. No podemos fiarnos de nadie, pues cualquiera puede ser otro agente del mal.

Toda esta conversación había tenido lugar en los calabozos de Bree. Parecía que tras aquellos primeros momentos de angustia, la situación empezaba a ordenarse: la dama Rowen había recuperado sus pantalones, Öter su libertad y algo más de confianza en la elfa, incluso Ossandrei estaba siendo atendido por su herida en el brazo, lejos de la vista y del desprecio de todos.

Notas de juego

Ya habéis oído a Meneldir, podéis dividiros entre los cuatro puntos de investigación comentados por Meneldir (el quinto no, porque lo va a hacer él en solitario). 

Como sois cinco, en alguno de los puntos habrá dos de vosotros.

Cargando editor
11/04/2020, 12:54
Mithgannel

Mithgannel quedó ciertamente sorprendida al escuchar las palabras de agradecimiento de Öter. 

–Nada me debéis, señor enano, pues fue gracias a vuestra osadía y la de la dama Rowen que tuvimos paso libre hasta los barracones y hubo éxito en lo planeado. Me alegro de que ambos os encontréis bien –le dijo sonriente.

La elfa escuchó con detenimiento las palabras del capitán, y esperó a que terminara para hablar.

Agradecemos sus palabras, capitán. Sus actos hoy también han reforzado nuestra confianza hacia usted –comenzó con un gesto de gratitud. 

Creo que no hay nadie mejor que nuestro compañero el señor Moss para hablar con su primo. Y diría que nuestro buen enano podrá ser de gran ayuda en el registro de los aposentos, así como en el interrogatorio del traidor, si usted lo tiene a bien. Yo voy a volver a la casa de las afueras –dijo Mith tratando de coordinar al personal.

Capitán, ¿Hay algún guardia que hable la lengua del esterlinga? ¿Conoce si no a alguien en Bree de fiar y que nos pudiera ayudar con ello? –terminó pensando en las últimas palabras de Meneldir. 

La sinda ardía en deseos de comunicarse con su familia, o al menos con su fiel confidente en los puertos grises. Habían demasiadas nuevas y muy importantes, tanto familiares como de orden general. Tal vez las fuerzas con que contaban en Bree no fueran suficientes para lidiar con el mal que comenzaban a descubrir. Tal vez las fuerzas de Arthedain no fueran suficientes. Quizás sería bueno que su pueblo estuviera sobre aviso, y con suerte mandarían algún destacamento de apoyo. Pero acababan de concordar silencio al respecto y no podía romperlo a las primeras de cambio. Debía mantener las formas y aguardar hasta otro momento. Es posible que tuviera esos deseos por las ganas de desahogarse. En un tiempo es posible que ella misma pudiera cabalgar hasta allá y verlos, llorar junto a ellos y abrazarlos.

Cargando editor
11/04/2020, 20:49
Ruby Moss

Ruby saco todo el aplomo que había en su interior para dirigirse a Meneldir pero sin dejarle terminar de hablar y explicarse levanto una mano para que esperará a que se explicará. Como venían demostrando en las últimas horas era una persona de fiar y estaba claro que estaba de su parte. Todas las dudas que había tenido el día anterior se iban disipando por sus actos.

Meneldir había comprendido incluso antes que Ruby tomará la palabra que Must también había sido traicionado por Ossandrei. Estaba claro que el explorador había visto algo durante su guardia que no querían que reluciera. Era momento de librarle de su celda.

Cuando se había levantado esa mañana no se le había pasado por la cabeza que hoy vería a su primo. Estuvo a punto de salir corriendo para contárselo a su tío pero tendría que esperar a la tarde. Era importante conseguir toda la información posible antes de que desapareciera, seguro que Ossandrei no era el único traidor en Bree.

La elfa se adelanto a que el pequeño hobbit emitiera ningún sonido pero a penas acabo de hablar el capitán salio corriendo hacia la segunda planta de aquel calabozo, apremiando a los otros exploradores.

— Vayamos a liberar a mi primo. Bit y Zoz rápido.

Sin dar opciones a que ninguno de sus compañeros pusiera objeciones bajo a ver y liberar a su primo.

Cargando editor
12/04/2020, 11:46
Director

Notas de juego

Esta bien Mith, tu irás a la casa en las afueras. Puedes ir haciendo la tirada de Percepción para la búsqueda y ya te posteo todo el resultado.

Cargando editor
12/04/2020, 12:59
Mithgannel
- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 1d100

Resultado: 85(+37)=122 [85]

Notas de juego

Not bad. ¿Quieres que describa cómo va, qué busca y cómo lo hace, o lo describirán tú?

Cargando editor
12/04/2020, 13:02
Director

Notas de juego

Perfecto! Basta asi, de momento. 

Cargando editor
13/04/2020, 01:30
Rowen

Aún se sentía algo azorada por la situación vivida con anterioridad. Encontrarla semidesnuda, desprotegida, a merced del enemigo, cuando debería haber logrado controlar la situación y sobreponerse a su adversario, le había arrebatado la poca autoestima que había logrado recolectar estos días. Las preguntas de preocupación y palabras de apoyo de sus compañeros enternecieron su corazón pero ablandaron también su determinación. Si la veía solo como una chiquilla que necesitaba ayuda, ¿Cómo iba a convertirse en la respetada hechicera que esperaba ser algún día? Había respondido a las muestras de interés de forma escueta, en parte afectada por los sucesos, en parte hundida por su nueva situación.
Y hasta la reunión no había vuelto a abrir la boca. Había evitado a sus compañeros y tratar cualquier tema con ellos. Cuando habían ido a buscarla o a preguntar por ella les había dicho simplemente que necesitaba descansar..
Se sentía avergonzada, débil. Indigna de encontrarse en aquella sala. Ah, pero no podía dejar que el desánimo la tomase de la mano para dar un gris paseo por las tierras de la autocomplacencia. Debía seguir peleando, tratando de hacerse hueco no ya entre sus amigos, los cuales ya le habían abierto la mano, sino en aquella sociedad y, especialmente, en aquel convulso momento que azotaba Bree.
El capitán hablaba con gran diligencia. Era un hombre capaz, planificador. Relató la multitud de tareas que se presentaban ante ellos. “Los ojos me dan vuelta. Es probable que el enemigo decida atacar antes de que terminemos todo lo que se supone que debemos hacer”. El capitán propuso que debían dividirse. Rápidamente Mith decidió que sería ella quien investigase los restos de la casa quemada. Una tarea arriesgada. Ahí estaba demostrando valentía. Ruby, emparentado con el explorador encerrado por error, no tardó en ponerse en marcha. Ahí tenía determinación.
Había sido Mith también quien había propuesto a Otër para registrar las dependencias del traidor, así como para interrogarle. Y si Bradoc decidía interrogar al esterlinga. ¿Qué le quedaba a ella?
—Iré con maese Otër, si no le importa, a los aposentos de Ossandrei. También quiero estar presente durante el interrogatorio —se puso en pie. El capitán era un hombre capaz, pero había encerrado a un hombre inocente y confiado en otro culpable, por no hablar de la mala forma en la que elegía a sus oficiales. Como ella, no era tan perfecto, así que, ¿Por qué no ofrecerse para aquella tarea? “Qué diablos, y esta vez puede que no tenga que enseñarle mi ropa interior a todo el mundo”.
—Sé que abajo hay máquinas de tortura, horrores de metal que Ossandrei pensaba utilizar con nosotros. Me consta que él no es el dueño de tales herramientas y que estás se utilizan en todas las prisiones. Por desgracia. Si nos dejamos caer en las garras de la tortura o de la violencia, no somos mejores que nuestro enemigo. Si, participaré en el interrogatorio también, alguien debe de velar por que las cosas se hagan correctamente…

Cargando editor
13/04/2020, 10:06
Director

—Sé que abajo hay máquinas de tortura, horrores de metal que Ossandrei pensaba utilizar con nosotros. Me consta que él no es el dueño de tales herramientas y que estás se utilizan en todas las prisiones. Por desgracia. Si nos dejamos caer en las garras de la tortura o de la violencia, no somos mejores que nuestro enemigo. Si, participaré en el interrogatorio también, alguien debe de velar por que las cosas se hagan correctamente…

Meneldir miró fijamente a la dama dúnadan y pareció recoger el guante que le estaba tendiendo: "No te fías de mi, eh. No crees que pueda hacer esto con la templanza suficiente. Pero tú también estás ultrajada en lo más íntimo de tu ser. Tendremos que controlarnos mutuamente".

Está bien, podrás asistir al interrogatorio del traidor - dijo Meneldir finalmente - Aguardad un momento - y subió velozmente por las escaleras, para regresar al cabo de diez minutos con un fornidísimo y veterano oficial, con rasgos inequívocamente beórnidas

Creo que no hay nadie mejor que nuestro compañero el señor Moss para hablar con su primo. Y diría que nuestro buen enano podrá ser de gran ayuda en el registro de los aposentos, así como en el interrogatorio del traidor, si usted lo tiene a bien. Yo voy a volver a la casa de las afueras –dijo Mith tratando de coordinar al personal.

 

- Señorita elfa, a la inspección de la casa en el bosque de Chet le acompañará mi...nueva mano derecha. Apenas está al tanto de las últimas novedades. 

El beórnida se presentó a todos, breve pero cordialmente, como Roywil Galeof. Parecía tener un talante tranquilo y sosegado, como una tranquila y voluminosa bestia pacífica.

Capitán, ¿Hay algún guardia que hable la lengua del esterlinga? ¿Conoce si no a alguien en Bree de fiar y que nos pudiera ayudar con ello? –terminó pensando en las últimas palabras de Meneldir. 

- ¿Podemos arreglar eso? - preguntó Meneldir a Roywil Galeof ante la observación de la elfa. El beórnida le respondió brevemente que harían traer a un reputado lingüista de Bree, a toda prisa. Después, Mithgannel y Roywil desaparecieron por las escaleras que subían a la entrada.

— Vayamos a liberar a mi primo. Bit y Zoz rápido.

Con gran impaciencia, los tres medianos se abalanzaron hacia el sótano inferior de los calabozos, seguidos a duras penas por el carcelero, que llevaba lo más importante de todo: las llaves de la celda.

 

Notas de juego

Rowen, cuando puedas haz tirada de Percepción para la inspección de los aposentos de Ossandrei.

Cargando editor
13/04/2020, 10:23
Roywil Galeof

Junto a Roywill Galeof y dos guardias más, Mithgannel volvió a sentir el aire frío de la mañana en su cara, y suspiró con alivio. Le gustaba planificar y ejecutar lo planificado, sin sobresaltos. Se sentía cómoda organizando los trabajos a su alrededor. Aquel Roywil Galeof parecía también un tipo organizado, y un líder respetado por sus guardias. Al rato, el beórnida y sus guardias estaban dándose el "parte de los bandidos", y Mithgannel se interesó sobre ello.

- Sí, señorita. Los bandidos son nuestro grano en el culo, si me permite la expresión. Hay que decir en su descargo que no se les conocen delitos de sangre, pero son la más grande banda de ladrones de Bree y alrededores. Nadie sabe con seguridad cuántos son, se dice que entre treinta y cuarenta, ni sabemos con certeza quién es su líder. "Cormac" le llaman, pero sospechamos que sea un nombre ficticio. Quien diga haberlo conocido, seguramente miente. Pero hay una cierta coincidencia en que se trata de un tipo afable y que considera su trabajo como un medio "necesario para mantener a su gran familia", como llama a su banda. Se cree que es un maestro del disfraz, lo que le permite infiltrarse en diferentes círculos con identidades diferentes y obtener la valiosa información con la que planea sus golpes: asaltos a caravanas, robos en almacenes, secuestros...

Tras el largo paseo hasta la el Bosque de Chet, llegaron por fin al claro de la casa. Los paramentos verticales y el techo del edificio estaba totalmente destruido por el  infierno que se había desencadenado la noche anterior. Todavía humeaban algunas brasas, pero por fortuna no se había extendido el fuego a los árboles de los alrededores.

Mithgannel y los hombres de la guardia de Bree realizaron primero una minuciosa inspección de los alrededores de la casa. La elfa desplegó todas sus habilidades montaraces para llegar hasta el mínimo detalle. Con satisfacción desenterró de un montón de cenizas la daga arrojada por Ruby Moss, y la flecha que había lanzado ella a la bestia alada con tan poca fortuna en la alacena cuando empezaba el incendio.

Posteriormente procedieron a examinar la planta de la casa, de la que no quedaba más que el entarimado del suelo, totalmente ennegrecido. Con astucia la elfa estuvo pisando en diferentes zonas del suelo hasta que encontró una pequeña área que sonaba hueca. Efectivamente, barriendo con las manos la ceniza en ese punto, llegó a vislumbrar las juntas de lo que parecía una pequeña puerta que daría a lo que debía ser un nicho en el suelo, o un sótano. Volvió a pisar con fuerza para asegurarse de la oquedad, cuando en ese momento, una ensordecida y tenue voz se elevó desde allí abajo. Alarmados, los hombres ayudaron a Mithgannel a levantar la compuerta valiéndose de los filos de sus armas. Cuando la portezuela se abrió del todo y los primeros rayos de claridad penetraron en aquella apertura pudieron ver unas escaleras de madera que bajaban a un lúgubre y enmohecido sótano. 

Y allí abajo, a pocos metros del pie de las escaleras, unos pálidos ojos verdes brillaban en la penumbra. 

 

Notas de juego

Buena tirada de percepción, aparte del último hallazgo recuperas las flechas que hubieras perdido y la daga secundaria de Ruby Moss.

Cargando editor
13/04/2020, 15:59
Mutfast Ramaviva

- ¡Oh Dios mío! ¡Bit y Zoz, sois vosotros! - al principio los ojos de Mutfast habían tardado en habituarse a la súbita claridad que había aportado el carcelero con la antorcha encendida - y tú...¿eres?

Después de tantos años transcurridos no había siquiera reconocido a su primo Ruby Moss. Cuando éste se reveló, las muestras de emoción desatada hobbit que de pronto llenaron aquella triste celda tienen difícil descripción. Todavía fundidos en un largo abrazo, y dando rienda suelta a las lágrimas por ambas partes, consiguieron serenarse un poco para llevar a cabo la misión que les había encomendado Meneldir.

Mutfast aún tardó algunos minutos más en concentrarse para poder empezar la historia de lo que había visto en la expedición, cuando abandonó el campamento para seguir un rastro.

- Sentí un trasiego extraño en la noche, y un resplandor de luz en dirección a los túmulos. Nosotros estábamos acampados no muy lejos de allí, lo más cerca que nuestra prudencia nos había permitido. Apenas tuve tiempo de garabatear una nota inconexa para Bit y Zoz diciéndoles que me iba a seguir un rastro. Me aproximé con cautela al lugar de donde procedía el ruido. Cuando estuve lo suficientemente cerca, pero aún no podía ver nada, me subí a un peñasco detrás del cual parecía desarrollarse la actividad. ¡Y así fue! Desde mi posición elevada podía ver perfectamente un grupo de criaturas con antorchas marchando hacia los túmulos. Abrían aquella comitiva tres huargos, seguidos por otros tres o cuatro orcos montados sobre huargos. A continuación, un grupo de una docena de orcos a pie armados con cimitarras y arcos cortos; por detrás de ellos, cerrando la comitiva, otros tres o cuatro orcos jinetes de huargo y dos huargos más en retaguardia.

Conteniendo la respiración, pude fijarme en que uno de los orcos a pie llevaba unas extrañas y llamativas vestimentas y abalorios, que nunca vi en alguien de su raza, aunque he oído que también ellos tienen miembros capaces de llevar a cabo conjuros, chamanes se les llama, creo. Ése parecía ser el líder, pues nadie se le acercaba demasiado. El resto de orcos caminaba desorganizadamente pero en silencio. Cuando la columna de orcos había casi pasado de largo, los dos huargos de retaguardia se detuvieron y olisquearon el aire hacia mi posición. Casi se me paró el pulso. Habían sentido mi presencia, no cabía duda. Pensando "ahora o nunca", volé desde el peñasco para retroceder a todo lo que dieran mis pies. Pero los dos huargos ya estaban sobre mi pista. Pude escuchar sus horribles ladridos en la noche, y el corazón me dio un vuelco en mi huida.

Los otros hobbits y el mestizo escuchaban el relato de Mut sin apenas pestañear. El hobbit prosiguió.

- Si no hubiera sido por lo que pasó a continuación, seguro que no estaría hoy aquí para contároslo, sino en los estómagos de aquellas bestias: cuando ya empezaba a escuchar el galope de los huargos muy cerca detrás mío, una enorme forma blanca emergió del bosque a la velocidad del rayo, en dirección a mis perseguidores. Primero no pude identificar qué era aquello, hasta que escuché como los huargos se quedaban atrás y se enzarzaban con aquella sombra blanca en una ruidosa batalla de rugidos, zarpazos y dentelladas. Por fin pude sentirme lo suficientemente seguro como para detenerme un instante, extenuado y mirar atrás. Mi salvación era algo parecido a un lobo, pero de enorme tamaño y pelaje blanco como la nieve. No podía dejar de aprovechar la oportunidad que me había dado el destino, así que retomé mi huida a toda velocidad. Tras unos instantes los ruidos de pelea terminaron, y pude ver, ya muy lejos, como la forma blanca se volvía a internar silenciosamente en la espesura del bosque. Me había alejado tanto de la que suponía era la posición del campamento donde estaban Bit y Zoz, y tenía tanto miedo de volver a acercarme al borde de los túmulos, que creí más seguro volver a Bree tomando el camino del Oeste e informar inmediatamente de lo que había visto.

El resto coincidía con lo que ya había escuchado Ruby del viejo Tío Tommy Ramaviva:

Sus compañeros de expedición, llamados Bit y Zoz, también de nuestra raza, se extrañaron de no encontrarlo al amanecer, pero debían volver a Bree y dar parte del incidente a la Guardia. Cuál no sería su sorpresa cuando, al llegar, vieron a Mut saliendo de la torre de la Guardia...¡apresado! Amordazado y esposado, empujado por la guardia hacia el más aislado y oscuro de los calabozos...Bit y Zoz vinieron a contármelo enseguida, contraviniendo todas las órdenes que habían recibido del alto mando de la Guardia de Bree, que les prohíbe referirle a nadie nada relacionado con lo que ellos catalogan de "un caso de alta traición al reino de Arthedain"

Al parecer, en cuanto Ossandrei supo que el hobbit había descubierto aquella parte de la amenaza en los túmulos, fue implacable en silenciarlo. Lo había enterrado en lo más profundo de los calabozos y le negaba visitas y contactos de todo tipo. Sólo el carcelero - demasiado estúpido como para sospechar nada - y el propio Ossandrei tenían permiso para verle.

- Bueno, ahora si me disculpáis, me voy a un merecido baño y almuerzo. ¡Promesa de Meneldir! Nos veremos después en la reunión con todos los demás.

Después de esto, Bradoc se excusó y salió a las calles de Bree. Necesitaba despejarse un poco, en solitario. 

Notas de juego

Ruby, Bradoc: es un post narrativo más que otra cosa. Podéis interactuar o preguntarle más cosas, pero en principio es todo.

Bradoc, te postearé más cosas que ves en tu paseo por Bree. 

Cargando editor
13/04/2020, 17:16
Mithgannel

La sinda saludó con una pequeña reverencia al nuevo segundo de Meneldir, y se sobresaltó al escuchar la historia de los bandidos y recordar su tragedia.

Disculpe, señor Galeof. Si no es indiscreción, ¿Podría decirme si han podido atrapar a alguno de esos bandidos? ¿Quizás tienen alguno en las celdas de sus barracones? Ha mencionado usted que no tienen delitos de sangre pero si asaltos a caravanas y secuestros. ¿Se han conseguido rescatar a los secuestrados? ¿Sería posible que ésta banda tuviera tratos con otros grupos criminales de los alrededores, o incluso con el enemigo del norte? –preguntó la curiosa Mith tratando de obtener algo más de información. Entendía que era asuntos privados de las autoridades, pero viendo al beórnida tan abierto le dio un intento.

Durante el camino procuraría hacer memoria recordando las prisas de su joven esposo para hacer el viaje y trataría una vez más de entender el porqué. ¿Es posible que el mercader tuviera tratos con gente turbia y eso propiciara la urgente marcha, o había recibido noticias de su hogar que lo hicieron querer volver a toda prisa? De ser lo segundo, Mithgannel no entendía que hubiera tanto secreto al respecto. ¿Le había contado su marido acerca de su familia en el este? En estos momentos no conseguía recordarlo. Tal vez debido a los últimos acontecimientos no conseguía concentrarse en esos datos del pasado. ¿Habría alguien que estuviera esperando el regreso de Baldar? ¿Tendría ella alguna tierra que heredar? No es algo que le importara ni deseara, aunque ciertamente le podría ser útil en caso de que sus pasos la llevaran al este y tuviera que estar largo tiempo por allí. Durante el trayecto hacia el bosque de Chet centenares de preguntas inundaron la mente de la hermosa elfa, y tras hallar respuesta a muy pocas de ellas se resignó pensando en que nunca conseguiría aclarar del todo ese asunto.

Cuando llegaron al claro Mith se detuvo por unos momentos, cerró los ojos y trató de revivir lo ocurrido la noche anterior. Luego fue andando, encorvada y con pequeños pasos, intentando analizar los trazos que habían hecho ellos y los esterlingas durante su pequeña refriega en la hierba quemada.

Ya dentro de la ruinosa casa el grupo investigó con empeño lo que las llamas habían dejado. La sinda hizo lo mismo que anteriormente para recordar la distribución que había en el interior. Los asientos, la chimenea, las velas, las cortinas, el olor infecto de la bestia alada y el terror que brotaba en su corazón con solo recordarla. Allí encontró su flecha, y la daga del hobbit que tomó del suelo con ternura. 

Al rato de analizar el interior Mith encontró el falso suelo. Cuando escucharon la traslúcida voz que energía del interior de la tierra, Mith apremió a los guardias para que se acercaran y la ayudaran a abrir la compuerta. Con la espada en su mano derecha Mith contuvo la respiración mientras la luz se abría paso y descubría las escaleras del sótano, y luego esos ojos verdes.

Como de costumbre, la inquieta elfa no pudo esperar a que los asombrados guardias reaccionaran y tomó la iniciativa.

Quien sea que esté ahí abajo, salga despacio y con las manos a la vista. La guardia de Arthedain se lo ordena –dijo con voz clara y contundente, y tomándose la licencia con mucho descaro.

Cargando editor
13/04/2020, 17:57
Oter, hijo de Hreimdar

Meneldir era un hombre serio y locuaz, pero con gran confianza en sí mismo. Las instrucciones que recibieron dividían de nuevo al equipo pero era la manera más efectiva de avanzar en la misión. Mithgannel propuso de nuevo los grupos para comenzar por algún punto y el emparejamiento con Rowen le parecía buena idea, otra vez:

- Espero que esta vez no acabe enjaulado - le dijo bromeando a la maga, mientras se tapaba la boca con una expresión cómica.

La sensación de victoria duró poco en la cabeza del enano, pues a pesar de que habían conseguido dar una gran paso, el verdadero enemigo se había perdido la noche anterior en la oscuridad. Ossandrei, al final, era un simple espía o delator de las intenciones de la guardia de Bree.

- ¡Estoy de acuerdo! ¿Cuándo empezamos? - dijo Öter empuñando su martillo - Que el maldito Ossandrei pague por lo que he hecho, ahora será él quien se las vea en la jaula, ¡ha!

—Sé que abajo hay máquinas de tortura, horrores de metal que Ossandrei pensaba utilizar con nosotros. Me consta que él no es el dueño de tales herramientas y que estás se utilizan en todas las prisiones. Por desgracia. Si nos dejamos caer en las garras de la tortura o de la violencia, no somos mejores que nuestro enemigo. Si, participaré en el interrogatorio también, alguien debe de velar por que las cosas se hagan correctamente…

El corazón de Rowen estaba por encima de cualquier signo de violencia, su perspectiva difería del enano, que en algunos ocasiones el "ojo por ojo, diente por diente" era la mejor opción para equilibrar el bien y el mal.

- No habrá mayor castigo que probar el martillo que tengo entre las manos, pero le prometo, señorita Rowen, que no haré uso de él mientras no sea necesario. Ese maldito traidor tiene suficiente castigo con ser quien es.

Ruby, Mith y Bradoc comenzaron a salir de aquella sala condenada a la oscuridad y la humedad. 

- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 1d100

Resultado: 95(+15)=110 [95]

Notas de juego

Yo he tirado también por si acaso! :D

Por poco tirada abierta. ¡Qué pena!

Cargando editor
13/04/2020, 19:57
Bradoc

“Malditas las ganas que tengo de volver a esa casa...” pensó al oír las tareas que Meneldir propuso, dando gracias en su interior cuando Mithganniel se presentó voluntaria para ir.

El resto de tareas se asignaron rápidamente. Para sorpresa de Bradoc, Rowen insistió en participar en el interrogatorio de Ossandrei. "Espero que no se arrepienta..." pensó cuando el capitán accedió a su petición, creyendo que el antiguo oficial de la guardia sería un hueso duro de roer para un interrogador experimentado y que con tanto en juego cualquier cosa podría pasar.

— Yo iré a ver a Mutfast — comentó al ver que sus compañeros ya comenzaban a abandonar la mazmorra. Él aún tendría que esperar para acompañarlos. Seguidamente comenzó a descender a los niveles inferiores del calabozo.

La tarea que le tocaba, hablar el explorador encerrado por Ossandrei era el tipo de tarea tranquila que Bradoc necesitaba en ese momento. Algo aparentemente rápido y sencillo, que con suerte le permitiría hacer una visita rápida en alguno de sus antros favoritos y tomarse una buena pinta después de un trabajo bien hecho. Además, podría recuperar algo de energía después de tanto ajetreo en tan poco tiempo.

Y separarse unos instantes del grupo le ayudaría a ver las cosas con algo más de perspectiva. Después de tantos años en solitario el vínculo que había desarrollado con esas cuatro personas en tan poco tiempo no parecía propio de él. Pero tampoco nunca antes se había visto en una situación parecida, por lo que necesitaba reflexionar. Algo tampoco propio de Bradoc.

Cargando editor
13/04/2020, 23:24
Rowen
- Tiradas (1)

Motivo: Percepción

Tirada: 1d100

Resultado: 55(+15)=70 [55]

Cargando editor
14/04/2020, 09:17
Director

Los aposentos de Ossandrei eran amplios y luminosos, no tanto como los de Meneldir, pero sin duda privilegiados para los estándares de la época. En una sola pieza se juntaba el catre, un discreto estudio de madera y algunos anaqueles de libros. 

Sólo Meneldir, Rowen y Öter habían accedido a los aposentos. El capitán no se hizo acompañar por nadie más de la guardia, pues debió considerar más seguro mantenerlos apartados de las posibles pruebas de Ossandrei en aquellos aposentos. Nunca se sabía si podía haber algún traidor más entre sus hombres.

La pieza tenía también algunos baúles, pero sólo encontraron en ellos ropa y otros efectos personales sin interés. Colgado de un gancho en la pared encontraron un manojo de llaves, y Meneldir lo dio a uno de los guardias que aguardaban en la puerta para que cotejara el perfil de las llaves. Ninguna era diferente de las que tenían otros oficiales de la Guardia: puertas de la torre, calabozos, caballerizas, etc.

Sí tuvo interés descubrir, en el hogar de fuego, multitud de pedazos de papel y pergamino ennegrecidos y convertidos en ceniza. Imposible sacar nada de ello. El traidor se había empleado a fondo para no dejar ningún hilo del que tirar.  

Rowen se dedicó sobre todo a inspeccionar los libros de los anaqueles. No eran más que anodinos volúmenes de historia del reino de Arnor y de los reinos de Arthedain, Rhudaur y Cardolan: ediciones convencionales y comunes que servían de relleno de muchas bibliotecas.

Tras largos minutos de búsqueda infructuosa, Öter se dirigió a la ventana, desanimado. "Sé que tienes algo, maldito" pensaba, refunfuñando para sus adentros. "Ya te pillé un pergamino una vez, ¿qué no podría encontrarte pudiendo campar libremente por tus aposentos?". Al otro lado de la ventana, el enano podía ver al pueblo de Bree en sus quehaceres matutinos habituales. De pronto, el trino de un pajarillo llamó su atención. A un palmo de sus narices, en el alféizar de su ventana, un gorrión picoteaba algunos granos de alpiste que alguien había dejado allí. El aguerrido khazad no podía caber en sí de asombro cuando vio, en la patita del gorrión, un hilo atado a ella. En el otro extremo del hilo, un minúsculo rollo de papel. Temblando, aproximó sus manazas al pajarito, temiendo ahuyentarlo, pero por el contrario el gorrión permaneció tranquilo picoteado el alpiste. Parecía de alguna forma acostumbrado al ritual. Öter prosiguió hasta deshacer el nudo y sacarle el papel. 

Para entonces Rowen y Meneldir, extrañados por la súbita afición del enano por la ornitología, ya se habían unido a él junto a la ventana. El papel no tendría más de dos pulgadas por tres, y en él se garabateaba, con concisión telegráfica:

 

Última semana de Marzo, segundo cargamento desviado y escondido. 10 unidades.

Los tapones no sospechan nada. Todo bajo control.

 

"El enlace"

 

En aquel momento, uno de los guardias que esperaban afuera llamó a la puerta y se asomó: 

- Mi señor, es importante. El esterlinga, ha despertado - todos salieron y acompañaron apresuradamente al guardia hasta la enfermería del barracón. Por fortuna, el estudioso de lenguas ya estaba allí, aguardando a que despertara.

El esterlinga estaba tumbado en una estancia separado del resto de enfermos. Sus ojos mostraban una desorientación tremenda, cercana al ataque de pánico.

- ¡Azaroth!¡Ossandrei! - fueron sus primeras palabras, mientras miraba con consternación a su alrededor, girando su cabeza a uno y otro lado. Al cabo de un momento pareció comprender mínimamente dónde se encontraba, y su expresión adquirió súbitamente un tinte de alivio, casi de placidez triunfal: - Ha llegado el momento, voy a reunirme a la Gran Tribu. Dejadme partir - entonces, su ceño volvió a fruncirse y, como si de pronto hubiera recordado algo, su voz volvió a adquirir un tono de preocupación: - ¡La chica...el sótano! No tiene comida. ¿Está viva? ¿Esta viva?

Con estas palabras, pronunciadas en medio de gran agitación, el esterlinga dio un respingo y se desvaneció. El médico acudió presto a tomarle el pulso y al momento certificó su muerte.

El lingüista había traducido a todos los presentes las frases en esterlinga, y tras la muerte del guerrero, Meneldir dejó que se fuera.

Cuando volvisteis a la estancia de Ossandrei, el gorrión todavía estaba allí, picoteando los últimos granos de alpiste.

 

 

Notas de juego

Buena Öter, eres un lince inspeccionando estancias. No era fácil fijarse en la pata del pajarillo.

Cargando editor
14/04/2020, 17:36
Oter, hijo de Hreimdar

- No sé como podías meterte en tantos problemas con la bonita morada que disfrutabas, Ossandrei... - dijo con sorna el enano en voz alta -. Qué manera de echar a perder un sitio tan acogedor - Öter carraspeó-. De acuerdo, ¿empezamos?

La lujosa estancia tenía todo lo necesario para un cargo como el de Ossandrei, sin más ni menos. Una buena distribución de la sala y todo prácticamente a mano la ponía al nivel de segundo de Bree. Ex-segundo de Bree. Öter paseaba buscando por encima alguna pista o indicio. No era un experto en rastrear, ya que sus habilidades estaban más relacionadas con la fuerza como la forja antes que la perspicacia. 

El capitán Meneldir y la señorita Rowen le acompañaban en esas cuatros paredes. A primera vista, nada importante. Documentos propios de la ciudad y la comarca de alrededores relacionados con mapas e historia geográfica y política. En las cenizas de una chimenea ya apagada hace tiempo, restos de papeles carbonizados que no tenían por qué ser importantes. La búsqueda no deparaba nada fuera de lo normal. El enano miró a Rowen, que negó levemente con la cabeza, resignada.

Tras largos minutos de búsqueda infructuosa, Öter se dirigió a la ventana, desanimado. "Sé que tienes algo, maldito" pensaba, refunfuñando para sus adentros. "Ya te pillé un pergamino una vez, ¿qué no podría encontrarte pudiendo campar libremente por tus aposentos?"

 Un repiqueteo acompañado con el batir de unas alas, llamó la atención del guerrero enano. Sus plumas no eran muy llamativas, pero había algo en él que el enano descubrió casi por casualidad. 

- Pero bueno... - dijo acercando su mano lentamente al gorrión, que seguía con sus quehaceres alimenticios- ¿Qué tenemos aquí...? - el enano dio un paso con toda la delicadeza que sus pesados y rechonchos miembros le permitieron.

Una pequeño hilo, enrrollado en la pata del animal contenía un pequeño trozo de papel enrrollado, sin duda, un mensaje.

Última semana de Marzo, segundo cargamento desviado y escondido. 10 unidades.

Los tapones no sospechan nada. Todo bajo control.

 

"El enlace"

 - Vaya, vaya - exclamó sonriendo el enano -; parece que tenemos que quizás nos pueda ayudar. 

En ese momento, un guardía entró corriendo en los aposentos anunciando nuevas sobre el esterlinga. Una ayuda más sobre lo que estaba pasando y podrían empezar a atar cabos. Pero el esterlinga no aguantó mucho, y tras varias exclamaciones desorientadas, falleció. Los curanderos y demás presentes comenzaron con los preparativos y el grupo dejó la sala para volver a los aposentos de Ossandrei.

- Y bien, señor Menendil. ¿Os sugiere algo esta nota? ¿A qué mercancía se puede referir o si la fecha es determinante? Quizás ese Azaroth sepa algo de esto - aunque se refería al capitán, la opinión de Rowen era igual de importante y se lo hizo saber con una mirada -. Y sobre la chica... ¿Podría ser la casa donde los sorprendimos?

 

Cargando editor
14/04/2020, 18:41
Agente Draon

Y separarse unos instantes del grupo le ayudaría a ver las cosas con algo más de perspectiva. Después de tantos años en solitario el vínculo que había desarrollado con esas cuatro personas en tan poco tiempo no parecía propio de él. Pero tampoco nunca antes se había visto en una situación parecida, por lo que necesitaba reflexionar. Algo tampoco propio de Bradoc.

Apenas Bradoc había caminado algunos metros por las populosas calles de Bree, animadas por la proximidad del Mercado, cuando escuchó a alguien llamándole detrás suyo:

- ¡Bradoc! Amigo, ¿como estás? - Draon, su agente para contratar servicios de escolta en Bree se le acercó amistosamente - tienes mal aspecto, hijo, ¿qué ha pasado? Bueno, bueno, nada que no se arregle con una copa de brandy. Déjame invitarte. La tomaremos en mi oficina. Es importante hablar con discreción de tu próximo cliente.

Tras caminar unas cuantas manzanas juntos, llegaron a una pequeña oficina a pie de calle, con las paredes de madera forradas de multitud de planos de diferentes lugares de la Tierra Media. Os sentasteis en un pequeño rincón con dos butacas y una mesa. Draon sacó el brandy y llenó generosamente dos copas.

- No te hacía tan pronto por aquí. Tuve que enviarte una nota para informarte del retraso del cliente, espero la recibieras correctamente - inclinándose con aire confidencial - No te imaginas quién es...pero, Bradoc, júrame que no lo vas a revelar. Tu silencio está incluido en el precio y es condición necesaria. - Tras las muestras de Bradoc de mantener el secreto, prosiguió: - Creo que en Arthedain se va a desencadenar una guerra, o poco menos. El Rey de Arthedain ha estado buscando, de forma totalmente confidencial, un servicio de escolta independiente de la Guardia Real, para evitar levantar sospechas. Y así llegó hasta nosotros, la humilde agencia Draon.¡El Rey de Arthedain, Arveleg II! Creo que nuestra modesta fama empieza a trascender fronteras, jejeje. ¿Y a quién debemos escoltar, te preguntarás? Pues nada menos que a su esposa, la Reina, y a la princesa Elina, su hija. 

Esperó para ver el efecto que causaban sus palabras.

- Sí, por eso decía lo de la guerra: El Rey y su hijo se quedan en Fornost, presumo yo, y envían a las mujeres muy lejos, al sur, donde ahora mismo está más tranquila la política territorial. Minas Tirith, en Gondor. Ya lo ves Bradoc, muy pero que muy al sur. La Reina es ya una vieja apergaminada, pues no es dúnadan como su esposo, sino una humana común. Fácilmente ronda los 90 años, pero aún mantiene un porte distinguido

Bradoc pensó en que él, de pronto, si era cierto que era medio elfo, había pasado a tener una esperanza de vida de hasta 500 años. No supo por qué, le vino la imagen de Rowen envejeciéndose y marchitándose a su lado como una planta sin agua, dentro de varias centurias. Draon seguía hablando:

- Mas deberíais ver a  la princesa Elina...¡pardiez, si la veréis, dentro unos días, si no hay más retrasos! no habréis visto en vuestra vida belleza semejante. Puedes sentirte afortunado de haber sido honrado por este encargo, Bradoc. ¡Pero no me falles! La seguridad del futuro viaje depende de la discreción que mantengamos ahora, ¿de acuerdo? Pero, cuéntame tú, ¿que te ha traído tan pronto a Bree? Bebiendo todo el día, ¿o que? Granuja, jajaja. Por cierto, me extraña que no me hayas pedido aún el adelanto, ¿te encuentras bien? - terminó Draon con sorna.

 

 

 

 

 

 

 

Cargando editor
14/04/2020, 19:11
Meneldir

Y bien, señor Menendil. ¿Os sugiere algo esta nota? ¿A qué mercancía se puede referir o si la fecha es determinante? Quizás ese Azaroth sepa algo de esto - aunque se refería al capitán, la opinión de Rowen era igual de importante y se lo hizo saber con una mirada -. Y sobre la chica... ¿Podría ser la casa donde los sorprendimos?

 

- No tengo mejor información que vosotros, maese enano. Estoy ciertamente...asombrado - el veterano Capitán reflexionó un momento - Azaroth puede ser el ser deforme del que me hablasteis, si gritó su nombre junto al de Ossandrei...o podría ser otra persona, no lo sé. Enano, si tienes una corazonada respecto a la casa y la chica, debemos cerciorarnos de todo. Roywil y la elfa deben estar por ahí todavía, pero no sabrían que hay que buscar un sótano, si es que el muerto se refería a la misma casa. ¿Acudirás allí, con toda presteza? La dama Rowen y yo terminaremos el registro y empezaremos la tor...digo, el interrogatorio del traidor. Si hay novedades relevantes de la casa hacedme llamad e informarme en cualquier momento.

Se quedaron un momento en silencio contemplando al gorrión, que aun sin alpiste se mantenía quieto en el alféizar de la ventana. Finalmente Meneldir añadió:

- Este pequeño está esperando algo...si ésta era la forma de comunicarse de Ossandrei con "el enlace", ¿es mucho imaginar que estará esperando una contestación?.

 

 

 

  

Cargando editor
14/04/2020, 19:34
Director

 

Disculpe, señor Galeof. Si no es indiscreción, ¿Podría decirme si han podido atrapar a alguno de esos bandidos? ¿Quizás tienen alguno en las celdas de sus barracones? Ha mencionado usted que no tienen delitos de sangre pero si asaltos a caravanas y secuestros. ¿Se han conseguido rescatar a los secuestrados? ¿Sería posible que ésta banda tuviera tratos con otros grupos criminales de los alrededores, o incluso con el enemigo del norte? –preguntó la curiosa Mith tratando de obtener algo más de información. Entendía que era asuntos privados de las autoridades, pero viendo al beórnida tan abierto le dio un intento.

 

Durante el camino, Roywill Galeof había respondido con paciencia de oso a la sarta de preguntas encadenadas que la avispada elfa profería durante el camino. "Parece que no se conforma fácilmente" pensaba. El oficial había explicado, algo difusamente, a Mithgannel que los bandidos eran algo así como una organización "líquida" en la que sus integrantes entraban y salían continuamente; ganaban algo de dinero con un encargo o dos, y volvían a sus vidas. Galeof opinaba que seguramente Cormac no se había mostrado nunca con su verdadero semblante ni siquiera ante "sus" bandidos. Los secuestros que llevaban a cabo solían durar pocos días y se resolvían por dinero, sin complicaciones. Alguna vez la Guardia había conseguido desbaratar asaltos y secuestros, pero al cabo del tiempo éstos volvían, con otras formas, o en otros lugares.

- Por supuesto que hemos tenido bandidos encarcelados - dijo el beórnida - pero cumplen su condena y salen. Y mientras tanto, los bandidos siguen actuando. Quien quiere ganar dinero con el bandolerismo, no necesita moverse mucho para hacer los contactos adecuados y ser asignado a alguna misión. Y si, en algún momento Cormac se ve demasiado cercado por nosotros, desaparece un mes o dos, se hace con otra identidad y durante un tiempo nadie oye hablar de los bandidos. Es realmente escurridizo...

Roywil asistió estupefacto a la toma de autoridad que había hecho la elfa para dirigirse al misterioso morador del sótano, pero estando así las cosas, no pudo por menos que colocarse junto a ella y blandir su espada mientras escudriñaba en la penumbra.

Notas de juego

Continúo con la descripción del sótano y su "habitante".

Cargando editor
14/04/2020, 20:26
Ruby Moss

Cuando llegaron a aquella celda, Ruby se tiro inmediatamente al cuello de su primo. Aunque a penas se habían visto en su vida desde que su tío le contó que estaba encarcelado por traición pensó que no volvería a verlo nunca. Todas las emociones vividas a lo largo del último día se vieron reflejadas en aquel efusivo abrazo. Mientras Mutfast relataba lo visto en los túmulos, Ruby fue palideciendo y su preocupación fue en aumento.

— Una horda de orcos en los túmulos, no es posible. ¡Bree esta en peligro! ¡La Comarca! Debemos avisar, hay que organizar una expedición antes de que sea demasiado tarde.

El relato le había echo olvidar que su primo llevaba varios días encarcelado, sin un baño ni comida caliente. Su primo le saco de aquella excitación. Seguro que ni siquiera le habían dado al menos 6 comidas diaria. Aquel trato era inhobbit. Era momento de un buen baño. Como los dioses mandan.

— Por supuesto Mut, subamos a que te des ese merecido baño. Mientras prepararemos el desayuno y delante de unos tostadas, huevos y baicon podremos hablar de todo lo acontecido con más tranquilidad.

Acompaño a su primo a la planta alta. Más tarde tenía un asunto importante que resolver en Bree. Pero eso podía esperar para la tarde, cuando el capitán permitiera que se podía hablar de algunas cosas acontecidas en aquel asunto. Además de ir a hablar con su tío iría a ajustar cuentas con Ham Arroyuelo, ese sinvergüenza se había quedado con su dinero y peor aún les había estado espiando.