Partida Rol por web

Durzo entra con cuidado y no ve nada en el interior que le cause preocupación. Parece que hay una trampilla que debe llevar a un sótano o a las alcantarillas.

Antes de entrar en las alcantarillas Dante deguella a los goblins, no le agrada hacerlo, pero alguien tiene que hacer el trabajo sucio...

Adriel se acerca alzandose los bajos del vestido para no mancharse de porquería y sangre. Al ver la trampilla que observa Durzo no puede sino susurrar resignada - espero que no sean otra vez las alcantarillas, no voy a ganar para vestidos.

Con una sonrisa miro a Adriel Pues tiene toda la  pinta, así que remángate

Acto seguido, miro la cerradura, en busca de posibles trampas. Mientras miro, me giro hacia el resto Mirad a ver si llevan alguna llave antes de intentar forzar esta cerradura

-Venga, bajemos antes de que nos descubran--propone la joven alquimista al grupo.

Una vez comprobado que no hay problemas y que se puede abrir sin problemas, hago un gesto la resto llevándome un dedo a los labios antes de abrir la trampilla.

Tras unos segundos en los que intento oir cualquier ruido, o incluso ver algo, me adentro hacia donde nos lleve esa puerta.

Jarl, en estado de shock mira hacia sus compañeros.

- Pero la idea no era capturar a un goblin para obtener información - dice - ¿Vamos a meternos ahí, sin saber lo que nos espera, y sin saber que vamos a hacer?. Lo más probable es que logréis sorprender a las letrinas. ¿No sería más razonable obtener alguna inteligencia de los goblins y preparar una intervención quirúrgica para eliminar al jefe con el menor daño colateral posible? - protesta el caballero.

Dante intenta retirar los goblins de la entrada de las alcantarillas mientras Durzo inspecciona el lugar, busca una pared tras la que colocar a sus víctimas y vuelve a tiempo de oir a Jarl  bueno  encogiéndose de hombros  estos ya no nos van a decir mucho, además creo que no es momento de perder el tiempo hablando aquí, estamos al descubierto...

- Por alguna extraña razón me siento más a salvo aquí al descubierto que allí dentro - refunfuña Jarl, mientras se dispone a seguir a sus compañeros - Jugase la vida con un impulso... así a loco... no se porque os sigo. - continua en voz baja.

Dante sonrie ante el gruñido malhumorado del caballero, cree saber por qué lo hace y le susurra  quizás porque además de hacer algo bueno es emocionante, te lo estás pasando de vicio, no disimules amigo.

-¿Me disculpáis un segundo? Gracias--mientras los dos luchadores dialogan, la chica del tatuaje en el rostro se interna por la trampilla detrás del pícaro.

Adriel se queda a cuadros con la charla de Jarl me considero inteligente, pero apenas he conseguido comprender la mitad de toda esa jerga, debe ser alguien importante, la mayoría de los guerreros que conoce apenas abren la boca para pedir una cerveza, decir algo del culo de la camarera o soltar algún gruñido. Que será todo eso de una intervención quirurgica, ¿no es eso lo que hacen los sanadores? ¿daño colateral?

Sacude la cabeza se adelanta a Medea para ofrecerle a Durzo un cetro solar, - Si lo usas bajo tus ropas la luz se amortiguará. No se si prefieres adelantarte a explorar o prefieres no distanciarte mucho mientras abres el paso. No tengo mucha experiencia en incursiones - se encoge de hombros. - En cualquier caso más vale que espavilemos antes de que alguien se percate de que faltan los goblins.

Durzo se pone a examinar la trampilla y a escuchar. Debajo de la misma parece haber algo de jaleo. Varias criaturas riéndose y pegando voces... Goblins... El eco de las voces parece indicar una sala grande, ¿una bodega?

Al oir el gritería, me giro hacia Medea y juntando los cinco dedos hacia arriba, los abro y los cierro.

Mirando los bolsillos de la joven, le hago un gesto, moviendo una mano, moviendo otra y agitando. Luego hago un gesto de lanzarla dentro mientras sonrío y hago el gesto de una explosión.

Medea asiente a Durzo sonriendo.

Yo desenvaino con cuidado mi espada y afianzo mi escudo. Después hago una señal se adentimiento, ya preparado.

Adriel se señala a si misma, luego a la trampilla, y hace gestos de agacharse, cerrar la mano y echarla hacia atrás. Mira a Durzo a los ojos mientras levanta el pulgar, lo baja y lo vuelve a subir alternativamente.