Partida Rol por web

Dante se queda estupefacto ante el enjambre de criaturas, se da cuenta que su espadón poco puede hacer ante los cientos de minúsculos bichos; el guerrero se prepara para prestar ayuda a alguno de sus compañeros por si hiciera falta y reza para que las habilidades mágicas de sus compañeros sean suficientes para matar a las infectas criaturas.

- Mierda, no me gustan los bichos, y menos en manadas - saca la daga según se mueve y empieza a pinchar tratando de atraer la atención y ayudar a Seltius.

Las criaturas avanzan lentamente hacia Adriel y Seltius y comienzan a meterse por entre los recovecos de sus ropas mordiendo cientos de veces y quemando con los débiles jugos digestivos que tienen que al ir en grupo sí que queman...

Varias de las criaturas entran por la boca de Seltius, y la situación hace que el clérigo tenga nauseas y casi pierda el conocimiento.

Entre arcadas y toses, medio me arrastro, a veces con una rodilla en tierra, a veces camino dos pasos y resbalo, todo entre toses y arcadas. Salgo de la marabunta de bichos, pero sin opción a hacer nada más que limitarme a mirar como avanzan los asquerosos bichos...

-¡Atrás, atrás!--azuza Medea a sus compañeros con urgencia--¡Vamos, vamos! No podrán seguirnos si nos movemos rápido.

La alquimista chelaxiana prepara una de sus bombas de fuego y aguarda a que todo el grupo esté fuera de la zona de impacto para lanzarla contra el enjambre antes de retrasar de nuevo su posición.

Haciendo caso a Medea, guardo el arco e intento sacar de allí a Seltius, haciendo que pase un brazo por mis hombros y llevándomelo como puedo Ja..Jarl, ayú...dame, joder

- Lo siento Durzo, pero si vamos todos hacia el mismo sitio no lograremos nada, hay que dispersarse. Llevaros a Seltius de aquí - grita Jarl mientras se mete lentamente en la marabunta. El caballero se mueve despacio dejando que los bichos suban por sus piernas mientras se mueve lentamente en dirección contraria a sus compañeros. - No temáis, si la cosa se pone complicada podre huir corriendo...

La deflagración consume a la mayor parte de las criaturas. Las que quedan son fácilmente aplastadas y tanto Seltius como Adriel se encuentran mucho mejor.

Pero... ¿que eran esas malditas cosas? Me han mordido por todos lados... Adriel, acercate, mi amada Diosa nos complacerá con su reparador toque.

Me concentro y una ola de energía nos inunda, reparando los daños causados por las sabandijas.

Jarl aplasta con su guante, entre dos dedos, a las últimas criaturas, examinándolas con interés.

- ¿Por que nos atacarían?, ¿Magia?, ¿Llevamos algo que les gusta? - se encoge de hombros - Es una pena, si pudiéramos dirigirlas serian un arma estupenda.

Goblins, hombres rata, gusanos  ¿qué más cosas asquerosas viven por aquí?  vámonos antes de averiguarlo, el hombretón está claramente nervioso y su deseo de abandonar el lugar es evidente.

-Nos encontramos en el lugar perfecto para que medren las plagas, sean del tipo que sean--afirma Medea levantando una mano para señalar los quejumbrosos alrededores---No creo que nos hayan atacado por nada en particular, quizás puro ansia o hambre.

-Y ahora que lo mencionas, Jarl,--comenta la joven del tatuaje sonriendo al guerrero de malas pulgas--llevo largo tiempo estudiando una complicada fórmula que algún día dará sus frutos en forma de extracto controla enjambres. Por ahora no es más que garabatos en mi libro de viajes, pero puede que en el futuro te sorprenda. ¡Je, je, je!

El caballero sonríe a Medea.

- Sin duda los enjambres son lo tuyo - dice mientras asiente, después se gira hacia Dante - Tienes razón, a ver si Durzo nos saca de este lugar, no nos viene mal descansar.

- Bichos, bichos, ¡Odio a los bichos! - extiende su tunica con las manos - mirad como han dejado mi vestido nuevo - efectivamente es un poema, suciedad, agujeros, manchas de sangre.

La energía que libera Seltius hace que sus heridas se cierren y calmen un poco los nervios de la elfa. - Gracias encanto - sonrie al clerigo mientras pronuncia las palabras. Después mira alrededor, vaya vecindario, - sin duda mejor salir de aquí.

El resto del viaje hasta la pared por donde pasasteis no tiene más sorpresas. No ha pasado mucho más de mediodía cuando estáis nuevamente en la parte "civilizada" de Westcrown.