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Crónica del Heredero - Episodio II - El Ascenso.

VIII - La muerte del Gran Muzhal

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18/10/2015, 22:02
Orcos del Buey Blanco

Gran Muzhal no fuerte. - Pronunció como buenamente pudo.-  Choza. Choza grande fuera. - Añadió a continuación tratando de señalar hacia el norte con la única parte de su cuerpo que podía mover, que no era otra que sus ojos.-  El no ir a pelea. ¡Él esperar ahí hasta ciudad nuestra! Pero ahora de mal humor porque barco no venir.

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19/10/2015, 00:48
Kormack Quebrantahuesos

Kormack miró a sus compañeros cuando la poca información que aportaba el orco coincidió con la que ya poseían. Una vez terminó de pronunciar su última palabra y Davros mostró estar conforme, el hacha del enano cayó sobre la cabeza del último superviviente. -Y tres...- dijo el enano tras matar a los tres orcos que habían emboscado. Sin duda un placer comenzar la cuenta con tres enemigos por encima de Davros y Losse. Aquella guerra comenzaba bien...

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19/10/2015, 00:50
Davros Zokk

Con la última palabra de su respuesta, el orco firmó su sentencia sin saberlo. El hacha de Kormack cayó hasta su cabeza, salpicando de sangre cara, pelo y armadura de Davros.

Tan calmado como antes, se limpió la sangre de los ojos, levantó - Dos gigantes y Muzhal... No va a ser pan comido. -Dijo compartiendo su preocupación con el enano, con quien se había quedado retrasado ante el avance de sus otros tres compañeros.

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19/10/2015, 00:50
Losse

Con aquel reguero de sangre por toda la sala y cinco pares de ojos deambulando por la habitación, Losse no quiso arriesgar a ser detectado mientras pasaba entre medias de ellos. Fue entonces cuando volvió a descencer por los escalones y advirtió a sus compañeros. - Hay cinco más ahí arriba. Esperad que examine los alrededores antes de que sigáis avanzando. - Entonces, casi seguro de que no podían escucharle, el elfo lunar guardó su arco en su brazalete de varitas y sacó el talismán que invocaría el disco de fuerza que ya utilizó en la mansión de Lady Ophal. Se subió a él y volvió hasta el mismo lugar que antes.

Viendo el escaso movimiento, supuso que el Gran Muzhal no se encontraba nada cerca del lugar en el que se encontraban. Debía salir al exterior para seguir buscándolo y, de paso, localizar los golpes de los picos que pretendían abrirse paso hasta Crimmor. Así, sin más dilación, empezó a atravesar la habitación hasta acceder a la puerta que traía la cálida luz del exterior, y que tan bien venida sería por él después de haber atravesado aquel lúgubre y maloliente túnel, con sus oídos muy atentos por los sonidos que pudieran venir de las habitaciones contiguas, algo de vital importancia para cuando sus compañeros avanzaran.

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19/10/2015, 01:07
Director

El disco flotante de tenser se movió silencioso a pocos centímetros del ensangrentado suelo y, aunque pasó a escasa distancia de los entretenidos orcos, ninguno de ellos pareció inmutarse. Dejó el everlunita a un lado el abarrotado salón de la residencia donde no muchas horas atrás, según había contado Davros y Zanc, ambos habían mantenido un buen combate contra los piratas que el día anterior se hicieron pasar por soldados. El elfo no se paró a contar el número pero por las sombras y el jaleo reinante supuso que mínimo habría varias docenas de orcos, excitados por los combates de la noche anterior y por la suculenta cena que acababan de recibir.

De nuevo el frescor matinal recibió a Losse cuando éste abandonó la residencia y se encontró en el patio interior del recinto amurallado. Había de tener mucho cuidado por dónde se movía, pues no eran pocos los goblins que corrían de aquí allá llevando órdenes a los dispersos grupúsculos de orcos lo que aumentaba con creces la posibilidad de que alguno chocase contra él.

El explorador se asomó a la esquina de la residencia y localizó lo que había temido. Un enorme agujero estaba siendo excavado a pocos metros del portón interior. Una cadena de orcos movían las pesadas piedras que eran extraídas del subsuelo para, acto seguido, depositarlas en unos grandes cestos que sólo podían ser movidos por algo grande, muy grande, que Losse no dudó en atribuir a uno de los gigantes que había mencionado el orco ejecutado por Kormack. 

Notas de juego

No te he añadido los orcos porque sería imposible pero, a grandes rasgos, sólo en el patio interior superior has contado a 45 orcos y más de sesenta goblins.

El gigante que probablemente transporta los grandes sacos de piedra tampoco lo has visto aún.

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19/10/2015, 01:30
Losse

El ambiente no agradó a Losse. Eran demasiados enemigos y, los que más daño podían hacer, eran demasiado cantosos como para caminar por allí sin pasar desapercibidos. El acometer el ataque al gigante era un imposible y sólo quedaba la opción de llegar hasta el Gran Muzhal para descabezar a todo el clan y rezar a los dioses por salir de allí con vida. No iba a ser una misión fácil, pero había que empezar por buscar al cabecilla. Por supuesto, antes había que advertir a sus amigos, pues temía que, si tardaba mucho, intentaran avanzar sin esperar a sus intrucciones. - Ni se os ocurra moveros de ahí salvo que vayáis como orcos. Ésto está infestado. He llegado a contar a cuarenta y cinco de ellos sólo en el patio de alrededor. No hagáis ruido. -

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19/10/2015, 01:50
Director

Losse retomó su exploración flotando en su disco mágico entre las ruidosas huestes que el Gran Muzhal había reunido en Fuerte Bueno. Cuanto más se internaba en el patio más difícil se hacía el moverse entre los pieles-verde sin el riesgo de chocarse con alguno de los rápidos mensajeros goblin. Lo sabía y aquello le valió para estar preparado cuando en más de una ocasión hubo de forzar con su voluntad al disco para que se desplazase en el último momento a un lado y a otro a fin de esquivar a un concentrado y temeroso goblin. Un súbito encontronazo de éste con él, una voz de alarma o algo que pudiese alertar a sus parientes de mayor tamaño desencadenaría unas consecuencias sobre las que era mejor no pensar.

Una vez en el patio principal el explorador localizó otras dos grandes armas de asedio que lanzaban piedras sin cesar contra las murallas de Crímmor. Eran operadas por ogros embutidos en grandes armaduras de cuero endurecido que con feroces voces y valiéndose de látigos de numerosas colas ordenaban cargar las amplias cazoletas de los onagros. Tampoco escapó a la vista del explorador uno de los dos gigantes que al parecer habitaban el fuerte. Era tan imponente que de no haber sido porque el elfo ya venía curado de espanto tras haber visto a Triomertán la sorpresa hubiese sido mayúscula. Se encontraba franqueando un amplio espacio de muralla derruida en uno de los extremos del patio. Tras éste el elfo distinguió empalizadas de madera y varias tiendas de lona entre las cuales se movían grandes y agresivos orcos pero en una proporción menor a lo que caminaba entre los muros del patio.

- Tiradas (1)

Notas de juego

En el patio principal, sin contar lo que pueda haber dentro de los edificios, no habrá menos de 80 orcos, además de 6 ogros y una cantidad ingente de goblins que sería imposible contar.

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19/10/2015, 01:51
Losse
Sólo para el director

Gracias a sus grandes reflejos Losse había dejado atrás a los trasgos que correteaban por el patio sin que ocurriera ninguna catástrofe. Cuanto más avanzaba más difícil le parecía que sus compañeros pudieran caminar por allí sin ser detectados. Era una auténtica locura. No quiso ni pensar siquiera en qué ocurriría si justo aparecía aquel barco que se supone que esperaba el Gran Muzhal y con el que llegaría el temido Steznag, aquel que tanto tiempo habían buscado y que no lograron hallar a una distancia desde la que echarle el guante.

La algarabía de aquel patio era ensordecedora y, más aún, con el sonido de las armas de asedio dirigiendo sus ataques a Crimmor. En ellas estaba la base para que la distracción llegara a buen puerto o tal vez en esos tejados de paja que tan bien ardían...

Finalmente encontró a dos de los gigantes que por allí deambulaban, aunque éstos estaban quietos y vigilantes ante lo que pudiera ocurrir. El objetivo debía estar muy cerca, pues la compañía de grandes orcos así lo hacía presumir. No obstante, no quiso arriesgarse más, sabía que allí debía encontrarse. No sería prudente avanzar y exponerse a ser encontrado, pues, en las ideas que Losse barajaba, ese Gran Muzhal no debía recibir el nombre por su tamaño sino por su conocimiento. Y éso implicaba magia.

Entonces se paró a analizar el entorno. Si la muralla permanecía derruida en ese tramo vigilado, quizá se pudiera avanzar por su interior con más facilidad, si es que disponía de algún conducto para acceder a ella. Debía investigarlo, al igual que cerciorarse de que algún acceso a ella existía en el edificio en el que se encontraban Ogna y los demás.

Por cercanía y similitud se introdujo en la casa que custodiaba el ala sur del Fuerte Bueno. Sintió gran decepción al comprobar que la muralla no contaba con un pasadizo interior y que sólo por arriba podía ser recorrida. Aunque, pensándolo bien, dentro de lo malo, no era peor que recorrer todo el patio.

Subió a la muralla, extremando las precauciones para no chocar con ningún orco y se puso a rodearla pasando por encima del campamento exterior. Se asomó para tener una visión más clara del lugar y continuó muralla adelante hasta alcanzar el edificio desde el que había salido. Quería comprobar si, efectivamente, disponía de un acceso a la muralla.

- Tiradas (2)
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19/10/2015, 02:42
Losse

Habían pasado unos cuantos minutos de larga espera hasta que Losse encontró un resquicio donde enviar un mensaje a Ogna.

- Creo que he encontrado donde se encuentra el Gran Muzhal. Estáis prácticamente en la otra punta. Voy a volver allí y explicaros mi plan. Aunque creo que es bastante complicado llevarlo a cabo. Quizá entre todos encontremos alguna idea mejor. -

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19/10/2015, 02:52
Director

Losse completó a través de las murallas el circuito que le había llevado alrededor de todo Fuerte Bueno. La puerta por la que entró en el tercer piso de la residencia Crytrapper dio a un pasillo que, pese a los actuales inquilinos, aún conservaba la impronta que su dueña, Lady Lamia, había procurado aportar a la vivienda a lo largo de los años. Cuadros, alfombras de pieles de animales, muebles que valían más que las casas de muchos de los habitantes de Crímmor eran ignorados por los orcos que patrullaban la zona. 

Un charco de sangre cerca de una de las escaleras que descendían hasta las cocinas confirmó la historia de Zanc acerca del combate que había mantenido con varios piratas antes de salvar a la dueña de Fuerte Bueno. El elfo recorrió sin dudar y sin demasiados contratiempos el mismo camino que el pequeño y desaparecido gnomo había explorado el día anterior cuando la situación para la ciudad que creía a las espaldas del fuerte no era tan comprometida con en aquel momento.

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19/10/2015, 03:01
Losse

Montado en su disco llegó hasta la posición de los demás. Hasta que no les habló no se dieron cuenta de su presencia, pues Losse había sido muy meticuloso en su avance durante todo momento. - Es bastante difícil avanzar por el patio mientras mantengamos el aspecto humano. No sé de cuántos recursos disponemos, pero nos será difícil alcanzar al Gran Muzhal así. Si alguno más puede hacerse invisible, podríamos prender fuego a algunas de las casas. Allen interpretaría ésto como la señal, momento que deben aprovechar los demás para avanzar. - Pese a que sus compañeros no podían verle, se llevó las manos a la cabeza a sabiendas de las complicaciones que éso entrañaba. - Está todo muy custodiado y no sé hasta qué punto dará resultado. Sea como fuere, dos gigantes permanecen todo el tiempo en el campamento, además de los orcos mejores cualificados. Propongo avanzar por la muralla, pues es el lugar con el acceso más rápido que encontraremos, aunque éso también nos expondrá más a ser atacados. ¿Cómo lo veis vosotros? Hay más de cien orcos ahí fuera y bastantes más trasgos. Por no mencionar los ogros y gigantes. -

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19/10/2015, 20:19
Kormack Quebrantahuesos

El enano miró a Davros tras su comentario -Ya sabes lo que voy a decirrre...¡AH!-  dijo extrayendo el hacha del cráneo del orco. El enano siempre proponía el mismo plan. Tan tozudo como el primer día. -Yo me encarrrgo de entretenerrrlos. Tú sólo tienes que golpearr.- La estrategia no variaba ni un ápice. Luego Losse volvía con toda aquella información. -Demasiados.- dijo escuétamente el enano esperando a que alguno aportase al plan de Losse más de lo que podía aportar él.

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19/10/2015, 21:32
Ogna

- Esto es la boca del lobo.- Peor que la Torre de las Drizzas pensaba Ogna recordando la humillante huida.- Si hay tantos...la única opción es ir disfrazados...- Miraba al testarudo enano.- ... todos.- Menos Losse claro que iba invisible de por sí.- Se me ocurre...- La muchacha comenzó a hurgarse entre los dientes, con su aspecto de orco, como si se hubiera metido de lleno en la interpretación de su papel. Le faltaba rascarse el pandero.- Podríamos incendiar mejor que las casas las máquinas de asedio. O mejor...- Se frotaba las manos con el cerumen sacado del oído.- ...todo a la vez. ¿Tenemos suficiente fuego de alquimista?- Se preguntó buscando como una loca entre sus cosas.- Si le quitamos el tapón y le ponemos otra cosa en su lugar, como una mecha que vaya deshaciéndose hasta que derrame el contenido, podríamos provocar varios fuegos al vez sin estar allí delante como sospechosos. Eso daría la señal a Allen y debería comenzar el ataque para darnos el tiempo suficiente, con el caos, para ir a donde queramos.- De paso podrían inutilizar las catapultas.

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20/10/2015, 19:56
Orcos del Buey Blanco

Decididos a poner en práctica el plan de Ogna, o al menos ver cuán viable era, Kormack y Davros hubieron de tomar sendas pociones para adoptar ellos mismos la apariencia que ya poseían Ogna y Jeldrich: la de dos orcos del clan del Buey Blanco. Así, con cuatro de los compañeros en la apariencia de rudos y feroces orcos y Losse, en todo momento invisible y guiándoles el paso, ascendieron las escaleras de piedra hasta llegar a las cocinas.

El olor propio de los orcos, sobre todo cuando estos se encontraban en gran número, era tan palpable en el ambiente como las mismas paredes de piedra en las que se apoyaban. No se sorprendieron por tanto cuando el hueco de la escalera se abrió para mostrar lo que era una autentica carnicería en el sentido más exacto de la palabra. Lo que en su día debería haber sido un lugar repleto de sonrientes doncellas horneando crujientes y dorados panes se había convertido en un antro de muerte y desolación que más se asemejaba a una mazmorra que a una cocina.

Sus ojos quedaron atrapados al instante por otros ojos de gran tamaño que los observaban sin verlos desde el centro de la habitación. Éstos eran tan oscuros y profundos como las insondables simas que salpicaban la infraoscuridad de la que tantos horrores se contaban. Sobre la gran mesa que dominaba la estancia, en la que todavía eran visibles restos de harina y varios cuencos volcados, la cabeza de un caballo zaíno, o eso se intuía pues únicamente quedaba eso de animal, lo miraba con la mirada perdida en el infinito. Las moscas, que no había tardado en localizar el suculento banquete, se paseaban a sus anchas por aquellos ojos de largas pestañas que habían perdido el brillo de la vida pese a conservar su sangre el calor propio de ésta. No debía de llevar mucho tiempo muerto puesto que la sangre aún seguía goteando desde la mesa; engrosando de forma lenta pero firme el amplio charco que creía a los pies de ésta. Desde luego no toda la sangre que inundaba el suelo procedía de aquel otrora bello animal. No. Por los trozos de vestiduras y los pedazos de cota de malla de destrozados eslabones el explorador supo que algún guardia había compartido destino con el equino.  Los carniceros culpables de aquello tampoco estaban muy lejos. 

Parte de la tribu del Buey Blanco había elegido aquella sección de la residencia como aposentos personales; la habían ganado a pulso por el valor demostrado en la noche anterior. Sí, numerosos miembros del clan habían muerto atravesados por flechas, lanzas y virotes en su intento de tomar las murallas, pero aún eran muchos y el crecimiento de su tribu no corría peligro mientras hubiese al menos una docena de machos en edad de procrear.

Aquellos seres, grotescos ya de por sí, eran la mismísima encarnación del mal al mostrarse ante el everlutina bajo la capa de sangre que les cubría. Sucios, cubiertos de cicatrices, luciendo orgullosos heridas y amputaciones, disfrutaban no obstante entre risas  de la carne fresca y jugosa con la que habían sido obsequiados presumiblemente por el Gran Muzhal.

Tras ellos, dejando a un lado lo que supuso sería una alacena y otra puerta de mayor lustre  que con probabilidad daría a otra habitación del interior de la casa, Losse no pudo evitar fijarse en otra puerta más pequeña y de aspecto deslucido por la que se colaba la débil aunque reconfortante luz del exterior.

¿VENÍS A POR MÁS? - Preguntó de forma basta y grosera un viejo orco apoyado sobre la pared cuando vio entrar al grupo.

Notas de juego

Elimino pociones de disfraz de las fichas.

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21/10/2015, 00:24
Losse

Ante las malas noticias traídas, la mente de Ogna se puso a trabajar para complementar su plan. - Podría funcionar. Aunque no sé cómo vamos a hacerlo sin que llame demasiado la atención. Una mecha puede ser fácilmente visible. Pero confío en tus habilidades para pasar desapercibidos. - Quizá necesitarían la suerte que otras tantas veces les había faltado, siempre persiguiendo los problemas y, en muchas ocasiones, llegando tarde. - Démonos prisa. Esta invisibilidad no dura para siempre.

A pesar de ir subido a su disco de fuerza y totalmente invisible, sus compañeros intuyeron que él iba delante. Cuando comprobó que la cocina seguía tan ocupada como en su último paso se limitó a permanecer expectante hasta ver cómo barajaban sus compañeros la situación, pues no todos eran diestros en el manejo del idioma de los orcos.

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21/10/2015, 12:58
Ogna

- ¡PERO SI SOLO QUEHA LA CABESA!- Dijo como si fueran unos ansiosos que no hubieran dejado ni las raspas.-¡BAH, D´JALO, SI COMO MAS VOY A REVENTÁ! -Ogna levantaba la voz, usando el mismo asqueroso idioma que los orcos, imitando sus soeces expresiones e imitando sus desagradables gestos. Por dentro era un manojo de nervios y comenzaba a empapar sus ropas con su sudor. Afortunadamente el orco no era un idioma rico en vocabulario donde debiera tener cuidado con la gramática, pero aún así le suponía un esfuerzo constante tener que mentir e imitar la ruda voz de uno de aquellos pieles verde. Siguió caminando como si no pasara nada, hacia la puerta, aunque sabía que la iban a preguntar qué hacían. Rezaba porque fueran muy tontos y que no se dieran cuenta de que abajo había tres orcos y ahora salían de allí cuatro.

- ¿QUE MIRAS?- Le espetó con fiereza a uno de los orcos.- Vamos a buscar a uno de los zapateros...no, zapaderos...- Se golpeó la frente con fuerza a la vez que escupía al suelo.- Zapadores, ostias. TU SABES QUE RUIDOS. TOC, TOC, TOC, to´l puto rato.  Así no hay quien duerma la siest...ejem, quien vigile. Y caen cosas de techo, polvo que hace estornudar y me saca los mocos, sniiiiiirrrrfff.- Se sorbió la nariz con fuerza y limpiaba los supuestos mocos con el brazo. Espero que la trola se la tragaran . No era descabellado, si sabían que se estaban liberando los túneles para alcanzar Crímmor por ellos, que pudiera haber problemas de grietas o derrumbes.- Tú no te rías cabrón, que no  he llorao, como vuelvas a reírte de mí te hago una sonrisa de oreha a oreha, era una china en el puto ojo.-Golpeó con fuerza a Jeldrich en el costado, como si hubieran estado riéndose del jefe orco por haber soltado unas lagrimillas.- ¡Tira pa´lante joer!- Apremió a sus compañeros.- Y vosotros echad un ojo a esa puerta. Pero no sus dormais.

- Tiradas (1)

Notas de juego

Tiro engañar/interpretar.

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21/10/2015, 18:23
Orcos del Buey Blanco

¿ZAPADORES? - Gritó incrédulo aquel al que Ogna había dado explicaciones. - ¡Claro que sé que hay ruidos! ¿Has estado durmiendo desde que vinimos? - Aunque por su tono de voz uno podría pernsar que el orco iba a lanzarse a por Ogna o alguno de sus acompañantes, lo dierto era que el orco se mostraba alterado también por la tensa espera. - ¡Si esas babosas de narices ganchudas picaran más rápido estaríamos dentro de la ciudad desde hace horas!

¡O...o...si el barco volador hubiese llegado Ukram! - Interrumpió un orco que mordisqueaba lo que a todas luces parecía ser el largo fémur de una persona. - ¡El barco tiene la culpa!

¡CÁLLATE XVIZ! - Reprendió el primero. - No quiero escuchar hablar más de ese barco...bastante tiempo hemos perdido ya. 

Mientras ambos orcos discutían el uno con el otro el grupo había seguido a Ogna ya estaba frente a la puerta lateral que daba al patio interior de Fuerte Bueno. Sin embargo, uno de los orcos les interrumpio antes de que estos saliesen. 

¿Y qué hay ahí dentro? - Preguntó un tanto escamado debido al olor que desprendían aquellos orcos recién aparecidos. ¿Un fangal? ¿El sitio donde cagan todos los que vivían aquí? - Añadió buscando la complicidad entre sus compañeros y mostrando sus grandes dientes a medida que su boca se abría más y más hasta dibujar una maléfica sonrisa.

- Tiradas (1)
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21/10/2015, 18:42
Ogna

- ¡Po zí! ¿Lo notas, o qué?- Arrugó la nariz olfateándose el sobaco.- Una foca séxica de esas de los humanos, ñek, ñek, ñek,ñek.- Se rió con una risa hosca y áspera mientras se cogía la tripa con la mano. Una risa floja que no le costó imitar pues estaba de los nervios.- Como si cagar todos a una fuera a aserlos menos apestosos ñek, ñek,ñek. Todo lo contrario, ostia puta., ñek, ñek, ñek.- Cortó en secó la risa y le gritó con furia.- NO ME VULVAS LOCO CON PREGUNTAS. TENGO PRISA JODER. TU VIGILA LA PUTA PUERTA  QUE NO LE SALGAN BUJEROS LARGOS U QUE NO SUS CAIGA EL TECHO PARRIBA DE LA CABEZA.

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21/10/2015, 18:50
Director

Aunque quedaron un tanto confundidos acerca de qué habrían estado haciendo sus compañeros dentro de esas aguas, el caso es que más de uno se encogió de hombros y siguió con lo suyo que no era otra cosa que gandulear y terminar con la deliciosa comida que habían conseguido. 

Ya en el exterior, con la brisa fresca de la mañana acariciando sus sucias pieles, los cinco compañeros pudieron observar un tanto sobrecogidos la cantidad de pieles que se habían congregado en el interior del fuerte. No había rincón donde se extendiese una sombra que no estuviera ocupado por un grupúsculo de orcos huyendo de la luz del sol. Los únicos que se aventuraban a pasear bajo los incordiantes rayos del sol eran aquellos orcos encargados de la vigilancia, aquellos que debían operar las catapultas y los que formaban la cadena orca que emergía desde el túnel excavado frente a la residencia, los cuales se pasaban de mano en mano los esportones cargados con piedras y grumos apelmazados de dura tierra extraída del interior.

Aunque eran varios los orcos musculosos que cargaban las catapultas quien realmente las controlaba y decidía hacia donde disparar eran grandes ogros, uno por arma de asedio. Éstos estaban ataviados con armaduras de cuero endurecido que sólo cubrían el pecho y la parte baja del vientre. De vez en cuando hacían restallar sus látigos si veían que los orcos se hacían los remolones o que alguno trataba de llevarles la contraria.

Notas de juego

En el patio interior, donde ahora os encontráis, puede haber en torno a 40 orcos tumbados y repartidos por las sombras cercanas, que a estas horas amplias y espaciosas debido a que las altas murallas evitan impiden pasar los rayos de sol ya que estos aún o son muy perpendiculares.

Además de esos orcos 10 orcos forman la cadena orca encargada de transportar las piedras, o al menos estos son los que se por fuera del agujero.

En todo momento hay varios goblins conrriendo de aquí para allá llevando órdenes, noticias o simplemente cubos con agua para paliar la sed.

 

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22/10/2015, 08:22
Jeldrich

-Muk, Muk, fue lo único que entonó Jeldrich cuando fue espoleado por Ogna para continuar avanzando hasta la salida. La tensión durante la conversación podía cortarse con un cuchillo aunque, por suerte, la verborrea de Ogna dejo confundido al grupo orco evitando cualquier amago de sospecha. – Bien… parece que funciona.

Una vez en el exterior, la ansiada luz del sol golpeó la cara de Jeldrich junto con una bocanada de aire fresco. Se miró las manos, ahora orcas, y se dio cuenta de lo mucho que le estaba afectando llevar esa identidad, era una losa de la que ansiaba librarse cuanto antes.

El patio exterior presentaba un aspecto mucho menos amenazante de lo que en un principio se esperaba el grupo de aventureros. Todo un espejismo, pues además de los orcos que se apelotonaban en las sombras, pequeños goblins merodeaban la zona de forma permanente.

-Allí, susurró a sus compañeros a la vez que hacía un gesto con la cabeza para señalar el agujero de excavación. Una caprichosa coincidencia hacía que una de las catapultas se encontrase en las inmediaciones de dónde los goglins trabajan sin cesar en el intento por desbloquear el túnel. Aquel podría ser un punto idóneo donde ejecutar el plan de Ogna ya que frenaría en seco las tareas de excavación mientras tratasen de acabar con el incendio. – Quizá podríamos cortar o dificultarles también el suministro de agua dadas las circunstancias, comentó al ver un pequeño goblin correr con un cubo de agua. – Eso les llevaría más tiempo controlar el fuego… 

Notas de juego

De dónde sacan el agua? Pozo? Si es así...podría valer simplemente cortar o "mediocortar" la cuerda del cubo o algo asi... para que se rompa con el peso del agua al subirla, así no levantaría tampoco demasiadas sospechas...