Partida Rol por web

Los animales, tanto los burros como el jabato, no eran tontos. Avanzaban a trompicones, empujados por los humanoides, mientras recelaban del nuevo anfitrión. No eran los únicos. A Davor tampoco le hacía gracia confiarse a un huargo (porque esperaba que lo fuera. La posibilidad distinta a ser otra cosa que explicase su capacidad de habla era más estremecedora), por ello marchaba mirando en derredor, confiado en que su visión para ver en la oscuridad le permitiera vislumbrar a otros huargos al acecho a sus flancos o retaguardia.

Y, desde luego, la visión de la entrada a la guarida de la bestia invitaba... a salir corriendo en dirección contraria. Pero, una vez allí, ya no podían dar marcha atrás. La cueva le gustaba aun menos al semiorco y no paraba de otear en derredor, tratando de ver a algún huargo merodeador, confiado en que la oscuridad le ocultaba, esperando saltar sobre ellos desde detrás de un recodo o una roca o un afloramiento mineral. Pero no ocurrió nada de eso, por el momento.

- Hay amistades que pueden ser... indigestas. - Su matización a la palabra empleada por la bestia fue hecha con el mismo sarcasmo que emplease el lobo. Davor confiaba tanto en aquella criatura como sí hubiera llevado a lomos a un jinete trasgo. - Así que somos todo oídos. - No se molestó en ocultar su desconfianza, sus ganas de no permanecer allí más tiempo del necesario ni tampoco disimuló la acción de sopesar su hacha para que el huargo comprendiera que venderían caro su pellejo. O que, incluso, pudieran ser la última comida de la bestia.

El huargo se acomodó sobre las hojas y pieles de sus antiguas víctimas y habló como el señor de un palacio.

- Hace unos meses se instalaron en el bosque un grupo de goblins, despreciables criaturas. Al principio eran unos saqueadores, pero con el tiempo su número creció y también su ambición. Están buscando aliados por la zona y por supuesto, vinieron a verme -

Se inclinó hacia adelante mostrando sus colmillos. Casi parecía una sonrisa.

- Son brutos de las Tierras Salvajes, yo misma provengo de allí. Me alejé de toda esa tontería hace años para vivir en paz con mis cachorros, así que les dije que se fueran o yo misma terminaría con sus febriles sueños de conquista -

Fue una curiosa revelación que el huargo se refiriera a sí mismo en femenino. Luego notaron lo que ya era evidente: había huecos como para una pequeña manada de lobos. Huecos vacíos.

- Vinieron cuando estaba cazando y se llevaron a mis cachorros. Seis jóvenes y saludables, pero todavía inexpertos como para defenderse en una emboscada. Intenté recuperarlos, pero en cuanto devoré al primero de sus vigías el líder, un hobgoblin bien armado y escoltado, amenazó con matarlos -

El recuerdo de su fallida incursión alteró a la madre, que parecía dispuesta a calmar sus frustraciones con el grupo. 

- Les diré dónde se oculta el campamento. Vayan y recuperen a mis cachorros, a los seis. Si lo consiguen les ofreceré algunos tesoros de los ingenuos que trataron de atacarme antes, y algunos rumores que imagino serán muy valiosos para la gente de Sandor -

La explicación de la hembra (eso si que era una sorpresa) no fue nada que Davor no hubiera esperado. De hecho, tenía lógica. Los trasgos se preparaban para formar partidas de guerra.

- ¿No os dije que los trasgos son unas criaturillas encantandoras? - El clérigo continuaba con un tono irónico, de forma casual. - Apenas se han establecido en una región nueva y ya están buscando nuevos amigos de siempre. En unas semanitas, podremos ver la entrañable escena de trasgos montados a lomos de huargos. Los orcos de las Tierras Salvajes tienen un dicho, ¿sabéis? Un huargo es bueno para una sola cosa: elevar a un trasgo lo suficiente del suelo como para henderlo de un hachazo sin inclinarse.

Davor no sentía la más mínima confianza por la bestia. Y sí aquel último comentario le enfadaba, lo resolverían por las bravas. Por alguna razón, le parecía demasiado conveniente que el huargo supiera cosas que pudieran interesarles, sobre todo tras reconocer que les había estado acechando; podía haberles escuchado hablar de sus problemas y ahora ofrecerles "respuestas" que realmente no tenía para convencerles. Ahora podía necesitarles para recuperar su camada pero pocas garantías tenían de que, una vez entregada la prole, no les atacase toda la manada para asegurarse comida por varios días. De ser cierto lo que había afirmado el lobo, además, le gustaba aun menos la idea de lanzarse contra un campamento trasgo liderado por un hobotrasgo. Aquellos trasgoides eran más inteligentes que sus primos menores; o, al menos, más aptos para la estrategia.

Por el momento decidió esperar las respuestas del resto del grupo (y la reacción del huargo a sus palabras) antes de compartir con ellos algunas de sus impresiones.

Glimm hace rodar sus ojos.

Si este mestizo semiorco es para todo igual que para la diplomacia ¡Mejor no conocer a su pobre e insatisfecha esposa!

"Ignore a mi amigo, por favor. Lleva un casco apretado" y con un gesto a espaldas de Davor, dejo claro que me refiero a que el casco le aplasta el craneo y le hace más tonto de lo que ya es.
Un intento de disculpar al grupo, y si es posible, ganarnos un poco su simpatía

"Supongo que todos queremos lo mismo: Una sola compañía ocasional de aventureros por la colina del monte, o una sola camada de huargos, cazando y viviendo en las praderas. Y que eso es mejor a una legión de trasgos. Una que ni tu, ni nosotros, podría reducir de una sola vez"
"Así que por el momento, nuestros intereses parecen ser comunes"

Le dedico una mirada al resto. Traek puede ser realmente bueno, Yo puedo mejorar sus posibilidades con algo de magia Bregolín y Zenurín son la apuesta segura, y Davor puede ser un señuelo perfecto si todo sale mal y hay que huir.

Al final, por una razón u otra iríamos a la caza de los goblins. Ahora la misión de búsqueda y eliminación se había convertido en una misión de rescate. Nuestra posible idea de atacar de frente se iba al traste. Si alguno de los cachorros resultaba muerto en el ataque, la madre huargo nos utilizaría como primer plato en su cena.

Volveremos con esos cachorros. Nuestro compañero aquí el amigo del hacha es demasiado entusiasta en sus palabras, pero se puede confiar en él.

Sólo esperaba que no le cogiera algo de manía y acabáramos pagando todos por los desplantes del semiorco.

Tranquilo Davor. Tiene pinta de ser sólo una madre protegiendo a su camada, ¿verdad?

Bregolin tenía su propia opinión sobre la "loba". Aquel lugar estaba más vacío de lo que tocaba, en efecto, su camada había sido robada. Pocas cosas pueden herir más a una madre que el que les toquen a sus crías. Pero había más, los goblins habían conseguido unos rehenes válidos para mantener a la huarga a distancia a la vez que podían entrenar a los cachorros para convertirse en poderosas monturas de guerra. Unos pérfidos humanoides, los goblins...

─Guíanos a donde se esconden y haremos lo que esté en nuestra mano. De momento es un trato justo.

"De momento" estaba muy remarcado en su mente, no tanto en su palabra, pero sin duda era verdad. Si la huarga decidía faltar a su palabra y conducirles a una trampa, el trato se rompería tan o más rápido de lo que se había iniciado y no se auguraba nada bueno para ella, pero si los goblins conseguían azuzarles sus cachorros contra el grupo de héroes, se verían obligados a acabar con ellos, lo que rompería el trato de otra forma.

Fuera como fuera, necesitaban dar con el campamento de los goblins y aquel monstruo canino sabía dónde estaba.

A diferencia de los demás, aparentemente, a Zenuri no le extraño que aquel huargo fuera una hembra. La historia de las crías le generaba cierta compasión, pero no tenía intención de olvidar con el tipo de criatura que trataban, sobretodo por lo fácil que sería para ella engañarles en aquella situación.

- ¿Y debemos suponer que los ogros se mantienen neutrales con respecto a los trasgos o ya están aliados? Porque lo segundo haría mucho más difícil nuestro trabajo. También, supongo que te mantendrás alejada para evitar que usen a los cachorros en tu contra y te nos eches encima por nuestra espalda - dijo con mirada acusatoria -. Si de momento solo son trasgos y nada más, quizá tengamos una oportunidad de acabar con ellos antes de necesitar pedir refuerzos.

La semiorca le puso una mano en el hombro a Bregolin, que parecía demasiado ansioso por ir ya.

- Aún es de noche, primero tenemos que descansar. Traek no servirá de mucho con solo la luz de la luna. Aunque sí nos vendría bien saber todo lo que nos puedas contar de su campamento. Seguro que les has estado obserbando para saber que puntos vulnerables podías explotar para tratar de hacer el rescate tu misma.

El huargo recorrió con su mirada a cada uno de los aventureros. Estudió a Bregolin con curiosidad, a Traek y a Glimm no les consideró demasiado, pareció sonreír al mirar a Zenuri y se detuvo en Davor con cierta malicia.

- No te seguiré el juego, clérigo de Gurmash. Conozco muy bien a los de tu clase, abandoné las Tierras Salvajes por gente como tú. Acepta mis términos y no volveremos a vernos, a menos que amenaces mi territorio -

Luego atendió las menciones de Zenuri.

- Los goblins no son tan fuertes todavía como para tentar a los ogros, al menos eso es lo que parece. Pude contar una partida 30 de goblins en el campamento, varios de esos sucios perros-rata y al menos un osgo. Todo eso sin contar a su líder. Han levantado una empalizada al pie de una montaña, en un valle oculto algo más al este. Les daré indicaciones precisas para que puedan encontrarlo -

- Se mueven mucho por el bosque, no estarán todos en un mismo lugar. Si tienen suerte tal vez encuentren a la mitad o menos. En cuanto recuperen a mis cachorros me dedicaré a cazar a los rezagados uno por uno... - sus ojos ardieron clamando venganza - considérenlo un servicio de buena fe para mis vecinos de Sandor -

- Ahora descansen. Aquí estarán secos y seguros, ustedes como sus animales. Tienen mi palabra -

Tomando una ramita, voy haciendo algunos dibujos en el suelo.
Haciendo un esquema de como podía ser el campamento, cómo guardarían a las crías y como podrían organizarse

"Los goblins no son muy brillantes, pero cuando una roca cae desde lo alto de una torre tampoco necesita ser algo brillante para partirte el craneo"
"Partiendo de ahi, no creo que haya muchos guerreros, magos o siquiera paladines que puedan contra treinta trasgos a la vez"

Como aventurero, hay algo que no se me escapa: Si tienen a un Osgo, sin duda es que tienen los suficientes tesoros y botín para mantenerlo interesado.
Y si tienen tesoros ¡Por las arrugas, cicatrices y verrugas de Gurmash que eso nos interesa a todos! Al fin y al cabo, a nadie le interesa trabajar gratis.

"Será un trabajo de sutileza, no de entrar gritando y atrayendo a todos los retacos colmillosos"

- ¿Entre esas orejas de gnomo hay algún contenido o sólo un espacio vacío en el que entran las palabras, rebotan y hacen eco y luego salen por el otro lado? - El clérigo miraba los garabatos que Glimm hacía en el suelo y negaba con la cabeza. No tenía muy claro qué hacer: sí darle con el canto del hacha para comprobar que entrase algo de sentido común en el gnomo... o ponerlo en una catapulta y usarlo como munición contra el campamento de los trasgos. - Supongo que debías de estar distraído cuando el huargo ha mencionado al líder hobotrasgo. Los hobotrasgos son brillantes cuando la estrategía y la táctica tienen que ver, posiblemente mucho más de lo que puedas llegar a serlo tú alguna vez. Todos esos trasgos, dirigidos por alguien con una mínima idea de cómo utilizar sus números, su tamaño, sus habilidades concretas para el combate. Por no mencionar el osgo; de primeras, me atrevería a decir que es la mano derecha del hobotrasgo, una especie de "capataz" para tener a raya a los trasgos con su brutalidad. Aunque también es una combinación explosiva. - Davor se mesó la barbilla mientras sopesaba varias razones. - Esos dos podrían tener rencillas internas por hacerse con el liderazgo de los trasgos. No me puedo imaginar a un osgo sentado tranquilamente y recibiendo ordenes de un hobotrasgo de buena gana.

- Creo que deberíamos acercarnos, hacer un reconocimiento del campamento y luego volver a Sandor. Necesitamos reabastacernos; no sé a vosotros pero mis provisiones menguan y, con el tiempo que llevamos en la espesura y el que tardaríamos en volver, en dos días a lo sumo tendría raciones justas para la vuelta. Además, hay que avisar al pueblo; tendrían que estar prevenidos de que una banda de trasgos capitaneados por un hobotrasgo se ha instalado a pocas jornadas, en caso de que fallásemos y muriésemos en el intento. Como mucho, igual podríamos interceptar alguna de las patrullas para reducir su número, hacer que pareciera que los ogros los hubieran despachado, antes de volver.

No añadió mucho más. Se limitó a recostarse contra el astil del hacha mientras está reposaba apoyada en el suelo.

- Tan solo hemos matado a seis goblins. Si viste treinta y tienden a moverse, casi con seguridad el total sean más. Aún si tenemos la suerte de curzarnos solo con la mitad en el campamento, siguen ganando tres a uno, y si además nos enfrentarnos simultaneamente al hobgoblin y al osgo es una receta estupenda para el desastre. Si tienen la empalizada al pie de la montaña, quizá la idea de provocar un desprendimiento no sea mala si podemos evitar a las crías. Nos llevaríamos a unos cuantos por delante, ya sea muertos o incapacitados, el caos los dejaría desorganizados, ideal para ir despachándolos de uno en uno. Pero probablemente lo mejor sea primero hacer reconocimiento del lugar y volver a Sandor para que la guardia traiga refuerzos.

La idea del desprendiemiento era buena, pero no podíamos arriesgarnos a matar e incluso dañar a alguna de las crías del huargo. Lo primero es averiguar la disposición del campamento y determinar su número.

Yo podría intentar acercarme al campamento y más o menos saber cuantos podrían ser. También podría averiguar en qué lugar tienen a las crías encerradas. Si están lo suficientemente lejos de la ladera de la montaña, un desprendimiento podría evitarlos y no hacerles daño.

Miré a Bregolin, el otro miembro de nuestra partida que sería más hábil que yo moviéndose con sutileza y para acercarse sin hacer ruido al campamento.

¿Qué te parece? ¿Hacemos una pequeña incursión antes de descansar?

Bregolin guardó silencio todavía unos instantes incluso cuando se le nombró. Pero al final se decidió a intervenir:

─Se impone un reconocimiento. Si han elegido mal el emplazamiento y hay un lugar más elevado que su campamento pueden ser pasto de nuestras flechas, atraerlos tras nosotros, hacia una emboscada en un lugar fácil de defender o del que huir. Mermar sus fuerzas, ya sea para evitar más ataques a Sandor, ya sea para facilitarnos un regreso tranquilo, creo que sería de lo más apropiado. No abandonarán todos su campamento, imagino...

El razonamiento era estratégicamente razonable. Someterles a guerra de guerrillas, poco más o menos lo que ellos habían hecho con su pueblo. Tenía, incluso, cierta justicia poética.

Por una parte, me imagino una situación algo surreal:

Una en la que acompaño a Traek y voy usando mis cantos para inspirarle

"Esconde-Esconde-Escondeteeeee, Escondete para que no te veaaaaaan"
Todo esto mientras los goblins intentan buscarle sin éxito... Pese a que estoy a su lado cantandole una serenata.

O cuando estemos negociando por nuestra vida
"Engaña-Engaña-Engañaaaaaa, engaña al estúpido ogrooooo"

Sep, desde luego han habido bardos MUY tontorrones. Y que nos dan mala fama

"Es una misión de reconocimiento. Soy de los más sigilosos del grupo -hasta que me pongo a cantar, claro- así que te acompañaré hasta el borde del campamento."
"En el caso de que tengas que huir, podré echarte una mano con algo de magia, con alguna distracción y todo eso ¿Hace?"

"Una última cosa. No nos has dicho tu nombre ¿Puedes decirnoslo?" le pregunto a la madre.

"Y otra cosa más... ¿Te importa darme un mechón de tu pelo? Es para que cuando vayamos a verlas, tus crias puedan reconocer el olor de su madre, no se asusten y se dejen guiar fuera."
"Si tienes una idea mejor, o si ellos ya entienden el común y nos dices por ejemplo, la forma en que los llamas a ellos como madre, pues también servirá"