Partida Rol por web

El templario se debate bajo mi presa pero no puede liberarse. Soy más fuerte y su armadura le resta capacidad de movimiento, lo que juega en mi favor.

Busco su cuello, quiero destrozárselo. Desgarrarlo y arrancarle un pedazo con mis ahora prominentes colmillos.

La respiración de Allan se aceleró al escuchar el eco de su propia voz, había fuego, había muerte y sangre pero era su propia voz la que le dio demasiado miedo para seguir quieto.  Su sangre se alteró dentro de si incapaz de contener un ahogado grito de terror que pronto se agudizó al ver como uno de los templarios que se acercaba al propio Allan era brutalmente masacrado por Bilyana las entrañas del templario decoraron el suelo mientras su sangre cubrió el rostro de un trastornado Allan.

Su miedo incondicional se torno en una rabia incontrolable, comenzó a dar pasos acercandose a la ejecutora de la cruz mientras le murmuraba palabras inoherentes con los dientes apretados y con la mirada fría y desorbitada.

Basilio decide que es una batalla perdida y decide salir corriendo ahora que aún está a tiempo, dejando a sus compañeros de viaje con más desventaja de la que ya tenían.

Nicolae que sujetaba a uno de los templario clavó sus dientes intentando desgarrar su cuello, pero por alguna razón era como si aquellos seres estuvieran realmente protegidos por una fuerza extraña, ya que su mordisco no hizo ningún daño.

Bilyana recibe una pedrada por la espalda, por suerte su fortaleza física hace que no sienta el dolor que el resto de sus acompañantes está sintiendo

De repente te detienes, has conseguido calmar el frenesí, sientes como tu cuerpo está adolorido, tienes nuevas cicatrices en tu cuerpo debido a las quemaduras de las pedradas. A tu alrededor consigues ver como algunos de los demás vampiros huyen descontrolados, pero a lo lejos aún se escucha el sonido de la batalla, hay quienes aún se resisten a huir

Albert se mantenia atras todo lo sereno que podia ante aquella masacre y pese a que ahora parecian tener la ventaja numerica algunos huian descontrolados y otro parecian presa de una violenta locura.

Frente a el no muy lejos seguia el padre clemente que parecia libre de cualquier ataque, Albert supo que era el momento de volver a la refriega aquel viejo debia caer para que aquella lucha finalizara, suspirando por un momento intento concentrarse en sus nueva habilidades dentro del habia poder y debia ser capaz de sacarlo como sus compañeros.

Encontrado en su interior la fuente de sus poderes que recorria todo su cuerpo se lanzo contra aquel hombre de dios que les daba caza

          Tras un intento fallido de sujetar al templario, la vampiresa le empuja para salir corriendo despavorida de regreso a la posada donde se encontraba su siré y los otros aliados del conde Giovanni con la cola entre las patas ...

Antón agarró al que tenía delante y con la velocidad de una serpiente, en cuanto tuvo medio retenido a ese pobre diablo mordió su cuello dejándose guiar por la sed de sangre que crecía en su interior, aquella sensación era maravillosa, el calor de su sangre y su sabor metálico era algo que no se podía comparar con el resto de las cosas que conocía hasta el momento, se moría de ganas por combinarlos con placeres mas sublimes que la adrenalina en entornos más íntimos.
Pero ahora la pelea seguía y debían 

Albert era médico, no era hombre de batallas, pero veía cómo sus compañeros estaban siendo presa de una locura que era difícil de controlar, los templarios le atacaban duramente, habían hecho que muchos de ellos huyeran sin remedio, no podía seguir manteniéndose al margen, se lanzó contra el hermano Clemente, ya que aún nadie se había dirigido hacia él, con gran odio, uno que no sabía que podía sentir, y con una fuerza que jamás llegó a imaginar tener, golpeó con fuerza al hermano Clemente, con puños que parecían de hierro destrozó la cara del hermano hasta dejarlo malherido.

El templario al que Nicolae tenía apresado se movía intentando liberarse, pero no pudo hacerlo pues el vampiro tenía mucha más fuerza que él, sus músculos se tensaron dejando al templario a su merced.

Anton sintió como una piedra quemó su piel, sentía que el trozo de piel que había tocado la piedra le abrasaba, un fuerte dolor que no había sentido nunca antes.

María sintió realmente pánico con lo que estaba pasando, se vio superada al igual que muchos compañeros y terminó huyendo de allí.

Allan comienza a hablarle directamente a Bilyana, sus miedos, su locura, una conexión se produjo entre los dos vástagos y entonces... entonces llegó el caos

Aquella pedrada le dolió como nada, pero la promesa de sangre le llamaba poderosamente.

          !Dios mío!    !Esto ha sido un verdadero infierno!     Pero debo regresar para ayudarles! -.       Dijo con voz baja María tan pronto pudo controlar sus miedos ante la batalla de vida o muerte y tras cubrirse con el árbol más cercano en la cobertura de la noche trató de concentrarse en ofuscarse

Estoy rodeada de enemigos. ¿Por qué mis compañeros me miran de esa forma? Creí que estábamos juntos en esto, y lo único que buscan es mi destrucción. Igual que los templarios, igual que todo el mundo.

Observo el sujeto que tengo delante y lanzo dos nuevos ataques con mis garras, fijando a continuación mis ojos en el templario que está con Antón. Esa pareja me parece sumamente sospechosa, y más cuando compruebo que él está diciéndole algo en el oído al que tiene sujeto. Tengo que acabar con los dos.

Bilyana sin quitar su mirada de Anton se lanza contra el templario que tiene delante, su garra golpea el aire al estar más pendiente de Anton y el templario, obligándose a concentrarse, la segunda garra acaba rajándole el cuello al templario y acaba con su vida.

Anton intentó agarrar al templario, pero a pesar de estar malherido, consiguió esquivar el agarre del vampiro para sorpresa de este.

El hermano Clemente se enfrentó a Albert, lanzándole una piedra que comenzó a quemar a Albert como si la piedra fuese hecha de fuego sólido, allí donde la piedra hubo impactado quedó la marca de una quemadura

El templario no puede liberarse de mi presa; está completamente sometido. Me siento poderoso, exultante. Quiero desgarrar su cuello pero me llega el metálico olor de la sangre desde todas partes. Y quiero sangre.

Hundo mis colmillos y bebo. Bebo todo lo que puedo.

maldito anciano- dice albert al recibir la pedrada, el dolor lo vuelve mas iratico que antes, se vuelve a lanzar contra el cura para dejarlo fuera de combate lo antes posible.

Enzo huye del lugar ocultándose y moviéndose en sigilo.

El cabrón testarudo se resistía a dejarse coger, pero Anton no solo era más rápido sino más testarudo.