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Crónicas Giovanni: La última cena

2. En los salones de los muertos

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07/11/2019, 18:26
Director

1. El interrogatorio

La crueldad seria deliciosa si se pudiese encontrar alguna clase que no hiciese verdadero daño.

George Bernard Shaw, "La casa de los corazones rotos"

Sois llevados a los mismos carruajes por los que llegásteis pero en esta ocasión han cerrado los pesados postigos, y queda claro que el carruaje está especialmente preparado para que ni un rayo de sol penetre en su interior

-Me temo que este viaje no será tan cómodo como el primero -os comenta Roderigo

Duraante toda la noche y todo el día siguiente, sufrís el continuo traqueteo del largo e incómodo viaje. El camino lo hacéis atados y con tres guardias en el interior del carruaje, unos guardias especialmente fuertes, aunque lo que más llama la atención son unos bastones de metal de metro y medio que llevan todos los guardias, el bastón termina en una afilada cuchilla. Muy pronto veis para que son las varas, ya que comienzan a cortaros para que perdáis sangre, por lo que el viaje lo hacéis bastante atontados por culpa de la pérdida de sangre, veis que vuestra sangre no llega al suelo, sino que son depositadas en jarras a las que después tapan, aunque no a todos los desangran, Allan y Albert están inconscientes por lo que no necesitan atontarlos, tampoco a Anna, las gemelas y Piero ya que se entregaron voluntariamente, en cambio a todos los demás empiezan a cortarle, incluso al pobre Pietro que no pudo decidir si se rendía o no ya que había estado convulsionando a causa de los dolores. Un nuevo Pietro que sin la capucha se podía ver a un ser espantoso tras ella.

En la noche del día siguiente llegáis a vuestro destino, una pequeña y retorcida fortaleza, tenazmente aferrada a una abrupta ladera. Llegáis por la entrada trasera del castillo, os sacan del carruaje y os llevan a paso vivo al interior por una docena de guardias con antorchas encendidas.

Sois conducidos por una estrecha escalera colgante que baja a los más profundos niveles de la estructura. Veis a dos personas que están atentos a vosotros pero no comentan nada, solo os observan

HardestadtDama Fanchon

Los guardias os dejan en una gran celda sin ventilación, cubierta de paja podrida y haces casi petrificadas. Os encadenan a la pared y se alejan, dejándoos sumidos en la oscuridad

Notas de juego

Allan y Albert siguen inconscientes

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07/11/2019, 19:18
Anna Katarzyna Zaleski

Era de esperar que Roderigo volviera a convertirse en nuestro cochero, dado que por muy buen traidor o espía que de tratara, si cochero era su oficio, lo seguiría siendo hasta el final de sus días. Algo similar ocurría con los guardias que nos esperaban en el interior de los carruajes, claramente estaban allí para asegurarse de que hacíamos el viaje calmados, solo que tal y como había asegurado Roderigo no fue un viaje cómodo. No por el hecho de hacerlo atada y amenazada con aquellos guardias, sino por que el largo viaje me hacía considerar la posibilidad de probar la sangre de esos hombres durante más tiempo del que hubiera considerado anecdótico. Afortunadamente conseguí no moverme en todo el trayecto, lo que seguramente también fue un alivio para los guardias, dado que juraría haber visto a uno de ellos fijarse en mi algo más de lo necesario y si alguno habríamos hecho aquel movimiento, seguro que lo hubiéramos lamentado.

De esa guisa pasó el tiempo, obviamente en silencio y debía admitir que me resultó demasiado fácil quedarme quieta y sin abrir la boca, hasta que llegamos a nuestro destino. Seguramente era la fortaleza de Hardestat y, si estaba tan cerca, eso explicaba el por qué había sido él quién había movido ficha. Desgraciadamente su atención dejaba mucho que desear, porque para empezar no esperaba que nos llevaran a todos a una celda, mas el encontrar a dos personas que no parecían guardias antes de encerrarnos, provocó que volviera a hablar.

- Buenas noches.

Los saludé con una agradable sonrisa. Era obvio que ellos estaban por encima de los guardias que nos habíamos cruzado hadta ahora, por lo que un poco de educación no estaba mal, especialmente si finalmente conseguíamos otra estancia.

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07/11/2019, 23:27
Anton Rossi

Al final, una vez reducido el impulso se desvaneció, aunque tardó y se dejó hacer. Poco o nada tenía que hacer. La superioridad de estas cosas era evidente, además algunas heridas que sufrieron parecieron ser mortales, pero las aguantaron sin más. - ¿Que tal ese corte? - le preguntó a Roderigo sin esperanza de que le diera una respuesta real. Trataba de llevar sus pensamientos a un punto constructivo, lejos de donde estaban ahora mismo. Establecer un vinculo emocional con alguien y Roderigo era el único que había hablado. Era el eslabón débil.Aunque probablemente también el escalón más bajo. La niebla que enturbiaba sus pensamientos se había desvanecido pero ahora solo tenía hambre, muchísimo hambre. -¡Ya basta! Estaba obligado a defender los por algún tipo de brujería... ya no... - dijo en algún momento del viaje tras uno de esos cortes, ya había perdido la cuenta de los cortes. La violencia y el ímpetu solo se encontraba en su voz. No hizo gesto ni siquiera de intentar defenderse o moverse, se encogió para protegerse de los cortes, de las posibles repercusiones de sus palabras y para no ver nada que le hiciera caer presa de ese hamre que le metía ideas extrañas en su cabeza. Y el viaje siguió su transcurso. Hasta que llegaron a su nuevo destino y les enseñaron sus nuevos aposentos. -Y yo que pensé que podría sacar ventaja de este viaje... - dijo al ver sus nuevos aposentos. - De la sarten a las brasas...- añadió Antón cuando fue encadenado. Poco o nada tenía que hacer, así que estuvo callado y en silencio.

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08/11/2019, 08:30
Anna Katarzyna Zaleski

Anton se mostraba denasiado pesimista, pero yo no compartía la opinión del italiano y por motivos muy simples a pesar de que ahora andásemos encadenados en una celda mugrienta.

- No exageréis señor Rossi. Hasta ahora Hardestat no os ha matado, ni resucitado para dejar que os maten una vez más.

En la oscuridad era difícil saber si había alguien escuchando nuestra conversación, aunque tampoco me importaba demasiado.

- Aunque quizás no sea muy inteligente, porque mira que meternos directamente en los carruajes sin preguntarnos nada. Quizás pudiéramos haberle ofrecido algún retazo de información para permitirle seguir su cacería.

Excuso e insulto al señor a partes iguales mientras que al mismo tiempo lanzaba las culpas sobre sus capitanes, si es que ellos habían llevado directamente el asalto.

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08/11/2019, 12:31
Piero Mantegna

Pensé en la ironía de que Roderigo fuera de nuevo nuestro cochero. Él nos había llevado al castillo de Giovanni y ahora nos sacaban de él, llevándonos a la fortaleza del que a todas luces debía ser Hardestadt, el enemigo de Claudius Giovanni. Ahora que lo pensaba, desde el primer momento había quedado claro que Roderigo no seguía las órdenes de Giovanni de forma gustosa, sino que se había mostrado contrario a las acciones de Lothar, tanto en la posada como más tarde en el castillo.

Me había entregado voluntariamente, por lo que a diferencia del resto no habían procedido a desangrarme. Eso me hizo pensar en que, pese a la brutalidad con la que aquellos demonios habían dado muerte al mancebo de nombre Nathaniel, no eran ni mucho menos tan peligrosos para nosotros como lo habían sido Giovanni y sus secuaces. "El enemigo de mi enemigo es mi amigo" me dije para mis adentros, mientras sentía la imperiosa necesidad de tener que reencontrarme con el viejo Wenceslas.

-Dejad de quejaros por los cortes -le espeté a Anton, un tanto molesto, una vez que nos dejan en el interior de la celda-. Tenéis suerte de que os hayan sacado vivo de ese castillo. No todos han tenido la misma suerte que vos.

Recordé a Enrico, mi amigo, y también al árabe Amr-Bashîr, con quien había congeniado tan bien durante mi estancia en el castillo. Nuestro plan de escape había sido frustrado con la misma facilidad que los hombres de Hardestadt arrancaron la cabeza del pobre Nathaniel de su cuerpo. Pensé en ambos. ¿Estarían vivos, a salvo? ¿Y Nezayem, esa bella chiquilla albina?

Nunca había pensado en la superioridad de algunos seres humanos frente a otros, pero observando a mis compañeros aquello volvía a ser palpable. Anna rezumaba elegancia y liderazgo por los cuatro costados, las gemelas habían demostrado también ser resistentes a aquel hechizo, mientras que Anton y los tres religiosos parecían hechos de otra pasta, mucho más blanda. Ni mencionar ya al pelirrojo y al extraño galeno, que yacían inconscientes por las heridas infligidas, o Pietro, que se había convertido en un ser de lo más grotesco. Ni siquiera parecía humano.

-¿Qué clase de maldición os han arrojado? -le pregunto a Pietro y, lejos de mirarle con repugnancia, lo observo con una gran curiosidad, al igual que me fascinaban los mendigos y leprosos a los que solía pintar por placer-. Ignoro cómo era vuestro rostro antes, pero sólo puede haber ido a peor...

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08/11/2019, 21:26
Anton Rossi

Divide et impera... susurró ante las palabras de Piero, aunque no parecía contestarle a él. Incluso sonrió ante lo que pasó por su cabeza.
Anton ignoró al pintor en adelante, pues en su mente imaginó algo horrible y salvaje. Para silenciar sus impulsos optó por refugiarse en si mismo.
Maldito cordero dócil... Quizá el quería volver con Wenceslas, quizá estuvo a gusto con ese collar, quizá disfrutó viendo como mataban al resto. Gente sin amor propio e indolente al dolor ajeno, ya había quedado claro que aquel vendido quería salir de allí lamiendo botas y escudándose en la demás. Esgrimiendo fingido dolor por los que no estaban ahí.
No volvió a hacer caso de las palabras de nadie, penso en contestar a Ana, pero no dijo nada, no ganaba nada expresando aquel pensamiento:
-"Soy pesimista por que sé lo que valemos para ellos... Y si no estamos muertos pronto desearemos estarlo."- El hecho era que no tenían nada que ofrecer.

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10/11/2019, 10:37
Anna Katarzyna Zaleski

Tenía mi propia teoría sobre qué le había ocurrido a ese despojo de Pietro, pero en esta ocasión no tenía motivos para compartir mis ideas con ellos, aunque si las tenía para lo contrario. El miedo por la falta de información podía ser un buen motivador.

- Incluso es posible que seamos los únicos supervivientes... por llamarlo de alguna forma.

No tenía muy claro como describirnos más allá de "resucitados" o "demonios".

- ¿Os fijastéis cómo uno se convirtió en cenizas mientras que al que decapitaron no?

Pregunto dado que aquel detalle me había resultado llamativo, básicamente porque evidenciaba que no éramos exactamente lo mismo que ellos.

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10/11/2019, 18:16
Paolo -pj muerto

Paolo escuchó en silencio. Tratando de asimilar su nueva situación mientras observaba fascinado como las heridas que hubieran supuesto la muerte de cualquiera persistían, y oscuras en su propia piel. Era uno de los condenados, bestia y a partir de ahora tendría que robar la sangre de víctimas inocentes para sobrevivir. No, tendría que robar la vida de otros para no morir. Como un insecto atrapado en ámbar, si vivo ni muerto. 

De nuevo la noble eslava volvió a plantear su nueva situación en los únicos esquemas que conocía, política. Se abstuvo de dar más lecciones morales que no serían bien recibidas. Solo quedaba ver a que torturas los sometían para tratar de saber más sobre la conspiración en la que se habían visto atrapados. Una simple orgía de sangre de celebración que acabó con un puñado de condenados lanzados contra sus enemigos a modo de carne de cañón.

Lo mejor será tratar de convencerles de nuestro papel en toda esta mascarada de muerte. Son demonios inmortales, y de seguro su juego es mucho mayor a lo que insignificantes víctimas como nosotros puedan aportar. Aunque no os lleveis a error, para ellos no somos más que un puñado de bastardos de una conspiración de traición. 

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11/11/2019, 15:01
Pietro

Absorto en la forma que mi cuerpo ha ido tomando, me mantengo ajeno a cuanto dicen o hacen los demás. El viaje es exactamente como el cochero promete, pero no me importa. Tengo experiencia concentrándome en cosas que no están para escapar de lo que sí. Evadiéndome, busco concentrarme en lugares lejanos y tiempos distantes. Mi cuerpo ha cambiado. ¿En todo o en parte? ¿He perdido alguna capacidad? ¿Acaso todos van a experimentar cambios similares? ¿Esto es reversible? Esquivo todas esas preguntas mientras intento aislarme del mundo.

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11/11/2019, 17:54
Anna Katarzyna Zaleski

El abad se mostraba denasiado ingenuo en sus declaraciones, aunque no iba tan desencaminado con su razonamiento.

- Nie. Si son demonios, no tendrán piedad. Si están convencidos de que formamos parte de la conspiración, no tendrán piedad. Y si somos tan insignificantes, tampoco tendrán piedad. Temo que solo aquí solo podéis encontrar muerte hermano Paolo.

Podía sonar fría en mi razonamiento, pero aún así parecía bastante relajada mientras realizaba aquellas observaciones tan apocalípticas.

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12/11/2019, 18:56
Director

1. El interrogatorio

La crueldad seria deliciosa si se pudiese encontrar alguna clase que no hiciese verdadero daño.

George Bernard Shaw, "La casa de los corazones rotos"

Sois llevados a los mismos carruajes por los que llegásteis pero en esta ocasión han cerrado los pesados postigos, y queda claro que el carruaje está especialmente preparado para que ni un rayo de sol penetre en su interior

-Me temo que este viaje no será tan cómodo como el primero -os comenta Roderigo

Duraante toda la noche y todo el día siguiente, sufrís el continuo traqueteo del largo e incómodo viaje. El camino lo hacéis atados y con tres guardias en el interior del carruaje, unos guardias especialmente fuertes, aunque lo que más llama la atención son unos bastones de metal de metro y medio que llevan todos los guardias, el bastón termina en una afilada cuchilla. Muy pronto veis para que son las varas, ya que comienzan a cortaros para que perdáis sangre, por lo que el viaje lo hacéis bastante atontados por culpa de la pérdida de sangre, veis que vuestra sangre no llega al suelo, sino que son depositadas en jarras a las que después tapan, aunque no a todos los desangran, Nicolae está inconscientes por lo que no necesitan atontarlo, en cambio a todos los demás empiezan a cortarles.

En la noche del día siguiente llegáis a vuestro destino, una pequeña y retorcida fortaleza, tenazmente aferrada a una abrupta ladera. Llegáis por la entrada trasera del castillo, os sacan del carruaje y os llevan a paso vivo al interior por una docena de guardias con antorchas encendidas.

Sois conducidos por una estrecha escalera colgante que baja a los más profundos niveles de la estructura. Veis a dos personas que están atentos a vosotros pero no comentan nada, solo os observan

HardestadtDama Fanchon

Los guardias os dejan en una gran celda sin ventilación, cubierta de paja podrida y haces casi petrificadas. Os encadenan a la pared y se alejan, dejándoos sumidos en la oscuridad

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12/11/2019, 18:58
Director

Las puertas de las celdas vuelven a abrirse en esta ocasión entran Constanza, la duquesa María Borgia, Enrico, Marco, Nezayem y un inconsciente Nicolae. Todos parecen haber dejado de estar bajo el dominio de Giovanni.

Todos los que están inconscientes comienzan a despertar poco después del amanecer. Aunque la celda está en lo más profundo del castillo, hay una pequeña ventana, casi una ranura, en la pared frente a vosotros, que recorre todo el largo de la celda.

A medida que transcurre la mañana, un fino rayo de luz solar acuchilla el polvoriento aire de la celda. Aunque al principio la luz pasa muy por encima de vuestras cabezas, cerca del mediodía ha descendido varios centímetros, en una malévola ola que se va acercando.

La charla que mantenéis se ve interrumpida por la voz de uno de los guardias:

-¡...os llevaremos la antorcha, chupasangres del demonio!

Notas de juego

haced tirada de coraje dif 8

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12/11/2019, 20:00
Anton Rossi
Sólo para el director
- Tiradas (2)

Notas de juego

vale, la primera tirada la he hecho mal, he puesto la reserva en la dificultad y viceversa, la repito
Ni un 8 asombroso.... quiero decir podría haber 8s y 1s, pero nada de ná

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12/11/2019, 20:28
Anna Katarzyna Zaleski

Que la puerta se abriera tras mi último comentario no era nada bueno, aunque que aparecieran los guardias trayendo a más gente y no para castigarnos fue un alivio y una señal inequívoca de que más nos valía estar callados, al menos mientras estuvieran cerca. El problema vino con el paso del tiempo y un rayo de luz apareció desde una pequeña ventana. Siempre me había gustado el sol, era algo normal en el norte, pero aquel pedacito de libertad se me antojaba terrible y conseguía que lo mirara con pavor, como si con vigilarlo pudiera evitar cambiar el curso que seguía cada vez más cerca de nuestras cabezas.

- Tiradas (1)
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12/11/2019, 20:37
Basilio

Nadie se ocupa de nosotros y los demás  empiezan a charlar  ignorándonos a los heridos  que  estamos tirados en el suelo .Tampoco sé si  habrían podido hacer algo por nosotros pero  hubiera a agradecido  una mínima muestra de interés  .

Estoy a punto de llamar  su atención ...Cuando amenazan con  traernos el fuego   entonces casi agradezco que mi corazón ya no lata y aunque me gustaría moverme  a la oscuridad   mi cuerpo sigue sin responderme . Con desesperación ,  intento arrastrarme  clavando los dedos en el suelo e impulsarme hacia la salvación .AGHHHHHH

 

- Tiradas (1)
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12/11/2019, 20:42
Albert Mctagger

Magullado y consternado Albert despierta  lentamente, alrededor puede verse encerrado con los que  no hace mucho había compartido cena, muerte y resurrección.
Recordaba brevemente como había atacado sin apenas cuestionarlo bajo las ordenes de aquel diablo de Giovanni, un odio interior hacia aquel ser y su sequito de demonios empezó a surgir en su interior , aquella escoria noble y demoniaca los había matado después los había transformado en algo que dios sabía lo que era y utilizado como cebo mientras escapaba- maldito sea él y toda su estirpe- pensó Albert mientras intentaba acomodarse como podía en el suelo sin mucho más que decir mientras intentaba analizar ahora con la cabeza más fría como podía haber sobrevivido y el cambio que estaba sufriendo.

 

-¡...os llevaremos la antorcha, chupasangres del demonio!

Al grito del carcelero no pudo hacer mas que encogerse y callar, no tenia fuerzas para nada  y demasiadas cosas en que pensar
aquella resurrección le hacia empezar a  elucubrar en su mente nuevos puntos de vista cientificos, pero primero tenia que sobrevivir a aquella situación de peligro

- Tiradas (1)
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12/11/2019, 21:12
Anton Rossi

Antón se agitó tratando de soltarse desesperado conforme la luz se iba acercando a ellos, forcejeaba por soltarse bordeando de cerca la desesperación.
Cuando quedó patente que no iba a poder soltarse cerró los ojos y aguardó tensó como un palo y con los ojos cerrados resignado y aterrado a lo que tuviera que ocurrir.
Cerró las manos en un puño tratando que los dedos engrilletados a la pared[1] estuvieran lo más lejos posible de aquella luz.

Notas de juego

[1] Entiendo que estamos fijos a una pared, sino no tiene sentido, nos pegaríamos a la pared por la que entra la luz y santas pascuas.

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12/11/2019, 21:17
Allan Beicker

Allan despertó al fin de aquella pesadilla, solo para darse cuenta que la pesadilla era real.  La herida abierta en su pecho le dolía con fuerza, pero la rabia interior del médico era mucho más fuerte.

 

Allan se levantó con fuerza probando la resistencia de lo que le retenía, su sed, sus ganas de acabar con todo aquello era mucho más fuerte que el tenis a un nuevo golpe, el fuego o la muerte misma.

 

Malditos venid por mi!!!!!

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13/11/2019, 00:53
Nicolae Dobrich

Vuelvo a la consciencia. Y, una vez más, constato en que me han convertido en uno de esos demonios de leyenda. Nos han convertido. Ahora sentado en la celda escucho las conversaciones de los demás y pienso en lo que ha pasado. Estos tiempos muertos son los que hacen meditar y tomar consciencia. Siento sed y hambre, una sed y un hambre como nunca había sentido antes. Pero no es a la comida a la que estoy acostumbrado y no se me ocurre qué es. Sólo puedo ahora recordar que me lancé como un demente hacia el cadáver de la res sacrificada.

La breve batalla es sólo un recuerdo confuso y efímero y únicamente puedo pensar en que la única idea en mi mente era obedecer a Giovanni. Ese maldito bastardo de alguna manera había hecho que obedeciéramos sin reservas. Si él era un demonio, como el resto de sus invitados, y nos habían convertido en algo similar a ellos, ¿cómo habíamos cambiado nosotros ahora?. ¿Poseería ahora otras habilidades?, me pregunto mirándome las manos, sucias, destrozadas por el combate y manchadas de sangre.

El rayo de luz me llama extrañamente la atención e instintivamente me alejo. No sé por qué me hace sentir un extraño temor ¡Un simple rayo de luz!.

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13/11/2019, 02:54
Constanza de Tournai (pj muerto)

Constanza había vivido aquello arremolinada en un sombrío manto de sueños y pesadillas desde que el último golpe le hiciera ver las estrellas mientras la tumbaban para llevársela. Dolorida, todavía con las sienes apunto de explotar, la arrastraron atada hasta aquellas recónditas celdas mientras la golpeaban cruelmente, con las cuerdas presionando sobre su cuerpo maltrecho y las heridas supurantes de sangre. Mareada y sin aliento, apenas pudo fijarse en sus anfitriones el castillo, mientras les llevaban prisioneros a las profundidades de las mazmorras.

La que antaño había sido condesa de Tournai y ahora solo era una prisionera desmadejada de dolor y rabia agachó la cabeza, con el pelo enredado sobre el rostro y una sensación de vacío, de deprimente inquina y rabia sorda en su cabeza. No sabía todavía qué le estaba pasando ni por qué, mientras su cabeza hacía que los nombres bailara. en su cabeza y las miradas casi lascivas de sus antiguos anfitriones se les turnaran a ella y al resto de invitados para bebérselos como si fueran fuentes de sangre carmesí. Cerró los dedos resecos dolorosamente cuándo la ataron a la pared, aferrada a aquellas cadenas que la ataban a la fría piedra.

¿Dónde estamos...? —preguntó al aire, semiinconsciente.

No sabía si habían pasado minutos u horas, con el vestido desgarrado y manchado de sangre, el velo roto y con una respiración tan pausada que pensaba que ya ni necesitaba hacerlo. En sus retinas todavía estaban los rostros de sus captores entremezclados con los de los invitados. A veces pensaba en el temible Hardestadt con el rostro de Etienne, escuchaba la voz de lady Jadwiga a la vez que la de Anka e incluso recordaba como las oraciones santas de los dos monjes aparecían con el maltrechl ostro de la mujer leprosa de la mesa. Qué necios habían sido subestimando a aquellos conspiradores... A la Conspiración de Isaac. La herida del costado le palpitaba y todavía notaba las rozaduras de la cuerda, mientras pasaban los minutos.

Pero notaba también a su alrededor a las sombras arremolinándose entorno a su figura, como si el frío abrazo de la oscuridad de la habitación la pudiese acoger entre sus brazos y acunarla dulcemente para que todo aquel dolor se calmara. Hasta que vio la raya del sol clavarse en el suelo y se percató de que aquella negrura que estaba empezando a necesitar se estaba disipando ante la llegada del dio. Contuvo un chillido, realmente asustada, pero solo llegó a cerrar los ojos y a apartar la vista. 

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