Partida Rol por web

Era un día bastante caluroso para ser otoño. A pesar de ser mediados de Noviembre, en las montañas donde se desarrollaba el campamento hacía tranquilamente unos 22ºC. Todos estabais ahí en un campamento interescolar (de varios institutos) en mitad de la naturaleza, todo lleno de árboles y demás. Estabais todos tan tranquilos, y comenzasteis a participar en las actividades que se desarrollaban. 

Serían las 11 de la mañana, cuando comenzó la actividad de orientación. Cada uno iba pensando en sus cosas, cuando de repente... a vuestros móviles llegó un mensaje que decía: "¿queréis una aventura de verdad?" Todos le disteis al icono que decía que "Sí", creyendo que era una broma.

De pronto una luz os cegó, de entre los árboles pareció que salía una ola de... un agujero de luz? Fuisteis absorbidos por dicha luz, perdiendo la consciencia. Cuando os despertais, veis que estais en mitad del bosque, pero al incorporaros, notais que... ¡teneis otro cuerpo! Un grito salió de vuestras bocas, haciendo que los mas rezagados se despertaran de golpe, llevandose la misma sorpresa.

Mientras mis compañeros y yo nos habíamos adentrado en el bosque para jugar al juego de orientación me llegó un mensaje al móvil.- Que raro... si aquí no hay cobertura... - Pensé mientras leía el mensaje y le dí a si sin pensarlo. Iba a comentarlo con mis compañeros pero en lo que había tardado en contestar se había adelantado sin mi y estaba solo. Seguí caminando un rato mas hasta que encontré una luz extraña en un árbol y me la quedé mirando durante un rato hasta que sin darme cuenta me engulló.

Tengo un sueño muy extraño en el que atravieso varias puertas y caigo al vacío y aterrizo de espaldas en un campo de hierba, cuando despierto me encuentro rodeado de la misma hierba en la que he caído en el sueño, me quedo un rato mirando el cielo y al final decido levantarme, pero cuando pongo mis manos en el suelo veo sorprendido que tengo unas zarpas blancas. 

Exaltado comienzo a examinar mis pies, que también son peludos y blancos, y cuanto mas me miro mas extraño me veo, tengo mas pelo de color lila, una gema extraña en mi cabeza y unas alas a mi espalda. Pero lo que mas me llama la atención es mi cola... una cola preciosa y larga que puedo mover a antojo. Al principio la cola se me enrosca en los pies, y cuando intento caminar me tropiezo y a veces se mueve sola y a voluntad hace formas extrañas, pero durante un rato concentrándome para dominar este nuevo miembro consigo que deje de ser una molestia. 

Mientras exploro poco a poco que soy comienzo a caer en la cuenta que el aspecto que debo de tener se asemeja mucho a algo que he visto en otro lugar. En un sobre de cartas quizás? En un poster? En la tele anunciado? Tras mucho rato pensando en que me he convertido caigo en la cuenta de que soy Dorumon.- Soy Dorumon! Soy un digimon! Que guay! Como mola! - Digo gritando a pleno pulmón cuando por fin decido a explorar que hay a mi alrededor.   

- Bueno aquí estamos, en el campamento de verano. Y pensar que no quería venir aquí. Por lo menos me dejaran en paz durante un tiempo en casa, en fin ahora me toca hacer una actividad con mis compañeros de clase, son majos pero nunca he tenido mucha relación con ninguno debido a la estricta educación y sin fin de actividades que me obligaban a asistir mis padres.

Nos toca salir al bosque a explorar los alrededores así que nos ponemos en marca, yo me mantengo un poco apartada, cuando de pronto nos suena al móvil a todos, nos miramos extrañados. Miro la pantalla de mi móvil en ella hay un extraño mensaje que dice: "¿queréis una aventura de verdad?"  Me parece una tonteria de mensaje pero aun así le doy al si, total no pasara nada. Me los quedo mirando preguntándome si han recibido lo mismo, al final me animo a preguntar.

-¿Perdón pero también habeís recibido lo de la aventura?

Escucho las respuestas aunque no podemos hablar mucho ya que aparecen unas luces raras que nos absorven.

Me despierto totalmente aturdida no se lo que pasa no parece el mismo sitio donde estábamos minutos antes y ademas me siento mas alta nose porque, me llevo las manos a la cara y para frotarme los ojos cando me doy cuenta que no están donde deberían estar y no solo eso sino que antes de llegar choco con algo, " desde cuando tengo semejante nariz" Me miro las manos para ver que ya no son como antes, no solo tengo 3 dedos sino que llevo unos guantes raros. Doy una vuelta sobre mi misma y algo me golpea en mi lateral intento atraparlo con la mano para llevarme la sorpresa de mi vida. "¿Esto es una cola?!".

 Empiezo a palpar y a observar mi nuevo cuerpo cuando derepente se me enciende el chip yo he visto antes a esa criatura es una del famoso juego de cartas que mis padres me prohibieron totalmente.- Soy... a ver si recuerdo como se llamaba- tras meditar unos segundos caigo -Soy Renamon. No me lo puedo creer me he convertido en un digimon. De pronto oigo el sonido de mis compañeros y observo sus reacciones, todos han cambiado así que no se quien es quien.

Nos reunimos delante de las tiendas para escuchar el discurso del profesor y la tarea que nos va a mandar, yo la verdad lo que mas quiero es ir a dar una vuelta por el bosque, me encantan los animales y la naturaleza, asi que este viaje me tiene encantada. Ademas con mis amigos. Nos dividen en grupos afortunadamente me toca con ellos y con otra chica de un curso superior que es un poco cayada sino recuerdo mal es una chica de buena familia que no se suele relacionar mucho, pero parece maja y buena persona, aunque eso no dice mucho viniendo de mi siempre me gusta ver el lado el lado bueno de la gente. 

El profesor acaba de explicar y nos encaminamos al bosque todos juntos. Llebámos un rato caminando y hablando de nuestras coas cuando dereente suenan todos nuestros teléfonos a la vez, da un poco de miedo, miro mi móvil y leo el mensaje:  "¿queréis una aventura de verdad?" miro a mis amigos y me da la sensción de que han recibido el mismo asique vuelvo la atención al móvil y pulso si. Pero no pasa nada, vaya chasco mas grande, oigo como la otra chica habla y ns pregunta si hemos recibido el mismo mensaje. Me giro a sonreirle, quiero que se sienta cómoda.

- Si yo también ¿Que raro, no?

Hablamos un poco cuando derrepente unas luces se nos tragan a todos. Lo siguiente que recuerdo es despertar en un bosque totalmente distinto del que estábamos. Me intento levantar pero al ponerme de pie noto como pierdo el equilibrio y me caigo al suelo de cara, sin embargo, la caída es as corta de lo que esperaba, no comprendo nada. miro al suelo  y veo unas patitas redondeada en vez de manos y unas orejas bastante largas, por no hablar de mi nuevo tamaño. Soy enana!, pero parezco un perro y no slo por lo que puedo ver sino porque siento la necesidad de olfatearlo todo, noto unos olores que se me hacen familiares aunque no se de que si nunca me había fijado en eso y veo a mis compañeros en una situación similar. Espera ellos me suenan mas son personajes del juego de digimon... entonces yo... soy salamon.

- ¿Chicos? ¿Sabeis donde estamos? y sobre todo ¿Que nos a pasado?!

Un joven de cabello negro un poco crecido, de ojos gris oscuro y piel clara, con una gorra blanca con visera para protegerse del sol; pantalones deportivos negros, camiseta de manga corta holgada color aguamarina y zapatos deportivos negros. Cargando una gran mochila negra sobrecargada.

Era muy tarde en la noche, llevaba caminando todo el día desde temprano en la mañana, solo deteniéndose tres veces para comer algo a la vez que dejaba reposar al menos un poco los músculos fatigados. Había partido en el mediodía del anterior día, lo que hacía ya un día y medio de viaje, junto con la correspondiente noche en medio que la había pasado en su saco de dormir bajo unos arbustos a unos cien metros de la ruta.
Estaba fatigado y hambriento. Mientras andaba se afanaba en buscar un buen lugar para por fin descansar y pasar la noche; fue entonces cuando a lo lejos divisó luces. Al acercarse amparado por la oscuridad se percató de que era un campamento y al parecer uno escolar, era más que probable teniendo en cuanta como lucían los autobuses que estaban estacionados a lo largo de la ruta, a un lado, uno detrás del otro… y por el estilo del campamento, estando a los pies de una cadena montañosa cercana, seguramente teniendo como objetivo expediciones. Se acercó a las cabañas para asomarse por las ventanas confirmando que en los dormitorios muchas camas estaban siendo ocupadas por jóvenes de más o menos su misma edad.

La luz de la luna le permitió mirar alrededor; buscaba algún sitio por donde colarse para pasar la noche con más comodidad que en el suelo a la intemperie… pero todo estaba cerrado, solo había un contenedor de basura y no estaba tan desesperado como para dormir encima de las bolsas para luego apestar.
Entonces cayó en la cuenta de que los autobuses habían sido dejados con alguna que otra ventana abierta para permitir su ventilación, entonces decidió trepar uno de ellos y deslizarse al interior por una de estas.
Revisó su celular… comprobando que su batería ya no duraría demasiado. Ilumino alrededor con la esperanza de encontrar donde recargarlo pero fue en vano, por lo que lo apago. Devoró rápidamente los últimos emparedados que le quedaban de sus provisiones y se recostó para por fin entregarse al sueño cómodamente en los asientos del vehículo.

Los fuertes rayos del sol lo despertaron, al parecer tardíamente por la intensidad de la luz. Al incorporarse vio que el ángulo de la ventana recién hasta ahora permitía al sol penetrar, y rápidamente se bajó de los asientos para agacharse… tras la ventana el campamento estaba en pleno funcionamiento. En el interior de ese autobús se estaba cocinando a fuego lento, con el calor de afuera y con los rayos solares dando de lleno, despertó para “disfrutar” la sensación de estar dentro de un horno.
Encendió su celular para comprobar que eran ya las diez y treinta de la mañana. Su plan era bajarse e irse para continuar su viaje pero sin que nadie lo viese, ya que podría llamar la atención que un jovencito de dieciséis años este vagando en medio de la nada, colándose en campamentos para dormir. Por lo que decidió esperar la mejor oportunidad.

Al cabo de un corto tiempo su celular empezó a vibrar. Por un momento pensó que lo estaban llamando pero desde hacía unos cuantos kilómetros que ya no llegaba la señal. Al mirar la pantalla vio que había recibido un SMS… “¿Quién envía esas cosas hoy en día?... ah, claro, las compañías”. Abrió el mensaje teniendo en cuenta que seguramente era solo publicidad spam.

¿Queréis una aventura de verdad?

“¿Que… cosa… es esto?” Se preguntó Marc mentalmente “¿Propaganda erótica de algún negocio de “Casa Caliente”, “Séptimo Cielo” o de citas?”. Marc entonces asumió que al parecer las compañías contaban con una mejor señal que la mayoría de la genta común y al ver debajo dos opciones para seleccionar imaginó que debía ser solo un LINK que lo llevaría a la página de la compañía. Al no tener nada más que hacer y necesitar algo que lo distrajera del calor optó por seleccionar el “SI”.

Nada ocurrió. “Claro…” Pensó Marc “¿Cómo iba a funcionar si no tengo Wi-Fi?”. Pero de pronto las ventanas comenzaron a iluminarse con un resplandor que enseguida se volvió completamente cegador. Marc cubrió su rostro al tiempo que sentía como perdía el equilibrio y la sensación del suelo bajo sus pies… y perdió el conocimiento.

Un grito le hizo despertar de pronto. Al girar la cabeza aun sin incorporarse vio que estaba a algo así como diez metros de un grupo de animales… ¡Parlantes!
Incorporándose, solo hasta estar sentado, notó antes de poder hacer nada más que algo tuvo que acomodarse a un lado para él poder sentarse. Bajó la vista… y vio el panorama de su cuerpo… sin ser ese su cuerpo. Con los ojos abiertos como platos no hizo ni dijo nada, solo se quedó ahí congelado mirándose un momento. Luego se llevó ambas manos frente a su rostro para ver que ahora eran garras, bastante pronunciadas… y una especie de prolongación que parecía un poco como las alas de los murciélagos, aunque aun faltándole mucho por desarrollarse. Movió sus garras despacio, comprobando que aunque ahora tenía tres “dedos” al menos eran más móviles de lo que parecían a primera vista. Bajó su mirada para repasar todo su cuerpo… era enano y regordete… hasta gordo con esa pansa que tenía. Ahora era una especie de dragón… o dinosaurio color lila.

Definitivamente estaba soñando.

¿Veis a este joven rubio y de aspecto afeminado? Bien, pues ese era yo antes de que comenzase todo esto. Mi nombre es Aruki Ishida, y ahora soy un Digimon. Esta es mi historia...

Esa mañana me encontraba en el interior del bosque, en medio de una actividad de orientación, cuando escuché el sonido que indicaba que acababa de llegarme un mensaje al móvil. De inmediato, me saqué el celular del bolsillo y examiné a qué se debía el mensaje.

-¿Queréis una aventura de verdad? -leí, con mi aguda voz. Pensando que se trataba de una broma, pulsé el botón de "Sí" de inmediato-. Claro que sí, picarón...

En ese momento, una luz lo envolvió todo y, antes de que pudiera reaccionar, me vi absorbido por aquella luz. Al despertarme, advertí que me encontraba en el bosque, aunque podía percibir mi cuerpo mucho más pesado y, al observar mis manos, advertí que tenía lo que parecían ser garras. Me giré hacia atrás y pude ver una cola de dinosaurio.

-¡Ay, por Dios! ¿Qué me está pasando?

Tardé un instante en darme cuenta de que era un Digimon, concretamente un Agumon. Mis preciosas manos habían sido sustituidas por garras, al igual que mis pies. Y me había crecido cola donde antes no tenía. No podía verme la cara, pero tras toquetearla ligeramente, pude percibir un hocico alargado, similar al de un reptil.

-¡Ay, por favor! ¡Que ahora soy un Digimon! ¡Me quiero suicidar! -exclamé, aún afectado por lo ocurrido.

Toda mi vida se había girado en la búsqueda de fuerza. En mi escuela era simplemente un buscapleitos que desde chico se había centrado en enfrentarme a gente más fuerte que yo., ya estuviera en los clubes al acabar la escuela o fuera de ella. Nunca había perdido una pelea.

Tenia un nombre y una banda desde luego, pero la disolví porque me parecía aburrido

Pero toda esta frustración y dotes para demostrar mi virilidad se debía en parte a que era una persona que disfrutaba de las personas que para mi eran Kawais. No me importaban si eran hombres o mujeres simplemente quería poseerlas y hacerlas mías.  Ya tenia una lista bastante amplia de gente que había “ profanado” su santuario

Esa vergüenza que un hombre no tenia que tener me fue arrastrando a la locura poco a poco hasta que lo conocí… A un chico con un pelo rubio, monismo y con un bañador que se le marcaba realmente bien… Quería poseerlo y el momento perfecto era el viaje escolar.

Pero aquella mañana recibí un mensaje el cual decía algo de no se qué aventura, a lo que claramente no podía decir que no. Al darle un si al mensaje vi absorbido por una especie de haz de luz y cuando me desperté vi que ya no tenia un cuerpo humano, sino que era una especie de criatura rara y mis manos tenían como unos guantes de boxeo. 

-¿ En que cojones me he convertido? Puta compañia telefonica.. Como esto sea un secuestro los voy a dar  de ostias

Hacia un buen día, el agua estaba tibia, los moluscos flotaban y era perfecto. Con su cosas empacadas incluido su dogi de entrenamiento y su consola Sega Saturn. Yusei bajo por las escaleras de su casa y antes de ponerse los zapatos dio un saludo marcial al retrato mortuorio de su padre; máxima leyenda del Yudo y que ahora seguramente estaría someteniendo ángeles en el paraíso.

Abordo el autobús de la excusión del instituto en espera de así dirigirse a su nueva aventura. Ya antes había detenido asaltantes de tiendas, criminales callejeros y hasta unos chulos; gano unos y perdió otros pero tantas palizas y hematomas a medio cicatrizar solo avivavan su deseo de ser como su padre, hombre que podía matar osos y fieras con sus manos y cuya fuerza se decía que podía desviar un misil a mano desnuda. Yusei era alto y grande, con cuerpo tonificado pero bien proporcionado dado así gracias a un intenso y continuó entrenamiento. ¿Cuales serían sus planes para este viaje? MAS ENTRENAMIENTO.

Apenas bajo y escuchó la orientación de los profesores no hizo otra cosa que irse a un rincón alejado del bosque, ponerse su Dogi y empezar a dar golpes manotazos potentes a un tronco grueso.

Ya había pasado un par de horas en ese régimen cuando un sonido rompió su concentración, era la alarma de su móvil. Cosa rara ya que el lo tenía apagado y antes de eso se había asegurado que no hubiera señal y así evitar que su madre o tíos lo molestaran; Intrigado por este misterio fue a su mochila y vio el móvil, dio una risotada y clamo:

—QUE VA, la vida es las grande de las aventuras. Paso.

Sin contestar siquiera apagó el móvil y siguió con su práctica. Pero no paso ni 5 minutos cuando volvió a sonar el móvil, esto irritó un poco a Yusei quien fue con el móvil sólo para leer el mismo mensaje. Iba a retirar la batería del aparato cuando vio algo extraño: había un peluche raro corriendo por los costados de la cuadrícula del móvil, dando brincos y piruetas este parecía divertirse de lo lindo. En uno de esos jugueteos vio el botón de [aceptar] y con una risa inocente lo apretó..........

No supo que paso después. Una brillante luz y después nada.

Los trinos de las aves y el suave viento del este fue lo primero que pudo darse cuenta, era una sensación agradable. Con estas sensaciones instintivamente se incorporaba y vio ante el un mundo nuevo, el ambiente estaba prístino y lleno de verdor, era como si esos busques no hubieran sido tocados por los seres humanos. Y hablando de árboles había uno enorme, fuerte y lleno de vigor que demandaba a gritos ser derribado. Se puso en guardia e iba a dar fuerte golpe a Olmo más no pudo dar dos pasos pues se había tropezado con algo muy largo, bajo la vista y de pronto quedó horrorizado, su cuerpo, su gran cuerpo tonificado y la prueba de ser un artista marcial no era mas que un despojo diminuto. Se paro rápido y vio sus manos, toqueteo su cabeza y este examen vio que con lo que había caído eran sus propias orejas; todo eso lo llevo a una horrible revelación:

—Por Arceus, SOY UN PELUCHE....

El campamento tenia pinta de aburrido, por suerte tenia mis auriculares y mi mp3 que me permitian pasar por ese momento peliagudo con mayor facilidad, no sé porqué mis padres me habian apuntado  a aquello sabiendo lo poco que me gustaban esos sitios; algunos compañeros decidieron explorar los alrededores, cosa que decliné con suma amabilidad aunque aproveché para buscar un sitio tranquilo donde poder pasar el rato.

Mientras las notas invadian mi cabeza sentí una vibración en mi bolsillo, al sacarlo, pude ver que habia recibido un mensaje en el movil, era una sencilla pregunta, la verdad es que no tardé mucho en pensarlo, estaba bastante aburrido y seguro que alguna clase de juego virtual seria mejor entretenimiento de lo que estaba haciendo, así que no tardé en contestar con una respuesta afirmativa.

Despues aquel destello lo cegó y perdió la conciencia; al despertar vi que me hallaba en un lugar distinto ¿me habrian llevado alguien? traté de incorporarme pero entonces ví con horror como mis patas eran cortas....¡patas!, así que aproveché para verme mejor haciendo que cundiese el pánico.

---¡¡¡¡¡AAAAAH!!! Soy patamon -digo llevandome las patas a mi nueva cara- ¡¡¡¡soy un cerdo con alas!!!!- digo de manera lastimera, solia bromear mucho con eso cuando habia visto la imagen por primera vez pero ahora no tenia ninguna gracia 

Escuché voces detrás de mi que gritaban estridentes barbaridades, suicidio? Cerdos con alas? Peluches? Mientras me miraba las zarpas sonreí, había aceptado una aventura, le había dado a que SI cuando me llegó el mensaje y esto es precisamente una aventura, una de verdad, no como una de esas Actividades de colegio de seguir pruebas. Hasta nos habíamos convertido en cosas que no conocíamos.

Salamon el único que parecía no estar en estado de Shock comenzó a hablar.-  Hace nada estábamos en el bosque no? Yo soy... Yosuke Uehara aún que ahora soy Dorumon, un placer!- Me quedé unos segundos en silencio.- A mi me llegó un mensaje al móvil preguntandome si quería una aventura, acepté y aquí estamos. Supongo que esto es una aventura de verdad. O quizás es que me cayó algo en la cabeza y me he quedado tonto, quien sabe! - Sonreí entusiasmado, una nueva aventura me aguardaba y quería ponerme a explorar ya mismo. - Vosotros... de donde habéis salido? - Recordé que me había perdido en el bosque antes de aceptar el mensaje y estaba solo cuando todo ocurrió.

-Hola, me llamo Namine... Digo Salamon. Esto es raro se supone que estabamos de campamento haciendo una actividad y derrepente aparecimos aqui. ¿Verdad chicos?

Era extraño. ¿Realmente era un sueño? Se sentía muy real… la brisa, la sensación del suelo y el césped debajo; con sus garras se dio un pellizco en el brazo izquierdo y la sensación también parecía bastante real.
“A ver” Se decía a sí mismo “Lo principal de un sueño es que no recuerdas como llegaste al lugar donde comenzaste el sueño… eso se cumple… pero lo aún más principal de un sueño es que no se es consciente de que es un sueño, a no ser que sea verdad todo eso de los argonautas… pero yo nunca fui de esos”

Mientras reflexionaba dos de los otros seres que estaban cerca, uno color lila como él y una especie de perro pequeño y cabezón, se acercaron para hablar amenamente. Demasiado amenamente para lo que era la situación… “¿Cómo pueden tomarse todo esto que está pasando tan a la ligera?” Pensaba mientras les dirigía una mirada con el ceño algo fruncido pero en señal de incredulidad y reprobación “Algo nos acaba de abducir… de secuestrar. ¡No sabemos dónde estamos y además en otros cuerpos  que además son de seres no humanos! ¿Y si esto era obra de extraterrestres usurpadores de cuerpos?”. Pero ahora que los veía a todos con más detenimiento… le parecía reconocer las criaturas de algún lugar. Y al poco tiempo de mirarlos reconoció a alguno que otro de un juego de cartas de Digimons… “¿Entonces esto significa que la franquicia de Digimons era una tapadera para extraterrestres?”

-Yo soy Aruki. Bueno, supongo que ahora debéis llamarme Agumon -declaré, con voz aguda y poniendo los brazos en jarras-. ¿Qué créeis que ha pasado? ¿Hemos muerto y esto es el infierno? ¿Estaremos soñando? ¡Necesito recuperar mi cuerpo!

Me he mantenido en el margen todo el tiempo no me gusta hacerme notar pero esto no esta llengo a ninguna parte, finalmente me decido a hablar.

- Nose lo que pasa aqui pero quiza deberiamos avanzar, no creo que quedarnos quietos lamentandonos nos vaya a ayudar a resolver nada.

Las extrañas criaturas a mi alrededor comenzaron a chillar y volverse locas . Parecía que el  mundo se había vuelto loco, pero entonces comenzaron a decir nombres humanos y quizás fueran como yo , en este mundo raro.

-Concuerdo con el zorro este de color amarillo , que no se lo que es. Aqui no es seguro. Por cierto me llamo Senkuu Kirishima.¿ que coño es todo esto?¿ Que son estos cuerpos? Humanos no son claramente

Todavía estabais asimilando las cosas algunos, otros estabais flipando como si fuera un sueño, otros que era una pesadilla.... Pero la situación no era para menos, y menos aun con esos sonidos de pisadas.... Un momento, ¿pisadas? Cuando todos os da por mirar hacia la dirección del ruido, veis como algunos árboles se van rompiendo, y veis que dos criaturas se están enfrentando.

Comenzasteis a correr en la misma dirección, alejándoos de dicha pelea, ya que estaban lanzando bolas de fuego constantemente, y el bosque estaba comenzando a arder. Llegais a donde un acantilado, que da a un rio: estabais entre la espada y la pared. La pelea parece que se va alejando, pero... de entre los árboles parece que sale otro bicho, pero este está todavía más cabreado que nunca.

-Oh no!, Esto va de mal en peor de donde han salido esos bichos, hay que salir de aqui ya.

Poco después de haber dado ese grito el peluche se dio cuenta que no estaba solo, se encontraba con otras criaturas raras. Siendo estoico mantuvo la calma, cruzó sus bracitos y dijo sereno: —Por el amor de Arceus, parece que no he sido el único.-puso dos dedos en su mini-menton e intentó hacer memoria-Recuerdo que yo estaba entrenando mis espectáculares bíceps cuando un mensaje así me llegó. Apagué el móvil y este se prendió solo mostrando el mismo mensaje. Yo iba a quitarle la pila pero.... Fue ahí que se dio cuenta, ese peluche que había accedido a aquel mensaje se parecía mucho a lo que Yusei podía ver de si mismo. Lo que sea que fuere ahora era lo que lo había llevado hasta ahí. —EL PELUCHE QUE APRETÓ EL BOTÓN ERA YO....—Grito horrorizado. En esta revelación no fue capaz de decir más, se quedó de piedra. Así fue un par de minutos y hubiera sido más sino fuera por que el mundo se contorsionaba a su alrededor en base al caos. Una lucha salvaje hizo reaccionar a Yusei y siguiendo sus nuevos instintos salio corriendo en busca de salvarse, no quería correr sino pelear de frente pero en su nueva forma se sentía indefenso y frágil, incluso un atismo de terror que lo inclinaba a ponerse a llorar; con estas nuevas sensaciones casi podría jurar que había otro Yusei en su mente, uno mas pequeño y frágil y que estaba mas a gusto con su nuevo yo. Esta huida lo llevó al borde de un risco, atrapado. Espantado se volteo y vio que el bosque estaba en llamas y encima un dinosaurio deforme y con cicatrices aparecía para acorralarlos. No podía ir de frente, no podía huir por detrás, sólo le quedaba una opción, se puso en postura de guardia y aunque temblaba de miedo no dudaría en intentar defenderse.