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Dragon Age: Las Cenizas de la Ruina

29. Allá en la Cima del Cielo

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02/01/2018, 18:06
Asthan

Al principio no te habías dado cuenta pero sentías una molestia sorda en el borde de tu mente, como una pequeña migraña... aunque pronto empezó a acentuarse. No era una migraña, era una especie de dolor ajeno del que de algún modo te sentías testigo.

Cuando una punzada de angustia abofeteó tu sexto sentido, te distes cuenta justo de eso: eras testigo. Y por algún motivo te diste la vuelta.

No os habíais percatado porque de por si era silencioso pero Asthan se había quedado bastante atras, en ese momento de hecho viste que caminaba agarrándose los costados con un hombro pegado a la pared de roca a modo de apoyo. El "elfo" estaba sudando y trataba por todos los medios de respirar sin hacer ruido para que ninguno de tus compañeros se diera cuenta de aquello.

Y quizá pudieras hacerte una idea de por qué cuando te fijaste en que, de nuevo, uno de sus brazos hasta el codo y la mano del otro... brillaban. Como si la piel hubiera desaparecido y pudiera verse el aspecto del Velo que se escondía detrás.

En ese momento viste suceder lo mismo con una de sus orejas y un pedazo de mejilla. Gimió e hincó ambas rodillas en el suelo, apretando los dientes con tanta fuerza que le rechinaron.

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02/01/2018, 21:34
Gabrielle

Gabrielle tuvo que reprimirse para no gritar "¡Astucia!" delante de todo el mundo. Se mordió el labio y echó a correr junto al espíritu. De nuevo, era como si su cuerpo real se desvaneciera y aflorara su auténtico cuerpo, el espiritual, debajo. Los ojos de Gabrielle pasaron del brazo a la mejilla, y de ahí, a la oreja, en un mudo gesto de impotencia y desesperación.

—¿Qué hago? —preguntó, a sabiendas de que Asthan no podía darle respuesta—. ¿Cómo lo paro?

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02/01/2018, 21:39
Asthan

Asthan hizo un esfuerzo por mirarte pero no respondió. De hecho, aunque hubiese querido hablar no habría podido hacerlo, o esa sensación te daba a juzgar por el gesto dolorido.

Tras cinco largos segundos que se te antojaron cinco nuevas eras, soltó un borrascoso suspiro, apoyó las palmas en el suelo y se puso a jadear soltando grandes nubes de vaho. Fuera lo que fuese lo que le pasaba, había parado por si solo.

—N-No lo sé... —masculló con voz rasposa. Se sentó con la espalda pegada a la pared de roca para poder recuperar mejor el resuello. Entonces soltó un sonido mezcla de resoplido y risa amarga—. "No lo sé". ¿Qué clase de respuesta es esa para un espíritu de la Astucia?

Miró con gesto grave la mano que le brillaba. Y te pareció que era una expresión que no encajaba en su cara. Como si ésta no fuera compatible con una emoción gris.

Empiezo a pensar que en verdad no estoy exento de lo de no poder estar sin un ancla física en el Mundo Material... —dijo—. Solo que por alguna razón el desgaste es muy lento. Quizá por ti y por el vínculo. Pero... ocurre.

Miró entonces camino arriba, la cuesta que os conducía al templo. Estábais tan cerca, estábais al lado del último fragmento del bastón...

Frunció el ceño y se volvió a mirar la mano.

Viste que tanto esa parte, como el brazo, como el trozo de la cara que se veían de su aspecto del Velo fulguraron intensamente por unos instantes tras los cuales la parte de elfo volvió a aparecer, ocultando el resplandor. De nuevo volvía a ser "Asthan".

—Ya casi hemos llegado, a-ayúdame a levantarme—masculló entre jadeos como si aquello le hubiese supuesto un esfuerzo colosal. Se agarró con una mano a la pared y dobló una rodilla para apoyarse—. Sólo tenemos que entrar en un templo. Hemos hecho cosas más difíciles.

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02/01/2018, 23:30
Gabrielle

Gabby ayudó a levantarse a Asthan cuando este se lo pidió.

—Ya queda poco —dijo la maga, ensayando una sonrisa tranquilizadora.

«Quiera Andraste y el Hacedor que Glandivallis sea la solución que necesitamos.» 

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02/01/2018, 23:33
Narrador

Asthan necesitó que lo ayudaras a levantarse pero para tu alivio, podía caminar solo. Aunque hubo otra cosa que te provocó un sudor frío: no pudiste pasar por alto el hecho de que casi no sentías ese aura agradable que lo envolvía siempre, pese a que estabas a su lado.

Seguísteis a vuestros compañeros que por suerte no se habían dado cuenta de vuestro pequeño retraso y al girar una suave curva os los encontrasteis parados.

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03/01/2018, 06:04
Ayla

¿Esto estaba antes?

Ayla se había detenido delante de lo que parecía un derrumbe caído en el camino: parte de la ladera se había venido abajo y la nieve y las rocas lo cruzaban de cabo a rabo. Por suerte, no era insalvable: no llegaba a los dos metros de altura. Y parecía revuelto como si los animales de la zona ya hubiesen transitado sobre él.

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03/01/2018, 06:39
Wynne

—No cuando vine aquí por última vez. Aunque tampoco es que sea raro que pase esto en un camino que no se transita desde hace mucho.

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03/01/2018, 06:39
Cedric

—Lo que importa es que se puede trepar—dijo Cedric empezando a hacer lo propio.

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03/01/2018, 06:39
Lynn

Ayla caminó deliberadamente dos pasos hacia un lado para empezar a trepar lo más separada posible de Cedric. Lynn por su parte parecía pensativa y miró a ambos lados buscando un punto en el que el que el pequeño muro fuera menos alto. Eso le sirvió para darse cuenta en ese momento de que Gabrielle y Asthan acababan de llegar.

—Asthan, ¿estás bien?

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03/01/2018, 06:39
Asthan

El elfo se había detenido con las manos en las rodillas y jadeaba soltando volutas de vaho.

—E... Estoy cansado.

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03/01/2018, 22:55
Lynn

Lynn soltó una risita comprensiva.

—Vuestros araveles nunca suben tan alto, ¿verdad?

El dalishano negó con la cabeza y ella se dio la vuelta.

—Wynne, ¿Crees que podrás sub... —comenzó a decir. Pero de pronto parpadeó extrañada: la Encantadora Superior no estaba por ninguna parte—. ¿Wynne?

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03/01/2018, 22:58
Wynne

—Aquí abajo, cielo—Lynn miró a sus pies al escuchar aquella vocecilla varias octavas más aguda de lo normal y se le pusieron los ojos como platos: Wynne tenía el tamaño de un ratón. Acababa de encogerse con un conjuro y miraba a la estupefacta clériga con gesto divertido—. ¿Te importa si me meto en tu capucha mientras subes?

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03/01/2018, 23:00
Lynn

Lynn se agazapó, aún patidifusa por las cosas extrañas de las que era capaz la magia y recogió a la anciana en minatura. Luego se acercó las manos al hombro para que esta pudiera meterse donde le había dicho y se aproximó al muro de nieve.

—Hacedor.... e-espero no caerme. Como chafe a una heroína nacional, Irving me mata.

El sonido de la risita en minatura de Wynne estuvo a punto de haceros reir a vosotros también.

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03/01/2018, 23:00
Narrador

Mejor o peor, empezásteis a pasar poco a poco aquel obstáculo. Ayla subió con la agilidad de un mono y Lynn como el doble de despacio pero cuando logró llegar arriba, se tumbó panza abajo y extendió una mano por si Gabrielle o Asthan necesitaban una ayuda.

En ese momento escuchásteis el penetrante aullido lejano de un lobo que llegó a vuestros oídos y se marchó haciendo ecos entre las montañas desde las que respondieron dos o tres más.

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03/01/2018, 23:00
Cedric

—¿Qué ha sido eso?

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03/01/2018, 23:26
Ayla

—Un lobo.

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03/01/2018, 23:26
Cedric

—No, he oído otra cosa... como una sábana o algo de tela batiéndose.

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03/01/2018, 23:27
Ayla

—¿Un lobo tendiendo la colada?—Ayla resopló e hizo girar los ojos en redondo. Por alguna razón, el mero hecho de hablar con Cedric parecía ponerla de mal humor.

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03/01/2018, 23:27
Wynne

En ese momento, Wynne volvió a "crecer", apareciendo como por ensalmo al lado de Lynn y dándole las gracias por haberla subido con una sonrisa divertida. Luego se giró en redondo.

—Hemos llegado.

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04/01/2018, 01:27
Narrador

Ante vosotros, un largo puente de piedra natural se extendía sobre un abismo en cuyo fondo podía avistarse un río sinuoso. El puente llevaba a una gran explanada rodeada de montañas y barrida de vez en cuando por alguna que otra ráfaga de viento que arrastraba la nieve. Justo en la ladera que teníais en frente cruzando la gran planicie, la fachada de mármol blanco de un templo incrustada en la roca presidía todo el lugar.

La puerta era gigantesca, como tres veces la de la Torre del Círculo y las jambas estaban hechas de bronce. Aquello no podría moverlo ni un centenar de ogros embistiendo durante años aunque, por suerte, mientras una estaba firmemente cerrada la otra se mantenía entreabierta. Uno de los laterales de la fachada más alejados de la puerta se había derrumbado por alguna razón, dejando el suelo en aquella zona lleno de sillares y losas.

Dos grandes pebeteros redondos también de bronce flanqueaban la entrada pero sus llamas se habían apagado pues nadie había acudido en mucho tiempo a alimentarlas. Las columnas eran lisas y se alzaban a lo largo de tres frisos distintos grabados con imagenes que desde aquella distancia no lograbais a atisbar.

El templo de las Cenizas Sagradas.