Partida Rol por web

El anciano manipulaba diferentes recipientes de vidrio de forma meticulosa. Añadió unas hierbas y parte del contenido de una botella a un mortero de piedra y empezó a machacar la mezcla en silencio. Se movía de forma decidida y enérgica pese a su frágil aspecto y parecía profundamente concentrado mientras trabajaba. No dejaba de resultar extraño ver a alguien de su edad y rango trabajando en solitario en mitad de la noche, pero conocían muy poco de este personaje.

Elrohir percibió el ensimismamiento del hombre. Miró hacia el pasillo y, cruzando una mirada con sus compañeras, asintió.

Triss vió como Elrohir sacaba su daga y les hacía la señal de avanzar. Ella ya tenía a Hiedra preparada, así que sigilosamente se fue acercando por detrás al Duque.

Cuando estuvo cerca levantó la espada y atacó, ordenando mentalmente que en vez de herirlo fuera aprisionado por su magia. Los dibujos decorativos comenzaron a iluminarse y cobrar vida...

Hiedra empezó a vibrar levemente mientras su magia respondía a la llamada de Triss y los dibujos de la hoja empezaban a enroscarse sobre sí mismos.

La exploradora avanzaba como un gato al acecho. El tajo fue rápido. La magia del arma saltó de la espada y se condensó en torno al anciano, rodeándole y haciendo que soltase el mortero, el cual cayó al suelo y se partió en dos.

- ¿¡EH!? ¿¡Pero qué diantres!? - exclamó la cascada voz del Duque con sorpresa.

Viendo al Duque paralizado, Olíndica cerró cuidadosamente las dos hojas de la puerta de la habitación, y las atrancó con un grueso pestillo de madera que tenía una de las hojas. 

Olíndica observó el portal sin entender que era exactamente eso. 

El portal era algo extraño y antinatural, a Olíndica no le gustaba. Que estuviera tras unas fuertes rejas le reconfortaba de alguna forma.

El anciano se revolvió dentro de su cárcel de raíces y pasó la mirada por todos sus atacantes.

- Supongo que vosotros sois los enviados de Andon. Ya le dije a Marcus que no debía haberos metido en la mazmorra. Ese mentecato me traerá la ruina - maldijo.

- Os habéis escapado, muy bien, enhorabuena - dijo con desprecio - Y en vez de huir habéis decidido meter las narices donde no os llaman. Estaréis contentos. ¿Y ahora qué? ¿Váis a matarme?

Hablaba con la altivez de alguien acostumbrado a dar órdenes.

- "Tal vez ..." - Dijo Elrohir con calma mientras miraba fijamente al portal ensimismado.
Dejó un momento de silencio solo interrumpido por el zumbido que emitía.

- "...O... tal vez no ..." - Se giró hacia el anciano.

- "Era eso lo que nos querías hacer tu, ¿ Verdad ?"
- "Que malas formas de recibir a unos invitados"

- "¡¿Qué demonios es eso?! - Dijo en voz mas alta mientras señalaba al portal.
- "¡¿Y quien es esa mujer?!"
- "¡¿Y que les estás haciendo a los elfos?!"

El Duque esbozó una media sonrisa.

- Bueno, no tendríais por qué haber muerto - dijo encogiéndose de hombros - estoy cerca...tan cerca... -

Por un momento pareció perderse en sus pensamientos, pero pronto volvió a fijar la vista en Elrohir.

- "Eso", mi ignorante captor, es un portal mágico. Una puerta a otro mundo, o a otra versión de este mundo que existe en el mismo espacio, por así decirlo. Lo abri hace tiempo - hizo una pausa - probablemente la peor - suspiró y miró a la mujer tendida en la camilla - y a la vez la mejor decisión de mi vida.

- Esa mujer, prosiguió, es Malak. Vino del otro lado. Años atrás ella seguía una línea de investigación similar a la mía, llegó a la misma conclusión sobre el tejido de la realidad e intentó también abrir un portal, aunque con una técnica diferente. Su portal era inestable y quedó atrapada al otro lado. Sobrevivio como pudo en ese horrible lugar - se estremeció - creedme cuando os digo que no es un sitio agradable. Intentó por todos los medios abrir una puerta de vuelta, pero no tenía los recursos suficientes hasta que, por una fortuita casualidad, yo intenté abrir este. De alguna forma ambos métodos se combinaron y el resultado fue lo que tenéis delante - dijo señalando al portal con la cabeza.

El anciano se removió entre las ramas buscando una posición más cómoda y se envolvió levemente en su capa mientras bajaba la mirada.

- Este portal es estable. Demasiado estable - continuó con voz calmada sin levantar la mirada del suelo - No podemos cerrarlo. Lo hemos intentado durante años, usando ingredientes tanto de este lado como del otro, pero el proceso es lento y la obtención de los ingredientes del otro lado es peligrosa. He perdido a demasiados hombres en estas expediciones, bien porque volvían enfermos o bien porque no volvían...Y lo que es peor, hay cosas en el otro lado, monstruos inimaginables salidos de la más febril de las pesadillas...y a menudo intenta cruzar hacia nuestro mundo -

El hombre quedó en silencio, clavando la mirada en el suelo.

- Elrohir, usa tu cuerda para atar las manos del Duque, por si consigue liberarse... - sugirió Triss.

Luego se dirigió a él:

- ¿Qué es lo que pensabas hacernos entonces? ¿Nos habías visto antes?

Elrohir asintió con la cabeza, sacó la cuerda y le ató las manos firmemente al Duque.

- "¡Vamos! !Contesta¡"

- Como he dicho antes...con suerte no os pasará nada. Tengo un especimen prácticamente listo y todo parece muy prometedor - dijo despreocupadamente mientras el mediano ataba sus manos.

- Os decía que Malak surgió del portal y que desde entonces hemos estado trabajando para cerrarlo. Ella tiene un talento...incomparable, muy superior al mío - dijo esto último con un tono emocionado, como maravillado de recordar las habilidades de la mujer, pero inmediatamente después bajó la cabeza y continuó hablando con tono abatido.

- Tras unos meses aquí empezó a enfermar hasta que, con el tiempo, quedó en el estado en que el que podéis verla ahora. Creemos que su enfermedad proviene de haber estado tanto tiempo en el otro lado y que su cuerpo está rechazando volver a este mundo. Descubrimos que con ingredientes procedentes del otro lado se frenaba el avance de la enfermedad, pero conseguirlos, como he dicho, era muy peligroso. Fue su deseo que redujese las expediciones para no arriesgar la vida de mis hombres, así que su mal siguió avanzando hasta que quedó como la véis ahora...

Hizo una pausa.

- Finalmente encontré un método para obtenerlos en este lado sin comprometer la vida de mis súbditos. Si todo va bien en unos días el especimen habrá madurado y podré extraer los últimos ingredientes. Espero poder curarla y seguiremos trabajando para cerrar el portal de una vez por todas.

- Por otro lado - continuó recuperando su tono indolente - si el especimen no reúne las cualidades adecuadas...bueno... - dijo pasando la vista sobre todos los presentes y encogiéndose de hombros - necesitaré nuevos especímenes.

El portal producía un sonido atronador, pero por encima de la voz del Duque Triss escuchó un rumor que venía del pasillo.

-¡Quietos un momento! - susurró Triss.

La sala se quedó en silencio salvo por el zumbido del portal.

- Oigo ruido por el pasillo, no sé si serán los guardias... Menos mal que Olíndica la ha trancado. Voy a asegurarme.

Se acercó a la puerta y pegó la oreja a ver si oía algo más.

Una serie de pesados y apresurados pasos se escuchaban cada vez más cerca. No pudo identificar cuántos eran, pero más de dos seguro. Fuera quien fuese llegarían en muy poco tiempo.

- Parecen varias personas, más de dos seguro, ¡en breve estarán aquí! - advirtió Triss

- Duque, espero que se las apañe para que nadie entre en esta habitación y podamos seguir con nuestra conversación. Sería una pena que toda la investigación acabara siendo... Innecesaria - dijo Olindica mirando a los ojos del Duque y haciendo un leve gesto hacía la mujer. 

El Duque sostuvo la mirada de la druida durante unos segundos y no le gustó lo que vio en ella. Aquella mujer de aspecto salvaje parecía ir en serio. Sus ojos se abrieron con sorpresa y temor durante un breve momento, pero inmediatamente después su expresión se endureció.

- No he llegado hasta aquí para ser tratado de esta manera - empezó con voz fría - pero si este es el camino que habéis decidido tomar... - cerró los ojos.

Un destello de brillante luz azulada surgió de algún punto del cuerpo del anciano y en un instante cubrió toda su forma para inmediatamente colapsar en un diminuto punto de luz en donde había estado el hombre, que ya no se encontraba allí. Las ligaturas que habían rodeado sus manos cayeron al suelo y las raices que lo apresaban desaparecieron. Una fracción de segundo después el mismo efecto de luz apareció junto al cuerpo de la mujer y de él surgió el Duque, libre esta vez y sujetando un frasco de vidrio en su mano.

- ...que así sea - dijo a la vez que arrojaba el recipiente cerca de donde se encontraban Elrohir y Olíndica. Al contacto con el suelo la pequeña botella explotó y lanzó a los héroes hacia atrás. Cuando volvieron a mirar hacia su enemigo, un muro de fuego cortaba la sala de lado a lado. Al otro lado del fuego, que ardía sin humo, el Duque se colocaba delante de la mujer con porte desafiante.

En ese momento algo golpeó con gran fuerza contra las puertas de la sala, que aguantaron el embite, pero ¿cuánto más aguantarían?

Elrohir se echó hacia atrás asustado.

Tras un momento se recompuso, recogió la cuerda, y se fue a las puertas, y se asomó por una rendija.

"¡¡ Atrás !! ¡Tenemos al Duque!, no queremos hacerle nada, solo queremos hablar, pero si intentáis entrar no tendremos mas remedio que hacerle daño" - Dijo en un tono no demasiado alto, intentando el Duque no lo oyera desde el otro lado del fuego.