Partida Rol por web

El amor en los tiempos del Sida

6. Abajo el telón

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21/11/2012, 14:27
Narración

5 de noviembre de 1984 - 02:34

Calandra contempló su rostro frente al espejo dejando de desmaquillarse un momento para eso. Si lo hacía con la concentración suficiente, quizá podría dejar de escuchar a Wylard echándole mil cosas en cara a Larry. La imagen de dos hombres hechos y derechos medio vestidos (o desvestidos) de mujer en mitad de aquel bosque de boas de plumas y lentejuelas discutiendo a voz en grito, con las voces graves y cavernosas, podía llegar a ser demasiado.

No había sido la mejor actuación de su vida, eso estaba claro. Los clientes del Naughty Cherry habían visto bailes mejores que ese, pero tampoco había sido horrible. Bueno, no tan horrible.

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21/11/2012, 14:42
Wylard Burton

-¡Cuando me has pisado la falda el crujido se ha escuchado por encima de Bonnie Tyler! Los de la primera fila me han visto el culo y no han dejado de reírse hasta que hemos terminado.

Wylard se había quitado la peluca pero seguía llevando el maquillaje y el vestido. Señalaba a Larry y le daba toquecitos en el pecho. Calandra nunca había visto a Wylard así de enfadado.

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21/11/2012, 14:48
Taboo Bies

-¿Qué? Yo no he sido -se defendió Larry-. Te me has echado encima y no me has dejado espacio. Ha sido sin querer, pero no tengo la culpa. ¡Ese paso te lo has inventado!

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21/11/2012, 14:49
Wylard Burton

-¿QUE ME LO HE INVENTADO? -gritó Wylard-. Ah, no. ¡Si hubieras venido a todos los ensayos en lugar de quedarte tirado en el sofá con la jeringuilla en el brazo sabrías que QUEDAMOS EN QUE FUESE ASI!

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21/11/2012, 14:51
Taboo Bies

-¿Qué estás diciendo, Wylard? -dijo Larry ofendido-. ¡Cierra la bocaza! Si no te cierra el vestido porque estás gordo no es mi problema, ¿me oyes? Ha sido un pisotón pequeño, nada más; la falda se te ha roto porque no te cierra bien y lo sabes.

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22/11/2012, 00:00
Calandra

Intentaba imaginarse en un sitio mejor. Era una estrella. Había terminado su actuación y volvía a su camerino, nadando entre las rosas que le había tirado el público, sólo para encontrarse un enorme ramo de flores en su tocador. Un tocador con bombillas en el marco del espejo. Y el ramo venía con una tarjeta.

Estaba tratando de imaginar qué pondría en esa tarjeta cuando Wylard alzó la voz todavía más y rompió la ilusión. Se agarró el borde del tocador y suspiró.

-No entiendo a qué viene tanto drama -dijo, volviéndose hacia Wylard. Sólo se había desmaquillado un ojo, y el otro aún estaba rodeado de sombra violeta y purpurina-. Deberías celebrarlo. Esta noche debe de ser la primera vez que un hombre te ve el culo y no echa la cena al instante.

Wylard tenía razón, por supuesto. La culpa era de Larry, lo sabía, y sabía que no había hecho más que ir a peor últimamente. Pero era imbécil y no iba a dar la cara por él.

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22/11/2012, 21:25
Wylard Burton

Wylard le tiró uno de sus pendientes, que rebotó en el espejo y le golpeó en el pecho casi sin fuerza.

-¡Calla, Cal! No le des la razón. Sabes perfectamente que podría haberse liado peor que esta -dijo el drag-. La próxima vez, cuando te joda a ti la puesta en escena, a ver qué haces. Estoy seguro que ni todo tu encanto podría arreglarlo.

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22/11/2012, 21:27
Larry Applewhite

Larry se quitó la peluca.

-No va a haber próxima vez. Abandono.

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22/11/2012, 22:16
Calandra

Cal se levantó de un salto y alzó las manos en un gesto conciliador. No quería pensar qué iba a ser de su querida Taboo Bies si no tenía nada en lo que pensar aparte de una aguja.

-Vamos a ver, señoras. El show ha terminado y ya nos hemos bajado de los tacones, así que desconectamos las hormonas. Larry, ha sido un gazapo, sí. Acepta de una vez que que calzas una cuarenta y cuatro y deja de intentar meter los pies en los zapatitos de la Barbie. Y tú, Wylard, te agradezco el piropo, pero esto -Señaló a Wylard y luego a sí mismo-, sencillamente no va a pasar. Canaliza tu dolor en el número y deja de chillar.

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23/11/2012, 03:14
Larry Applewhite

-No calzo un cuarenta y cuatro. Llevo un cuarenta y uno. ¿Qué crees que soy, un sasquatch? -se quejó Larry-. Vamos, Wy, tengamos la fiesta en paz. Cal tiene razón. Vamos a tranquilizarnos. No ha sido tan grave.

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23/11/2012, 03:17
Wylard Burton

-Vale. Pero me coses tú la falda, gorda. -Wylard suspiró y se acercó a Larry para darle un beso en la mejilla. Luego fue a Cal para estrecharlo con fuerza y dar otro beso-. Perdona, no quería dejarme llevar. Sabéis que esto es muy importante para mí.

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24/11/2012, 05:18
Calandra

-Bueno, bueno.

Le dio unas palmaditas en la espalda a Wylard y le besó en la mejilla. Estaba seguro de que el muy cerdo le había dejado una huella de labios en la cara, y él no iba a ser menos. No le gustaba que se pelearan. No es que importase discutir, pero no quería que Larry se pusiese peor. Y si Wylard se marchaba no tenía manera de pagar la casa. Además en realidad le apreciaba. Suponía.

-Venga, suéltame de una vez. Ahora tengo que quitarme el triple de pringue de la cara -se quejó, volviéndose para mirarse en el espejo y se tocó la mejilla con las puntas de los dedos-. Te pintas como una fulana, querido. ¿Ya está todo arreglado, eh? No nos vamos a pelear ya más, ¿no?

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25/11/2012, 15:17
Narración

Una vez estuvieron los tres de acuerdo en dejar sus diferencias de lado, acabaron de desmaquillarse y cambiarse. Afuera, el club cerraba sus puertas y los empleados se encargaban de barrer y fregar el suelo, lavar los vasos y poner las sillas sobre las mesas después de limpiarlas. Enfundados en sus abrigos (excepto Calandra, que desafiaba el frío otoñal como siempre), los tres se despidieron del jefe y salieron a una calle casi desierta.

No era desagradable pasear de madrugada, aunque Calandra sabía que últimamente las quimeras se hallaban más hostiles que de costumbre. No había tenido mucho tiempo para salir de caza, pero siempre llevaba consigo la espada por lo que pudiera pasar. Atento a todo sonido extraño en el plano quimérico, no se percató del peligro en el plano mundano.

Un coche les venía siguiendo desde que dejaron el club. De la ventanilla salió un tipo con la capucha de la sudadera echada y un bate de beisbol en la mano. Cuando quiso darse cuenta, Larry estaba en el suelo, sangrando, y el coche había salido quemando rueda al grito de "¡Putos maricones enfermos!".

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25/11/2012, 16:08
Wylard Burton

-¡Joder! ¡Larry!

Larry había caído sobre la acera cuan gordo era y casi se había llevado por medio a Wylard. Éste, con manos temblorosas, se arrodilló para intentar atenderle. Larry se encontraba confuso y aturdido, medio inconsciente.

-¡Cal, llama a la poli! ¡A una ambulancia! ¡Algo!

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25/11/2012, 22:07
Calandra

Calandra sabía que estaba desatendiendo sus labores de thanes, pero esperaba que con el Barón enfermo y Meredith ocupada en sus propios asuntos nadie se diese cuenta. No iba a dejar que las quimeras hostiles tomasen la mansión, pero necesitaba un poco de tiempo para sí mismo. Y para conseguir el dinero suficiente para no quedarse en la calle.

Sus antenas se meneaban cada vez que percibía algún movimiento en la realidad quimérica, y no se dio cuenta de que el coche les seguía. De pronto Larry estaba sangrando, y no se dio cuenta de lo que había pasado hasta que se giró hacia el ruido y vio a aquel tío con el bate dándose a la fuga.

-¡Larry! -chilló.

Su primer impulso fue gritar unos cuantos insultos y perseguirles, pero después de hacer lo primero se dio cuenta de que no había sido un golpecito y Larry estaba mal. Miró de un lado a otro, sin saber qué hacer. Corrió hacia la puerta más cercana y llamó al timbre. Necesitaba un teléfono.

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26/11/2012, 00:35
Narración

Una ancianita tuvo sus reparos a la hora de abrir a Calandra, pero su aparente adorabilidad le ganó por la mano y no dudó en que era bueno y no un violador ladino. Llamó a la policía y hasta salió a ver lo que pasaba, siempre a una distancia prudencial. La policía no tardó demasiado en acercarse. Habían avisado también a una ambulancia para que atendiera a Larry, pero todavía no había llegado.

Al ver de quiénes se trataba, ninguno de los dos agentes se atrevió a tocar a Larry. Se habían puesto mascarillas y guantes de látex y aún así parecían asustados.

-¿Qué es lo que ha pasado? -preguntó uno de los policías, un hombre de pelo cano cuyo aura banal le dejó bien claro a Calandra que se encontraba con un agente del Otoño.

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26/11/2012, 01:04
Calandra

A Calandra le hubiera encantado poder arrodillarse sin miedo junto a Larry para atenderle. Pero sabía que Larry le daba a la aguja. Estaba usando el abrigo de su amigo para intentar que dejase de sangrar y no podía dejar de pensar en si la sangre de Larry le estaría tocando.

-¿A usted qué le parece? -chilló, histérico-. ¡Le han abierto la cabeza a mi amigo! Unos malditos hijos de puta se han bajado de un coche y le han pegado y después han salido huyendo como ratas, eso es lo que ha pasado.

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26/11/2012, 01:41
Narración

-¿En esta calle? No lo creo. ¿Ha tenido oportunidad de ver la matrícula? -preguntó el policía con tono escéptico.

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26/11/2012, 01:56
Calandra

Calandra estaba más que acostumbrado a que la gente no creyese sus palabras, pero aquel policía no le conocía. No es que tuviera muchas esperanzas de todos modos.

-¿No lo...? ¡Se lo estoy diciendo! Llegaron y le dieron una paliza a Larry. ¡Y no hay más! ¿Va a ayudarnos o qué?

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26/11/2012, 02:03
Narración

-Humsí. ¿El motivo de la pelea? ¿Vio sus caras? -preguntó el policía.

-¿Pero qué pelea? -chilló Wylard-. ¡Esto es un ataque homófobo! ¡Nos llamaron maricones y se largaron a toda prisa!

-Lo que sea. ¿Vio sus caras?