Partida Rol por web

Esperaré a que tú o el Ide posteéis. Si decides que seguimos al ciervo, cogeré el arco que nos han dejado, lo encordaré como pueda y me pondré las flechas a la espalda. Saludos :)

Las palabras del Doji parece que habían convencido al resto del equipo de ponerse en marcha y encima la aclaración del Ise-Zumi reforzaban las ansias de Mausuko de continuar todos juntos siguiendo el rastro que había encontrado. - Un animal de pelo blanco. ¿Qué significará esto? - Las dudas empezaron a recorrer su cabeza mientras su instinto llevaba el movimiento de sus brazos a preparar el arco y ponerse agazapada dando cobertura a sus compañeros. - Blanco, pelo blanco... el blanco de los grullas, pero en un animal... -  sus pensamientos seguían fluyendo mientras buscaba alguna respuesta.

-"Un gran jabalí sería una buena pieza y digna de elogio en la corte. Sería suficiente para un grupo inexperto y novato. Aunque no sería tarea fácil....siempre resultaría más fácil que cogerlo vivo." una leve sonrisa se dibujaba en mis labios mientras estos pensamientos dejaban paso a las palabras de mis compañeros.
-"Estoy de acuerdo, un ciervo blanco es algo inusual, sorprendente....rozando lo divino. Si lo cazamos con vida ganaremos sin duda mucha expectación llevándolo al Kyuden Shiro y tal vez la cacería." les respondí.
-"Para hacerlo debemos conducirlo hasta una emboscada o trampa. Arrinconarlo. Lanzarle una red sería ideal. ¿Alguien tiene una? Aunque tampoco es esencial, con unas cuerdas y nuestra astucia llegado el momento sería suficiente." dije tratandoles de darles ánimo ante tan ardua tarea.
-"Sigamos el rastro y todos juntos. Aunque manteniendo una distancia prudencial." afirmé.

Has oído cuentos y leyendas sobre estos raros animales que viven en lo más profundo del bosque. Nadie ha sido capaz de cazar ninguno o capturarlo con vida, pero por que no intentarlo.

Continuáis a pie adentrándoos en el bosque. Poco a poco los rayos del sol cada vez llegan con menos intensidad al suelo hasta que el denso follaje de los árboles tapa el cielo por completo.
Estáis en lo mas denso, oscuro y peligroso del bosque. Incluso los pájaros han dejado de cantar, bien por respeto o por miedo a esta parte del bosque donde hasta la poca nieve acumulada en el suelo parece crujir en desmedida a cada paso que dais.

El murmullo de un arroyo llega hasta vosotros. Ide Shido Miko rastrea al animal, guiándoos tras su rastro. Allá en el arroyo un ciervo blanco como la nieve bebe tranquilo. Poco a poco todos llegáis a verlo ocultos tras los matorrales. 

En su cabeza aun resonaba las palabras de Shinjo Torami; Os declaro guía unicornio... Como si fuera una tarea sencilla. Y ahora se iban a enfrentar a un animal posiblemente bendecido por algún kami o fortuna. Y si el animal no los hería, tal vez lo haría el kami o fortuna que tal vez había bendecido al ciervo. Por supuesto una u otra le traería problemas por no hacer bien su papel de niñera, ya que sospechaba que Torami les llevase de acá para allá sin sufrir más percance que el del aburrimiento. Ante tales temores, se vio obligada a actuar y esperar recibir sólo ella la ira del kami por sacrificar a tan noble animal.

_{- Criaturas del bosque, perdonadme por verter aquí vuestra sangre.} - Murmuró.

La mera imagen de la noble criatura no hace otra cosa que ponerle los pelos de punta a Mausuko. Una criatura así tiene que tener algo, historia, bendición o kamis afines... pero en cualquier caso algo... y hasta lo que Mausuko sabe nunca jamás ha oído de alguien que fuese capaz de cazar uno. La pregunta sería si sería noble matar a un ser así. Quizás aunque a riesgo de no lograrlo fuese mejor intentar capturarlo con vida.

Después de sus reflexiones Mausuko entra en acción. - Si no hago algo me arrepentiré toda la vida de no haberlo intentado. Hay que aprovechar las oportunidades, o eso me repetía incansablemente mi honorable padre. - Sin pensárselo dos veces Mausuko echo una mirada a sus compañeros haciendoles gestos para que algún otro se dirigiera en la dirección opuesta a la suya y así intentar rodear a la bestia. Una vez quedó claro esto empezó a caminar muy cautelosamente intentando rodear a la presa por la derecha. Intentando mantenerse oculta siempre tras la vegetación o el relieve, aunque esto supusiera dar más vuelta.

-Es... hermoso... -Susurró el grulla mientras permanecía extasiado. Estaba deseando avanzar, cazar aquella maravillosa pieza para traer gloria al clan y a su familia... Sin embargo temía alterar el equilibro de aquel lugar con una mala pisada. En lugar de ello miró a la cangrejo desplazarse con una delicadeza que sabía que él mismo no tenía.

La dedicó unas señas moviendo su cabeza, como animándola a seguir caminando mientras no perdía de vista al maravilloso ejemplar, buscando grabar en su memoria aquel momento para toda la eternidad.

Estaba claro que si quería acertar tendría que acercarme, pero iba a estar difícil que no me viera...

Intenté desplazarme sin hacer ruido, temía que mi armadura hiciera de eso una hazaña imposible, pero estaba seguro de que lo imposible era que le diera con el arco a esa distancia.

Procuré avanzar en una dirección distinta a la de la cangrejo, a fin de que si alguien espantaba la presa, esta huyera hacia otro (en la medida de lo posible, claro está)

Los acontecimientos se sucedieros, pero la falta de cohesión entre nuestras personas y la carencia del liderato de los Unicornio, causó que los miembros d els comitiva tomasen la cacería por su cuenta, en lugar de trabajar en equipo y ordenadamente. Ide Zhou desenfundó su ono, mientras esperaba a que alguien cometiera un error para atacar a la presa. Una sabia elección dado que la Unicornio vestía una gruesa armadura que no le permitía ser tan ágil como, seguramente el ciervo.

La Shugenja Cangrejo, avanzó unos metros, directamente en dirección de la presa, pero no pareció reparar ni en la dirección del viento, ni en las ventajas que pudiéramos obtener del terreno, para tratar de emboscar al ciervo.

Después de sopesar una argúcia para sacar ventaja, extrajo una flecha de su carcaj y empuñó el arco encordado Unicornio que le habían, sabiamente prestado.

-Mierda-. Maldijo para sus adentros al ver cómo todos se estaban poniendo en movimiento. No quería que aquella cacería se convirtiera en aquella en la que se quedó atrás. Tras observar al monje decidió imitarle colocando una flecha en el arco para a continuación avanzar a tientas, siempre fijándose en donde pisaba al tiempo que contenía la respiración.

Había oído de cacerías que se perdían por una rama pisada a destiempo...

De pronto todos comenzaron a moverse uno tras otro.

El monje parecía tener cierta pericia deslizándose por entre los árboles como si fuera su monasterio y los Grulla tampoco dejarían mal a su clan, sobre todo el Kakita, si se vieran obligados a ello.
De hecho Takeshita avanzaba pisando piedras, troncos húmedos que no hacían ruido mientras avanzaba veloz ganando terreno.  

Sin embargo la cangrejo, a pesar de sus raíces, parecía no atinar a pisar suelo que no tuviera nieve, hojas secas o ramas que pudieran no hacer el más estruendoso de los sonidos, pues parecía que el bosque entero estuviera en silencio.
Un crujido de Hiruma Mausuko hizo que el ciervo levantara la cabeza inmediatamente y con las orejas en vuestra dirección. Silencio.
Cada uno de vosotros podía notar el cuerpo en tensión del animal, sus ojos fijamente clavados en la maleza donde os ocultabais mientras sus orejas buscaban un indicio del más mínimo sonido para alertar al resto del cuerpo. 
Fue entonces, durante esos breves segundos, que todos visteis a la maravillosa criatura que era. Había algo en ese ciervo antinatural y magnífico, algo celestial y comprendisteis por qué nadie antes había cazado uno; simplemente la mente de cualquier ser con un mínimo de conciencia se lo impediría.

El ciervo volvió a beber agua tranquilamente cuando de un impresionante salto aterrizó tres metros mas allá perseguido por una criatura horrible de pesadilla que había salido nadie sabe de dónde.
Sus patas tenían garras poderosas, su piel era azul y gruesa y alrededor de su cabeza se arremolinaba una mata de pelo entre lo humano y lo animal, pero lo peor era su cara, una mezcla de ser y bestia que rugía como un león.

De pronto el bosque cobró vida con los sonidos de la persecución y los rugidos de aquella cosa antinatura que perseguía a la más delicada de las criaturas del bosque dejando un rastro claro.

Mi compañero Cangrejo tenía razón; debíamos avanzar y tratar de cazarlo. Vivo era la idea pero todo podía pasar.

-"Que las Fortunas y los kamis nos acompañen .... Y perdonen si cometemos algún error.... Somo jóvenes después de todo." pensé al iniciar la marcha.

El disparo debía ser limpio pero la lejanía era considerable. Necesitaba acercarme aunque el terreno no era el más propicio para hacerlo en silencio. Por no hablar de mis compañeros de caza.
Dejé a mi corcel a un lado sabiendo que acudiría presto a mi llamada sin alejarse demasiado. Con paso firme, seguro y prestando con atención donde pisaba sin perder de vista al Gran ciervo blanco avancé.
En la mano izquierda mi arco, sobre él la flecha que tenía que dar en su blanco pelaje y sujetándola mi mano derecha.
El Cangrejo por un lado yo por el otro tratando de rodearlo.
Sin embargo, el silencio más aterrador hizo acto de presencia, seguido de una criatura proveniente de las más oscuras y y terribles pesadillas que atacó al Gran ciervo blanco.
-"Por los.....qué diablos!!!!.Corred y sigamos a ese bestia inmunda para acabar con ella." grité guardando mi arco y la flecha antes de salir tras ella.