Partida Rol por web

-Mis señores, lo haré encantado, pero necesitaría tiempo y concentración -respondió el Eiluned-. Si me permitís un par de horas, yo...

-No será necesario -dijo Lothar sentándose otra vez, enfurruñado-. Diga Sir Earil lo que diga, cualquier cosa podrá ser interpretada como una manipulación por mi parte. Prosigamos con el juicio.

Su mirada se clavó en Ardelis. Era evidente que no iba a olvidar el desaire.

-Entonces llamaré a mi primer testigo.

Sir Aster hizo una señal y un par de boggans entraron una alfombra blanca enrollada sobre sí misma que procedieron a tender en el suelo. La alfombra estaba sucia de sangre seca y barro, pero no era nada fuera de lo normal.

-Ésta es la alfombra que teníamos en la cabaña cuando ocurrió todo. Don César la interrogó en su momento y me gustaría volver a hacerlo ahora. Mis señores Condes, designad a alguien para que haga las preguntas mediante Primal.

-Lo puedo hacer yo, si lo creeis oportuno, mis señores -se ofreció el enviado de los Reyes. A su conformidad, el Eiluned se acercó a la alfombra y tras un Disparate rápido se dispuso a escuchar. Sir Aster hizo otro cantrip y empezó a preguntar en voz alta pra luego susurrarle lo mismo a la alfombra.

-Doña Alfombra, ¿puede decirme lo que ocurrió el día en que Lady Marjolaine fue ultrajada?

Lord Paul tardó unos instantes en contestar.

-Dice que recuerda ser pisoteada por un hombre y una mujer. El hombre golpeó a la mujer hasta que cayó al suelo y que, una vez allí, la violó. Dice que la mujer se quedó inconsciente sobre ella, que fue algo asqueroso y repugnante y vil.

-¿Cómo era el violador?

Lord Paul tradujo para la concurrencia.

-Se le han olvidado los rasgos con el tiempo.

Sir Aster carraspeó.

-¿Podría recordar su tacto?

-Sí.

-Mis señores, que venga aquí Sir Bastien y se someta a la prueba.

Apartó rápidamente la mirada de Lothar, y se volvió para mirar la alfombra, pensativa. Cuando pidieron a Bastien que se levantara, Marion volvió a adelantarse.

-Mis señores, estamos hablando de un mueble. Un trozo de tela traumatizada. Su inteligencia es más que limitada. Si asegura haber olvidado los rasgos del violador, cuando parece que el acto marcó tanto su... existencia, ¿nos podemos fiar de que no se limitará a asegurar de que el primer hombre que la toque fue el perpetrador del crimen? No. Sir Bastien fue un Barón en este Condado, y se merece algo mejor que eso.

-Entonces que no sea un solo hombre, sino varios. Necesito voluntarios -dijo en general. Sir Cedric, Sir Morgan, Sir Hughes y hasta Jorggen se levantaron y se acercaron a Aster. El Liam llamó con una señal a Sir Bastien, que se levantó a su vez pero de mala gana. Aster dijo algo a la alfombra entre susurros y procedió a traducirlo-. Uno por uno tocarán la alfombra y Lord Paul dirá si los reconoce o no.

Uno a uno tocaron la alfombra y Lord Paul fue traduciendo la respuesta indiferente de la misma. Pero, cuando Sir Bastien la tocó, Lord Paul levantó la cabeza y dijo con claridad:

-La alfombra afirma que sois vos, Sir Bastien.

Los murmullos volvieron a resonaron, esta vez con más fuerza.

Lady Marion, que había regresado a su sitio, se agarró al respaldo de la silla con tanta fuerza que los nudillos se le pusieron blancos.

-¡Claro que lo ha dicho! Se la ha sugestionado. Lo primero que ha escuchado al entrar a la sala ha sido que Sir Bastien era el único que debía someterse a la prueba, y ha asumido que era el culpable. -Pareció darse cuenta de lo absurdo de la situación, porque su tono se volvió dubitativo y nada convincente-. Además, hum, como defensora de Sir Bastien, no he podido interrogar a este testigo.

-Creo que no le hemos dicho a la alfombra directamente que fuese Sir Bastien. La ha reconocido ella sola -dijo Aster-. Pero si queréis interrogarla, es toda vuestra.

Marion se quedó rígida un momento, y después avanzó hasta colocarse frente a la alfombra blanca. La recorrió con la mirada durante unos momentos, como si estuviera buscando sus ojos, pero al final renunció y miró de reojo a Lord Paul.

-¿Pronunció Lady Marjolaine algún nombre de varón mientras estaba sobre vos, antes de que se lanzasen sobre ella? ¿Llamó a su atacante por el nombre?

-Llamó a un tal Marlow.

-Sir Marlow, de quien, según Marjolaine, había recibido una carta citándola -dijo, volviéndose hacia los Condes-. Y sin embargo no está acusado de nada. No ha tenido que someterse al juicio de la alfombra; bien podría ser que su mano y la de Sir Bastien fuesen indistinguibles. Mi vasallo, alguien que llama hogar a este Condado, está siendo tratado injustamente en favor de un visitante. Espero que los jueces sepan ver esto.

-Lady Marion, decís estar familiarizada con las leyes, pero no veo que sea así... O al menos se os ha olvidado la parte en la que el acusado. A menos que haya pruebas indiscutibles, tiene que tener un móvil para cometer un crimen. Sir Bastien lo tiene, Sir Marlow no -Axelle negó con la cabeza y se volvió hacia Lothar-. Tras el altercado me encargué de interrogar a Sir Marlow, quién en su defensa dijo que no sabía que Lady Marjolaine le esperaba, pues no había recibido ninguna carta o nota. Además tenía cuartada, había pasado la noche con sus soñadores y me consta que tanto la acusación y la defensa tendréis los números que el caballero me dio para corroborarlo. Si no puedo facilitarlos de nuevo.

Axelle sacó una servilleta en la que podían verse algunos números antes de continuar hablando.

-En mi opinión Sir Bastien sigue siendo el principal sospechoso. Y es que... ¿qué sentido tiene que Sir Marlow lidere un ataque contra la baronesa con un grupo de sidhes? No le serviría para ganar un feudo ni ningún puesto de poder pues no contaría con el beneplácito del Conde, ya que, como bien decís, es un visitante. Su vida no está aquí. ¿Qué beneficio tendría para él? ¿No sería normal que la baronesa, en pleno delirio por el ataque, dijera el nombre de aquel que esperaba ver desgarrada por la posible traición? Si me disculpáis, baronesa... -dijo volviéndose hacia Marion-. Creo que inculpar a otro caballero a ciegas no sirve como defensa. Estamos juzgando la inocencia o culpabilidad de Sir Bastien, no de Sir Marlow. Quiero añadir que no puedo asegurar que este último no esté implicado, pero las pruebas y circunstancias apuntan a lo contrario. Deberíamos dejar que Sir Bastien diga como se declara para ver a cuantos Gwydion de la sala... auténticos Gwydion, les pitan los oídos.

La dama, ya casi con la boca seca, se volvió de nuevo hacia el Conde.

-Mi señor, lo único que se me ocurre ahora mismo es que utilicéis soberanía sobre el acusado para que diga la verdad y que le hagáis unas preguntas simples de si y no para saber si ha funcionado: su nombre, su edad, casa... y que un grupo de Gwydions analice las respuestas. Y por último, verificado este hecho, preguntarle a cerca del día del crimen.

-Er... Exacto. Lo que ha dicho la Canciller -dijo Aster, algo abrumado.

Marion se volvió hacia la Fiona con la mirada llena de furia.

-¡No permitiré que se utilice Soberanía sobre mi vasallo de semejante manera! ¡Aún no se ha negado a responder a nada! Y parece mentira que lo sugiráis vos, que estáis teniendo tantísimas dificultades para adheriros al protocolo, mágico o de cualquier otro tipo. -La Eiluned se volvió otra vez hacia los Condes-. Se ha establecido que la capacidad de los Gwydion para discernir la verdad de la mentira no es infalible. No digo que no debería usarse como prueba, ni mucho menos. Pero en este caso, y hasta que se resuelva el asunto de la Dama Ardelis, debería abandonarse todo intento de utilizar ese don en este juicio. Hasta ahora no ha traído más que problemas.

-Pues entonces soltadle o encerradle y dad el juicio por terminado -contestó Axelle levantando una mano-. Intento aportar soluciones para que se llegue a un veredicto, no obstaculizar el proceso. No veo de que otra manera puede demostrarse más la culpabilidad de Sir Bastien. Como mucho podríamos interrogar a sus caballeros, pues si él no quiere decir la verdad seguro que alguno de ellos está dispuesto a hacerlo. Aunque eso requeriría varias sesiones más.

-Yo tampoco deseo que se use Soberanía sobre Sir Bastien -terció Lady Sarianne-. Pero me temo que la alfombra lo ha señalado inequívocamente. Podríamos acceder a lo que dice Lady Marion. ¿Sir Marlow? ¿Podríais acercaros a la alfombra para que diga algo sobre vos?

Sir Marlow parecía dubitativo al respecto, pero no se atrevió a contrariar a la Condesa. Hizo lo que le dijeron y tocó la alfombra con una mano. La alfombra se mantuvo en silencio.

-Es cierto lo que ha dicho la Dama Axelle. Marjolaine y yo tuvimos un affaire, pero no envié ningún mensaje  que la citara en la cabaña aquel día. Jamás le habría hecho nada parecido.

-Mis señores, si habéis terminado con la alfombra, me gustaría interrogar a los hombres de Bastien.

Marion apretó los labios y asintió con la cabeza. Se apartó para que Sir Aster pudiera proceder.