Partida Rol por web

Pasaron un par de horas y anocheció. Las parejas cambiaron, los bailarines se cansaron y recuperaron, y el ambiente se fue distendiendo. Los cantrips de Protocolo comenzaron a debilitarse y los nobles, cada vez más borrachos y alegres, se entretuvieron con bromas y chanzas, bailes cada vez más provocativos y toqueteos más y menos disimulados.

Cuando Marion salió un momento de la sala, se encontró con Ariadna. La Gwydion estaba bastante desmejorada, pero su tristeza aumentaba en cierto modo lo cautivador de su belleza. No había cambiado nada y, sin embargo, parecía una persona totalmente distinta.

-Lady Marion -dijo, inclinándose-. Felicidades. Estoy... muy contenta por vos y por Lord Lothar...

Lady Evonne había pasado la primera parte de la noche con Sir Morgan, bailando principalmente. Tras un altercado en el que por culpa de Gautier le habían derramado vino encima, había permanecido ausente un buen rato para cambiarse. Luego se había retirado a un segundo plano para felicitar a los novios y después participar animadamente en diferentes conversaciones. Parecía a gusto y relajada, y algo achispada por el vino.

Se encontraba sentada cerca del baile, degustando una fresas para recuperar azúcar mientras hablaba con el padrino de la boda.

Había decidido que era hora de ir a refrescarse cuando se encontró con Ariadna frente a frente. Aunque se había mantenido alejada del vino la mayor parte de la noche, como solía, durante un instante se sintió confusa y torpe. Casi se le había olvidado que estaba por allí.

Sonrió de oreja a oreja y avanzó para cogerle las manos.

-¡Ariadna! ¡Me alegro mucho de veros!

-Baronesa, estáis adorable cuando tomáis un par de copas de más -se sonrió Axelle. La dama cogió su mano y besó su dorso un par de veces-. Pues si tenéis intención de casaros conmigo lo mejor será que esperéis sentada. Odio vestir de blanco.

Tras dos horas de permanecer sentada charlando alegremente con Lady Marjolaine, Axelle decidió que no podía comer más pastel así que se levantó para estirar las piernas y caminar por la sala. Su ruta era de lo más curiosa, la dama parecía moverse en zigzag esquivando caras que le resultaban indeseables o, en contrapartida, a personas a las que no es caía en gracia últimamente. Aún así parecía bastante serena.

Desde lejos, buscando algo de beber en la mesa de los cócteles, volvió a mirar a la baronesa para saludarla.

Ariadna pareció insegura cuando Marion la tomó de las manos. Tragó saliva, pero mantuvo el tipo.

-Yo también. Estáis hermosa. Lothar... le he visto muy contento. Me alegro mucho, de verdad.

Frunció el ceño, y su sonrisa disminuyó. El Condado debía traerle muchos malos recuerdos a Ariadna. Se preguntó si habría visto a Cedric. Le apartó el pelo de la cara y le acarició la mejilla, preocupada.

-Pues no parecéis muy alegre. ¿Os encontráis bien, querida?

Lady Hiver se le acercó lentamente y Axelle tuvo la oportunidad de oler su perfume antes de verla.

-¿Cómo estáis, Axelle? Parecéis muy cansada.

Axelle se sonrió antes de darse la vuelta, en las manos llevaba una copa de zumo, pero pasaba fácilmente por un cóctel.

-Ayer tomé demasiado café con el estómago vacío, nada que deba preocuparos, mi señora -la dama negó con la cabeza. Tras lo cual observó a la duquesa sin ningún reparo-. Me halaga que hayáis decidido acercaros, os encuentro espléndida con ese vestido...

Ariadna asintió débilmente.

-Marlow... Marlow ya no está aquí, ¿verdad? Escuché que se había ido...

-Os agradezco el cumplido, Axelle. Vos también estáis muy hermosa.

Lady Hiver tomó asiento no muy lejos e invitó a la Fiona a que hiciera lo propio.

-He estado conversando con Gwenhael. Una joven muy despierta. Hemos charlado mucho sobre lo que se puede hacer en lo referente a nuestro problema. Pero me falta encajar una pieza en todo esto. Lady Marion...

Marion también asintió.

-Sí, hace unos meses. ¿Habíais venido buscándole?

La dama siguió a la duquesa sin rechistar y se sentó al lado suyo volviendo a agradecer el poder dar un respiro a sus tobillos. Desde su asiento observó el perfil de Lady Hiver con interés hasta que volvió su rostro. La dama se inclinó hacia su oído para que pudiera oírla con claridad sin tener que alzar la voz.

-Mi único consejo es que no intentéis jugar con ella. Esa mujer es demasiado ambiciosa como para saber trabajar en equipo. Si podéis continuar con vuestros planes sin tenerla en cuenta... Mejor. Si no, andad con mil ojos.

Axelle movió la copa entre sus manos, pensativa.

-A parte... No se si os habrá comentado la joven que le hice una promesa respecto a Lady Marion.

-No. Quería evitarle -susurró Ariadna-. No sabía si había vuelto por la boda. Pero es... mejor. Me alegro...

La Gwydion bajó la mirada, triste.

-Quería pediros perdón por haber roto mi promesa.

-Lo sé -dijo Lady Hiver-, pero Lady Marion es un recurso demasiado valioso como para desperdiciarlo. De todos los presentes sería la mejor Condesa Oscura. Ya tiene la mitad del trabajo hecho. Imaginad la paz que podría traer al Condado y a la situación de las cortes. Los Oscuros y los Luminosos, hermanados en un matrimonio. Así fue como se forjó Neustria.

-No hay nada que perdonar. Aquí erais infeliz aquí y tomasteis medidas. Este Condado no os trató con amabilidad. -Levantó con suavidad la barbilla de Ariadna para mirarla a los ojos y sonrió-. Y si ahora sois aunque sea un poco más feliz, entonces me alegro de que lo hicierais.

Aunque ciertamente la ayuda de Ariadna durante algunos de los últimos acontecimientos habría sido inestimable.

-Siempre cumplo mis promesas, mi señora -contestó Axelle-. Puedo retrasarlo pero no olvidarlo, espero que lo comprendáis. Lady Marion ha hecho muchos enemigos en su ascenso, de los cuales la mitad podía haberse ahorrado.

Axelle suspiró y miró a Marion desde la distancia, tan feliz con su nuevo y flamante marido. ¿Cómo podía estar así sabiendo todas las vidas que había destrozado a su paso?

-No puedo evitar sentir una fuerte rabia, mi señora. Vos sois quien debería ser el centro de atención del condado y no ella -la dama se volvió hacia Lady Hiver. Su único ojo brillaba con furia-. Necesitamos una dirigente fuerte y sabia, no una chiquilla maliciosa y un rey de corazones. De todas formas los Luminosos no tardarán en quejarse, Lothar no tiene ningún poder más allá de sus locuras momentáneas, únicos momentos en los que no es capaz de oír los susurros de Marion. Y Sarianne no está nada contenta con como han resultado los últimos acontecimientos... Creo que este matrimonio está lejos de traer una paz duradera, sobre todo sabiendo que Lady Marion no puede estarse quieta.

La dama negó con la cabeza apretando las mandíbulas. Tras respirar hondo miró al frente con el ceño fruncido y la mirada perdida.

-Ojalá pudiera servir en vuestra corte. Si no fuera por que se que os soy más valiosa junto al Conde me iría ahora mismo con vos si me dejaseis. Estuve pensando seriamente en marcharme cuando me despidieron como Canciller, pero no podía haceros eso.

-Mi buena Dama -dijo Lady Hiver con una sonrisa tierna-. Vos sabéis la falta que me hacéis aquí. Sois mis oídos y mis ojos. Necesito que os traguéis vuestro orgullo y penséis a largo plazo. Lady Marion es beneficiosa para nuestra empresa... al menos por ahora.

La Eiluned acercó su boca al oído de Axelle. Su aliento era cálido y frío a la vez, y sus labios, demasiado cerca de su lóbulo, cosquilleaban agradablemente.

-Os quiero bien, mi buena Dama, y os recompensaré llegado el momento. Todos los agravios serán borrados y no habrá por qué preocuparse. Os lo prometo.

Como broche final, Lady Hiver cerró sus labios en torno al lóbulo de la oreja como en un beso extraño.

-Lo que deseeis, mi señora -contestó Axelle hipnotizada por el roce del aliento de la duquesa en su piel. El roce de sus labios le cogió por sorpresa. La dama se quedó de piedra mientras una fuerte sensación le recorrió el cuerpo desde aquel lugar tan delicado. No podía ser que Lady Hiver hubiera hecho aquello. La dama se volvió para mirarla, primero con extrañeza y después con una media sonrisa-. Espero con ansias que llegue ese momento. Hasta en tonces hay algo en concreto que pueda hacer por vos?