Partida Rol por web

El labio inferior de Gertler temblaba mientras el Centinela le decía todo aquello, apretando su espalda contra el sofá.

- Te... te prometo que mientras esté vivo no volveré a traficar con las bombas, de verdad... sólo déjame en paz y no volveré a hacer nada de esto... - gimió él

-Vale, tu culo ahora me pertenece. No te vayas muy lejos porque puede que necesite hablar contigo de nuevo...- Con esta última advertencia Bates dió media vuelta y se marchó del apartamento.

-Fed, ¿Has averiguado a quien pertenece ese almacén? Voy a dejarme caer por allí a ver que encuentro.

- Creo que lo tengo. Déjame que mire... -  murmuró la hacker hasta que soltó una exclamación alegre - ¡Al fin, ostia ya! Es un tipo llamado Milo Gorki... debe ser extranjero. ¡Já, tengo su tarjeta de crédito! Déjame mirar dónde... -

Mientras Bates salía de allí, la voz de Fedora se aceleró y sus palabras se atropellaron. - ¡Ha...hace 2 minutos! ¡En un cajero de Grant Park! -

Grant Park estaba prácticamente en la otra punta de la ciudad. - Móvil 1, recoge a Número 9 y salid a toda prisa hacia allí, rápido. - ordenó Spencer. Bates se dirigió a la furgoneta y montó mientras arrancaban precipitadamente. Saltándose algún que otro semáforo y librándose un par de veces de ser vistos conduciendo de forma temeraria por algún patrulla o guardia a pie, Móvil dejó al Centinela a una calle del cajero. Al llegar allí, lo que más le llamó la atención fue un cartel de neón en letras rojas que ponía 'Momentos'. Parecía un club de alterne.

Bates examinó el lugar, parecía que no iba a poder pasar desapercibido.

-Bien, cojonudo Fed. ¿Y que hago ahora? ¿Entro en el puticlub con el traje y todo? Creo que voy a dar mas el cante que otra cosa... Y paso de esperar aquí buscando a cualquier tío medianamente extranjero a que termine su polvo. Operaciones, permiso para quitarme el traje e ir a por el "a la vieja usanza"- Se pudo escuchar una pequeña risita floja por el comunicador-. Ademas... ¿El centinela entrando en un burdel? Eso baja el caché, nenes.

Fedora bufó sin decir nada mientras Spencer intervenía. Parecía dudoso. - Realmente es un caso algo peliagudo. No. No podemos esperar tanto. - aun con la ayuda de Móvil 1 para quitarse el traje tardarían al menos 15 minutos en dejar a Bates listo para entrar y en ese tiempo Gorki podía desaparecer del lugar - Entra como estás, Número 9. Son prostitutas, no periodistas y será rápido. -

Saliendo de la centivan y adentrándose en el lugar, Bates se encontró con que nadie le recibió en la entrada (siendo lo pronto que era no le sorprendió demasiado). Se encaminó escaleras arriba buscando a Gorki cuando escuchó un vozarrón tras una puerta.

Se quedó un momento escuchando antes de usar la típica técnica de patada en la puerta. Quizá oía algo relevante a lo que estaba buscando...

No escuchó nada que le pareciera importante, pero en cuanto abrió la puerta de una poderosa patada Gorki se encontraba tirado encima de una mujer en una cama penosa, por suerte aún vestidos. Al verle el hombre abrió los ojos y se lanzó a la mesita, donde tenía una pistola y un machete de tamaño considerable. ¿Qué clase de maníaco iba a un lugar así con cosas de ese estilo?

Milo Gorki era un tipo de Europa del este, que parecía un armario ropero sumado a un pelo rubio y cortado a tijera y una camiseta de tirantes con pantalones militares. Aunque sorprendido, no parecía tener mucho miedo del Centinela.