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El corazón del Centinela

You often wish IT WAS KRISTEL. / Armario y chabola del Centinela.

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04/12/2012, 21:49
Director

Equipo del Centinela

Los dispositivos mencionados en esta sección son aquellos que resultan más comunes en el repertorio actual del justiciero, pero debe tenerse en cuenta que la misión de Instrumentación es generar continuamente nuevos dispositivos que mejoren el rendimiento del Centinela, haciendo más fácil su labor, al tiempo que otros van quedando obsoletos.

Armadura

La armadura del Centinela es un traje de combate complejo y pesado, diseñado para preservar la integridad física del Centinela, pero dotándole de libertad de movimiento. Una serie de placas de polímero plástico se superponen a bandas cerámicas entretejidas formando una estructura de celdillas, mientras que una capa acolchada hace más confortable de traje.

Diversas microbaterías eléctricas dispuestaspor toda la estructura formando un sistema redundante dotan de energía a la armadura y al resto de los dispositivos conectados a ella, como el casco o los guantes táser. En un funcionamiento normal, la autonomía de la armadura es de unas ocho horas. El peso de la armadura es de unos 50 kg y, pese a la movilidad de sus partes, resulta una carga demasiado elevada para que ni tan siquiera un bien preparado centinela se mueva con soltura llevándola. Por esa razón, una estructura servomuscular sintética se sitúa entre la capa acolchada y la cerámica, dotando de mayor fuerza a su poseedor.

En la práctica, esta fuerza adicional se utiliza para compensar el peso de la armadura, por lo que una vez activada, la armadura resulta tan ligera como simple ropa. Desactivada, la armadura es una carga realmente pesada, que penaliza con –2 los Reflejos y la Fortaleza de quien la viste para todas las acciones físicas. Lo normal es que el centinela necesite ayuda para ponerse y quitarse la armadura completa.

Diseñada haciendo hincapié especial en el daño balístico, la armadura tiene RD 15 contra ataques de armas de fuego de cualquier calibre, lo que hace virtualmente invulnerable a las balas al Centinela. Frente a fuego, explosiones y otras fuentes de daño similares la protección de la armadura es de RD 10. Por último, contra golpes (lo cual incluye caídas y también ataques cuerpo a cuerpo) o armas de filo (incluyendo flechas) la armadura tiene sólo RD 5.

Arpón Z

Situado en un arnés del antebrazo y listo para salir hasta la mano del Centinela, el arpón Z se ha ido actualizando con los años gracias al genio de Szilard, pero en esencia sigue siendo el dispositivo clásico que el propio Wayland diseñó originalmente: una pequeña pistola dispara un garfio prensil unido a un cable de 30 metros de aleación de titanio ultraligero y un mecanismo recoge ese mismo cable en un par de segundos arrastrando hasta 200 kg de peso. Alternativamente, el cable puede liberarse a una velocidad menor para asegurar descensos controlados o desprenderse de la pistola, pudiendo entonces recargarse con otro garfio.

Habitualmente la gabardina del Centinela alberga cuatro de estas recargas para el arpón Z. Aunque se diseñó originalmente como un dispositivo de escalada para subidas rápidas o desplazamientos entre las azoteas, el uso del arpón Z como arma para atar a los criminales, derribarles o dejarles colgados e indefensos se ha incorporado al estilo de lucha del Centinela.

Cápsulas de humo

La gabardina del Centinela va habitualmente equipada con media docena de cápsulas de humo. Se trata de esferas metálicas de unos cuatro centímetros de diámetro, que al ser activadas liberan humo suficiente para llenar una habitación, reduciendo la visibilidad pero sin ningún efecto adicional.

En términos de juego, todas las acciones de percepción visual o similares en la habitación llena de humo tienen una penalización de –2 y el escenario gana el aspecto “Habitación llena de humo”.

Casco

El centro neurálgico de la armadura del Centinela es su casco, que puede ser considerado a todos los efectos una terminal de la computadora de la base de operaciones. El interior del casco es realmente una pantalla opaca, en la que el Centinela ve el exterior gracias a las microcámaras que están situadas en los laterales del mismo. Esta misma imagen es enviada directamente a la base de operaciones, de modo que Control y Operaciones pueden tener una imagen visual de lo que el centinela despegado está viendo en todo momento.


Sobre esa visión exterior, la pantalla del casco proyecta todo tipo de información relevante para el Centinela, utilizando técnicas de realidad aumentada. Así, por ejemplo, si operaciones traza un ruta de entrada en un edificio, el Centinela no sólo ve el plano del edificio “flotando” en su ángulo de visión superior derecho, sino que puede ver indicadores sobre el camino a tomar en forma de flechas u otros iconos situados directamente sobre el entorno empleando esta realidad
aumentada. Incluso puede utilizarse esta tecnología combinada con la imagen pinchada de unas cámaras de seguridad para señalar objetivos en movimiento.


Respecto a los mecanismos de visión, las cámaras del casco están dotadas de visión nocturna e infrarroja, por lo que a todos los efectos el casco actúa como un visor de ambos tipos. En el exterior, unos potentes leds proporcionan luz en caso de ser necesaria. El casco está dotado también de micrófonos que permiten amplificar o atenuar sonidos. Desde Control pueden aplicarse diversos filtros al sistema de audio del Centinela para aislar ruidos concretos o eliminar sonidos de ambiente. Además, un filtro automático protege al Centinela de ruidos ensordecedores o luces cegadoras. Respecto a la comunicación, el casco cuenta con su propio comunicador con la base de operaciones aunque, por seguridad, el Centinela lleva un comunicador adicional de corto alcance directamente colocado en su oreja. Un repetidor en la furgoneta amplifica esta señal para funcionar como fuente de comunicación de respaldo por si el casco falla: no olvidemos que se trata de una terminal de ordenador inalámbrica y, como tal, puede ser vulnerable a ciberataques
o fallos informáticos. De hecho, esta medida se ha adoptado debido a que esta incidencia ya ha ocurrido en el pasado. Por esa misma razón, el Centinela lleva un pasamontañas bajo el casco, de modo que su identidad continúe oculta aunque tenga que quitarse este dispositivo si se avería para poder ver.

Gabardina

La gabardina es un añadido a traje del Centinela pensado para poder albergar los diferentes dispositivos en multitud de bolsillos internos. Está fabricada además en un tejido sintético de estructura de tela de Van Doren que reduce el impacto balístico, frente al que protege con RD 10 (recuerda sin embargo, que la protección de varias armaduras no se suma, sino que se aplica la mayor, por lo que el Centinela no se beneficia normalmente de esta protección, ya que la armadura tiene una RD mayor).

La gabardina también es un sustituto de la capa que llevaba el disfraz del centinela original. Para ello, una red articulada de microfilamentos inteligentes que se endurecen al moverse rápidamente actúa como mecanismo de frenado en caídas al ofrecer una mayor resistencia al aire: reduce a la mitad la distancia de caída llevando la gabardina a la hora de calcular cualquier daño o efecto relacionado.

Guantes táser

Los guantes del Centinela están equipados con tásers destinados a dejar fuera de combate a sus enemigos. Cada guante es capaz de proporcionar una descarga de 50.000 voltios, que caen a 400 en contacto con un ser humano, generando una corriente de intensidad 2,1mA. A todos los efectos funcionan como una porra aturdidora de las que utiliza habitualmente la policía, con la comodidad de poder usarse a voluntad por el contacto de las manos y emplearse, por ejemplo, en conjunción a una presa o un golpe de artes marciales.

Pueden utilizarse unas 20 veces antes de comprometer la energía de la armadura. Los guantes táser llevan tiempo integrados en el equipo básico del Centinela, por lo que su uso ha quedado incorporado en el estilo de lucha del justiciero. Sin embargo, pese a su no letalidad, el táser puede llegar a ser mortal en algunos sujetos con debilidades cardíacas, por lo que se recomienda su uso comedido.

Un personaje alcanzado por el táser recibe un daño igual al dado mayor (en lugar del daño normal de los ataques sin armas, pero sin la bonificación de daño por Fortaleza) y debe hacer una prueba de Aguante a dificultad 5 + daño sufrido (una vez restado la RD de cualquier armadura y siempre que al menos el blanco reciba un punto de daño), cayendo inconsciente en caso de fallo. Una pifia en esta prueba puede suponer que el personaje sufre un paro cardíaco, quedando moribundo en ese caso.

Pistola de gel explosivo

En uno de los bolsillo de la gabardina, el Centinela guarda un pequeño dispositivo manual similar a una pistola de cola caliente o silicona miniaturizada. Sin embargo, en lugar de ir cargada con una sustancia explosiva, este dispositivo contiene un explosivo plástico desarrollado pos Szilard. La pistola calienta el explosivo, haciendo que pueda ser aplicado como si fuera un gel, normalmente haciendo una fina línea continua con él. Este gel se vuelve inestable en unos 20 ó 30 segundos al volver a enfriarse en contacto con el aire, lo que produce su explosión. La pistola contiene gel para aproximadamente un metro de aplicación (normalmente un único uso para abrir una entrada en una puerta de metal, una pared de cemento o similar).

Su finalidad no es, lógicamente, dañar a las personas y produce una explosión muy controlada diseñada para afectar sólo a los materiales. En todo caso, cualquiera situado a menos de tres metros de la explosión de una carga de gel recibiría un daño M, que ascendería a m+M a un metro de distancia y a m+C+M+1d en contacto con el gel.

Rastreador

Desde 1998, todos los miembros del equipo son inyectados con un rastreador, un dispositivo subcutáneo del tamaño de un botón que permite saber en todo momento dónde están. El rastreador ha sido depurado por Szilard con el paso de los años, y, gracias a la genialidad del inventor y a los avances en la tecnología de localización, actualmente permite encontrar a un miembro del grupo en cualquier lugar del mundo con solo unos centímetros de margen de error. Por desgracia, la efectividad de la localización depende aún de emisiones vía satélite, por lo que la señal puede distorsionarse o incluso perderse en zonas de gran profundidad o con interferencias electromagnéticas del tipo adecuado.

Por descontado, la señal del rastreador está codificada de tal manera que se confunde con ruido ambiente si no se dispone de las claves descodificadoras adecuadas, que cambian diariamente, haciendo casi imposible que los enemigos del Centinela pudieran utilizar este método para encontrar a los miembros del grupo en el hipotético caso de que descubrieran de algún modo que los rastreadores existen.

En varias ocasiones se ha discutido en el seno del grupo sobre la posibilidad de instalar rastreadores similares a los enemigos más peligrosos del Centinela. La posibilidad sin embargo se ha rechazado, ya que varios de los enemigos del Centinela podrían tener la capacidad para invertir el proceso y utilizar la tecnología de rastreo para encontrar a los miembros del grupo, incluso a pesar de las claves, si tuvieran acceso a una tecnología semejante. Además, el rastreador, aunque muy pequeño, debe situarse bajo la piel y podría ser encontrado con una exploración cuidadosa y extraído con una sencilla incisión en la piel.

Vocoder

Un dispositivo de distorsión de voz en el casco del Centinela garantiza que la voz que sale de la armadura es siempre la misma, independientemente de quién la vista. Es más, el dispositivo imita a la perfección el timbre de la voz que Brian Wayland utilizaba cuando era el Centinela (una octava más baja que la suya propia). Además, el vocoder detecta, mediante el fruncido de los labios, si el sonido producido debe trasmitirse al exterior o únicamente es una comunicación con la base de operaciones.

Gracias a esta función, el Centinela puede comunicarse con el equipo sin que nadie más que sus compañeros sepan lo que está diciendo y sin que sea necesario conmutar manualmente ningún dispositivo. Tal y como está programado, si el usuario grita o chilla de dolor, el sonido no se trasmite al exterior, reforzando la apariencia de invulnerabilidad del Centinela,

Centivan

La furgoneta actual del Centinela es una GMC Savana Cargo de color negro, modificada por Leo Szilard para incluir interesantes mejoras. La centivan, como la llama Fedora (si bien no ha logrado que el nombre termine de cuajar) puede alcanzar velocidades superiores a los 300 km/h con un consumo mínimo, gracias a su sistema híbrido. Su tracción integral mejorada con ocho marchas le otorga la potencia de un todoterreno sin apenas pérdida de estabilidad. A velocidad de crucero, un
generador de ruido negro hace a la furgoneta tremendamente silenciosa (unos 20 dB). La carrocería blindada (RD 10) protege a los ocupantes en caso de que se produza un tiroteo, pero a la vez es lo suficientemente ligera para no restar velocidad al vehículo. Diversos airbags se disparan en caso de choque, reduciendo notablemente cualquier impacto que sufra el vehículo.

El ordenador de abordo funciona como una terminal con límites del ordenador central del Centinela. Esto permite manejarla remotamente, entre otras cosas. Un sistema de realidad aumentada proyecta sobre el parabrisas toda la información que necesita el conductor, incluyendo la ruta hacia el destino actual, la posición del Centinela respecto al vehículo cuando está desplegado o cualquier otra información que desde Control consideren importante para la misión en curso. Un sistema de visión nocturna posibilita también la conducción a oscuras sin encender los faros. La placa de matrícula, que puede ocultarse totalmente, es un dispositivo en sí misma: aleatoriamente muestra un código de matrícula diferente cada cierto tiempo, escogido de una base de datos de matrículas de vehículos similares.

En la parte trasera, el vehículo dispone de los sistemas de chequeo necesarios para comprobar el funcionamiento del traje en caso de complicaciones y algún instrumental para una reparación de emergencia. También contiene material médico de urgencia, semejante al que se encontraría en una ambulancia. Un camilla montada sobre un giroscopio (que mantiene el mismo nivel con independencia del terreno por el que vaya la furgoneta) se despliega de uno de los paneles si es necesario transportar al centinela herido.

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04/12/2012, 21:54
Director

Instalaciones del Centinela

Distribuidas por la ciudad, el Centinela tiene diversas instalaciones que utiliza en su lucha contra el crimen. La base de operaciones principal, situada bajo la Torre Wayland (sede de la fundación del mismo nombre) es la principal de estas ubicaciones. Una base secundaria en el puerto sirve como segundo puesto de control cuando las circunstancias lo requieren, mientras que diversos pisos francos situados por la ciudad se emplean para fines diversos evitando comprometer la ubicación de estas bases. Por último, bajo la mansión Wayland se encuentra la base original del Centinela, en desuso desde finales de los años 60, pero aún llena de recursos para la lucha contra el crimen.

 

Base principal

La base principal del Centinela es el epicentro de sus actividades y el lugar habitual que el equipo utiliza para dirigir y coordinar las acciones del centinela desplegado. Está formada por tres niveles, aunque la parte principal del complejo se sitúa en el nivel superior.

El acceso a la base se realiza desde tres vías. El acceso principal está constituido por dos elevadores situados en la propia Torre de la Fundación que sólo pueden bajar a las instalaciones mediante identificación por clave de voz y un reconocimiento facial.

El segundo acceso a la base, para vehículos, es una rampa móvil a la que se accede por una calle secundaria que conduce a la parte de atrás de la Torre Wayland. El acceso mediante este sistema debe ser monitorizado y autorizado por el puesto de Control de la base.

El último acceso está en franco desuso, pero fue muy popular en los años 70 y 80. Se trata de un túnel que cruza buena parte de la ciudad y conecta con el sistema monorraíl del metro de Betlam. En este túnel hay dispuesto un vehículo rápido que usa esta red de metro para moverse bajo la ciudad.

- Nivel superior

El nivel superior está organizado alrededor de la sala de control. En esta sala, diversas pantallas de ordenador se utilizan para monitorizar las actividades del centinela desplegado, mostrar información de cámaras de tráfico o de sistemas de seguridad hackeados, etc. Los elevadores de la Torre Wayland dan acceso directo a la sala de control en este nivel.

En la sala de la memoria se guardan trofeos de las proezas más salientes del Centinela. La sala pretende ser un museo al recuerdo a los caídos en combate y también un homenaje a los éxitos del equipo que sirva para subir la moral y mantener vivo el espíritu de la lucha del Centinela.

Junto a la sala de la memoria hay un gimnasio y sala de entrenamiento con diversos aparatos, un circuito de muñecos robotizados para entrenamiento en artes marciales, pesas, etc.

La enfermería contiene un quirófano y el instrumental necesario para tratar a un centinela herido y mantenerle en reposo y observación. Dependiendo de la gravedad de las heridas puede resultar insuficiente, sobre todo si son necesarias pruebas médicas complejas, pero la mayoría de las veces es suficiente para garantizar la recuperación o convalecencia de un miembro del equipo herido.

En los vestuarios se guardan los efectos personales de los miembros del equipo mientras están en activo y también es el lugar en el que el centinela se pone su armadura. Contiene duchas y aseos como es usual en estos casos, aunque también permite descontaminaciones biológicas o radioactivas. Junto a los vestuarios hay dos pequeños habitáculos con camas que sirven para establecer turnos de descanso cuando es necesario. Fedora ha convertido uno de estos espacios en su residencia habitual en los últimos años.

Un almacén/laboratorio alberga dispositivos del centinela obsoletos o prototipos a medio construir de otros dispositivos. También se usa como sala de pruebas y en su interior se clasifican montones de objetos confiscados a los villanos del centinela a través de los años.

La sala de reuniones es también un comedor y dispone de una pequeña cocina y un frigorífico con alimentos suficientes para resistir un mes. La sala se utiliza últimamente más con fines sociales que para realizar reuniones como tales, que suelen tener lugar directamente en la sala de control.

El garaje contiene espacio para varios vehículos y tiene un taller anexo en el que se pueden realizar las reparaciones apropiadas. El garaje conecta con la rampa de acceso de vehículos.

- Nivel medio

Uno de los dos elevadores da acceso al siguiente nivel de la base, mientras que el otro no hace parada en esta planta. El nivel medio está fundamentalmente dedicado a la zona de contención: una amplia estancia que simula ser el interior de una nave industrial abandonada. Los detalles se han cuidado al extremo para que un prisionero aquí contenido tenga la sensación de estar en la zona industrial de la ciudad, con iluminación exterior que simula el ciclo día/noche, sonidos de tráfico y similares, etc.

El objetivo es, lógicamente, tener un lugar seguro en el que albergar un prisionero que, una vez liberado (o puesto a disposición de la justicia) tenga una idea totalmente equivocada de dónde ha estado encerrado.

La sala de contención está repleta de microcámaras, sensores de movimiento y otros dispositivos de control y ha sido concienzudamente diseñada para que el prisionero en su interior pueda ser monitorizado continuamente al tiempo que se le hace creer que tiene lugares en los que puede esconderse. Una puerta secreta conduce hacia unas salas anexas (precisamente las que conectan con el elevador) algunas de las cuales pueden emplearse también como celdas en caso de necesidad.

Desde el interior de la sala de contención, tres puertas falsas condenadas por los cimientos de cemento y hormigón en los que está situada la base sirven como distractor para los prisioneros y refuerzan el escenario de nave industrial.

- Nivel inferior

El nivel inferior contiene dos espacios diferentes a los que se accede por cada uno de los elevadores y que se encuentran totalmente desconectados entre sí.

Uno es la sala de los computadores, en el que tres gigantes cerebros electrónicos de última generación procesan y almacenan toda la información que el equipo del Centinela necesita para su trabajo. Los tres supercomputadores trabajan de manera redundante y cada uno está formado por cientos de procesadores funcionando en paralelo.

Desde este lugar se puede acceder por un hueco en el techo a la sala de seguridad del nivel anterior. Precisamente dicho hueco está diseñado para que los supercomputadores asciendan en caso de emergencia, quedando entonces el acceso sellado.