Partida Rol por web

El eco del Diablo

En las profundidades del SOL

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29/05/2016, 19:22
Leah Beth Tautou
Sólo para el director

Habiamos avanzados por interminables pasillos y escaleras, todas cada vez mas tetricas y de verdad que tenia los nervios a punto de colapso. Aun avanzando con cautela mire un par de veces atras y vi que la niña se atrasaba asi que la tome de la mano mientras que con la otra abria puertas, me sujetaba de pasamanos o cubria mi cuerpo.

Sombras, sonidos guturales, chillidos, cada una era la ejemplificacion del miedo pero la suma de todas me tenian aterrorizada. Sabia que algo mas estaba tras nosotras, algo vil, incluso peor que Edmund, pero no queria averiguarlo. No podia dejar a la niña. No podia dejarla sola.

Mas pasillos ahora de tipo de construcciones nos llevaron a lo que debieron ser un antiguo hospital. Probablemente el mismo donde estababamos pero todo estaba sucio, viejo, lleno de moho, y corrupto, como una de esas peliculas de terror. Seguimos avanzando pero no me iba a detener. Debía haber una salida.

De pronto una puerta se mostro delante de nosotras y decidimos entrar. Di una mirada mas hacia atras tratando de dejar lo que habia vivido....

 

Notas de juego

Lamento no haberte podido avisar antes.

Si miraria hacia atras pero por precaucion para cuidar que no nos sigan alguien o algo, no por curiosidad. Estoy muy asustada.

Tal vez pueda regresar a este sitio en alguna pesadilla. Estuvo.... genial.

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29/05/2016, 19:35
Clementine Ouvrard

Max vino en mi ayuda y siguió el masaje con fuerza, pero la agente Tautou seguía sin dar señales de responder a él. Cada vez que Max se detenía para que le diera respiración boca a boca notaba que la vida de la mujer se escurría más y más deprisa sin que los dos pudiéramos hacer nada más darle más masajes en espera del desfibrilador. El hecho de que ella fuera justamente la que muriera en manos del asesino, su última víctima, una póstuma por cierto, generaba una rabia y una impotencia en mi interior difícil de manejar. Pero tenía que tener la mente despejada en aquel momento, no podía hacer a un lado todo lo que había ocurrido, la cadena de sucesos que habían llevado a este preciso instante, y sin embargo debía hacerlo.

Cuando por fin el aparato llegó hasta mí lo preparé para que diera la descarga y di la mentada orden para que el doctor Seryg se apartara -¡Despejen! -luego de verificar que nadie estuviera tocando a la mujer di la descarga pero nada ocurrió, comencé a desesperarme mientras el doctor Seryg comenzaba el masaje para la segunda descarga.

Un sensación de amargura se unió a la rabia que ya sentía, -¡Quiero una inyección de adrenalina! -grité mientras el desfibrilador cargaba para otra descarga.  Unos segundos más.

- Tiradas (1)

Notas de juego

No sé si puedo tirar otra vez o mi tirada abarcaba todas las veces que tuviera que hacer descarga.

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29/05/2016, 19:31
Leah Beth Tautou

Una vez que entramos en la habitacion no te que todos estaban alli. La doctora, Daniel, incluso el engendro de Edmund y alguien estaba en el suelo.

- Daniel? susurre....

Mientras con cautela avanzaba con la niña sujetada de mi mano recorde mi desnudez y aunque le tenia confianza a Daniel e intimidad, no a los demas. Aunque no parecian reparar en nuestra presencia, sus prioridad estaba avocada a atender a la persona que estaba en el suelo. La estaban reviviendo.

- Daniel, estas.... Miraba como me miraba con los ojos abiertos de par.

No era posible que me pudiese ver o si, o ya habiamos salido? Mire atras y todo parecia normal, mas o menos. Todo estaba tan confuso.

Avance hacia el un poco mas hasta que me di cuenta que era yo la que estaba en el piso. La doctora estaba a mi lado y otro doctor luchaban por que mi cuerpo reaccionara. Instintivamente reaccione tapando mi cara para no llorar y cai de rodillas sin entender nada de lo que estaba pasando. Mire mi cuerpo inerte sobre el piso y senti el dolor agudo en el pecho.

-NOOOOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!!!!!!!

Comence a llorar desconsoladamente alli de rodillas sobre el piso mientras me tapaba la cara. No podia creerlo, no podia ser de esta manera, y no habia salida, era el final, estabamos atrapadas la niña y yo como habia dicho Edmund, y la niña.

Sentada en el suelo continue llorando y me gire a la niña. Me sentia tan culpable, tan desolada.

- Lo siento, lo siento, lo siento, hice todo lo posible. Le hable a la niña mientras secaba mis lagrimas.

Luego mire a Daniel, sintiendo que no lo volveria a ver y aprovechando los pocos segundos que nos podian quedar, tal vez minutos.

- Yo no queria morir, lo siento, amor.... Daniel... lo siento mucho .... solo se que hay algo peor que Edmund y que viene de un pozo, si lo encuentras destruye el pozo...

No sabia que mas decir, no sabia que mas sentir, no sabia que mas hacer pero estaba deshecha. Tal vez servian mis palabras para algo acerca del pozo. No confiaba de que Thierry estuviese muerto, no del todo. Y tal vez mi lucha estaba de este lado.

Pero yo no queria. Por un momento pense en Corine y mi madre. Todos lo que dejaba atras, pero solo Daniel podria entender por lo que habiamos pasado y solo habian pasado 3 dias. Me seque las lagrimas alli en el suelo mientras miraba a Daniel como grabando su mirada en mis recuerdos durasen lo que pudiesen durar.

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29/05/2016, 20:36
Daniel Mallutz

Me desnudo el alma ante ella por mis ojos hasta los suyos, la forma mas verdadera de darle ahora un beso.
La certeza de un hombre que se ha prendado, aun entre los vacíos, de una naturaleza intensa, valiente, tenaz. De un ser humano batallador aun contra su fragilidad y hermoso mas allá de ella.
Le descubro que siempre atesorare su espontaneidad, su libertad y su determinación.
Incluso mas allá de su propia supervivencia.
Con los ojos trato de enjugar las lagrimas de los suyos. Con las manos le acaricio el cabello.
Yo tampoco quiero que mueras. Ese es el deseo del Otro. El mio es que no te vayas...

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29/05/2016, 21:02
Daniel Mallutz

-...saborear el olor de tu pelo mientras duermes tranquila - se escapa mi confesión de mis labios en mi pobre francés entrecortado - O simplemente que seas feliz. Con quien quieras. Donde quieras. Haciendo lo que te llena. Ojala conmigo
-No. Te. Rindas. - remarco mi deseo - Vuelve - le digo mirando a su cuerpo inerme - Regresa. Despierta.
Aun estas aqui. Aun esta abierto el sendero a ti. A tu hogar.

Así, en terror y sangre, solo es la pesadilla que te orquesto ese pinche cabrón.
Ven. Destruyamos ese Pozo juntos. Combatamoslo juntos.
No sabia decir si te amo, por que me intentaba convencer que era muy precipitado, pero no tiene doblez la palabra del calvario

Por un momento mastico el gusto mi propia hiel, que ha ascendido por mi angustia hasta la boca.
-Si lo sabia. Desde el primer momento en que dormí contigo.
Vuelve por favor. Vuelve a compartir mi cama, mi ducha y mi cursi habitación de hotel.

La miro a los ojos intentando leer por lo que he llegado a conocerla. Hablando desde esa intuición.
-¿O es por la niña? ¿Estas protegiendo a Jane? ¿Temes que si cejas su guarda, se la llevaran? ¿Es eso?
Dime si es, para que os ayude. Para que ruegue por vuestra protección a la Santisima

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29/05/2016, 22:03
Leah Beth Tautou

Se notaba que Daniel miraba mi cuerpo sin vida pero me hablaba a mi.

- No me rendire amor mio. Por ti y por la niña, debemos salvarla, no puedo dejarla, pero si no despierto, debes despertarla a ella.

Me sorprendi de mis propias palabras. Nunca habia llamado a nadie "amor mio".

Estaba enamorada? Creia que no, pero la alegria de estar cerca de Daniel me llenaba, es eso el amor? No estaba segura, pero lo cierta era que algo mucho mas profundo nos unía, tal vez la lucha contra estos demonios, la lucha de nuestras vidas. No habia pensado un futuro con el, pero ahora tampoco queria estar lejos.

De alguna manera podía ayudar? No lo sabia, mire a la niña quien me miraba impasible y la solte para acercarme a mi cuerpo. Era bizarro verme alli sin vida, casi parecia dormida aunque los embates de los doctores no dieran con que hacerme para reanimar mi cuerpo y mi cabeza se moviese de un lado a otro.

Pase entre los doctores y senti mi propia transparencia fantasmal. Me senti desnuda, vacia, espectral, pero no me importo. Toque mi cabeza que tambien pude traspasar. No sabia que hacer para volver a mi cuerpo, tampoco queria dejar a la niña sola, sola a merced de solo dios sabia que criaturas.

La mire.

- Pase lo que pase no te dejare. Luchare por ti.

Miraba la lucha casi frenetica de los doctores y de alguna manera trate de pasarle mi calma a la doctora. Yo estaba tranquila, estaba en paz, y el tiempo se habia detenido.

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29/05/2016, 22:33
Daniel Mallutz

-Dales un latido Chailin. Y después otro. Y no pares hasta que te lo pida Dios o la Santisima en persona. Nadie sabe si el corazón es la puerta para entrar en tu cabeza o es al revés. Alguna primera vez debe haber para saberlo - me sorbo las lagrimas y la humedad de la nariz exhausto y mas quieto, exoectante - ¿Jane Doe, me oyes? Quiero que tu también pelees por volver. Si sientes que pierdes a Leah no te asustes. Toma mi mano - suena estúpido por que le susurro cosas a un pared que no se si puedo hacert pero en el barullo espero que mi locura se diluya y después de tanto horror despunten los pequeños milagros- aun tienes que ver a tu padre. Ya lo encontrare.

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29/05/2016, 23:53
Hospital Lariboisière

Leah y a la niña desaparecieron de pronto, en un abrir y cerrar de ojos.

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29/05/2016, 23:54
Hospital Lariboisière

Clementine pinchó la adrenalina en el pecho de la detective. Con fuerza y determinación. Pero no respondía. Hubo una segunda descarga y una tercera.

Continuaron con el masaje. Para ser más efectivos y no perder vigor ambos médicos se estuvieron turnando. Hasta que Max miró a su compañera negando con la cabeza.

-Se ha ido, Clementine.

El cuerpo de Leah estaba tumbado en el suelo, con la camisa abierta y los brazos en cruz. Un agente del grupo de élite se quitó el casco, en señal de respeto. El olor a sangre en ese sitio era insoportable. Olor a sangre y a carne. Y no era un olor putrefacto, era sangre recién vertida y carne recién cortada.

 

Notas de juego

Lo siento, sólo era una tirada.

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30/05/2016, 00:26
Director

Notas de juego

La historia de Leah continúa en la escena "Los Devoradores de Sombra"

http://www.comunidadumbria.com/partida/el-eco-del-...

 

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30/05/2016, 01:40
Leah Beth Tautou
Sólo para el director

Mire como se rendia frente a mi cuerpo. No podia creerlo. Maldije todo lo fuerte que pude e incluso trate de golpearlos.

Yo no me rendire, ustedes no se rindan pero no servia nada....

No me dejen....

 

Notas de juego

En el otro panel solo esta el link del video. Vere mañana. =)

No puedo creer que me hayas matado. Es la primera vez que me matan en una partida. Estoy muy triste. Espero al menos ayudar a la niña desde el otro lado.

Bien, espero por ti.

Puse el mensaje solo para ti porque no se si Daniel me pudo escuchar maldiciendo y eso. Supongo que me desvanezco o algo asi. Ya diras.

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30/05/2016, 19:44
Daniel Mallutz

Como en un parpadeo desaparecen. Como despojadas del fuego que sostenía la imagen.
Desesperado miro a ambos lados. Al vacío dejado y al cuerpo vacío.
La voz del doctor se rinde. La doctora lo mira.
Mi terror y furia son guturales en mi garganta.
-!No¡!No¡!No¡!No¡!No¡!No¡!No¡!No¡!No¡!No¡¡Mecaguen!.
Soy consciente que por un segundo estoy apunto de poner el cañón de la pistola en sus caras y obligarles a seguir pero no consigo agarrarla a la primera y al tercer intento la fuente de rabia me hace lanzarla sin miramientos hacia el despojo de Terry.
-¡Joder!!!!! - me crispo y me doblo de dolor y lloro hasta emborronar las figuras.
Menos una que esta tallada a fuego en mis neuronas. La de Leah.
Me arrastro hasta ella, doliente y destrozado, buscando su rostro. Mi mano herida va dejando un rastro sanguinolento. e intento no mancharla, pero necesito tocar sus mejillas y algunas gotas le caen cuesta abajo por la piel pálida.
-No es justo... Joder - digo poniendo mi frente junto a la suya. Enfrentando mi cara a la suya - Mierda y mas mierda...Joder.
Su contacto frio me frena no por que me calme si no por que me magnifica el dolor tan intensamente que apenas puedo sentir otra cosa o pensar o hacer nada.
Mezclo la sangre con las lagrimas y cuando lo veo intento limpiarlo pero solo aumento el desastre.
Trato de respira a bocanadas por entre el dolor del pecho y entre las respiraciones brotan palabras arrancadas de lo mas profundo.
-No se...No se como lo hicimos...- mascullo con los ojos cerrados - con tan poco tiempo...con tan pocas posibilidades... - sorbo mis mocos y me limpio la comisura de los ojos - sera la...la...um...la estrella que guía a los combatientes. Buena o... mala estrella... Me honras con los días que somos compañeros y...lo demás...lo que me diste sin pedirlo... es un regalo que me quedara para toda la vida.
La beso en la frente con delicadeza.
-Te juro que aun mantengo la promesa que te hice, Chialín... - respiro hondo - y la que le hice a Jane.
Acaricio sus labios.
-Vuelve, por favor - insisto como si actuando como un incansable martillo pudiera obligar a cambiar las cosas.
La beso. Despacio y sincero. Por un momento al sepárarme creo que voy a decirle adiós pero no puedo, no estoy preparado.
Me incorporo de rodillas mirando a Clementine y al doctor Seyrig. No me queda fuerza para mas que empezar otra vez a rezar quedamente aunque, el filo de mi fe se balancea peligrosamente hacia el vacío.

Santísima Muerte protectora,
Dueña y señora de la vida,
Ángel que nuestro Padre creo
Para ayudar y servir.
Hoy te imploro...
Por Leah Tautou...
Que sus días sobre la tierra perduren,
Que su cuerpo recobre el vigor y la energía.
Tu que todo lo puedes, sálvala ...
Yo te lo imploro, te lo pido en esta hora,
Por Jesucristo vencedor en la Cruz,
Conmuévete y tráela de regreso

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31/05/2016, 16:04
Mictlantecuhtli

Cuando al fin pueda dormir, Daniel tendrá una pesadilla como ésta:

Esperaba a la Santa Muerte, o incluso al mismo Demonio. Pero vino otro. O fueron ambos.

Al principio era Lisistrata disfrazada como en el tatuaje de su espalda, en un día de carnaval, un día muy oscuro, como si no hubiera Sol. Su ex novia le repetía algo que le dijo la noche en que se conocieron:

-Cuidado con lo que deseas.

Luego bajaban una larga y ruinosa escalera hasta un sótano, buscando un sitio en el que estar a solas. Pero allí yacía el cadáver de Leah, abandonado en el suelo pegajoso. En medio de ese maldito charco asqueroso de sangre gelatinosa, con los brazos en cruz y la camisa rasgada.

En este punto querrá despertar, pero le será imposible.

En su sueño se alzará un dios del submundo con el cuerpo hecho de multitud de huesos humanos. Se levantará crujiendo, rechinando. En ese sótano. Su pelo, encrespado, estará adornado por pequeñas estrellas y sus ojos serán dos soles amarillos y negros.

Viste así, de estrellas, porque es un ser que reina en la oscuridad total.

Le hablará a Daniel con voz de volcán, soltando humo y cenizas por una boca de centenares de dientes y que apestará a carne fresca y a sangre. Le dirá:

-Mi nombre es Mictlantecuhtli, Señor de los Nueve Ríos del Infierno.  Soberano del País de los Muertos, Señor de las Sombras. Amo de los Abismos de los Perdidos. Me conmuevo con tu ofrenda y la traigo de regreso.

Que su cuerpo recobre el vigor y la energía.

Que sus días sobre la tierra perduren.

Y sin que Daniel pueda detenerlo, ni siquiera decir una palabra ni comunicarle de ningún modo que eso no es lo que quería ni  taparse la cara o cerrar los ojos, o interponerse, Mictlantecuhtli devorará el cadáver de Leah mientras ella grita despavorida. La sangre de Leah llenará la boca de ese ser y goteará al suelo como si fuera el jugo de una naranja. Ella mirará a Daniel incapaz de entender el terrible alcance de lo que le ocurre.

Y cuando despierte Daniel de esta pesadilla, no la recordará. No podrá evocar las imágenes pero se traerá a la vigilia la comprensión. Un entendimiento de lo que se se ha movido en el submundo que ya intuye en este instante, cuando acaba de morir su amante y su cadáver pierde un calor que nunca recuperará.

Y este presentimiento terrible  pronto será la el origen de pesadillas como ésta.

Notas de juego

Para este post y otros utilizo una figura inversa al flashback, la prolepsis, narrando acontecimientos futuros, pero integrándolos en el presente para que puedas continuar en la escena con Clementine.

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31/05/2016, 21:42
Clementine Ouvrard

Lo intentamos duro, tan duro como pudimos pero no fue suficiente. De todas las muertes de mi carrera, extrañamente esta era una de las que más me dolían, quizás porque había vislumbrado en la agente Tautou a una buena persona. Me quedé con la mirada fija en el rostro inmóvil de la mujer mientras las palabras del doctor Seryg me daban de lleno, me golpeaban como si me estuviera abofeteando.

La observo en silencio mientras escucho de fondo cómo la desesperación se apodera de su compañero policía, mis ojos recorren su rostro en paz, su cabello desparramado como la Ofelia del cuadro de John Waterhouse, flotando en una tumba silente. De pronto, siento vergüenza, como si estuviera haciendo algo indecente y desvío la mirada hacia Max solo para volver a bajarla luego.

El agente Mallut cae víctima del dolor y yo me aparto del cuerpo, poniéndome en pie y alejándome  unos pasos hacia atrás mientras me cruzo de brazos impotente. Por más que suene raro, quiero darle intimidad, después de todo solo soy una extraña para su dolor, y no solo eso: una extraña que les ha fallado a ambos.

El cuadro me desgarra el corazón, habrá que darle sedantes al agente Mallut, me temo. Y sin embargo, no termino de caer en todo esto, la distancia profesional me pone en un lugar seguro, pero frío y distante. Los cuerpos sin vida siempre me resultan extraños y ajenos, como si un hechizo se rompiera de pronto y de aquel ser que fue solo quedara una cáscara, una burda imitación de alguien, una réplica nefasta.

Evito mirar en derredor porque si hay más espíritus cerca podría terminar de quebrarme, sin embargo no puedo evitar buscar con la mirada al asesino, al causante de todo esto, quiero verlo. Quiero ver su cuerpo.

Siento que no encajo en todo este cuadro y decido mantenerme apartada observando, o quizás solo pensando en lo efímero de la vida y toda esa sarta de pensamientos filosóficos que nos golpean de vez en cuando. Y la culpa comienza a picarme: le dije que no baje sola, le dije que espere. Un asesino serial anda suelto y ella decide bajar sola a donde hay olor a sangre. Esas malas decisiones que uno toma en el calor del momento, decisiones cruciales. ¿Por qué tenía ella que ser tan obstinada? Debería haber sido más persuasiva, debería haberla convencido de que espere.

Me acerco al agente y le pongo una mano en el hombro -Ya, tranquilícese agente -susurro conciliadora sabiendo que quizás me gane un insulto.

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01/06/2016, 20:26
Daniel Mallutz

Una mano benefactora me consuela.
Me enfrento a la doctora Ouvrard que me susurra palabras de calma.

Cita:

-Ya, tranquilícese agente

A través de la neblina, mezcla de humedad en los ojos y abatimiento, no puedo reconocer sus emociones por entre las mías. Todo se me desenfoca un poco y casi la sigo, mas por inercia empática, que por el uso de la razón. No es un bálsamo si no el fin de las energías. Pero lo que es cierto que puedo tranquilizarme pero no estar en paz.

-Yo...si...si...lo siento – mascullo entre dientes con un hilo de voz. Lentamente retorno mi mirada hasta el rostro de mi compañera, manchado y quieto -¿Tiene...tiene un pañuelo? ¿Me ayuda a lavarla? Ayudenme a adecentarla...antes de que venga el juez.

Todas las nimiedades que media hora antes serian importantes para mi me pesan. Los interrogatorios, las recogidas de pruebas, los levantamientos de los cadaveres...todas las acciones y procedimientos que vendran son sinsentidos que zumban en una colmena de irrealidad.
Es esto la vida: vorágine nihilista, hastío y breves estallidos de luz que magnifican lo demás.
Lo real es que Leah esta muerta, que yo no se si podre reaccionar y que solo comprendo que, lo que alcanzamos es, la punta de una crueldad que enraíza mas allá de esta superficie que tildamos de Real.
Que cava un Pozo. Eso dijiste Leah. Destruye el Pozo.
Aun sin esperar su respuesta a mis palabras, inconscientemente con mi mano busco la de la doctora.
Es solo retorno de agradecimiento burdo y nada calibrado pero si sincero. Siempre sincero.

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02/06/2016, 10:37
Hospital Lariboisière

Las siguientes horas se hicieron muy largas. Hubo que aislar una sección del pasillo para asegurarse de que el levantamiento de los cadáveres no infectara a los pacientes en estado crítico. Y se limitó el número de policías que podían estar en ese sótano.

El cadáver extraño, o la composición de cadáveres que había sobre la camilla era de verdad grotesco: parecía como si un hombre de cuatro brazos y cuatro piernas hubiera sido abierto en canal y tuviera una cabeza dentro del estómago. En un principio, la cabeza del estómago y la mitad las extremidades “extra” que sobresalían de las axilas y la cadera eran de color absolutamente negro y opaco, como si estuvieran pintadas con betún. Pero todo el conjunto adquirió al momento un tono parduzco y se pudrió tan pronto que incluso las fotografías no resultaron esclarecedoras.

El jefe del equipo, todo lo amablemente que pudo, no les dejó limpiar el cadáver de Leah y tanto Daniel como Clementine fueron conminados a salir de la escena del crimen. Todo el mundo estaba muy nervioso y pronto aparecieron algunos mandos de la policía nacional.

Los médicos no tuvieron más remedio que continuar el trabajo, y les pidieron que mantuvieran los hechos en estricto secreto. Había habido un incendio, hubieron dos quemados de gravedad y tuvieron varias horas movidas, pero ningún muerto más.

Ya amaneciendo volvieron a coincidir en el patio del hospital. En si acaso media hora el turno de Clementine acabaría y un coche del CSB recogería a Daniel.

Notas de juego

Si queréis podéis narrar un diálogo entre vuestros personajes. También podéis apuntar una nota sobre lo que han hecho o decirme que siga sin más.

Si Daniel se pone violento para intentar limpiar el cadáver de Leah, habrá sido sacado de allí a la fuerza, incluso se le administrará algún calmante, si no hubiera más remedio. Si es así, indícalo y lo tengo en cuenta en la narración.

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02/06/2016, 11:41
Daniel Mallutz

Escucho al tipo al mando sin envidiarle su posición. No es que me importen mucho ahora emociones como esa. Envida... Deseo... Orgullo...
Mi estado esta cercano a la inanición de los sentimientos, consumidos por la duda de por que he sobrevivido y ella no. El tacto viejo de las arenas movedizas de la fe retorna, si no es que nunca se fue, pegajoso en mi mente. Esta infectado de las pequeñas objeciones que la razón ha ido acumulando espaciada y pacientemente. Lamentos hacia la ilógica que remarca una perplejidad avocada a ceder que, es el azar y no un plan celestial el que nos gobierna.
Que nos impidan volver a tocarla y presentarla, una ultima vez cercana a la persona que apenas nada estaba aquí, me apena mas que me solivianta.
A partir de ahora no sera la Leah que trasiegue por los procesos y la que sufra las necesidades de la ley y la ciencia.
Si no la hubiera visto allí, de pie, pensaría que aun reside en su rostro algo de lo que conocía pero me invade una ominosidad oscura, como un sentimiento de sensación de haberla visto escindida.

Pasan las horas como en un amodorramiento. Casi no me preguntan y casi no veo a los demás.
Cuando despunta el alba mi deambular guiado vuelve a encontrarse con el devenir de la doctora.

Al final he acabado en el patio, sentado contra una pared y supongo que el oficial que me acompaña es mas vigía que escolta y ella aparece supongo, buscando el solaz del aire fresco y la calma del exterior.
La veo venir y me levanto. No es que la espere con tensión pero si me esfuerzo en algo de decoro.
El tiempo me ha dado perspectiva para encajar partes que no pertenezcan a mi propio ego.
Clementine, si Clementine es su nombre. Las horas muertas me han ayudado a darme cuenta de quien habia sido.

No se como aproximarme, por lo que intento ser cauto pero no es que este en mi mejor momento, por lo que me parece que al final resulta un pelo demasiado directo pero una vez en movimiento no puedo parar.
-Yo...Clementine...- me aclaro la voz - Gracias. Por llamar a la caballeria...Al menos nos dio una oportunidad. De verdad que gracias.

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03/06/2016, 22:16
Clementine Ouvrard

Pronto los policías continuaron su trabajo y todos los que hasta ese momento habíamos protagonizado la historia quedamos afuera. Para mí fue un alivio volver al trabajo, que me distraía de divagar en derroteros más terribles, y atender a los pacientes que llegaron del incendio. Debo reconocer que me extrañó que el doctor Seryg no me interrogara sobre lo ocurrido, quizás mañana... O quizás nunca.  Pero no, seguro que algo me preguntaría porque si había una cualidad que poseía el doctor era ser curioso. 

Muchos pensamientos me distraían de lo más terrible de la noche, de pensar en ello, pero sabía que en lo más profundo de mi inconsciente mi mente seguía repasando los hechos ocurridos, la muerte de Leah y la aparición de la niña, la muerte del tal Terry, un demonio con piel de hombre que no llegué a conocer, para mi bien. Estaba tratando de desentrañar detalles, de fijarlos con fanatismo en mi memoria, como si al lograrlo pudiera resolver alguna incógnita, alguna de las muchas, ¿Qué demonios estaba ocurriendo? ¿Era Terry el líder de una secta de hijos de puta satanistas o solo un lugarteniente en este plano?

Casi  al final del turno salí al patio para respirar aire limpio, tan limpio como la madrugada de París permitiera. El aire estaba fresco, un remanente del invierno que todavía amenazaba con volver. Me senté en un banco de piedra viejo y ennegrecido por la exposición a los elementos y me crucé de brazos, abrazándome, buscando algo de paz, si es que podía volver a tenerla en lo que quedaba de ese turno.

-Agente -solté sorprendida cuando él me llamara por mi nombre, llevé una mano al pecho instintivamente a causa del pequeño susto -Estaba demasiado absorta en mis pensamientos, disculpe -me excusé y me puse de pie -Oh -musité cuando me dio las gracias. Pobre hombre. Mi inexperticia había matado a la mujer que amaba y me pedía disculpas, eso no hacía más que hacerme sentir peor. -Hice lo que creí que era correcto, descuide -afirmé más para convencerme a mí que para él -Sí -dije alzando mis ojos hacia él, había estado mirando al piso casi todo el tiempo -Al menos pudieron despedirse, ¿verdad? -inquirí analizándolo. -Siento mucho lo de la agente Tautou, parecía buena persona. -deslicé y luego de unos segundos no pude evitar preguntar -¿Cómo es que llegó hasta allí? -pregunté curiosa -Si no quiere hablar de esto voy a entenderlo...

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05/06/2016, 10:32
Daniel Mallutz

Momentáneamente aturdido me cuesta un segundo de titubeo reaccionar.
No ha sido mi intencion asustarla o sorprenderla pero, ahí que lo he conseguido.

No me es posible discernir cual es el origen de su reacción: Si el remanente de la estampa de loco apenas retornado al redil del juicio o el propio influjo interior de pensamientos y emociones revuelto por sorpresa.
Huyo un centímetro de involuntario paso atrás con las manos abiertas e inofensivas.

Aun estoy demasiado sobrecogido y repleto de otras sensaciones que complican mis sentidos de observación pero noto que, sordamente hacia algún rincón, las viejas costumbres van acumulando pizcas de información.

Sin embargo, quien esta ahora a flor de piel no es el Daniel Policía si no el Confuso y él siempre ha sido mas cercano a las personas. Mas amable y vulnerable y directo.
Rasco por entre el dolor de mis cuerdas vocales palabras tranquilas y comedidas.
-Discúlpeme... No era mi intencion perturbar su tregua- mi mirada no puedo centrarla en sus ojos, por que la vergüenza aflora a impulsos, desarmándome y siéndome incomoda
- Lo hizo muy bien - le afirmo sin un atisbo de falsedad o condescendencia, apuntando con el rostro a un centro entre sus manos y su estomago - Sin nada que reprochar.
La imagen de los guardias con el ariete y las armas logrando lo que yo no pude ni arañar, se evocan como rasgones superpuestos de imagen que me sacan de la realidad por un instante.

- Lo hizo bien - le repito en un hilillo de voz.

Las manos me han acabado en los bolsillos del pantalón previniendo, semiconscientemente, su temblor.
Respiro lento y profundamente.
Frio de la mañana. Necesito ese frio para despejarme. Para enfriar fuegos.

Cuando me pregunta por si nos despedimos no puedo evitar inquietarme y acabar conectando con el fondo de sus pupilas mas tiempo del que seria agradable.
No le hablo pero hay cosas, como la puñalada de fracaso que esa afirmacion me produce, que surcan por el silencio elocuentes. La disonancia en la cabeza y el corazón de lo inconcluso.
No invoco una despedida entre Leah y yo y eso filtra algo erróneo.

Al final me tengo que pasar la mano por los ojos para rescatar las lagrimas incipientes y proteger a la doctora de mis emociones.

-Gracias - le confío con sinceridad - Leah es...era una buena persona. Un ser humano de Bien.

Me abrazo con vehemencia un segundo intentando de otro modo dominar mi cuerpo.

Clementine me extraña entonces con la siguiente pregunta, saltada mas allá de los bordes de las preguntas inocuas y banales de dos extraños en una situación penosa, desde lo que me parece un par de brazadas mas profundo en su interior.

Cita:

¿Cómo es que llegó hasta allí?

Vuelvo a mirar sus manos. El punto neutro en su estomago.
No logro atisbar si se pregunta por como llego la investigación hasta esa puerta fatídica o si recoge mas intriga preguntándose como una persona llega a enfrentarse a lo que habitaba tras el umbral.

A la primera parte puedo responder pero no se si es prudente y justo y completo. La doctora Ouvrard es una civil y la información policial es confidecial y esta sujeta a las necesidades de un caso que debe ser juzgado.
La segunda es como solemos decir en EE.UU: Complicada. Yo la siento, la respuesta, pero no podría articularla y hacerme comprender por que yo mismo tampoco la comprendería.

Pero se me aparece una tercera parte. Que esta en medio y que no hemos mas que arañado en la superficie.
Leah le dio el nombre de Pozo, no se que quiso decir con ello, pero esta ahí. Que se ríe de la primera y la segunda.

Y Clementine Ouvrard esta, me temo, liada por sus hilos invisibles a ella, como lo estoy yo.
Recuerdo que dijo que podía hablar y ver a Jane.
No puedo dejarla a su suerte. El don/maldición volverá a traerle mas sombras. Eso lo se y no lo puedo obviar.

-Por favor... - le señalo, cansado, el banco de piedra rogándole con el gesto que nos sentemos. Yo elijo el borde mas alejado y pongo las manos sobre mi regazo. Con la voz mas calmada y tenue, allanada de cualquier otra emoción que no sea el cariz de la importancia de la sinceridad, y un poso de peligro, le respondo con mi propia pregunta:
-¿Por que quiere saberlo?

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06/06/2016, 03:38
Clementine Ouvrard

Me doy cuenta de que el agente no esperaba esa reacción de mi parte: bueno, yo tampoco.

-No, no me ha perturbado, solo... sorprendido. Por lo general no hay nadie aquí a esta hora -explico, para no parecer una loca de primera. “Es que a veces los espíritus se presentan sorpresiva y calladamente como usted”, pensé pero no dije nada.

Me daba algo de compasión que tratara de darme consuelo cuando el que lo necesitaba era evidentemente él -Gracias -musité mirándolo con mis ojos fijamente, leyendo el cansancio en su voz y los restos de un espíritu hecho trizas -Como le dije, hice lo que pude. Si uno no aprende en esta profesión que sus capacidades y habilidades tienen un límite se puede acabar deprimido muy pronto... -confieso -Estaré bien -agrego con la voz algo quebrada, parpadeo y trago grueso.

Me señala el banco, claro, ha de estar agotado, física y emocionalmente. Yo también lo estoy, cuánto más él, que ha perdido a un ser amado.

Me sorprende cuánto medita en mi pregunta, a lo que me pregunta a su vez... -Yo me fui y usted no estaba allí, ¿Cómo supo que justo en ese momento, en ese lugar, estaba Leah? ¿Cómo supo que ella... estaba en peligro? -fui directa, casi tajante, porque el pobre hombre no estaba en sus cinco totalmente. Me enfadaba conmigo misma hurgar en esos detalles, pero lo necesitaba, necesitaba saber... otra cosa en realidad. Tan pronto como caí en la cuenta de ello las palabras salieron de mi boca incontenibles -Quiero saber si usted puede ver a los espíritus como yo, si pueden tocarlo, como a mí -era la primera vez que hablaba de esto con alguien y la voz salió de mi boca casi inaudible, mandando al diablo la valentía que había demostrado hacía un instante al interrogarlo. Tenía miedo, aún así lo miré a los ojos. Quería, necesitaba respuestas, necesitaba... -Dígame que no soy la única, que no estoy loca -dije, pero estaba rogándole en voz baja -Nunca he hablado de esto con nadie. Cuando los veo no sé si estoy despierta o no, si son de personas de carne y hueso o solo... fantasmas o proyecciones astrales. A veces siento que voy a volverme loca -cierro lentamente los ojos para luego abrirlos.