Partida Rol por web

El eco del Diablo

En las profundidades del SOL

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06/06/2016, 21:40
Daniel Mallutz

La miro con concentración y cuidado.
Las contestaciones me podrían salir sin pensar pero un sentimiento malherido de responsabilidad me exige ser escrupuloso. Pero no esquivo.
-No estas loca - comento rotundo para después cargar la respuesta con un titubeo indeciso mas fruto de, no querer ser altivo, que de escepticismo - ...pero si es abrumador y eso... pesa.

Trago saliva digiriendo los hechos que me acabad de revelar.

-No sabia que te pudieran tocar...- confieso perplejo y el viejo habito protector añade preguntas -¿Te han hecho daño...?.
Después me freno y me paso la mano por la frente masajeandome las sienes con el pulgar y el indice - Dios...perdona...que estúpido soy - murmuro - Si me dijeras que si no sabría que decirte que hacer...En eso es en lo único que estoy seguro
Coloco las palmas de las manos sobre mi regazo mas que nada para que no se me note el sudor y el temblor.
Me aclaro la voz tratando de serenarme.
-No esta sola... - le respondo con sinceridad y tristeza. La vuelvo a mirar
-No se bien como llamar a lo que Leah veía...- maldita sea me especialice en otra rama de la psicología -no se , algo así como esencia psíquica..., huellas de emociones o la conciencia entera, como Jane...hasta que... - aprieto los dientes para no escapar de nuevo al dolor.
-Lo que son lo que tu ves me es desconocido, pero viste a Jane cuando aun estaba...Um...cuando soñaba. Pero hablas como si no fueran los sueños de las personas lo único que te visitara: ¿Gente muerta? ¿Cosas que no son gente? - en mi mente se alinean los recuerdos de la explicación de Alce sobre las Kachinas: "Las portadoras de vida Dano puede ser cualquier cosa existente en el mundo natural. Puede ser cualquier cosa..."-.... desde un elemento, a una cualidad, a un fenómeno natural, o un concepto.
Me callo por un segundo, por que me temo que empiezo a desvariar entre el ahora y el pasado. Necesito dormir. No se si podre.
Sin embargo creo que no me puedo detener y omitir mi propia confesión. No lo hago enfrentando la mirada directamente. Se la cuento hablándole a mis manos - Yo...Dios... creo que puedo ver a los muertos y hablarles. Hace siete años en Arizona, hace pocos días en nuestra investigación y hoy con...con... - con Leah.
Estiro la cabeza hacia atrás, conteniendo la emoción y las ganas de llanto con una aspiración ruidosa y una sacudida ligera de la cabeza.
-No...No se si...Si estas buscando una ayuda...hoy...hoy voy a ser una ayuda de mierda...- me tapo los ojos - lo siento...yo - lucho por entre el terreno destrozado el poder darle una mano -... pero no es excusa. Hoy no me pidas...mas... pero mañana...- resoplo - No se como manejar esto pero mis tripas me dicen que es importante no dejarlo. No abandonarnos entre nosotros. Hay mas por ahi. No solo personas crueles. Otras cosas peores - Dios la voy a asustar pero por la Virgen que es que yo estoy asustado - Se lo que sea para lo que Dios nos ha dado estos dones vamos a tener que aprender a entenderlos - meto la cabeza entre mis manos - Y Pronto.
Se que esta es la confidencia que deseaba compartir con Leah pero que, las circunstancias y mi impericia de buscar el momento, retraso.
Hasta que se ha hecho imposible, y me he abierto a una desconocida que va a tener todo el derecho a correr despavorida, negándose a aceptarlo una y otra vez.
Va a creer que de verdad si se vuelve uno loco. Pero ¿No es en verdad en parte cierto?

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07/06/2016, 21:37
Clementine Ouvrard

Escuché absorta sus palabras, escrutándolo sin reservas. Su apertura me inhibía y me tranquilizaba al mismo tiempo, me sentía como el explorador que encuentra la fuente de la eterna juventud y aunque no bebe, no deja de contemplarla. -No, no me han hecho daño hasta ahora, aunque en ciertas ocasiones he percibido una sensación de amenaza inminente... -solté sentándome a su lado, mirando por un instante hacia el horizonte, en este caso conformado por un conglomerado de edificios antiguos que estaban cruzando la calle, más allá del muro y la reja que delimitaban los dominios del hospital. -No eres estúpido, tranquilo. Te cuesta tanto hablar de esto como a mí -me encogí de hombros -Tampoco busco alguien que me dé la llave de todo esto, somos lo suficientemente pocos y está lo suficientemente estigmatizado en la sociedad actual como para que nadie tenga la verdad absoluta, si es que la hay. Suficiente que nos hemos encontrado y podemos poner en común aunque sea algunos aspectos de todo esto -siento que mi conversación se está tornando un poco técnica o fría, que es lo que suelo hacer cuando me pongo nerviosa. Sonreí cuando dijo que no estaba sola con el agradecimiento que solo puede dar una profunda soledad.

-Suelo ver espíritus de las personas, auras, pocas veces espíritus de animales. Y otras contadas con los dedos, de entidades que no son humanas... Como el demonio que estaba en el cuarto con Marie -dije refiriéndome a mi paciente, la naturalidad con la que acababa de pronunciar esas palabras me resultaba chocante hasta a mí misma -Aunque dudo que estuviera totalmente manifestado, era como una sombra más bien... -sostuve.

Se quiebra ante mí con su confesión y no puedo reprimir el impulso de poner mi mano en su hombro para confortarlo. -Agente -digo llamándole la atención, buscando que me mire a los ojos para sacarlo de su ensimismamiento -Daniel, míreme a los ojos -sostengo dándole una orden directa, algo que suelen hacer los médicos -No busco ayuda, creo que podemos ayudarnos entre los dos. Usted no me debe nada -hago un rictus con la boca reprimiendo el “más bien yo le he fallado”-Hoy debe tratar de dormir, lo necesita en verdad -sostuve, saqué un talonario de prescripciones médicas que tenía mi sello puesto con el que hacía recetas para medicaciones, también saqué una lapicera -Tómese dos de estos media hora antes de acostarse -le hago una receta de una pastilla para el sueño -No se haga problema, es un compuesto natural que no genera dependencia -alejo las dudas antes de que surjan. Tomo otro papel y le escribo mi teléfono -Este es mi número, llámeme cuando quiera hablar de nuevo -le extiendo ambos papeles. La verdad es que he visto tanta gente quebrarse ante la muerte que puedo ser muy fría en esta situaciones, sonrío y le aprieto el hombro para contrarrestar mi distanciamiento.

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07/06/2016, 22:06
Daniel Mallutz

Gano centro con el calor de su contacto, como si la brújula desvariada de mi raciocinio encontrara de nuevo el rastro del norte, con la huella de sus dedos. No es milagroso, mas bien mundano. Su paciencia y su ímpetu de autoridad me son lugares cercanos. La presencia material de otra persona una prueba de realidad.
No hago ademan de buscar mas intimidad. Unicamente llego al contacto de la ráfaga del cruce de nuestros ojos los suyos azules. Complejos. Como móviles.
Ante ellos respondo con un gesto de afirmacion seguro, firme.
Me repite lo que yo mismo me pido pero aun con el brutal cansancio que me arroba la presión me augura que no seré capaz de conseguir dormir.
Tomo el papel de la receta pensando que alguien podrá buscar las pastillas por mi.
Veo su teléfono y eso me recuerda que de alguna forma tengo que conseguirle protección. Aun que sea de lo mas banal.
Le ruego que me deje el lapicero y el bloc de recetas y en la contraportada le escribo el teléfono del CSB y de Chana.
-Llame a este teléfono si necesita ayuda. Aunque solo lo sospeche - tejo las palabras entre susurros -
aunque yo no pueda atenderla alguien lo hará
- le devuelvo sus cosas - Si puedo la llamare mañana - miro el despunte del amanecer - hoy...mas tarde.
Después me callo y dejo el silencio pasar a reocupar su lugar.
A veces miro al infinito. A veces fugazmente la vuelvo a mirar.
No se cuanto rato pasa pero al final me atrevo a la pregunta que resume para mi todas mis dudas.
-¿Alguna vez, Clementine, se pregunta Por Que? ¿Por la razón de que pueda ver y sentir lo que es capaz de ver y sentir?

Notas de juego

Hola Queen. Si quieres que aligere el ritmo (de post diario a uno cada dos tres dias me lo dices)
Saludos.

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11/06/2016, 19:12
Clementine Ouvrard

Mis ojos recorren el amanecer mientras el silencio nos envuelve, un silencio como un velo de dolorosa tristeza, pero también de esperanza, porque si se pierde la esperanza, ¿Qué queda de nosotros? Aunque el mundo te muestre su rostro cruel, aunque tu camino cruce el de aquellos tornan esta vida un valle de lágrimas, aunque conozcas el rostro de aquello que no debería ser visto jamás, de eso que se retuerce en las sombras.

Tomé mis cosas cuando me las devolvió -Gracias, agente Mallut, llamaré claro -dije susurrando yo también. No quería pensar en que quizás algo ahora me haya notado, en que quizás esté en los pensamientos de algo que no tiene mente, sino solo voluntad. Esperaba que no. -Esperaré su llamado -dije casi despidiéndome y entonces hizo esa pregunta. La pregunta.

Mis hombros subieron por la tensión de las respuestas acumulándose en mi mente y luego se relajaron cuando las palabras comenzaron a salir de entre mis labios -Creo... -murmuré dubitando -Creo que nací con esto -dije al fin -Siempre me ha acompañado desde que era pequeña, es algo natural para mí, no imagino cómo es no tenerlo -expresé dándome cuenta de que ser sincera al respecto me liberaba de una forma inesperada -Sí, sé que es extraño. Los niños que eran mis amigos durante mi infancia se encargaron de hacérmelo ver y así aprendí a esconderlo... Dentro de mis posibilidades -mis manos se aferraron al borde del banco de piedra y sentí su textura rugosa -Al principio dolió, emocionalmente, pero fue muy útil cuando crecí. Los adultos no entienden o no quieren entender de esas cosas -reconocí -No sé por qué ni quién o qué me lo ha otorgado, pero creo intuir el para qué, que es lo más importante -alzo un poco el mentón y trago, tengo la mandíbula un poco tensa, quizás el agente espere algo más emocional de mi parte pero la verdad es que soy bastante pragmática -Para ayudar, sin lugar a dudas -repongo mirándolo por un instante -Para ayudar a quienes lo necesiten, ya sea tanto para que un espíritu vaya hacia su plano como para que deje de molestar a los vivos -sostuve explicándole -Nunca he podido usar este don en mi beneficio directo, nunca he visto cosas para mí.

Notas de juego

Sí, bajemos un poco el ritmo durante la semana por favor. Gracias!

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12/06/2016, 22:18
Daniel Mallutz

Me quedo en silencio escuchándola. No se lo que parecemos: Si como de esas personas que si las miras parecen que están asediadas por lo invisible o carne de soledad cuando no es mas equivocada esa impresión.
Su cadencia, ribeteada de honestidad y un carisma de determinación rumiado en lo que me da mas noches que esta, llena el patio y parte de lo en mi interior que se balanceaba hacia un agujero.
Respiro hondo y aparto de mi un ápice la duda en la constante lucha que entabla con la certeza. No puedo hablarle de la Fe por que ni yo mismo conozco si soy un creyente o solo conculco la inercia pero si que oírla hablar como mi reflejo me ayuda a recordar que es la verdad.
-Clementine, te lo agradezco. Reconforta recordar en voz alta lo que en el fondo estas sintiendo y lo sabes debes continuar haciendo. Aunque no sea por tu propia voz - junto las manos casi como si me dispusiera a rezar pero no lo hago.
Unicamente sujeto mi cabeza en ellos apoyando la barbilla y mesandome lentamente la barba.
Al rato me aclaro la voz. Solo es una pregunta. Por que tengo otra promesa que no conozco si tampoco podre cumplir.
-Doctora - pregunto tratando de ser delicado y recular si la veo afectada - La niña ¿Jane Doe? ¿Como esta?

Notas de juego

De acuerdo. Toma el ritmo que te ajuste bien. yo te lo sigo

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16/06/2016, 02:48
Clementine Ouvrard
Sólo para el director

Notas de juego

Máster, ¿sé algo de la niña luego del incidente?

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16/06/2016, 16:18
Director

Notas de juego

Desde el punto de vista médico, está igua. Tampoco se ha "manifestado" 

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16/06/2016, 21:31
Clementine Ouvrard

Lo único que quiero es que este día termine, o más bien, esta noche. Siento una profunda pena por el hombre que está a mi lado, parece tan vulnerable, tan frágil, y sin embargo, lo que ha soportado. Una certeza interior me dice que hay más todavía escondido por entre las capas de deber, la persona detrás del oficial de policía tiene un pasado que no lo deja escapar, un pasado siempre presente: he ahí la belleza de nuestra maldición, la raíz de nuestra misión.

Me paro unos segundos a pensar y le contesto recopilando la información que tengo en mente -La niña está estable, igual que antes sumida en ese coma profundo en el que la vio -luego, recapitulando agregué -Aunque también la ha visto en su cuerpo espiritual, el cual tampoco se ha manifestado -aclaré. -¿Cree que ahora que Terry ha muerto ella... muera también? -mi pregunta no tenía un nexo lógico, pero sí un nexo sobrenatural, o eso creía yo. -Siento instintivamente el deseo de protegerla, aunque sé que si nos enfrentamos a hombres como el que murió en ese subsuelo de poco valdrán mis esfuerzos -conjeturé suspirando largamente, necesitaba un café con urgencia, el número quince del turno... A esta altura la cafeína ya no tenía casi efecto en mí.

-¿Necesita algo más, Daniel? -inquirí, tomándome el atrevimiento de usar su nombre de pila.

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18/06/2016, 09:59
Daniel Mallutz

-No se que le pasara a la niña - respondo sinceramente - En el ultimo instante la vi con Leah. Iban unidas de la mano.
Respiro profundo sacando esperanza de la flaqueza.
-Puede que si se mantiene en su estado actual es por que aun... - no se bien como decirlo - por que aun están ahí - intento expresarme barriendo con un dedo un circulo en el aire alrededor de un punto - quizás buscando una forma de volver. O de estar a salvo.
El suave desliz de cansancio que se filtra en sus palabras me hace mirarla, indeciso, primero de soslayo, después con comedido atrevimiento cara a cara, en el involuntario escorzo que nos permite nuestra posición en cada extremo del banco.
No digo nada. Había venido unicamente con la intencion de agradecerle educadamente lo que hizo y he llevado mas de lo que merecía. Una acompañante en el sentimiento con convicciones que fluyen del misterio de la misma fuente. Y no bálsamo pero si evocación de que la oscuridad no es todopoderosa.
Me pregunta si necesito algo mas. Ahora no es solo lo que necesito si no lo que debo hacer, lo que importa.
-Gracias Clementine. Nada mas. Creo que has hecho mas suficiente - le contesto reforzando franqueza con un gesto de asentimiento - solo deseo no haberte perturbado con mis dudas.
Me levanto del toque del frio de la anciana piedra. Siento el impulso de patear el firme para sacar calor y frustración pero me contengo. Estoy tan cansado que si no fuera por que la figura de la doctora marca un contorno un grado mas definido de la atención seguramente deambularía por ahí sin rumbo.
Pero esta ella y esta Jane y cualquier otra cosa que no sea estar afilado es una concesión a la derrota.
No se por que fugazmente pienso en Lar. Quizás sea por el contraste del parecido de sus ojos con los de Clementine. Reconozco la claridad del influjo de la tentación que Lisistrata ofrece tan aterradoramente atractiva como opuesta a la de la doctora Ouvrard en este instante. Tengo que seguir el consejo de Leah.
Tengo que cerrar esa puerta para siempre.
Cierro los ojos antes de encararme a Clementine con la mano tendida amistosamente.
-Cuídela y cuídate, Clementine. Por favor, toma también tu propio consejo y descansa un poco - después abro la mirada para que se libere sin ningún obstáculo la sinceridad - No estáis solas. Ni tu ni la Niña. Mañana o mas tarde seguiremos en contacto. Tenemos nuestros teléfonos y la Gendarmerie estará echando un ojo.
Cuida a Jane. Yo mientras encontrare a su familia. La de verdad.

Despues la dejo reposar buscando a los agentes del CSB que me tenian que venir a recoger.

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18/06/2016, 18:46
Hospital Lariboisière

La normalidad no sirvió de descanso. Los siguientes días de Clementine fueron un tanto alucinatorios y aunque pudo dormir más o menos bien, parecía que el duermevela no la abandonaba.

Hubo té y pastas con el doctor Seyrig. Incluso comenzaron a examinar los pormenores de la operación de Marie para la guía médica.

Ocurrió una novedad. La señora Marina, una anciana agradable de origen español que había sido paciente de urgencias durante muchas ocasiones murió en la puerta de cribado. Un problema cardíaco se la llevó al fin, y a pesar de haber muerto desatendida no fue una mala muerte. Marina estaba más que preparada para eso, y se lo había hecho saber a Clementine en otras ocasiones. En uno de sus ingresos le dijo que desde hacía muchos años la vida era un regalo para ella.

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18/06/2016, 18:48
Marina

Ya muerta la encontró visitando a la niña, que seguía dormida sin manifestarse. Marina, viva o muerta, era una persona muy habladora a la que le gustaba contar cosas de su larga vida.

-Es un angelito. No debería morir tan pronto. Tiene toda la vida por delante.

¿Y esa cicatriz? Cuando yo era niña, mi madre trató de escapar del campo de Gurs. Decían que era un campo de internamiento pero era un campo de concentración. A los niños nos albergaron en las casas del pueblo y quiso venir a por mí. Quedó enganchada en los alambres durante horas y la tuvieron que sacar de allí con unos alicates. Tenía cicatrices como esas. Como esas. Siempre tuvo pesadillas creo que aunque nadie quisiera verlo, mi madre siempre estuvo enredada en esa tela de araña de metal.

Era evidente que las marcas de la niña eran tatuajes sobre el realce de una quemadura provocada por un hilo de metal o un alambre al rojo.

-Parece un pajarillo atrapado.

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18/06/2016, 18:59
Director

Todos los cadáveres del sótano en el que murió Leah se pudrieron en horas, como si hubieran perdido toda su consistencia en este mundo. Nella informó a Daniel que el cuerpo de su colega no había sido una excepción y que la versión oficial hablaría de una bomba puesta por un loco solitario que podría haber volado medio hospital.

La caja fue enterrada con honores tres días después en el cementerio de la colina del castillo, en Niza. Un lugar muy hermoso donde las estatuas dolientes parecían poder cobrar de un momento a otro vida propia.

Tras las tumbas se veía el mar azul.

La madre no lloraba, vestida de negro agarraba con fuerza una medalla honorífica.

Los antiguos compañeros de la policía vestían uniforme de gala e hicieron salvas. Abrazada al comisario que presidía la comitiva una adolescente larguirucha lloraba absolutamente desconsolada.

Tras los disparos quedó un silencio terrible. Sólo se escuchaba el viento, que golpeaba la colina. El cielo azul y amarillo dio paso repentinamente a una tarde más bien oscura. La luz en Niza parecía que lo atravesaba todo y hacía estallar sus colores.

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18/06/2016, 19:04
Comisario César Pillet

Cuando Daniel contemplaba el mar, el comisario vestido de gala se acercó a Daniel:

-Fui durante mucho tiempo el Comisario de Leah, ella era como una hija para mi. Me llamo César Pillet. Yo la recomendé para el CSB.

No me creo nada. Y... necesito saber. ¿Entiende? No le voy a preguntar dos veces pero me dirá lo que sabe, extraoficialmente.

¿Qué... qué coño ocurrió?

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19/06/2016, 20:18
Daniel Mallutz
Sólo para el director

Que el abrazo de Morfeo sea una cura para el alma es falso y en los tres días pasados no ha hecho nada por mejorar mi estado si no, mas bien, por agudizarlo.
Apósitos pegajosos de los sueños intranquilos de la noche no me abandonan en la vigilia.
Se quedan dentro, carentes de contenido, pero no me libran de su huella. Un retemblar horroroso que sacude mis nervios con un entendimiento visceral de una realidad, que se trata de comunicar desde las entrañas de lo mas profundo.
El pánico instintivo que experimento creo que es adelanto al momento en el que los mensajes se aclaren crudos. La respuesta incivilizada del alma a una presencia que va avanzando.

He tratado de rezar pero encuentro antes la extenuación que el descanso.
He dormido en un baqueteado sofa de la CSB antes de volver a la habitacion de hotel.

No podía dejar que los demás tocaran las cosas que allí dejo Leah.
Las recogí, paciente y meticulosamente, guardándolas en una maleta nueva que pedí que comprara Chana, con un par de agentes mirando desde los umbrales, visiblemente incómodos.
También recogí las mías. No podía volver a este lugar. No solo por el dolor.
Sobretodo es por la desesperación. La tentación de no salir de allí y matar el tiempo alimentándome unicamente de los recuerdos y los rastros de ella.
Si me dejara llevar pegaría fuego a este lugar. No tengo claro si no me quedaría dentro.

Es un aspecto negrisimo el que tizna mi espíritu y a excepción de los brotes de serenidad que me obligo a tener dos veces al día: con los mensajes a mi familia y la profesional llamada a Clementine Ouvrard para interesarme por ella y por la Niña, me sentiría en caída la totalidad del tiempo.

Mentirle a Lena es una arte que no pretendo poseer por lo que, la verdad sin detalles, le suele bastar. No quiero asustarla. Eso es algo que un hermano solo debe permitirse una vez y yo ya he cubierto ese cupo pero, la frontera entre no me voy a meter y déjate de hostias, voy para allá es con ella, sutil y difícil de manejar.
Afortunadamente soy lo bastante convincente para que no baje de Glasgow hasta París para ver con sus propios ojos que no me voy a tirar del potro de la vida en marcha. Si fuera necesario es capaz de colgar su sombrero y venir al rescate, rauda, silenciosa, y mortal, con sus colegas licenciados del Primero de Reconocimiento.

Una conversación, voz a voz, abierta y descarnada la mantiene en retaguardia. Si alguien entiende el secreto por ordenes y las perdidas en combate es ella. Firmamos una tregua tacita que cubre a madre y que entre lineas habla de que mas tarde vendrán las explicaciones.

Con Clementine soy mas sintético. Me disculpo por no poder acudir en persona pero cumplo con mi palabra y llamo una vez al día.

Es lo que me permite la vorágine del trabajo.
Como es lógico me apartan de la actividad. Me reservan para interrogatorios y lo único que puedo desear y colar es la insistencia de la búsqueda iniciada del padre de Jane.
Con voz queda es lo único que demando a Chana, con la evidencia de que se pasa a los limites de lo personal.

Crei que Leah llegaría a las clementes manos de Benichou pero, cuando mi Jefa en persona me dice que su carne se desmorono como si su existencia se hubiera hecho inconsistente para este mundo, casi empiezo a gritar. Una ira desorientada que descubro que al final puedo apuntar me hace temblar pero también reaccionar. Mezcla negación a resignarme y determinación. Ella no va a ser de ellos. No.

No se que pasa por la cabeza de Gavalda. Creí firmemente que me suspendería sumariamente: perdí a una compañera en la investigación y, para mas inri, contraviniendo las reglas escritas y tacitas se ha mostrado evidente que teníamos una relación.
Sin embargo solo me cita a que acuda al entierro de Leah en Niza y me deja marchar.

Allí estoy tres días desde que nos separamos. Tres días del peso de no dormir bien y malos sueños. Tres días después de seguir sin saber que es lo que nos ha vapuleado.

Me mantengo allí silencioso, con la mente en el recuerdo de su rostro reconfortante y mudable y del sabor de sus besos. Y de su cuerpo junto a mi descansando.
Sin poder fijar por que me duele saber que eso no esta nunca mas pasando.

Apenas me fijo en los demás. Su madre. ¿Su hermana? ¿Su padre? No, ese no es el hombre que la dio vida. Ese es mejor.

Cuando el silencio cobra de nuevo vida en al borde del mar me quedo mirándolo. ¿Le gustaría a ella este lugar? Quedo tanto por compartir. Tanto por averiguar. ¿Nos habríamos llegado a querer? No lo se. Amor había pero no ese amor romántico que tanto me fascina. Si no ese otro que brota y existe para curar.
Mierda. Empiezo a pensar ya en ella en pasado. Y eso me vuelve loco porque es lo lógico y al mismo tiempo lo siento erróneo.
Meto las manos en los bolsillos del abrigo, algo recién comprado y áspero pues no tenia nada negro, y rozo la forma de la culata de la pistola. Ya no puedo deshacerme de su contacto. Como tampoco del cuchillo de silex de mi bota.

La voz del policia engalanado de sobrio luto me saca de mi ensimismamiento.

Cita:

Me llamo César Pillet

Cita:

No le voy a preguntar dos veces pero me dirá lo que sabe, extraoficialmente. ¿Qué... qué coño ocurrió?

Lo miro fijamente a los ojos. Le dejo que me mida y yo le mido también. ¿Extraoficialmente? Por que esa palabra no abarca todo lo que se quiere decir con ella?

Lo miro bien. Se que me lo pregunta como un progenitor que se cuestiona que le ha pasado a su prole. No, mas justo: Como un Padre que quiere saber de su Hija. Lena preguntaría así por mi. O Madre.

Miro un momento de soslayo y señalo al mar. Es solo un gesto para que me siga en mis palabras.
-Señor Pillet ¿Es usted creyente? ¿Cree en Dios y en el Diablo? Por que lo extraoficial que le puedo contar se mueve sobre el hielo de la fe y la creencia y le advierto que solo con fe me va a creer.
Suspiro. No encuentro un hilo perfecto por el que empezar desde el batiburrillo en mi cabeza así que cojo el primero y tiro de el.
-Lo digo por que Leah tenia sus dudas y su forma de entender...la realidad vendría de alguna inspiración y deduzco que sera de usted.
Piso la hierba acompasadamente, tratando de desentumecer el control de los nervios.
-Pero no es eso por lo que me pregunta ¿Verdad? - me sale un gesto agrio. Ayuda la bilis que se me filtra garganta arriba.
-¿Ha oído alguna vez de las leyendas del mar? ¿De los monstruos que se ocultan por debajo?
La mayor parte del tiempo en la superficie donde navegamos la calma reina y aun a veces estallan las tormentas pero eso son cosas reales, normales, ley de vida.
Pero allá abajo, bajo el nivel de la superficie y el alcance de la luz, se dice que hay criaturas inenarrables, serpientes, reptiles, dragones, incluso el Leviatán como el rey demonio de todos. Monstruos que esperan para volver a emerger un día y devorar a los que surcan el mar.

Agacho la cabeza medio mareado. Avergonzado, compungido y cabreado.
-¿Que coño paso? - le miro al rostro - empezamos un caso en la superficie. Un caso que cualquier otro hubiera cerrado en falso siguiendo la estela de lo que parecía normal. Un crimen pasional. Una asesina fugada... - mi rostro cambia a la expresión de la resignación de lo inevitable - pero seguimos nuestra naturaleza y profundizamos. Miramos y supimos que iba mas allá de la superficie. Leah tie... tenia un don para echarle vistazos - mi pausa es sentida - Lo malo es que al mirar ahí lo que ahí habita te ve.
-Nos topamos con uno de esos monstruos. No el Leviatan, ni un narval, ni una serpiente. Un simple gusano.
Pero fue mas fuerte. Atrapo a Leah cuando estaba haciendo lo que creía su deber.

Y la mato... - digo mirándome la puntas de los pies - mientras yo y el equipo de asalto fracasábamos derribando la puerta que la encerraba.

Miro el mar y el sol iluminándolo. ¿Por que no puedo disfrutar de su calidez?

-Este es el asunto. Alegórica y extraoficialmente. Hay cosas por ahí con rostro humano que no lo son. Topamos con una y perdimos - me encojo de hombros - puede creerme o pensar que estoy trastornado por lo ocurrido. Pero oficial o extraoficialmente me importa muy poco lo que piensen de mi.
-Leah era una gran mujer y una mejor policía. Y al menos se que ha salvado a la niña por la que dio la vida - eso en el fondo no lo se pero por supervivencia es el pináculo de mi fe - atesore ese recuerdo. Todos lo buenos recuerdos.
-Cuide de los que ella quiere -digo señalando ligeramente con la barbilla a las mujeres de la familia - Yo acabare con lo que Leah empezó. Intentare mantenerlos alejados de ustedes.

Notas de juego

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20/06/2016, 17:42
Comisario César Pillet

-Lo que dice… ¡No habla en metáforas! ¿Un gusano? ¿Por qué no hay nada en la caja? ¡Nada! ¿Por qué mi hija no tiene a nadie de quién despedirse? ¿Dónde está lo que queda de Leah? Dígamelo, Daniel… ¿un monstruo? Venga. ¿Qué monstruo? Yo ya me he enfrentado a unos cuantos, créame. 

Le hizo un gesto con la cabeza y echaron a andar por un camino hasta un pequeño mirador coronado por una cruz donde no había nadie.

El comisario se apoyó sobre la barandilla de piedra que separaba el mundo de los muertos del mar. Abajo las olas golpeanban sobre un acantilado.

-Gavaldá. Gavaldá....

Se giró un momento para encenderse un cigarro y se quedó pensativo, saboreando el humo. El aire aquí se notaba fresco.

-El CSB es una tapadera. ¿Lo sabía usted? Yo acabo de darme cuenta.

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20/06/2016, 20:09
Clementine Ouvrard

Eventos como el que había pasado dejan marcas que son difíciles de borrar, o más bien: que no se borran, persisten, y es difícil no traerlas a la memoria constantemente, como el recuerdo de un accidente fatídico. Por momentos de los días siguientes a la muerte de la agente Tautou me encontraba recordando detalle por detalle los sucesos que finalmente desembocaron en aquella escena terrible y surreal en aquel subsuelo. Mi mente evocaba a la agente Tautou, al agente Mallutz, a aquel tótem de cuerpos que Terry estaba armando. Terry, más que un nombre parecía un diminutivo de terrible, muy adecuado para su portador, así como Dracul era una casa muy adecuada para Vlad el Empalador. Ironías refinadas del destino.

Me encontré en un estado de vigilia casi constante que me quitaba lucidez en mis turnos, mis sesiones con mi psicóloga no me estaban ayudando como esperaba tampoco. Algo se había roto dentro de mí y no lo noté inmediatamente, sino a los días, cuando mirando el sol a través de las nubes iluminar la cúpula de Montmartre un atardecer caí en la cuenta de que el mundo había perdido cierto brillo a mis ojos, todo parecía un poco más gris, un poco más lúgubre.

Los acontecimientos que había vivido me habían marcado para siempre, ya nunca más sería la misma y saberlo me dio una profunda pena, como el niño que frente al hecho que le arrebata la inocencia se da cuenta de aquello que le fue robado en cuanto desaparece ante sus ojos. El velo se ha caído, el telón que presentía escondiendo gran parte de este mundo, cruzado por miles de mundos, se ha corrido. Y me encuentro poseída por sentimientos encontrados, dispares: envidiando secretamente a los ignorantes, pero aborreciendo esa ignorancia. Compadeciéndome de quienes transitan sus vidas con el velo puesto, y deseando ser como ellos. Mas, en lo profundo de mi ser lo sé: no cambiaría este conocimiento por nada.

Cuando entré a ver a Jane, como le habían puesto los policías, encontré a la señora Marina junto a ella. Sus palabras me resultaron sumamente interesantes y aunque casi por unos instantes lamenté que ya no estuviera con nosotros en el plano físico, no lo lamenté en el espiritual. Es más, hasta me permití una broma cuando la saludé.

-¡Marina, pero qué sorpresa! ¿No tiene alguna nube a la cual escalar? ¿No tiene una luz hacia la cual ir? -deslicé mientras leía los signos vitales de la niña en el monitor y tomaba la pizarra en la que constaba su último chequeo hacía unas horas.

Alcé una ceja ante sus declaraciones, la idea no se había cruzado por mi mente pero tenía todo el sentido: si había más personas involucradas quizás había más niños sometidos a estas torturas, niños que estaban siendo entrenados para algo o usados para algo. Todo muy mengueliano y la referencia de Gurs no me daba más tranquilidad. Me quedé pensativa con la pizarra contra mí, finalmente inquirí -¿Idénticas a esas? ¿Con esos mismos dibujos? -señalé las formas geométricas con el dedo índice. Hice una mueca y susurré -Yo quisiera que se recuperara, pero quizás lo mejor sea que parta... No es bueno que el alma vague sin rumbo mientras el cuerpo reposa, no es para lo que estamos hechos, por lo menos no desde nuestro origen.

 

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20/06/2016, 23:03
Daniel Mallutz
Sólo para el director

-En parte si, señor Pillet, si que he hablado en metáforas - comento con calma - es difícil calibrar lo que dices con gente que no conoces, y hablar con dobles sentidos ayuda a cubrir daños - me encojo de hombros denotando experiencia - es mas fácil después hacer creer que son desvarios de alguien inestable que la verdad. Y quiero proteger la reputación de Leah a toda costa. Ahora que ella ya no puede.
Busco en el bolsillo del abrigo y saco la petaca pero antes de abrirla y beber de ella, me distraigo golpeando rítmicamente con su metal la piedra del pretil.
-Aleje a su hija de la idea. Si quiere recordar a Leah que busque en su memoria - hago una pausa para desenroscar el tapón del recipiente - Para usted le diré que lo que toco a Leah en su momento final trastoco la verdadera naturaleza de su carne. Es algo que entra en la penumbra de lo que creemos conocer que pasa y lo que en realidad ocurre - tomo un trago. La zarzaparrilla me da un toque amargo que me baja por la garganta - una forma en el que lo podría explicar entra en el ámbito que describe supersticiones de fuerzas primigenias y demonios. No se si usted cree en eso o le vale. Yo si lo creo - hago una mueca resignada - Lo que abatieron junto a Leah, lo que la estaba matando, lo que fuimos a dar caza, no era humano...parecía humano pero...era algo hecho con una imagen humana pero... Nadie se pregunta de donde y como nacen los demonios...Yo creo que nos encontramos con la semilla de uno.
Y aun me hace temblar lo que no se que puede implicar que Leah haya muerto a sus manos. Ya afecto a su cuerpo...me preocupa...um - carraspeo tratando de perder seriedad por la emoción - lo que queda. Su espíritu y su alma. Y aquí le aseguro que no soy alegórico en absoluto
Le tiendo la petaca.
-Es zarzaparrilla - comento - te hace sentir un escalofrió parecido al del alcohol pero te deja la cabeza fría. Espero que lo raro de como he quedado no le de una impresión errónea de mis palabras.
Lo que nos ha pasado. Lo que ha sufrido Leah no aparecerá jamas en un papel o una grabación.

Después me apoyo con los puños sobre la piedra.
-¿Que quiere decir sobre Gavalda y la CSB? ¿Que es lo que ahora intuye? He pensado desde los primeros pasos que lo que nos asigno era una prueba. Una ordalía de fuego. Y creo que Gavalda sospechaba las consecuencias.

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21/06/2016, 14:18
Marina

-¿Una luz?¡No tengo prisa! Además, creo que ya tengo un pie en el cielo. Bueno, a mí me da gozo charlar contigo. Creo que es eres el primer paso de mi camino. ¡Ves como morirse no es para tanto!

La anciana rió. Su desdentada dentadura le daba cuando reía el aspecto de una niña traviesa. Era fácil imaginársela con siete años.

-¡No! No son dibujos iguales, a ésta  pobrecita se los han hecho aposta. Lo que me recuerdan, lo que es lo mismo, es la impresión que me daban. Es como si una red la mantuviera tumbada y no le dejara levantarse. Como si fuera una sirenita a la que hubieran pescado.  Pero verás como más pronto que tarde se levanta.

Suspiró.

-Bueno doctora…creo que el Dandi se acerca...

La señora Marina había tenido ocasión de conocer al doctor Seyrig, y lo más seguro es que hubiera sido ella quien sugirió el mote de dandi al doctor Serres cuando éste le habló de sus costumbres un tanto “aristocráticas”.

-Yo diría que quiere algo... Es un hombre apuesto pero ahí ya no me meto…

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21/06/2016, 14:20
Max Seyrig

Cuando el doctor Seyrig abrió la puerta la señora Marina ya no estaba. Bueno, más bien era como si se hubiera esfumado y su espíritu flotara en el ambiente.

Sonrió sorprendido.

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21/06/2016, 23:22
Comisario César Pillet

El comisario dió otra lenta calada al cigarro, recreándose como si mezclara en sus pulmones el tabaco con sus propios pensamientos. Luego lanzó la bocanada a la inmensidad del mar pero el aire desvió el humo estrellándolo contra una tumba.

Como si eso le hubiera sabido mal el señor Pillet lo apagó con la baranda y lanzó la colilla al mar.

Aceptó la zarzaparrilla. Le dio un buen trago y afirmó con la cabeza. No habló hasta que no hubo cerrado y devuelto la petaca.

-Me pareció caprichoso. No había nada objetivo que justificara la elección de Leah para el CSB. Sabía que era una intuición. La vieron en un juicio que arrastramos en París desde hace años. Y en no más de un día o dos me llamaron ofreciéndole el puesto. Vieron algo en ella.

Cerró los ojos y respiró hondo. Se sacó otro cigarro.

-Piénselo, señor Mallutz. Si quisiera usted estar en una posición que le permitiera husmear en cualquier ámbito, en cualquier lugar de Francia o incluso el extranjero, infiltrado en cualquier cuerpo de policía, informándose de cualquier caso sin que nadie lo vea sospechoso. ¿No sería el CSB una agencia ideal?

Encender el nuevo cigarro le costó varios intentos. El viento apagaba la llama y tuvo que cubrir el mechero con su gorra.

Sé lo que tenía de especial Leah, pero… ¿Qué es lo que tiene de especial usted? ¿De verdad cree que es casualidad que precisamente fuera un monstruo de las profundidades lo que encontraron en la investigación?