Partida Rol por web

Me sonreí cuando se sonrío y me reí ante sus palabras, aunque en  voz baja para que los internos no pensaran que estaba loca o molestando. -Si hay alguien que tiene un pie en el cielo es usted, doña Marina -le aseguré. Luego sus palabras me hicieron ensombrecer la mirada al bajarla a la pequeña, -Entiendo -musité quedamente y le acaricié a la niña un lado de una de sus pálidas mejillas, suspiré amargamente -No sé cómo ayudarla, si hay una manera de ayudarla a salir de esa jaula no la conozco -reconocí con un dejo de tristeza -Quisiera saber cómo... -expresé haciendo un rictus con la boca. Luego volví mi mirada a mi visitante del día de hoy -Cuando quiera ir hacia la luz, ya sabe -me encogí de hombros -Si puedo ayudarla, lo haré, aunque no sé por qué intuyo que quiere deambular por aquí un poco más para charlar.

Luego alcé una ceja cuando se refirió al doctor Seryg y me contuve para no reírme como una niña a la que le han descubierto, tomé la sábana y tapé a la niña cuanto pude. Esas cosas tontas que uno piensa, como que podría tener frío...

Cuando el doctor Seryg entró ya estaba preparada para recibirlo, -Doctor Seryg, ¿Cómo está? -pregunté sonriéndole a mi vez -¿Viene a chequear a la paciente?

-No se bien lo que tengo de especial. Creo que no estoy calificado para definirlo con precisión - le contesto algo molesto conmigo mismo por esa falla en mis deducciones. ¿Podría llamarse me medium? ¿Catalizador de otros? ¿O es que solo e atisbado la punta de algo con mas matices y mas complejos, rayano a la función de hombre medicina? Un guerrero que se prepara para ser libre, dijo una vez de su tío. No me encuentro mirándome en ese espejo pero tampoco su imagen se confunde con otra diferente.
El único que podría despejarme la ceguera esta en los Estados y no creo que se aviniera a compartir conmigo. Sigue pensando, y creo que con razón, que me merezco mi culpa por lo que le paso a su sobrina.
Pero Pillet esta siendo franco y un esfuerzo por mi parte para sanar su incertidumbre.
-Puede que lo que funcione en mi es la simbiosis y la dinámica con los que entro en contacto - le miro algo ladeado con los ojos entrecerrados por el sol pero totalmente directo - No creo que lo que sea el CSB actué por coincidencias. Que Leah y yo acabáramos juntos no lo fue. No podía verlo por completo en el medio de nuestra relación pero si en algún momento lo despunte, incluso lo comente.
-Puedo ser cínico pero también romántico. Una mezcla entre cura y crápula que se estabilizo con la aguja del compás en la busca de justicia.
Y he visto el abismo y he tonteado con el hasta que el miedo a la muerte se desdibujo en mi, pero en compensación se reforzó en relación a los otros.
Todo eso esta allí en los archivos. En los informes de mis casos. Mis evaluaciones psiquiátricas. Mis exámenes técnicos. Mis charlas en youtube...Me conocían - remarco el tiempo pasado.
Apoyo las manos sobre la piedra caldeada.
-No. Nada ha sido una coincidencia. No creo en el reino del azar. Soy católico y soy policía y en la médula tengo grabados que existe un plan de Dios y que los hombres imitan sus intenciones a su imagen y semejanza y retorcido libre albedrío..
-Tenia mi resquemor. Lo tengo ahora. Pero Leah me pidió que confiara. Y lo hice. Quizás si me hubiera apegado mas a mi instinto pues... pero entonces no habría conocido a Leah.
-¿El CSB? Parecía y parece la herramienta adecuada para sacar las mierdas de sus escondites. Así lo vimos los dos. Ahora...Con la visión ampliada de a lo que nos enfrentamos...
Araño la superficie de la piedra con las uñas queriendo sacar un ruido que no se produce. Al final me acabo mesando la barba con impaciencia.
-Voy a seguir investigando el caso aunque a alguien le parezca que este cerrado. No lo esta. Leah me lo pidió y utilizare el CSB como palanqueta para profanar secretos si es necesario.
-Pero le juro que si descubro que Gavalda o sus compinches sabían algo, cualquier pizca, de los que se nos venia encima y no nos avisaron... le juro que habrá retribuciones, toda la parafernalia del Éxodo y lo de los ojos, los dientes y los golpes - le miro con ferocidad y no me importa si me la juego por que en el fondo solo me importa acabar con el pozo, encontrar a Leah y proteger a los míos y a los suyos - y tendrá un bate para acompañarme si así lo desea.

-Bien, bien. A la paciente... no. Venía a chequearla... a usted. Pero ya que estoy aquí...

Miró a la niña con una sonrisa en la boca. Echó un vistazo a los gráficos, se le acercó y movió uno de sus brazos para comprobar su tono. Mientras hablaba.

-Resulta que han llegado hasta mí un par de entradas para un exclusiviiiiísimo concierto de Jazz en una galería de arte. Es un pianista más que correcto, Alphonse Sauveterre, y puede ser una velada agradable. Con bebidas caras y canapés. Gratis. Podremos llenarnos los bolsillos.

Dejó delicadamente el brazo de la niña, asegurándose de que fuera una posición cómoda. Y miró a la médico.

-Pensé que le agradaría. Es mañana por la noche. Un colega de una asociación benéfica se ha enterado a última hora de que no podrá ir y quiere mantenerme contento. ¿Qué me dice?

Cuando le dio la llave de la habitación, la recepcionista parecía un poco asustada.

La chica, que era muy joven, miró fugazmente hacia el hall del hotel, a la espalda de Leah. Había allí un hombre que Leah pudo ver reflejado en un espejo de marco dorado.

Estaba sentado en un sofá de cuero. Mediría un metro noventa y tenía aspecto de militar de las fuerzas especiales. Llevaba una chaqueta marrón, pantalones vaqueros y botas militares. Y leía un móvil. Tenía muchos anillos en las manos y un tatuaje en el cuello que se asomaba por el cuello de la camiseta.

Esbocé una sonrisa y seguí sus movimientos mientras chequeaba a la niña -Ohh, ¿Concierto de jazz en galería de arte? Para nada su estilo -bromeé fingiendo cara de sorprendida -Claro que acepto ir -suspiré -No me vendrá mal despejarme un poco luego de la locura de estas últimas semanas, y llevaré la cartera grande para los canapés -le di una última mirada a la pequeña -Los policías le pusieron Jane, como Jane Doe- susurré al doctor sin levantar la mirada de la niña -Debo confesarle que odio ese nombre -bajé la mirada y luego la alcé hacia él -Es un nombre tan... común, de muerto sin papeles. Es casi un insulto -suspiré -Y si hay algo que esta niña no es, es ser común. Es un ser especial, dotado de un alma única -comencé a hablar sin darme cuenta -Que ha sobrevivido a este horrible trance con un propósito -tragué grueso -¿No cree que podríamos implementar alguna técnica de estimulación sensorial? ¿Poner música clásica, pasarle alguna película? Solo para ver cómo reacciona, si es que lo hace.

Al doctor le gustó la idea de la estimulación y tampoco le parecía para nada una niña normal. Ni le gustaba que la llamaran por ese nombre, ni por ningún otro que no fuera el suyo. Él intuía que su coma tenía algo extraño que no podía explicar. Parecía que su tono muscular era demasiado bajo para estar sólo unos días de sopor.

Esa noche la dedicaron a planificar sesiones de estimulación. Max coincidía en que todo estímulo podría recordarle a esa niña que el mundo estaba aquí, esperándole.

A última hora de la tarde siguiente, lunes, quedaron en el  puente de Marie, en el lado de Marais. Hacía fresco y el aire olía a flores y a río.

Max vestía con una americana gris y una camisa rosa tan claro que parecía blanca. Sin corbata.

La galería estaba a cinco minutos.Tenía dos pisos y había sido un pequeño teatro. El piso de arriba estaba conectado al bajo por un gran hall donde habían puesto un piano de cola.

Todas las paredes estaban abarrotadas de cuadros y la exposición empezaba con una cena en el primer piso para seguir tras el café con el recorrido por los cuadros en ambas plantas y el concierto.

La exposición contaba “con una exquisita y personal selección de cuadros clave en la historia del arte de los últimos sesenta años”. En el folleto, repartido con la entrada, se afirmaba que el visitante iba a ver por primera vez joyas de la inmensa colección que había atesorado a lo largo de su vida la coleccionista más notoria del país, la Señora Agathe Débuchy", en cuya caligrafía se afirmaba: “mi colección es lo mejor de mí.  Con ella quiero agradecer a París el honor de haber hecho de mi vida un tributo a la belleza”

La primera parte de la exposición era gastronómica. Algunos célebres chefs le brindaban un homenaje a la que había sido su mecenas. Y la misma dueña y directora de la exposición, Agathe, se pasaría durante la velada en persona a conocer a algunos los invitados.

Tras pasar de largo la planta baja -un cordón impedía el paso- subieron a un primer piso cuyas ventanas daban al Sena. Las mesas se alternaban con algunas esculturas.

Junto a la que tenían reservada había una preciosa estatua de bronce de un caniche en actitud reposada, serena.

La mesa reservada para ellos estaba cerca de la barandilla que daba al hall. En el centro de la planta baja se veía un hombre menudo de mediana edad que empezaba a afinar el enorme piano.

Cuando les sentaron y les sirvieron el vino el doctor Seyrig cruzó sus brazos y miró sonriente a su acompañante.

-Uf, parece que los galeristas se están quedando sin ideas. De este circo a un parque de bolas hay un paso.

El comisario sonrió.

-¿Ir con un palo? No me parece mala idea. Pero primero haremos otra cosa.

Voy a ir a París “de vacaciones”, detective. Todavía tengo algunos amigos allí. Usted continuará en el CSB, a ver qué puede averiguar y yo le serviré de apoyo fuera.

Vamos a ver a dónde nos lleva esto. Terminaremos lo que Leah empezó y si hay algún responsable que no haya cuidado de ella…

En ese momento se puso parsimoniosamente la gorra y se quedó mirando fijamente a los ojos de Daniel.

-...lo pagará.

La niña larguirucha que antes lloraba en el brazo del comisario venía por el camino. El aire movía su vestido negro en una escena lúgubre que erizó el vello de la nuca del detective.

Esperé a Max en el puente señalado enfundada en un vestido de brocado azul oscuro, no sabía cuál era el dress code así que opté por algo clásico como el color pero con un toque innovador, como la textura.

Mientras lo esperaba rememoré nuestra conversación previa junto a la niña y me alegré internamente de que coincidiéramos en tantas cosas. Era un hombre agradable, algo hipster pero agradable, como la presentación a la que estábamos asistiendo.

Hacía mucho que no salía... de mi casa y del trabajo, luego de los sucesos de Terry y de la muerte de la agente Tautou me había sentido más ansiosa de lo común y esta salida era un intento a sobreponerme a esa sensación constante de amenaza que a veces me sofocaba, una amenaza intangible pero muy real.

No recordaba exactamente la última vez que había salido con un hombre, menos con un jefe. Creo que era la primera vez que salía con un jefe. El pensarlo me puso un poco nerviosa y mientras me sonaba los dedos apareció mi acompañante. Olía precioso como siempre y se veía aún mejor.

Cuando llegamos al lugar descubrí complacida que era hermoso, admiré la arquitectura del sitio y la decoración, aunque esperaba que los cuadros fueran mejores que las esculturas, o al menos eso pensé mientras me sentaba en la mesa. Estaba prestando atención al hombre que afinaba el piano cuando Max hizo aquel comentario, me encontraba probando el vino cuando lo escuché y tuve que hacer un esfuerzo para no derramarlo. Sonreí de lado al tiempo que dije -Cuando todo es una obra de arte, entonces nada lo es -me encogí de hombros -Los galeristas son solo la punta del iceberg en todo el gran negocio que se ha convertido el arte -repuse con bastante cinismo -He encontrado que el arte, como la música tiene como bastión Internet, ya no los circuitos tradicionales, ¿Está familiarizado con Walter Benjamin y el concepto de aura?

Le tiendo la mano al comisario con serio respeto y la gravedad de la confianza otorgada.
Le he dado munición para que me entierren en mierda si quisiera pero no creo que la use mas que en el caso de que la memoria o la reputación de Leah estuvieran en peligro y en ese caso no me importa lo que haga si consigue evitarlo.
Estoy con usted, señor - le digo con voto de confianza - pónganse en contacto conmigo cuando lo necesite. Yo aun hay hilos que me gustaría mover y pistas que despejar - mirando a la joven que baja por el camino bajo la voz - Cuide de los suyos y si piensa o sabe que van detrás de mi gente dígamelo. Por favor.
Después me aparto un simple paso para dejarle el camino expedito al hombre y meto las manos en los bolsillos con voluntad de esconder la inexorable tendencia a no estar quietas.
En mi cabeza se reafirman las ideas masticadas y los planes, algunos bajo el CSB otros claramente fuera y también las personas: Chana, Gavalda, aquel o aquellos que no se que palpito me dice que están un peldaño mas arriba que ella.
El sol es calido pero el animo frio y el himpas entre los dos no puede no ser incomodo.

-Algo he oído.... Por eso el Jazz... la llamada improvisación es una interpretación libre, única, sincera y directa. Creo que la música ha sido la primera en sufrir con la copia, pero el Jazz con su dialéctica entre grabaciones e improvisaciones ha sabido mantener la magia.

¿Qué habría pensado Benjamin de Internet?

No se lo cuente a nadie... pero...

Entornó los ojos y se acercó a Clementine.

-Odio Internet. Podría no haber nada más que máquinas al otro lado del cable y no nos daríamos ni cuenta. Y eso me pone suspicaz.

Levantó una ceja y miró a los lados, teatralmente paranoico.

El comisario Pillet le ofreció un móvil con disimulo. Habló también en voz baja.

-Almorzaré todos los lunes, miércoles y viernes en el “Café Olympia”, de Marais. Use este móvil. En su memoria está mi número de teléfono.

Y se adelantó, hasta abrazar a la niña que soltó un alarido de dolor. Ambos se fueron camino abajo.

A su regreso, el martes por la mañana, Chana le esperaba en la estación del TGV.

Chana le hizo pasar al asiento trasero de un monovolumen. Saltaba a la vista que era su coche personal. Tenía papeles con monigotes y cosas de niños por todas partes, incluida una silla infantil. Ya tuvo ocasión de dar su pésame al detective y ahora era momento de empezar con el trabajo.

-Daniel, supongo que estás impaciente para continuar. Hemos de ayudar a esa niña y en su estado el tiempo corre en nuestra contra.

Paró en un semáforo.

-Pero primero hay que trabajar en los errores. Leah demostró ser impulsiva y pagó un precio demasiado alto. Innecesariamente. La pudiste haber detenido y la dejaste ir en busca de alguien que sabíais que era muy peligroso y fue a buscarlo con una civil y sin arma. Era una misión de reconocimiento, la existencia de ese cuarto ya era suficiente para enviar el equipo de asalto. Si hubieras ido con ella lo habríais tenido arrinconado, separado de los pacientes. Y ella se lanzó a por él, sóla. Pensamos que podías haber intuído que iba a por él y que si se lo cruzaba se iba a lanzar sobre él. Sea que la dejaste ir, sea que no tuviste esa intuición, es un error muy grave que no queremos que vuelva a ocurrir, queremos que la próxima vez sea tu critero el que se imponga y te queremos dar autoridad para que puedas imponer tu juicio, tu intuición. La investigación continúa, a otro nivel, y queremos que la dirijas tú. No hay marcha atrás ni puedes seguir donde estás o aceptas esa nueva responsabilidad, o estás fuera.

Miró por el retrovisor esperando la respuesta del detective.

Guardo con discreción el móvil en el bolsillo interior de mi chaqueta y asiento en silencio.
Es descorazonador lo desolado del animo de la hija de Pillet, y se acumula en el debe de las cuestiones irresueltas con Leah.

Me demoro casi hasta la caída de la noche. El sol a mi derecha feneciendo a mi derecha y el mar al frente.

Es extraño para la gente la obsesiva fijación de los nacidos en el interior con el mar.
Es quizás una necesidad genética de acumular océano para cuando esta ausente aunque sea solo en la mente.
Y la de pensar mejor en la claridad sobre las Olas.

En el trayecto hasta París recupero mi bloc y las anotaciones que fui acumulando las voy repasando y pasándolo a limpio en hojas en limpio.
Dormir es una opcion temeraria. Sueños negros que no recuerdo me dejan mal cuerpo y una distensión mental de la que me cuesta recuperar.

En la estación Chana me espera para llevarme a la ciudad.
Me encasqueta en la parte trasera del vehículo y, en cierto sentido, me hace sentir como un detenido por un instante, si no fuera por la intuición de que esta demostración de distancia nace de una urgencia diferente de Chana.
Que tan vehemente se disponga a hablar del trabajo y que lo haga mencionando a Jane creo que me habla mas que lo que hemos compartido antes.
Cuando se lanza a analizar el pasado y a postular el futuro la escucho con detenimiento por que aprendí mucho tiempo atrás que, aun cuando lo que te digan te caliente la ira, es mucho mejor dejarlo llegar hasta el final y no marcarlo furibunda y lanzadamente antes de tiempo. Casi siempre te otorga mejor munición para responder.
¿Este es un aviso personal, Chana?¿Un aparte extraoficial de lo que va a venir cuando baje del coche?
Por que si es asi extraoficialmente te digo que el error es pensar que la misión en aquel instante era de meramente de reconocimiento. Paso a ser una cuenta atrás acelerada y una caza.
Hago una pausa pues, no puedo desvelar el por que concreto que nos impelió a cubrir mas terreno separándonos, pues la verdad aun puede afectar a Clementine y meterla en problemas. Así que cubro fuego con el fuego de otra verdad.
Y sinceramente no creo que hubiera cambiado mucho el que hubiera estado con ella y créeme desearía haber estado allí con ella. Pero si oyó lo que me temo que oyó, si eso la sacudió con lo que creo...
Sacudo la cabeza apesadumbrado por sentir que los malos nos llevan ventaja, que esa ventaja nunca se acorte.
¿Sabes como son las cazas de 'Coyotes' allá en casa? No me refiero a los animales, esos son demasiado astutos para dejarse ver, si no los de dos patas, codiciosos que trafican con personas a través de la Muga.
Pues es cruel. Por que ellos saben que siempre pueden jugar la baza de la compasión. A veces ¿Sabes? lo hacen con los niños. Los dejan gimoteando, heridos o desvalidos en los túneles, mientras ellos se escurren raudos hacia otro lado. Y tu no puedes parar a pensar y no correr, por que tu cabeza deja de pensar por lo que estas escuchando.
No, eso no se puede analizar.
Me coloco las palmas de las manos sobre la perneras de los vaqueros. El tacto rugoso me hace rozar la tala con las yemas.
Ahora, Oficialmente: El caso no esta acabado. Hay mas sospechosos. Al menos siete. Y una niña abducida cuyo padre, tu y yo vamos a encontrar. Y pistas abiertas. Rituales y creencias...La asociación de Noemie...
Miro con los ojos entrecerrados. También se canalizar la ira en formas que no son la voz y los golpes.
¿Quereis que este dentro?¿Que dirija? Bien estoy dentro y elegiré las ramas que removeré del árbol hasta que se caiga la fruta podrida.
Así que bien, contéstame con palabra o silencio a mis primeras dudas.
¿Quienes son los otros miembros del plural de Pensamos? ¿Como continua la investigación y cual ese otro nivel? ¿Hablamos aquí o nos sentamos cómodamente en la oficina? ¿O es posible que aun este fuera?
Mis gestos son adustos pero mi atención se compartimenta entre su lenguaje corporal y la posibilidad de necesitar salir del coche en marcha, que considerando los seguros antiniños estoy seguro que tiene que ser hacia delante. La Paranoia dijo Leah era su cosa. Bueno creo que me ha contagiado una parte.

-¿Has visto al demonio, Daniel? ¿Te has enfrentado con él? Porque si continúas con nosotros vas a tener que hacerlo, y vas a tener que pensar, con humanidad, claro, pero con humildad. El CSB es sólo una herramienta para llegar más lejos, y necesitamos gente como nosotros. Capaz de verle, y de enfrentarse a él. Nos ocupamos del mal en otro nivel y a menudo tenemos que infiltrarnos para sacarlo de los agujeros en los que se esconde.

Hablaba con un tono directo, sin contenerse.

-¿No crees que hubiera cambiado mucho? Se llevó a la doctora hasta la puerta y entró sóla, sin hacer caso a la advertencia de la civil de que no entrara sin refuerzos. No había gritos, sólo ganas de cazar. No era una cuenta atrás, ¡no llevaba ni arma! y el equipo tardó si acaso diez minutos. Fue una estupidez que no habría pasado ningún exámen de la policía y no le movió la compasión por las posibles víctimas, sino el ansia de cazarlo, por eso fue sola. Vimos eso, ella también deja su huella.

Tenemos jefes y confiamos en ellos, tendrás ocasión de confiar también. No te hablaré de una sociedad secreta si no estás dispuesto a confiar. Hay cosas horribles de las que no tienes ni idea. Formas de lo que has visto en esos túneles con las que te enfrentarás cara a cara. Pero tienes que ser lúcido, Daniel. Lúcido y humilde. Necesitamos eso de ti, eso y tu inteligencia, y tu compasión.

¿Qué dices? Sí, o no.

Sonreí divertida -Podría no haber nadie, es cierto -repliqué dando algo de crédito a sus palabras, siguiéndole el juego -También podríamos estar soñando y que todo esto sea una fantasía -dije luego por lo bajo -¿Nunca sintió que esta realidad está atravesada por otras? -inquirí tanteando el terreno, quería ver qué pensaba al respecto. Estaba realmente apuesto esta noche y apenas podía contenerme en hacer caídas de ojos y sonrisitas, esas cosas que hacen las mujeres cuando comienzan a desinhibirse -Vaya, este vino es muy rico -dije tomándome lo que quedaba de la copa.

Luego, cambié el rumbo de la conversación volviendo a lo que había dicho -Internet es... complicada. Nunca hubiera creído que no te agradara Max, para escapar de todo el aparato comercial que nos invade en todo momento diciéndonos qué nos tiene que gustar, qué tenemos que comprar o cómo debemos ser no hay nada mejor que ir por los circuitos under, y en Internet también los hay. Una vez a la semana o al mes busco música nueva para escuchar, escritores nuevos para leer, arte digital para alimentarme con un poco de belleza en este mundo tan... cruel -quizás estaba convirtiéndome en anatema para él por cuanto decía -Solo hay que saber buscar, no aceptar lo que nos quieren dar predigerido. Yo creo que Internet puede funcionar de muchas maneras: como estar solo en la multitud, como estar oculto en la multitud o como ser la multitud.

-Es cierto todo lo que dices, pero prefiero una multitud de verdad. El encuentro casual, el contacto humano, físicamente. Creo que Internet es un arma de doble filo que puede acabar encapsulándote en una burbuja de afines… Pero me gusta todo lo que dices, así que te preguntaré de vez en cuando por los tesoros que encuentres.

Max sonreía y bebía. De vez en cuando hacía una broma y miraba a los ojos de Clementine, coqueto.

Cuando terminó la cena el concierto propiamente dicho todavía no había empezado y el pianista jugaba alternando, casi azarosamente,  cortísimos fragmentos de Ravel, Bartók y Bill Evans.

Bajaron las escaleras y el cordón que antes impedía el paso, ahora estaba abierto. De verdad era una gran colección y el ambiente, al ser el aforo tan limitado, era agradable e invitaba a la contemplación.

Algunas de las pinturas eran muy abstractas, otras paisajes urbanos, pero lo que más había eran retratos. A un buen retrato le seguía uno mejor. Hasta que llegaron a un óleo magistralmente pintado que representaba a una chica joven, esbelta y delgada, de ojos marrones y saltones, en actitud enigmática, sentada en una silla, desnuda, cuyo cuerpo estaba grabado de tatuajes muy parecidos a los de la niña en coma. Tenía un aire andrógino y misterioso.  El tamaño del cuadro permitía contemplar a la modelo en su tamaño natural, como si estuviera allí.

¿Si o no?
Es una pregunta con peso.
Marca por que es Chana y no un eslabon superior el que la expone.
Creo que mi respuesta la tenia clara pero la repaso en detalle.
Solo me atendría a mi forma de ser, resarciendo el impulso del momento y extendiendo la caza a campos mas agrestes. No menos difíciles y solitarios pero si diferentes.
Requiriendo humildad también con otro enfoque. Que demonios, humildad y vergüenza.
Ningún Mallutz ha sido humilde en mas de 100 años. Esa una virtud de los Brontea y muchas veces no la escuchamos. Tiempos interesantes ¿Verdad?
No marca mejor el permitir ambos pasos. Por que tomar el que ofrece Chana no excluye el de las disculpas.
Y al contrario si.
Confiar. La confianza se gana y de momento solo Chana me la conquistado por que tiene los bemoles de decirme lo que piensa a la cara.
Puedo contestarle que si he visto al diablo, en la traza de sus obras y su ataque por los resquicios de los detalles por pequeño que sea. Pero no estamos en una competición y ademas es evidente que Chana también lo ha visto. Y que se contiene para no mostrar las cicatrices.
Por los demás, las cabezas invisibles de esa comunidad secreta a la que me abren la puerta...Bueno va a ser extraño... Por que encuentro grietas como lineas en la claridad...
Si sabían y no nos pusieron al corriente... si fue a sabiendas es otro matiz de mal...uno que se puede creer necesario pero mal de todas formas...
Si fue por ignorancia...La ignorancia solo exime si se muestra patente el esfuerzo de enmendar. Si las palabras de Chana son esa muestra de enmienda, propia o inducida, ofrece que les de el beneficio de la duda.
Duda que no certeza...
Oigo la voz de Lena compartiendo su primera cerveza juntos después de su ultima ronda en Irak diciendo que un oficial es un oficial y esta mas cerca de su general que de su sargento.
Y los ojos de suboficial de mi hermana comentaron el resto.
Intentare recoger a la vehemencia de Chana y descubrir si de verdad merece la pena. Que su fe nace de la verdadera creencia y no del miedo a lo que espera al otro extremo.
Me aclaro la voz y pongo en el aire mi respuesta con un tono neutro.
Es un si, Chana.
E incorporándome solo un poco para cerrar minimamente el espacio de confidencia pero controlando no traspasar la barrera indeleble de su campo de confort le digo serio.
Pero sea lo que involucre esta asociación y por que creo cada una palabra de lo que dices quiero saber que implica para los míos: mis padres, mi hermana, mis tios y sus hijos, mi ex-pareja y mis antiguos compañeros. Y también para los de Leah.
No me tomes por un ingenuo - digo con una pausa - no estas hablando de unos traficantes de droga y personas pero al final los mecanismos de fragilidad son los mismos. Destrozarte por donde no puedes defenderte, por donde el infierno es elegir.
Te lo pregunto a ti por que imagino que eres mi interlocutora. Después vendrán las iniciaciones y todo eso - lo digo como si no me creyera una palabra de que eso vaya a ser a si. Creo mas que va bastar con que me pasen un par de archivos con hechos que no pueden ser pero son - pero si puedo elegir te elijo a ti. Al menos tu me caes bien.

Chana llevó a Daniel a las oficinas del CSB y empezó a sacar esquemas y documentación de lo ocurrido en el caso, hablando punto por punto que hubiera sido mejor hacer con lo que sabían. Con todo lo que sabían. Ahora el caso estaba centrado en la niña. Comieron allí mismo y ya por la tarde llegó Nella y le ofreció su nueva documentación. A partir de ahora tendría gente a su cargo.

Ya serían las cinco de la tarde cuando Nella habló de las cuestiones que le había planeado a Chana.

-Este es un nivel más profundo, donde las cosas que en otros niveles son sutiles, visibles, aquí tienen piernas y rabo, por así decir. Pero no es tan diferente, pueden atacar a los tuyos, claro, pero irán a por ti. Nosotros somos nuestro principal enemigo y en nosotros se da la parte más importante de la batalla.

Es una guerra física, pero también espiritual. El orgullo, por ejemplo, esa es una puerta falsa por la que entra todo el mal de este mundo. Conócete a ti mismo… o el Enemigo te conocerá mejor que tú, y entonces formarás parte de sus filas y te tendremos que liquidar.

Daniel, el CSB es una de nuestras herramientas pero somos otra cosa. Nos organizamos en grupos de edad, grupos que nos conocemos y en los que confiamos por encima de nuestras vidas. Tenemos maestros y ancianos… Hemos decidido que seas el cabecilla del grupo de tu edad. Iréis aprendiendo cosas juntos, y podréis recurrir a vuestros maestros… A partir de ahora yo seré uno de ellos, iréis encontrando a más por el camino. Desde ahora empezaremos a hablar de las cosas sobrenaturales sin tapujos. Formarás un grupo y le pondrás un nombre... Pero primero…

Tocó un bonton del intercomunicador.

-Chana, hazla pasar, por favor.