Partida Rol por web

El viaje fue mucho mejor de lo esperado. Sobre todo después de que Moussa les prometiera mareos, descomfort y un viaje peliagudo solo un minuto atrás. Iván apretó el puño y la mandíbula con fuerza, esperando a que el camuflaje se adaptara y les hiciera invisibles antes de que nadie les percibiera allá arriba, sobre el tejado. Afortunadamente lo hizo a tiempo, porque uno de los drones – de los muchísimos que sobrevolaban el lugar – pasó zumbando por su lado segundos después. El lugar estaba hecho un desastre, había demasiados robots, un cráter, la mitad del autobús que habían incendiado un rato antes…

La visión duró poco tiempo, porque Moussa les devolvió al laboratorio donde esperaba el resto del grupo. O bueno,  algunos.

Moussa estaba muy excitado, pero dijo algo que sorprendió a Iván. ¿Había visto una nave? Él no había visto nada. Bueno, invisible o no… su compañero la había visto. Iván era el que se hacía invisible, debería haberse dado cuenta si había algo que marcaba la presencia de una nave, después de todo se había acostumbrado a vislumbrar sus propios fallos en el camuflaje para poderlos corregir. Pero eso era ahora lo de menos.

- “Espera” – le dijo – “¿Sabes dónde está la nave? ¡Llévame entonces! Entre tú y yo podemos llegar a la sala de ordenadores, sala del reactor, o algo así sin ser detectados ni tener que pelear, y luego darle una dosis de magia caótica al ordenador. ¡Sin pelear ni correr riesgos!”

No es que no quisiera que el resto vinieran con ellos, ni nada por el estilo. Solo que dudaba que pudieran pasar todos inadvertidos, aun invisibles e inaudibles, si eran una tropa tarde o temprano chocarían con algo o alguien.

-Igualmente -contestó Aitor a Rudy aceptando estrechar su mano. Era un buen chico. O un buen super-chico. O trataba de serlo, lo que a veces es todavía más importante. Y, por la cuenta que les corría, esperaba que hiciera un buen papel, lo necesitaban. El Liceo lo necesitaba.

La chica siguió a su compañero y al veterano asignado al grupo para completar la misión. Caminaron largos pasillos hasta un punto en el que se podían oir pasos de nuevas amenazas. Entonces Rudy comenzó a exponerle sus planes, los cuales no es que fuera una locura, sino que eran imposibles de llevar a cabo, por lo menos por ahora.

- Siento decepcionarte Rudy, pero mis poderes, por ahora, son muy limitados.- Una mueca de decepción en su rostro mostraba que a ella tampoco le gustaba aquella situación -. Por ahora solo puedo transformarme en seres humanos, y que sean de mi tamaño, no puedo modificar mucho mi estatura. Lo siento.

La chica de verdad sentía lo que decía, le habría gustado ser más útil, pero aún sus poderes no estaban desarrollados por completo.

- Y ahora ¿Que hacemos? .- Preguntó en voz baja, esperando la contestación de sus compañeros.

–Muy bien, pues –dijo el vasco reaccionando a la desaparición de los chicos mediante la teletransportación de Moussa– les enviaré este a la azotea –dijo  refiriéndose al nuevo constructo que acababa de reformar– así les podrá ayudar a…

La frase se quedó a medias, pues Aitor estaba trabajando en la neo-paloma todavía unos segundos después de que aquellos se fueran y ahora no le había dado tiempo a completar la frase antes de que volvieran, aunque sí el nuevo robot.

–¡NO! –exclamó el joven vasco– Están a punto de ejecutar a Bosch. Puede que odies a ese hombre, pero seguro que piensas que si alguien tiene que darle una paliza a ese hombre, no tiene que ser un androide. Vamos a empezar por ahí. La nave luego. Sara (en realidad su espíritu) ha comprobado que no hay gas y yo estoy seguro de que el efecto que mantiene inconsciente a los profesores es mental, así que sugiero entrar a "sangre y fuego" en el Auditorio, eliminar ese androide y, de paso, liberar a todos los demás. Moussa abrirá un portal y tú, Hermes, empujarás a todos a través del mismo. Le he incorporado un emisor de impulsos electromagnéticos a la neo-paloma siguiendo una sugerencia de Sara, así que al llegar comenzará a freír a los robots y nos ocultará de sensores mientras estemos en contacto con ella o con alguien que esté en contacto con ella; contaremos con el elemento sorpresa. ¿Vamos?

A su lado, junto a él, flotaba ya lo que antaño fue una "paloma" del Liceo y que ahora tenía multitud de "palitos", "bultos" y "ojos" sobresaliendo por su pequeño armazón.

-Tranquila, Diana-chan. Para eso estamos aquí, para aprender. -le susurré a la chica. – Yo vine para que me enseñaran a no crear cráteres en medio de las ciudades, jeje. Entonces, Plan B ¿No?

Miré a Fusión. Era difícil saber qué pensaba el chico con esa armadura. Sin cuestionarlo iría yo a hacer de señuelo, seguramente resistiría mejor sus ataques, pero necesitábamos alejar la batalla y, si era necesario, forzar la puerta de la Sala del Peligro.

-Fusión, tú puedes volar. ¿Haces que te sigan a fuera mientras nosotros entramos en la Sala? -dije con media sonrisa, intentando no parecer un caradura. –Si pudiese volar créeme que iría yo.

Volar… ¡Mamá podía volar! ¿Cómo no se me había ocurrido antes? Ella podría ser de gran ayuda. Debía de estar todavía en la ciudad. Cogí mi móvil e intenté llamarla.

-Vamos, mamá...

Moussa e Iván volvieron enseguida, de modo que eran ahora cinco y lo de entrar en el auditorio era más viable, sobre todo, porque estaba con ellos el teleportador.

- El señor Bosch está en problemas.

Miró a Moussa, que era el que ahora tenía la llave para esa misión de rescate. Ella no sabía si iban a matar o no al hombre, pero como mínimo acabarían dejándolo inconsciente, igual que el resto.

- Tu eres el único que puedes llevarnos allí.

Le comentó al chico y no dijo nada más, esperando que Hermes o Aitor condujeran la situación.

Sara se concentró, tratando de comunicarse con su hermana mentalmente.

- ¿No podrías acercarte a ver qué dice ese robot? Quizá sea importante.

No sabía siquiera si recibiría el mensaje, así que quedó a la espera también.

La idea de Ivan era tremendamente válida, pero tan solo en el caso de que Moussa estuviese dispuesto a destruir la que ya suponía, como su nueva nave. Por lo que el plan del chico Hada no le gustaba demasiado.

-He visto lo que tu magia le hizo al super power ranger ese, y no quiero destruir la nave, Ivan. ¡Tenemos que hacernos con ella!   -Dijo con un entusiasmo simplemente abrumador.   -¿Te imaginas lo genial que sería tener nuestra propia nave? Subiremos Aitor, tu y yo. Seremos invisibles y Aitor nos ayudará en nuestra misión de conseguir la nave y de paso, en salvar la escuela y eso.

Moussa desde luego no quería que nadie saliese herido, pero el poder conseguir una nave enorme llena de droides y con sistema de camuflaje era algo...era algo mucho más que fantástico. El problema llegó cuando Aitor soltó todo aquel rollo de Bosch, las ejecuciones y demás cosas. El viejo pervertido no le caía muy bien, pero le había dado una oportunidad que sin duda en el reformatorio no habría conseguido. Además, si lo salvaba el viejo se quedaría de piedra y asombrado por el gran equipo que eran, en especial cuando se presentasen a bordo de la nave de Megamind. Casi podía imaginarse ya su boca desencajada mientras le contemplaba con gran admiración.

-Chissst. Vaaaaaaale salvamos al viejo, pero después nos hacemos con la nave ¿Eh? Nada de destruirla ni hacer explotar, imagina lo que podrás aprender de ella Aitor...Seguro que son horas de diversión para ti y cuando acabes, nos enseñas a pilotarla y podremos usarla como base de operaciones móvil. ¡Seremos la jodida envidia del Liceo!

Dejando a un lado su deseo por asaltar la nave, se centró en las palabras y el plan de Aitor. Pero se le ocurrió algo más que tal vez podría ayudarlos.

-Tenía una pequeña broma pensada para jorobar a Sara una noche de estas...Pero creo que se puede adaptar y usarla a lo burro.    -En aquella ocasión no usó ningún apodo hacia ella, pues no se le ocurrió ninguno molón en aquel momento.    -Ahí fuera hay una piscina, puedo teletransportar una gran cantidad de agua dentro del auditorio y hacerla caer sobre los que están sopados. ¿Eso los despertaría? Además, con suerte, igual los replicantes son de los baratos y el agua les afecta de alguna forma. Después abriría el portal para que lanzaseis vuestro ataque, pero con suerte, igual unos cuantos de los rehenes se despertaban equilibrando la balanza.    -Moussa se encogió de hombros al lanzar una breve mirada a Sara. Acababa de confesar cual era su plan maestro para con ella, por lo que ahora tendría que buscar uno nuevo que no implicase lanzarla agua mediante uno de sus portales, mientras ella dormía. Aunque debía reconocer, que la muchacha no se había vuelto a portar mal con él, así que quizás tendría que dejar las bromas para el resto de los equipos. Sí, definitivamente eso es lo que haría.

Mientras tanto... a bordo de la Schlachtschiff

- ¡¿UNA PANDA DE NIÑOS HA DERROTADO A MI SMASHER?!

Ratchet golpeó su consola de control con el puño enguantado. Era un hombre alto y calvo. Llevaba una bata a la antigua usanza, del estilo de los doctores malvados. Era el evidente arquetipo de genio del mal. Frente a él, un mapa holográfico del Liceo daba vueltas lentamente. Había numerosos puntos rojos en él, sus robots.

- Cálmate… - se dijo a sí mismo -. Son sólo unos niños. Los robots los detendrán.

El doctor parecía convencido de sus propias palabras. Tecleó algo en su consola y miró el mapa holográfico. Buscaba algo.

- Estás perdido, Ratchet – dijo una voz a sus espaldas.

Ratchet se giró lentamente, pero no con sorpresa. Ya conocía a su invitado.

- Controla tus palabras, muchacho. Puede que me hayas ayudado a inutilizar a sus telépatas, pero si crees que este éxito depende sólo de ti te equivocas.

- ¿Estás de coña?

De entre las sombras surgió una figura. Era baja, algo aniñada. Un joven de unos dieciséis años. Vestía con ropa informal, sudadera y tejanos. Lo que más destacaba de él eran unas marcadas ojeras, oscuras sombras bajo sus penetrantes ojos de hielo.

- Si no fuese por mí ya tendrías a los profesores reventando a tus inútiles robots desde el minuto cero – se acercó al mapa holográfico y miró con desaliento la representación del ala de aulas del edificio – Ni siquiera has podido darme lo único que te pedí... - suspiró.

- La tecnología de E.S.T.H.E.R. es mi prioridad, deberías saberlo – alzó una mano con autoridad, como si estuviese zanjando la discusión -. No puedo tener a mis robots persiguiendo a tu… tu fetiche por la escuela.

- ¡Gata Lunar no es mi fetiche! – gritó el chico de las ojeras, en un arranque de ira -. Es… - frunció el ceño y desvió la mirada -. Sólo quiero destruirla…

- Poco quedará de ella cuando recupere la tecnología que necesito y suelte todo el cargamento sobre este miserable lugar.

- ¡No puedes…! – trató de quejarse el muchacho, pero el pitido de una comunicación entrante lo interrumpió.

Una pantalla holográfica apareció junto al par de villanos. Mostraba el interior del auditorio del Liceo, desde el punto de vista de alguien que estaba en el escenario. El lugar estaba lleno de alumnos y profesores inconscientes. Durante unos momentos apareció en pantalla el Señor Bosch, arrodillado frente a quien fuese que estuviera grabando aquello. Parecía derrotado. Una serena voz robótica sonó en el puente de mando de la Schlachtschiff.

[color=#FE2E2E]► Amo, ha intentado resistirse.[/color]

Ratchet miró a su invitado, dubitativo. Éste, simplemente, se encogió de hombros.

- ¿Ha logrado mantenerse consciente?

[color=#FE2E2E]► Eso parece, amo. Pero ya lo he reducido. ¿Quiere que lo elimine?[/color]

El chico de las ojeras sonrió, pero el Doctor no las tenía todas consigo.

- Un momento, un momento. ¿Cómo va la escuadra A8?

[color=#FE2E2E]► Todavía no han podido acceder a la Sala del Peligro, amo. Parece que el robot que busca se ha atrincherado dentro. No logramos abrir las puertas.[/color]

Ratchet volvió a golpear su consola.

- ¡Maldición! ¡Encárgate de él, Damocles! ¡Y encuentra a esos niños! ¡También los quiero fuera de mi vista! ¡FUERA DE MI VISTA!

Con un corto zumbido la pantalla holográfica desapareció. La orden estaba dada. 

Diana y Rudy, pasillos del Liceo

Rudy sacó su teléfono móvil, con intención de llamar a su madre. Pero no tenía cobertura.

[color=#0040FF]► Se supone que nos han cortado las comunicaciones, tío[/color] – dijo Fusión, mofándose un poco del novato.

Los sonidos de los robots seguían escuchándose más allá. El equipo de la Sala del Peligro deliberó unos instantes sobre qué curso de acción tomar.

Ante la idea de que Fusión hiciera de señuelo el veterano simplemente les dio la espalda y murmuró.

[color=#0040FF]► Quins collons. Venen aquests nens el primer dia i ja m’estan relegant a secundari. Com si ells no poguéssin fer d’esquer i… Merda, ¿i si prenen mal?[/color] – seguía hablando consigo mismo [color=#0040FF]► En Dani em mata…[/color]¹

Fusión miró a sus novatos.

[color=#0040FF]► Está bien. Yo les distraeré. Tenéis que avanzar por el pasillo central y girar a la izquierda cuando veáis la cafetería. No tiene pérdida, es una puerta muy grande de metal.[/color]

Dio unos pasos, saliendo de su escondite.

“¡PLOM PLOM PLOM!”

[color=#0040FF]► Intentaré reunirme con vosotros luego[/color] – miró a los robots [color=#0040FF]► ¡Eh, vosotros! ¡Cabezas de hojalata![/color] – agitó un brazo en el aire [color=#0040FF]► ¡Pilladme si podéis![/color]

[color=#FE2E2E]► AMENAZA DETECTADA[/color] – sonó la voz ya conocida de los droides [color=#FE2E2E]► NEUTRALIZAR AMENAZA.[/color]

El veterano despegó con un gran estruendo, comenzando a volar por el pasillo central del Liceo. Voló directamente hacia los robots y viró rápidamente hacia uno de los pasillos laterales.

En unos segundos el sonido del vuelo de Fusión y los zumbidos de los drones ya se encontraban lejos. Parecía que había vía libre.

Una voz sonó en ese momento. La voz robótica de Gina.

[color=#0040FF]► El Señor Bosch está en peligro. Van a asaltar el auditorio para salvarlo. Debemos seguir con nuestra misión.[/color]

Aitor, Iván, Moussa y Sara

Hermes miró con desaprobación a Moussa cuando sugirió lo de teletransportarse todos a la nave. Iván sugirió que fueran ellos dos solos. ¡Aún peor! Pero la rápida respuesta de Aitor le ahorró tener que decir nada.

Parecía que el Equipo Cuatro tenía vida propia. Rápidamente habían sugerido varios planes. Aunque en aquel momento de necesidad había que pensar rápido en lo que iban a hacer.

- Antes de nada. ¿Puedes enviarlos a ellos a las habitaciones? – señaló a César, Marina y Salara – Si se quedan aquí no estarán seguros y no quiero que nos llevemos a Salara al auditorio. Podría salir mal.

Miró a Aitor, sonriente.

- En todo caso el plan de vuestro compañero me parece bien. Si los sensores de los robots no pueden detectarnos contaremos con el elemento sorpresa – admitió -. Pero tenemos que ser rápidos si queremos evitar que hagan daño a los rehenes – añadió con expresión severa – Los droides de combate están armados con lanzallamas. Si los usan en ese espacio tan pequeño no sólo nosotros correremos peligro.

- ¿Alguien ha dicho lanzallamas? – dijo de pronto César, uniéndose a la conversación.

El chaval había abierto todos los armarios del aula. Había encontrado una especie de aerosol que seguramente sería inflamable. Pero lo que había dicho Hermes se le antojaba más atractivo.

- Llevadme con vosotros.

- ¿Y Gata? – inquirió Hermes, visiblemente molesto por el cambio de idea del piroquinético.

Pasaron unos segundos, y Sara pensó que el mensaje no habría llegado. Pero para sorpresa de la alicantina, su hermana respondió.

[color=#819FF7]~ Está bien, Sara. Me acercaré más. … … Espera, ¡son dos voces! Una dice algo sobre la Sala del Peligro… La otra ha dicho… ¡Ha dicho que encuentre a los niños![/color]

–Gata se queda con Marina, estará bien. Y no, mejor no, Moussa, no abras el portal a la piscina, alguien podría ahogarse y no serían los robots, que no respiran. Tocad la neo-paloma –dijo Aitor refiriéndose a la “paloma” del Liceo que había reformado para sus nuevos propósitos– los que no vayáis a hacer acciones agresivas de entrada (que de todas maneras serán detectables), los demás preparaos y entrad “a sangre y fuego” contra el androide. Con un poco de suerte la neo-paloma se encargará del resto de robots más cercanos y ni sabrán qué les ha golpeado. Vamos –finalizó con solemnidad, ya casi comenzando a avanzar hacia el portal todavía no creado.

La voz robótica de Gina sonó en la mente de Aitor. Era ciertamente monótona.

[color=#0040FF]► Plan de ataque transmitido. Grupo de amenazas enemigas detectado. Sujeto "Fusión" ha llamado su atención para dejarnos vía libre. Sujetos "Diana", "Rudy" y servidora nos dirigimos a la Sala del Peligro.[/color]

Sara seguía atenta a la conversación con su amiga y apenas prestaba atención, aunque sí escuchó aquello de la broma del agua y miró a Moussa, generando un frío intenso en su mano, que se manifestó como pequeños copos de nieve girando, como si ella también pudiera hacer bromas.

- El robot habla con varias voces, y está ordenando que se busque a los niños, y algo sobre ir a la sala de peligro.

Parecía claro que iban a ir a por ellos, y que les consideraba "niños". Posiblemente les subestimaba, o les despreciaba. Sara tomó aire, preparándose para ese asalto ya más que probable.

- Marina, ten cuidado, por favor.

Le comentó a la jovencita, pensando que era un poco cruel tener que dejarla sola. Se concentró, tratando de comunicarse con su aliada, para pedirle que viniera a seguirla.

Trató de establecer contacto de nuevo.

- Vamos a irrumpir en el auditorio, ¿podrías atravesar el portal cuando se abra, para venir aquí, y dedicarte a seguir a la chica rubia que se queda aquí? Marina... Se va a quedar sóla, la pobre.

Moussa sintió un repentino frío que recorrió cada fibra de su ser, al volver la mirada, pudo ver como Sara le contemplaba al igual que Subzero hacía con Scorpion. Aquello no presagiaba nada bueno, al menos para él, después de todo Sara podía congelar cosas y no le gustaba lo más mínimo la idea de que le congelase los pies o cualquier otra parte más sensible de su cuerpo. Por no hablar, que podía meterle un fantasma en su habitación que le hiciese la vida imposible. Así que optó por el disimulo.

-¿Qué? ¿Dije Sara? Me confundí, si, eso, quería decir a Diana. Sería gracioso tirarle un balde de agua por la cabeza y verla no sé, convertirse en un erizo o algo así. Sería un puntazo.

En otra ocasión quizás habría tenido algo más de ingenio, pero pese a su entusiasmo, aún seguía cansado. Por lo que pensar una respuesta ingeniosa que le sacase de aquel lio le resultaba algo complicado. Así que decidió centrarse en la petición de Hermes, mientras se alejaba unos pasos de Sara.

-Lo siento socio, pero no puedo hacer algo que...    -Moussa chasqueó los dedos y tras unos instantes, frunció el ceño al ver que Marina y Salara aún seguían allí. Así que volvió a chasquear los dedos y al ver que sus poderes aún fallaban, respiró hondo y los chasqueó por tercera y última vez, teleportando a ambas hasta las habitaciones.    -...ya está hecho.

La cosa no había salido como habría deseado, pero suponía que había quedado bastante guay. Lástima que no tenía una gafas de sol para ponerse y quedar así, como un verdadero Thug Life. Por lo que se contentó con alzar la barbilla con cierto aire de autosuficiencia. Por otro lado, no podía evitar cierta decepción al escuchar que Aitor desechaba su idea.

-¡Jo, tío! ¡Pero si es una idea cojonuda! No iba a teleportar toda la jodida piscina. Pero sí una buena cantidad de agua para que caiga sobre algunos y con suerte, se despierten. Además si hay robots con lanzallamas, vendría bien que la estancia estuviese mojada ¿no? Además ¿Cómo sabes que nosotros no caeremos dormidos?    -Moussa se cruza de brazos y niega con la cabeza.    -Bueno, lo haré después de llevaros allí, así no perderemos el factor sorpresa. Por otro lado y por si no lo sabíais, ahí fuera hay miles de replicantes. Si atacamos, vendrán corriendo y nos freirán el culo. Así que acabar con el robot ese es lo de menos. La cosa sería llevar a todos hasta un lugar seguro o despertarlos para tener refuerzos. Si Er...nesto...    -Mencionó haciendo referencia a Hermes, pues se había olvidado de su nombre.    -...conoce algún lugar seguro, podría ir teleportando a todos mientras vosotros resistís. Aunque eso podría tardar bastante si están muy desperdigados. Además, el alcance sería de unos cien o ciento ciento cuenta metros. También podría crear un portal, eso nos permitiría llegar hasta la ciudad, pero tendríamos que hacer que todos lo pasasen...

Moussa no era de los que iniciaba una pelea y eso le ponía un tanto nervioso, sobretodo al saber la gran cantidad de enemigos que tenían. Así que recurrió a otro plan, momento en el que se preguntó si todos le verían como el gran jack o'neill algún día, aunque no tardó en darse cuenta de que jamás sería así. El gran héroe de Moussa era más dado a destruir y matar que en trazar planes de huida o emboscada. 

-¡Ey! ¡Esperar! ¡Tengo una gran idea! Si el neo-halcón...  -Se negaba a llamar paloma a un robot asesino de robots, quedaba demasiado cursi.   -...puede hacerse cargo de los drones, solo tendremos que centrarnos en el gordo ¿No? Pero ese tiene pinta de ser más peligroso que la lata de coca cola gigante de antes. Así que...esto es lo que os propongo. Crearé un portal que lo lleve lo más lejos que pueda de aquí y vosotros solo tendréis que arrojarlo por él. El tiempo no nos es favorable y creo que incluso con el elemento sorpresa tardaríamos en tumbarlo sin los DPS del grupo, pero si podemos librarnos de él...podremos centrarnos antes en despertar o sacar de allí a los rehenes. Bien, nos vaaaaaaaaaaaaaaamos

Sin más pérdida de tiempo y tras tomar una profunda bocanada de aire, Moussa abrió un portal frente Aitor (No era cuestión de dejarlo en mal lugar) y se aferró a uno de los palitos del neo-halcón. Cuanto antes salvasen a los rehenes, antes podrían ir a por su nave.